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Hasta ahora mi vida pasaba en lugares que no entendía, ahora mi propia vida es el lugar que entiendo. Y cada mañana al levantarme siento la necesidad primero de orinar y luego de cambiar mi mundo inmediato. Pienso, como muchos amigos, en glocal. Porque releyendo al wapu, hace unos meses interioricé que yo debo ser el cambio que quiero ver en el mundo. Sino, no habrá cambio. La buena noticia: lo estoy consiguiendo.

Estamos acostumbrados a trabajar con respuestas pero no a razonar en función de las preguntas. Creo que esto se debe a la fiebre del corto plazo. Ahora que me he alejado de este frenético ritmo e intento construir un mundo más saludable y natural, tengo claro lo que quiero ser. En un tiempo donde los mitos han perdido relevancia y donde intento desatender todos mis altares, reconozco que pocas historias en mi vida me han influido tanto como las de los libros de caballería, Sócrates y el wapu, como veis casi todos personajes literarios 🙂 Para mí y para muchos de mis amigos muertos, el Quijote es el símbolo de la lucha por la vida, del humor mortal y cotidiano y de la fuerza incombustible de la imaginación. Casi siempre que veo los correos de oscuras oficinas, vienen acompañados de largos párrafos en letra diminuta que hacen referencia a aburridas condiciones de privacidad, restricción y garantía. Esto me recuerda a la gran reflexión que mi amigo Pedro Pablo Ramos nos hizo en uno de los #vorparoom «¿Veis esta frase tan larga? Fijaos cuantas palabras rimbombantes y cuanta seguridad y garantía infundían en el cliente de este garaje»

Sin duda, necesitamos a veces de referencias y letra pequeña. Por ello me he decidido a acompañar todos mis correos de un volúmen similar de palabras que infundan seriedad y compromiso pero esta vez con sentido y un valor inspirador.

Una de las virtudes de los grandes textos es que pueden ser interpretados una y otra vez y adaptados a según qué circunstancias. He escogido por eso el capítulo inicial adaptado no sin cierta sorna pero hoy quiero comentar este otro que me resulta igualmente evocador para las nuevas organizaciones (me gusta llamarlas COLECTIVOS) del presente.

En el Capítulo L de la primera parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha  Sancho le sugiere a Quijote que los libros de caballería son una mentira. Lo he escogido porque creo que Cervantes profetizaba varios problema del mundo empresarial que intento resolver con mi trabajo. A continuación el texto y mi interpretación:

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En primer lugar, Don Quijote se defiende de que el mundo que está intentando vivir, mucho más bello y armonioso que el actual. Creo que es una buena metáfora aplicable a los dos mundos que vivimos en las organizaciones intensivas de conocimiento. Por un lado tenemos organizaciones sostenibles basadas en innovación y creatividad distribuida y por otro lado tenemos organizaciones rígidas y supuestamente «pragmáticas» basadas en la cadena de producción y la jerarquía burocrática. Lo que dice Don Quijote no es que el mundo que él y yo defendemos (si queréis «los castillos en el aire» que supuestamente promueve la innovación) sea mejor o peor que el otro, lo que dice es que no existe nadie a quien no le guste ese entorno y que por tanto deberíamos tender a él. Representan una perspectiva saludable para todos. Este es el párrafo en el que habla de un mundo lleno de retos, premios y mensajes extraordinarios. Podéis llamarle VIDA:

«Si no, dígame: ¿hay mayor contento que ver, como si dijésemos, aquí ahora se muestra delante de nosotros un gran lago de pez hirviendo a borbollones, y que andan nadando y cruzando por él muchas serpientes, culebras y lagartos, y otros muchos géneros de animales feroces y espantables, y que del medio del lago sale una voz tristísima que dice:

«Tú, caballero, quienquiera que seas, que el temeroso lago estás mirando, si quieres alcanzar el bien que debajo destas negras aguas se encubre, muestra el valor de tu fuerte pecho y arrójate en mitad de su negro y encendido licor, porque si así no lo haces, no serás digno de ver las altas maravillas que en sí encierran y contienen los siete castillos de las siete fadas que debajo desta negregura yacen»?

El texto subrayado significa para mí lo que siempre me recuerdo cada día: ABANDONA TU ZONA DE CONFORT, LA MAGIA ESTÄ EN OTRA PARTE PERO TE TIENES QUE MOJAR PARA FORMAR PARTE DE ELLA. En mi caso cuando he dejado de depender de cretinos cuyo tamaño de ignorancia hacia sombra a mi capacidad de crecimiento, he sido por fin libre porque he tenido valor.

Y aquí viene la parte que más me gusta de CONSTRUYE TU PROPIA REALIDAD que creo que nos hace mucha falta para reinventar nuestra tiempo y nuestro espacio. En esta parte el caballero crea un mundo maravilloso donde todo es posible y todo cabe. Y a mí me recuerda a lo que quiero hacer en las organizaciones, transformando una realidad gris y trasnochada en un mundo de posibilidades para todos, dentro y fuera. Dice así el texto:

«¿Y que apenas el caballero no ha acabado de oír la voz temerosa, cuando, sin entrar más en cuentas consigo, sin ponerse a considerar el peligro a que se pone y aun sin despojarse de la pesadumbre de sus fuertes armas, encomendándose a Dios y a su señora, se arroja en mitad del bullente lago, y cuando no se cata ni sabe dónde ha de parar, se halla entre unos floridos campos, con quien los Elíseos no tienen que ver en ninguna cosa?

Allí le parece que el cielo es más transparente y que el sol luce con claridad más nueva. Ofrécesele a los ojos una apacible floresta de tan verdes y frondosos árboles compuesta, que alegra a la vista su verdura, y entretiene los oídos el dulce y no aprendido canto de los pequeños, infinitos y pintados pajarillos que por los intricados ramos van cruzando. Aquí descubre un arroyuelo, cuyas frescas aguas, que líquidos cristales parecen, corren sobre menudas arenas y blancas pedrezuelas, que oro cernido y puras perlas semejan; acullá vee una artificiosa fuente de jaspe variado y de liso mármol compuesta; acá vee otra a lo brutesco adornada, adonde las menudas conchas de las almejas con las torcidas casas blancas y amarillas del caracol, puestas con orden desordenada, mezclados entre ellas pedazos de cristal luciente y de contrahechas esmeraldas, hacen una variada labor, de manera que el arte, imitando a la naturaleza, parece que allí la vence.

Acullá de improviso se le descubre un fuerte castillo o vistoso alcázar, cuyas murallas son de macizo oro, las almenas de diamantes, las puertas de jacintos: finalmente, él es de tan admirable compostura, que, con ser la materia de que está formado no menos que de diamantes, de carbuncos, de rubíes, de perlas, de oro y de esmeraldas, es de más estimación su hechura.»

Don Quijote nos está hablando realmente de la importancia de visualizar y construir un nuevo entorno donde los sueños y las ideas puedan hacerse realidad. Nota: estas son las oficinas de Google en Zurich.

A continuación Don Quijote creo que habla de la recompensa interior que en un mundo creador y creativo, puede alcanzar cualquier persona. Continúa con un tono narrativo exagerado pero siempre haciendo referencia

«¿Y hay más que ver, después de haber visto esto, que ver salir por la puerta del castillo un buen número de doncellas, cuyos galanos y vistosos trajes, si yo me pusiese ahora a decirlos como las historias nos los cuentan, sería nunca acabar, y tomar luego la que parecía principal de todas por la mano al atrevido caballero que se arrojó en el ferviente lago, y llevarle, sin hablarle palabra, dentro del rico alcázar o castillo, y hacerle desnudar como su madre le parió, y bañarle con templadas aguas, y luego untarle todo con olorosos ungüentos y vestirle una camisa de cendal delgadísimo, toda olorosa y perfumada, y acudir otra doncella y echarle un mantón sobre los hombros, que, por lo menos menos, dicen que suele valer una ciudad, y aun más?»

Además moviéndose entre la crítica y la esperanza, hace referencia al lector (al espectador de los procesos) que necesita visualizar y entender esa realidad y sentirse parte de ella. Este es un problema real hoy en día, donde las narraciones de las organizaciones son huecas o repletas de retórica vacía que no llega al receptor. La comunicación es el problema que se deriva de esto y creo que tiene que ver con no saber contar y preparar historias. Yo lo llevo haciendo desde niño, de modo que os podré ayudar a algo parecido a esto en vuestros equipos 🙂

«¿Qué es ver, pues, cuando nos cuentan que tras todo esto le llevan a otra sala, donde halla puestas las mesas con tanto concierto, que queda suspenso y admirado? ¿Qué el verle echar agua a manos, toda de ámbar y de olorosas flores distilada? ¿Qué el hacerle sentar sobre una silla de marfil? ¿Qué verle servir todas las doncellas, guardando un maravilloso silencio? ¿Qué el traerle tanta diferencia de manjares, tan sabrosamente guisados, que no sabe el apetito a cuál deba de alargar la mano? ¿Cuál será oír la música que en tanto que come suena sin saberse quién la canta ni adónde suena? ¿Y, después de la comida acabada y las mesas alzadas, quedarse el caballero recostado sobre la silla, y quizá mondándose los dientes, como es costumbre, entrar a deshora por la puerta de la sala otra mucho más hermosa doncella que ninguna de las primeras, y sentarse al lado del caballero y comenzar a darle cuenta de qué castillo es aquel y de cómo ella está encantada en él, con otras cosas que suspenden al caballero y admiran a los leyentes que van leyendo su historia?»

«…No quiero alargarme más en esto, pues dello se puede colegir que cualquiera parte que se lea de cualquiera historia de caballero andante ha de causar gusto y maravilla a cualquiera que la leyere.»

Es decir, que los entornos que generemos para crear valor deben causar gusto y maravilla a cualquiera que los cree pero también a cualquiera que trabaje en ellos. En la fotografía anterior tenéis un ejemplo de unas oficinas que físicamente fomentan la creación de valor. Y sin duda es un gran punto de partida.

Y ahora viene un momento magistral  en el que habla de jaulas (empresas) y de que aunque los pobres (todos los miembros de una empresa) tengamos talento, por ser considerados al margen de los procesos de creación no podemos formar parte de ellos y se empobrecen.

«Y vuestra merced créame y, como otra vez le he dicho, lea estos libros, y verá cómo le destierran la melancolía que tuviere y le mejoran la condición, si acaso la tiene mala. De mí sé decir que después que soy caballero andante soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos; y aunque ha tan poco que me vi encerrado en una jaula como loco, pienso, por el valor de mi brazo, favoreciéndome el cielo y no me siendo contraria la fortuna, en pocos días verme rey de algún reino, adonde pueda mostrar el agradecimiento y liberalidad que mi pecho encierra. Que, mía fe, señor, el pobre está inhabilitado de poder mostrar la virtud de liberalidad con ninguno, aunque en sumo grado la posea, y el agradecimiento que solo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.»

Por eso Don Quijote pide ocasiones para ser creativo y poder construir un mundo nuevo, ocasiones dentro de los Campos de Montiel (las empresas) para poder ser ese cambio que queremos ver en el mundo. Dice así:

«Por esto querría que la fortuna me ofreciese presto alguna ocasión donde me hiciese emperador, por mostrar mi pecho haciendo bien a mis amigos»

Ser emperador hoy en día no significa tener grandes riquezas, sino poder hacer el bien a aquellos con los que nos relacionamos.

Lo dicho, ahora cuando mande un mail, irá acompañado de esta garantía que tiene más de 400 años y sigue para mí vigente: La propuesta de imaginar una nueva organización y un nuevo entorno en el que de gusto estar y desarrollar el talento y el valor individual y colectivo.

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