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Indicador de la evolución de la confianza política en el gobierno y en la oposición

Dentro de las iniciativas de focalización constructiva que se están llevando dentro de la casa, además de fomentar la innovación internamente se está haciendo especial esfuerzo en proyectarse hacia la sociedad, en aportar valor para mejorar nuestra situación. La estrategia se basa en valores 2.0 orientados al beneficio y la interacción entre los diferentes actores del entorno en el que se desenvuelve la actividad de la compañía. Entre estas iniciativas, y en medio del revuelo mediático causado (más de 3800 entradas en Google, gran difusión en las redes y repercusión en los medios convencionales), hoy quiero hablaros de la Declaración Transforma España (#transformaespaña) presentada al Rey hace una semana. Podemos estar o no de acuerdo con el documento pero el hecho de que el debate para transformar la sociedad en la que vivimos era necesario, es indudable. Creo que este documento ha causado un gran revuelo porque ha realizado especial énfasis en tres conceptos básicos para la España del futuro:

  1. Ciudadano: El eje del cambio sobre el que articular un modelo más justo, sostenible y equitativo. Los desengañados no nos sirven para esto, necesitamos voluntad de cambio y compromiso para avanzar. Acudimos a un alejamiento cada vez mayor entre las necesidades reales de la sociedad civil y las decisiones que toman los representantes de esas multitudes inteligentes cada vez más formadas, preparadas y decididas a participar en la toma de decisiones que afectan a su realidad diaria en los puntos más básicos (estrategia social, trabajo, posicionamiento en el entorno). Este distanciamiento se puede apreciar a poco que se tome el pulso social y se consulten algunos parámetros que aporta el informe pero sobre todo en el gráfico que acompaña a estas líneas y que se refiere a la confianza en la imprescindible pero enormemente mejorable clase política española. Solo un 1% de los ciudadanos considera que la justicia trata igual a un político que a un ciudadano; solo un 0,9% considera que nuestra justicia funciona correctamente. Aunque se están estableciendo proyectos ambiciosos de modernización de la justicia (yo personalmente he participado en algunos y doy fe del ímprobo esfuerzo), debemos apoyar y financiar moral y económicamente este impulso. Los sindicatos deben mejorar su papel de intermediarios a favor de un papel de representantes reales de los problemas del trabajo. No basta con generalizar ni establecer puentes con el mundo empresarial (que personalmente –no es opinión del informe- considero que en España está fatalmente representado), sino que deben establecer puentes con los trabajadores evitando burocracia, prejuicios ideológicos y complejos. Estructuras deshumanizadas y despersonalizadas incapaces de actuar de acuerdo a un comportamiento social sostenible están viviendo su último estertor. La función política es imprescindible para el buen gobierno pero se está desacreditando en medio de una confusión constante en la definición de sus propias competencias. Cada vez más serán más diferenciales y aportaran mucho más valor aquellas organizaciones alejadas del cainismo y la confrontación y plegadas a orientar y mejorar de forma efectiva la calidad de vida del ciudadano. Solo un 25,4% de ciudadanos considera que los políticos deben votar de acuerdo a disciplina de partido y un 39,5% de personas opina que los representantes deberían ser elegidos directamente por los ciudadanos. Un paso más hacia la madurez necesaria para establecer una democracia participativa…
  2. Cultura: Debemos superar la cultura cortoplacista y eliminar la dicotomía valor-coste por la que invertir en valor requiere un riesgo mucho más elevado que invertir en perpetuar la continuidad de las estructuras y modelos productivos industriales. Parece como si en lugar de catalizar el talento, de colaborar en un objetivo común y compartido y de eliminar las castas sociales, viviéramos una doble velocidad en la que las instituciones y la sociedad civil caminan por sendas diferentes en lugar de converger. Debemos ser autónomos. Esto no significa aislarnos sino ser por ejemplo energéticamente autosuficientes en la medida de nuestras posibilidades. No todo vale y esto hay que repetirlo cuantas veces sea necesario. Combatir la economía sumergida y valorar a la pequeña y mediana empresa y al emprendedor ha sido fundamental para el desarrollo de cualquier región a  lo largo de la Historia de la Humanidad. Cuesta mucho hacer negocios en España, hay más impedimentos que facilidades. Cambiemos esto. Entre 2006 y 2010 España ha perdido en el índice Easy of doing business del Banco Mundial hasta ocupar la 62 de 184 países. Analizar, colaborar y facilitar: esa debe ser nuestra cultura.
  3. Inteligencia colectiva: Hablamos de cambiar la mentalidad empresarial a través de una cultura social en la que se interactúe con los actores, expertos y challengers de nuestro ecosistema para transformar todo el conocimiento y el talento en valor. Hablamos de encauzar y fomentar la cultura de la innovación no como un fin sino como un medio, de no establecer fronteras sino herramientas de captación de ideas y valor productivo. Se trata de olvidar la rancia imagen corporativa que intenta prevalecer por encima de la ley para favorecer una imagen de marca en las organizaciones y grupos de talento que explore y fomente la transparencia, el trabajo colaborativo más allá de las jerarquías necesarias. Abolir las etiquetas es trabajo duro, el documento nos propone la eficiencia personal, la mejora de nuestras habilidades y el destierro del individualismo frente a la competitividad voraz e insostenible. Fomentar la marca-país España es trabajar entre todos para fortalecer nuestras instituciones, la modernización en las empresas y sobre todo la economía del conocimiento.
  4. Singularidad: Spain is different por Spain is unique. No es un cambio de frase, es un cambio de mentalidad. España tiene un espíritu de superación que pocos pueblos a lo largo de la historia han sabido mantener tan vivo. Hemos sufrido grandes catástrofes sociales y hemos salido airosos de momentos difíciles en nuestra historia. Somos la consecuencia y suma de múltiples culturas que nos han dado riqueza y han conformado nuestro modo de ser y actitud ante la vida. Debemos avanzar “sin anclarnos en la autarquía” de nuestro propio juego o de nuestros complejos y fortalezas porque todo el mundo los tiene pero muy pocos los saben explotar de forma eficaz. Tampoco nos sirven para este juego los desengañados, necesitamos entusiastas, motivados, personas reconocidas y mimadas, mejor tratadas aquí que en ningún sitio (no necesariamente a nivel de sueldo pero sí a nivel de apoyo y respaldo social).

Los 16 grandes retos del país propuestos por la Declaración Transforma España

Esta declaración no es política, es un llamamiento al cambio social. Habla de personas, de ti y de mí, de lo que podemos lograr si aunamos esfuerzos y es aplicable al resto de países. No obstante es especialmente encomiable el esfuerzo por proponer un cambio para recuperar los valores de convivencia, respeto y sociedad que poco a poco hemos ido deteriorando con el tiempo. Ha habido críticas demoledoras en contra de la iniciativa alertando del peligro de presión del un lobby empresarial sobre la autonomía democrática del estado, pidiendo explicaciones por la recepción del jefe de estado a representantes de la sociedad civil y criticando la falta de concreción de la declaración. Déjenme que les diga algo: nadie habia hecho un llamamiento semejante a las instituciones para no volver la espalda a la crudeza de la situación, nadie nunca antes ha planteado aprender de los errores de nuestro sistema político para construir una mejor y más cernao, nadie había reunido en un esfuerzo ímprobo a tantas voces poderosas junto a tantas voces ignoradas en favor de un objetivo social que nos beneficie a todos. Humanizar nuestro modelo y lograr un ecosistema sostenible, estas son las propuestas de los coordinadores de esta iniciativa: Marc Alba y David García. Un cambio de escenario no para la supervivencia competitiva sino para la convivencia colectiva en nuestra sociedad y nuestro tiempo, en nuestro social&realtime. Como siempre, repito, nada de esto es novedoso pero todo es completamente revolucionario.

Consulta el documento aquí. Difúndelo si estás de acuerdo con él y critícalo si te parece una pantomima. En todo caso, PARTICIPA.

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