«Darse cuenta de una cosa sin contar con ella… eso es una idea. Contar con una cosa sin pensar en ella, sin darse cuenta de ella… eso es una creencia.»
maestro José Ortega y Gasset (filósofo, persona, extraído de La idea de principio en Leibniz, XXX, 1947)
Tal y como creo, el management es el arte y disciplina de coordinar los esfuerzos de las personas para lograr metas y objetivos concretos mediante el uso de los recursos disponibles de una manera eficiente y eficaz.
En este breve artículo expondré cual creo que es el verdadero sitio de las pequeñas modas y el del único reto del management ahora. Comenzamos.
Cada nuevo año leo, no sin estupor, algunos artículos sobre los grandes retos del management escritos por grandes eminencias en esta disciplina. Traigo hoy un ejemplo. He aquí el muestrario extraído de 4 artículos sobre los retos del management en 2016: explotación de tecnologías sociales aplicadas a la atracción de talento, gestión del Big data, explotación del Internet de las cosas, explotación de los beneficios de la impresión 3D, inclusión de la nanotecnología en la oficina, inclusión del grafeno en el mercado tecnológico, aprovechamiento de las ventajas derivadas de la secuenciación del genoma, cambios en la comunicación debido a la traducción lingüística automática,…
Ninguno de ellos me parece prioritario, y lo más grave en mi caso es que ninguno de ellos me parece importante o digno de ser considerado un reto a efectos de «coordinar los esfuerzos de las personas para lograr alcanzar metas y objetivos concretos mediante el uso de los recursos disponibles de una manera eficiente y eficaz«.
He aquí mi argumento:
- Usted es muy ingenuo si considera que existe algún otro recurso más importante en su empresa que las personas que trabajan en ella a diario. No se trata de grandes palabras o de un brindis al sol, es algo que para mí en cualquier sesión de trabajo es fácilmente demostrable. Ninguno de los grandes estudiosos de la empresa en los últimos treinta años ha obviado esto: El recurso disponible más importante de su empresa son sus personas.
- Con el tiempo y la experiencia acompañando a equipos y organizaciones ha aumentado mi grado de gadgetofobia, esto es, de cierto repelús o escepticismo ante los nuevos gadgets, teorías o conceptos milagrosos. Por explicarlo brevemente, para mí Doraemon, Mochilo el de los fruittis, o el Inspector Gadget son solo dibujos animados en un mundo que nunca va a existir. Poseen como seres imaginarios la capacidad de sacar de sus bolsillos mágicos, soluciones milagrosas. Yo no. Desengáñese: usted tampoco.
- Seré claro. Creo que cuando decimos que cualquier otra cosa diferente al reto que hoy voy a exponer, es más importante que esto, hemos fallado como especie. No hay ni una sola organización a la que yo haya entrado -digo, ni una sola- cuyo reto real no sea este. Ningún gran equipo directivo con el que yo haya trabajado, habla realmente de otra cosa.
Como algunos compañeros y yo personalmente estamos trabajando duro en este reto, sepan todos esos autores que todo lo demás es y seguirá siendo durante muchos otros años, secundario. La verdadera arena del management donde hoy nos batimos los valientes, sigue estando encerrada en este único reto:
[bctt tweet=»El único reto del management es lograr que ninguna persona necesite esperar al final de su jornada laboral para sentirse vivo» url=»no»]
Sentirse vivo, lector o lectora, no es otra cosa que sentirse útil y necesario para sí mismo y para otros. Creo con sinceridad que usted realizará un buen trabajo como gestor de personas en la medida en que no olvide que este es el único auténtico del management.
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Me ha gustado mucho el post David y coincido plenamente con ese enfoque del management como firme convencido de los estudios de Peter Drucker. Creo que el reto, quizás el mismo pero expresado de manera diferente, del manager es desarrollar la autogestión de las personas y ayudar a la conexión entre ellas para obtener resultados de manera efectiva.
Seguimos leyéndonos. Un abrazo
Yo me conformo con muchos menos cuando vuelvo a casa y me paro a reflexionar sobre la verdadera necesidad de las personas. Tras pulsar el pálpito de muchas de ellas, simplemente encuentro que quieren y NECESITAN sentirse vivas, pero hay tantos telones por delante de ellos que ni siquiera pueden salir a la función. Entre estos telones se encuentra sin duda la deshumanización constante de entornos de desempeño que nacieron para servir a las personas (ese, no lo olvidemos, es el fin último de cualquier empresa: servir de algo a alguien) Y es en el momento en el que sirves de algo a alguien (cliente) pero de muy poco o casi nada a los que sirven junto a tí (empleados) ese «algo» (producto/servicio) cuando una organización ha perdido su sentido y su razón de ser. Lo creo honestamente. Abrazo, David.
Hay que ser muy crack para meter a Mochilo en un post sobre management 😉
Buena reflexión, por cierto. Mientras la leía recordaba aquel taller con Eugenio Moliní, donde buscábamos nuestra vocación a través del dolor, aquello que nos hacía daño era lo que conformaba nuestro leitmotiv como agentes de cambio.
A lo mejor nuestra vocación es precisamente ésa: evitar la humillación creando espacios donde las personas se sientan vivas. Que pueden trabajar con autonomía, libertad y responsabilidad para encontrarle sentido a su trabajo. Nada más y nada menos.
Interesante, Alfonso. Yo creo en aquella metáfora de la perla y la herida solo si sirve para que alguien conecte con su voluntad de mejora. Existe un increíble dolor en las organizaciones que crece con el tiempo y es sangrante. Lo he vivido en varios sectores y contextos. Por eso creo que este reto reúne lo verdaderamente importante para poder ser rentables como personas. Si apostamos por la comprensión y participación activa de las personas, no me cabe duda de que ellas traerán grandes beneficios. Esto también lo he visto. Pero con independencia del modelo de gestión o de trabajo que escojamos, puede que lo más útil sea -como creo que apuntas- no olvidar que cada persona tiene un propósito, un sentido de vida y un conjunto de destrezas. Con eso, ya me basta.
Hola y me alegra leer estas lineas con ideas tan necesarias de compartir, gracias por ello.
Muy interesante y estoy de acuerdo en el fin, lo que veo más complejo y un poco «nadar contracorriente» es en el como volver a ese fin que fue el principio, y debería seguir siendo principio y fin verdad?
De todos modos alegres y felices vidas para todas las personas!
Creo, Ángel, que el bosque no nos deja ver los árboles. Y lo realmente importante son los árboles, las personas, la materia prima que construye y mueve todo. Veo muy pocas organizaciones que sepan cuidar este valor y aquellas que se animan a cuidarlo -lo digo por experiencia- acaban despuntando. Para un enorme porcentaje de personas es algo revolucionario levantarte con ganas de ir a trabajar. Y esto ocurre porque no creamos espacios donde las personas desarrollen su creatividad y su propio valor como personas. Además de especialistas, somos una gran colección de cosas únicas y auténticas: emociones, ideas, pensamientos, conocimiento, educación, cultura, experiencias,… En la medida en que pongamos todo eso en valor, estaremos creando organizaciones sostenibles. Y para hacerlo, créeme Ángel, existen estupendas técnicas.
DAVID: para comenzar este 2016 es muy BIENVENIDO este post… ¡GRACIAS! … nos dejamos llevar tanto por la cacharrería que al final nos olvidamos que ésta es posible si nosotros, como personas, somos conscientes de todo ello y de lo que podemos aportar en nuestras relaciones.
A ver si en este 2016 llevamos bien a la práctica todo esto que dices…
Abrazotes compa
Juanjo, eso creo. Esto es tan solo una llamada a todos los profesionales del management para que por encima de los grandes fuegos artificiales atiendan el dolor y la necesidad de las personas naturales. Es una reflexión, al menos eso creo, sencilla pero fuerte. Ojalá nos agarre y no podamos olvidarla. Abrazo, crack
Realmente sensible pero real, estaremos listos para aceptarlo o pensaremos que aun es parte del contracorriente de toda tendencia que se ha iniciado
Gran reflexión, gran post. Es una pena que la práctica empresarial actual se rija, en muchos casos, por principios opuestos a los del artículo. Una deshumanización cada vez mayor y un cortoplacismo galopante que ahogan cualquier amago de libertad. Cuando todo se reduce a números, la importancia del ser humano se difumina hasta casi desaparecer.
Gracias Juanma por tu visita. Aporta algo de optimismo e ilusión a lo que comentas, que es cierto que corresponde a la generalidad de organizaciones. Veo a diario también personas que apuestan por renovar sus organizaciones y que dan soporte real -y no solo aparente- a sus acciones para dar voz y sentido a sus profesionales. Cuesta, pero todo llega. Estamos trabajando en ello. Un saludo.