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“Si piensas que la tecnología puede solucionar tus problemas de seguridad, está claro que ni entiendes los problemas ni entiendes la tecnología”

Bruce Schneier (criptógrafo, mayor experto en seguridad informática del mundo)

 

En este artículo explico mi punto de vista sobre cómo la digitalidad ha influido en el comportamiento humano y cómo podemos trabajar por un modelo de digitalidad saludable. Muchos han escrito y escriben sobre temas que tienen que ver con la digitalidad y el uso de las nuevas tecnologías. Yo mismo hace poco escribí sobre las viejas. Sin embargo creo que se ha escrito muy poco sobre las bases fundamentales y los retos que la digitalidad nos plantea como personas.

En realidad esto de la digitalidad forma parte de mi vida y mi desarrollo como persona. Mi padre abrió una academia de informática en un barrio humilde de mi ciudad cuando nadie en España sabía que demonios era eso y todo el mundo necesitaba aprenderlo. Yo iba allí a menudo como alumno y a veces como profesor en los 90. En segundo lugar parte de mi carrera, antes de centrarme en trabajar por las personas, la desarrollé en el mundo tecnológico.

Hoy trataré de hablar brevemente sobre cómo hemos llegado a los modelos de consumo de la digitalidad actuales y qué retos nos plantea la continua evolución de las denominadas nuevas tecnologías. Lo haré en torno a estos puntos:

  • Dos tecnologías para entender el reto de la digitalidad
  • Tres claves para usar la digitalidad de forma saludable

 

DOS TECNOLOGÍAS PARA ENTENDER EL RETO DE LA DIGITALIDAD

Uno de los fenómenos más inquietantes que condicionan nuestro desarrollo como personas es sin duda el uso de las denominadas «nuevas tecnologías de la información y el conocimiento». La electricidad y el descubrimiento del electromagnetismo son la base fundamental de cualquier nueva tecnología actualmente en uso. De entre todas estas tecnologías yo destacaría dos que condicionan enormemente el comportamiento humano contemporáneo:

  • La computación o el almacenamiento y procesamiento de información en grandes cantidades y a gran velocidad. Esto se produce gracias a los avances durante los últimos cuatrocientos años (no es una errata) en lo que hoy se conoce como ingeniería informática y que engloba disciplinas científicas como la electrónica, la mecánica, la lógica, la álgebra y la programación. En el siglo XVII se comienzan a emplear calculadoras matemáticas rudimentarias con cierta complejidad. En el siglo XVIII se crea la primera máquina que resolvía silogismos y elementos de probabilidad básicos. En el siglo XIX se crean las primeras máquinas de tarjetas perforadas y artefactos de aritmética. En las primeras décadas del siglo XX se continúa evolucionando en este sentido hasta que en 1936 Alan Turing crea las bases de la ingeniería informática moderna con su máquina de Turing. Desde entonces, se desencadenan sucesivos descubrimientos que permiten procesar más información a más velocidad a un mayor número de personas.
  • La hiperconectividad o la superación de las barreras físicas y geográficas en la comunicación de la información. Esto se produce gracias a los avances y conquistas que durante los últimos ciento cincuenta años nos ha brindado la disciplina que hoy se conoce como ingeniería de las telecomunicaciones. Una vez superados los primeros estadios de telecomunicación: la comunicación morse (1840), la telefonía en núcleos urbanos (1877), la telegrafía sin hilos (1895), la extensión de la radiocomunicación (1920), la extensión de la televisión (1940), quedaba una larga etapa de investigación que desembocó en 1965 en la primera conexión telefónica entre dos ordenadores que desembocó en 1971 con el envío del primer correo electrónico y que culminó en la década de los 90 en la extensión de las primeras redes y servicios telemáticos. En 1997 aparece el primer estándar Wi-Fi y (coincidiendo casi con el nacimiento de Google) y en 2001 el primer estándar de red 3g (coincidiendo temporalmente con el nacimiento de Wikipedia). En la actualidad tan solo al 42% de la población mundial tiene acceso a internet, si bien los denominados países industrializados (muy concentrados en Europa, EEUU, Canadá y Oceanía) suelen rozar el 90% de acceso en su población.

La adecuada combinación de ambas tecnologías (la computación y la hiperconectividad) proporciona el acceso a una gran cantidad de información a escala global. Varios indicadores muy inmediatos ayudan a lector o lectora a comprender que el reto al que nos enfrentamos es probablemente mucho más complejo de lo que se creía. Relaciono estos indicadores con algunos consejos prácticos para llevar una vida saludable con la tecnología como aliada y no como enemiga:

 

¡CÉNTRESE! : SU CAPACIDAD DE ATENCIÓN ES CLAVE

El cerebro humano es ya hoy incapaz de procesar TODA la información disponible en una materia, por lo que usted hoy más que nunca necesita entrenar su capacidad de atención

Ya no se trata de Big Data, se trata de comprender que no damos más de sí. En el sitio web PennyStocks usted puede ver -si no es propenso a los infartos- la cantidad de información que se genera en tiempo real en el mundo online.  Según apuntaba hace poco la revista de divulgación Muy Interesante «Físicos de la Universidad de Frankfurt (Alemania) han llegado a la conclusión de que la capacidad del cerebro humano para procesar y registrar información es el principal factor limitante del crecimiento de la cantidad de datos que se almacenan en Internet, y no el coste de la producción de datos, ni tampoco del hardware. Según concluyen en la revista European Physical Journal B (EPJ B), la cantidad de información archivada no puede crecer más rápido que la capacidad del cerebro humano de asimilarla, procesarla y manejarla. En otras palabras, los procesos neurofisiológicos que nos afectan a la hora de gestionar la información son los que determinan el límite de crecimiento de los datos (textos, imágenes, vídeos…) almacenados a escala global en la Red de redes.»

Nosotros somos capaces de comunicar 170 palabras por minuto de forma efectiva (llegando al otro). Somos incapaces de leer y procesar toda la información que se genera sobre algo concreto en cualquier parte del mundo. Nuestro cerebro no está preparado para ello, el de nadie. Por ello, y para poder subsistir, de forma socialmente inconsciente hemos cambiado el paradigma de comprensión de la información desde una voluntad totalizadora -heredera de aquella idea enciclopédica ilustrada- hacia una voluntad integradora y fiel a la diferencia. Esto quiere decir que cada vez importa menos saber todo de algo y cada vez importa más entrenarse en capacidades relacionales y de búsqueda de recursos de información.

Para aquellos locos que como Diderot y d´Alambert creen que todo el conocimiento humano puede reunirse en unas páginas, la lección aprendida sigue estando vigente. La sabiduría nunca estuvo en el conocimiento, sino en la forma de aplicarlo. la sabiduría de hoy por tanto ya no consiste en esa locura poco saludable de aspirar a ser perfectos, sino esa humanidad altamente placentera de saber dónde le queda a cada uno recorrido. De vida, que no es más que de aprendizaje y experiencia.

El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta incapacidad para procesarlo todo, es el de superar la ansiedad de consumo de información para saber vivir la vida real saludablemente desconectados. Ejemplos de este reto son los siguientes comportamientos tóxicos actuales:

  • Queremos hablar rápido y de todo: Para pasar a otra cosa, mariposa. Dejamos así casi todo inconcluso y sin resolver en el momento. Y a menudo esto es hacer las cosas realmente mal. Por este motivo detecto una incapacidad creciente en los equipos para mantener conversaciones significativas. Acortamos palabras o expresiones ahondando en una barbarie lingüística y expresiva sin precedentes; empleamos comportamiento tiránicos y egoícos para expresarnos, o repetimos fórmulas fraseológicas sin pensar ni procesar ni aportar nada. En gestión empresarial, el 90% de libros que usted puede ver en las librerías españolas actualmente se corresponden con lo que los anglosajones denominan Fast food management: libros que hablan de otros libros de forma breve y vistosa (sin contenido ni discurso) y que pretenden ser milagros o respuestas universales.
  • Queremos estar en todas partes: Y conseguimos no estar en ninguna. Perdemos con facilidad el foco en el momento AHORA y esto nos impide disfrutar de las cosas por el hecho de estar pensando en otras. Este comportamiento inconsciente y no trabajado genera una elevada ansiedad que provoca una actitud inhumana: queremos estar continuamente conectados con otros hasta tal punto de impedirnos conectar con nuestra propia vida vaciándola por completo de sentido.

 

¡PIENSE POR SÍ MISMO! : CUESTIONE LA VERDAD

El cerebro humano es altamente manipulable. Las grandes escuelas de psicología conocen los entresijos del comportamiento de nuestro cerebro y la facilidad para manipularlo.

La democratización del acceso a la información supone el aumento de discursos vacíos que logran calar en las conciencias con técnicas de difusión masiva. Cuestiónelo todo, investigue.

Si algo he aprendido durante estos años acompañando personas en procesos de cambio, es que el cerebro humano es tremendamente falible y está sujeto a continuos quiebres e imprevistas acciones. Hemos hablado ya de los descubrimientos de la psicología cognitiva y la psicología social acerca de la facilidad para manipular el cerebro humano. Usted tiene libre acceso en cualquier biblioteca pública, libreria comercial o internet a muchas formas de manipular el cerebro humano con fines honestos y deshonestos. En lo básico, el cerebro humano es una máquina espectacular de procesamiento, vínculo y almacenamiento de información; pero a la vez tiene recovecos traidores. Somos a un mismo tiempo la especie con más capacidad intelectual del planeta y la única que por tanto tiene la increíble capacidad de demostrar diariamente cómo desaprovecharla. Usted encontrará ejemplos prácticos en su vida diaria que hablan de hábitos, comportamientos irracionales y relacionales sin sentido o perpetuación de acciones nocivas para sí mismo que sigue realizando y a las que se sigue agarrando cual koala en rama.

El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta desprotección aparente que tenemos, es sin duda la infoxicación y la pérdida de rigor científico o humano. Una de las recetas que yo recomiendo para evitar deshumanizarte es que apliques las claves para el entrenamiento del pensamiento propio. Porque la forma saludable de revertir todo esto es ser fiel al método científico y al pensamiento crítico.

 

¡ACEPTE SUS LIMITACIONES! : CONFÍE EN SU CEREBRO Y SU INTUICIÓN

Existe una clara descompensación entre el ritmo exponencial de evolución de las «nuevas tecnologías» y el ritmo lineal de evolución del cerebro humano

Acabamos de exponer que estas nuevas tecnologías han crecido a un ritmo muy elevado durante los últimos 50 años, pero pongamos magnitudes a este crecimiento: El sistema de computación de los años 60 que mandó a los primeros hombres a la luna, la Apollo Guiding Computer (AGC) diseñada por el MIT, tenía 100.000 veces menos capacidad de RAM (memoria de trabajo destinada al procesamiento) que tu teléfono móvil actual. Pues bien, la capacidad evolutiva de nuestra especie y en particular la capacidad evolutiva de nuestro cerebro se cifra en ritmos «un poquito» más lentos. Nuestro cerebro es el resultado de 2,5 millones de años de evolución. En concreto y por aportar números, el último update evolutivo de nuestro cerebro fue hace 130.000 años cuando el primer homo sapiens sapiens (el primer UNO de NOSOTROS) comenzó a migrar hacia la península arábiga. Nuestro cerebro aumenta a un ritmo no exponencial sino prácticamente lineal de 150.000 neuronas por generación.

En esta escalada de barbarie de la ignorancia que vivimos a diario, puede que usted tras leer todo esto se plantee por qué demonios la especie humana no se parece más a Apple y evoluciona algo más rápido. Le respondo rápido: porque de momento no necesitamos más. Habrá también alguien que diga que el ser humano -en el cual yo renuevo a diario todas mis esperanzas y mi fe- deja mucho que desear como sistema de innovación. Pues bien, a cualquiera de estas dos personas yo les invito a hablar con estas otras:

Con cualquier biólogo sobre los ritmos de evolución del universo conocido y los increíbles ritmos de evolución de la especie humana de forma comparada. Con cualquier sociólogo sobre los increíbles mecanismos de adaptación de nuestra especie en diferentes terrenos, situaciones, contextos y culturas. Con cualquier historiador sobre la increíble habilidad de nuestra especie durante los últimos treinta siglos documentados para superar de forma colectiva procesos de dolor y sacrificio continuados en el tiempo, y para conquistar descubrimientos técnicos diferenciales. Con cualquier profesional del acompañamiento sobre los increíbles procesos de crecimiento y superación de las personas en situaciones límite o momentos de cambio. Con cualquier médico cirujano sobre la increíble disposición y funcionamiento de los diferentes sistemas de la anatomía del cuerpo humano. Con cualquier filósofo sobre la increíble capacidad del ser humano para cambiar estados mentales completos que reconfiguran e inventan nuevas realidades a partir de su creatividad y razonamiento.

El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta limitación es el de no dejarnos amedrentar por la escalada de generación de información tan salvaje en la que vivimos. Noto como muchos compañeros con los que hablo a diario flotan a la deriva en la corriente del conocimiento en la información cogiéndose a uno y otro tronco sin lograr construir su propia casa desde la que observar paciente el eterno y constante fluir del río. También en los momentos iniciales de muchos mentorandos o clientes de coaching, he notado una tendencia insana por querer abarcarlo todo.

Si usted permite, lector o lectora, yo tiendo a confiar en mayor grado en aquellas personas continuamente conectadas consigo mismas que en aquellas que continuamente quieren conectarse con los demás. Ponga a la tecnología en su sitio y a usted en el suyo: ella está al servicio de usted y no al revés. Recuerde: vivir es lo importante, la tecnología solo es algo auxiliar.

 

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Consulta nuestro catálogo de servicios de acompañamiento al cambio y formación y solicita más información a david.criado@vorpalina.com

 

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