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noman«No man is an island,
entire of itself.
Each is a piece of the continent,
a part of the main.
If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less.
As well as if a promontory were.
As well as if a manor of thine own
or of thine friend’s were.
Each man’s death diminishes me,
for I am involved in mankind.
Therefore, send not to know
for whom the bell tolls,
it tolls for thee.»

John Donne (1572-1631), english poet, satirist, lawyer and cleric

Desde hace días estas palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza: «Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte del conjunto» Hace ya un año que presenté la dimisión en mi último trabajo estable (con nómina) y que me embarqué en un viaje personal y profesional conociendo modelos de relaciones y trabajo alternativos. De todos estos años de experiencia (incluido este último) quiero compartir hoy algunas lecciones aprendidas.

Para mí en este momento hay dos tipos de velocidades muy diferenciadas en nuestra realidad diaria. Son casi dimensiones paralelas que no aprender a tocarse y que puedo ver a diario. Existen diferencias de base que son fundamentales para diferenciar quién o qué pertenece a cada una. Y creo que tiene que ver con el poema de John Donne, no tengo duda.

PRIMERA VELOCIDAD: La realidad de la mayoría

Quiero exponer a continuación el paradigma en el que vivimos tal y como yo lo entiendo y compruebo cada día. Lo que somos está relacionado con la primera de esas velocidades, la más lenta y bulliciosa, aquella que se identifica con lo que cualquier hijo de padre entiende como REALIDAD. Es la velocidad vinculada al modelo industrial que tanto conocemos y por extensión con la economía de escala, ambos asociados a sistemas de producción que derivan de 4 modelos de pensamiento complementarios. Cada uno de estos modelos de pensamiento tiene 100 años de antigüedad y conforman el concepto actual de lo que todos entendemos como EMPRESA:

  • La ética protestante del trabajo de Weber. Formula las bases de los conceptos actuales de EMPLEADO y DESEMPEÑO. Su tesis defendió que el puritanismo y la devoción religiosa influyeron en el nacimiento del capitalismo creando héroes mesiánicos (empresarios) y ejecutores (empleados). A mi modo de ver es la base de la separación mental entre vida laboral y personal y además el principal argumento vinculante entre ambos mundos. Los héroes están llamados a cumplir un mensaje o iluminación (visión) y los ejecutores están llamados a trabajar por su redención de acuerdo a un mensaje impuesto o heredado. Como consecuencia de esta dicotomía, el trabajo es comprendido como una maldición y una carga y a la vez como la única salvación posible en favor de una ganancia económica. Este principio articula cada una de las mentes de cada trabajador en cualquier sociedad industrial de nuestro tiempo desde hacer 100 años. Aportó un sentido a la vida dentro del capitalismo y a la vez la capacidad de realización personal a través del reconocimiento social por mérito en el trabajo. No es para nada un paso desdeñable en nuestra historia. Muy al contrario vertebra un nuevo paradigma de CIVILIZACIÓN basado en convivencia por consumo.
  • La organización científica del trabajo de Taylor. Formula las bases del método de trabajo y la operatividad de lo que entendemos como EMPRESA. La principal novedad de este modelo es que traslada un gran espacio de poder desde la base (los operarios) hasta la cima (los managers). Taylor representa el núcleo duro de la defensa del concepto de management tal y como lo entendemos hoy. En mi opinión empodera la figura del gestor incluyendo elementos inherentes a cualquier empresa actual como la aplicación de la teoría darwinista a la producción (la competitividad internay la productividad), el adiestramiento en la técnica y la maestría (la capacitación), la inclusión del concepto de excelencia (con modelos, plantillas y referencias), la comprensión de la identidad corporativa como una responsabilidad común (a gobernantes y gobernados) Pero sin duda su mayor contribución al concepto de EMPRESA actual es la estandarización de procesos y herramientas, muy asociada a ese elemento de excelencia
  • El modelo administrativo de Fayol. Formula la estructura de gobierno y las reglas de juego de lo que entendemos por EMPRESA. Reúne las 6 funciones básicas que todos podemos encontrar en una empresa actual: función técnica, comercial, financiera, seguridad, contable y administrativa. El fuerte peso de la administración se hace notar en este modelo gracias a los 14 principios esenciales de la administración de empresas. En contra de lo que la mayor parte de personas piensan, estos principios no son innovadores ahora ni lo eran entonces. Por citar solo algunos sistemas que empleaban y emplean este modelo con notable éxito se encuentran el ejército (cualquiera en la Historia desde la antigüedad hasta hoy), la gran mayoría de especies sociales del reino animal y la estructura molecular y biológica de cualquier ser vivo.  Los principios de la administración de Fayol son los siguientes: división del trabajo (especialización), autoridad y responsabilidad (dar órdenes y recibirlas), disciplina (en el sentido de obediencia), unidad de mando (solo un jefe por persona), unidad de dirección (un jefe por grupos de actividades o proyectos), subordinación absoluta de los intereses personales a los generales (el sacrificio entendido como negación), remuneración del personal (la satisfacción en función de la retribución económica), centralización (jerarquía y concentración de autoridad), cadena escalar (principio de mando), orden (un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar), equidad entre gobernante y gobernado (la lealtad al proceso como resultado de la justicia), estabilidad (a más tiempo de una persona en la empresa, mejor para la empresa y la persona), planificación (determinar qué es el éxito y ser fiel a esa idea), espíritu de equipo (no tanto en relación a la suma de fuerzas como a la armonía de intereses compartidos)
  • La cadena de montaje de Ford. Formula las bases del ESTADO DEL BIENESTAR a través de la sociedad de consumo. Constituye la aplicación práctica de los anteriores modelos de pensamiento a lo que posteriormente se entendió como economía de escala. Es de los cuatro modelos el más joven ya que tiene solo 70 años y favoreció el consumo masivo y la universalización del principio de calidad de vida. No es por tanto ninguna broma. Si tienes aire acondicionado en casa, conduces hasta tu trabajo, estás vacunado o consumes alimentos en adecuadas condiciones de conservación, no lo dudes, es mayoritariamente por este modelo. Los elementos que incluyó dentro del concepto EMPRESA son los siguientes: cadena de montaje (basada en especialización y mecanización de procesos repetitivos), abaratamiento en los costes de producción (por descuentos por volumen de compra en petición a proveedores), apertura del mercado de consumo en masa (dando acceso al mercado de consumo a la mayoría de clases sociales), marketing (fue el primero en utilizar publicidad masiva para vender algo en periódicos), concepto de franquicia (los pequeños concesionarios que fueron creados entonces actuaban siempre bajo esa máxima que hoy repiten muchos gurús pero que fue inventada entonces: Piensa en global, actúa en local, es decir fabrica coches útiles para todos pero vendibles para cada uno), equilibrio entre oferta-demanda (capacidad adquisitiva VS productiva), satisfacción de los empleados (reduciendo el coste de fabricación pudo aumentar los salarios a 5 dólares diarios).

Un 80% de propuestas de innovación en la actualidad son talleres de chapa y pintura para mejorar el aspecto de este modelo industrial en franca decadencia pero que aún da de comer a la práctica totalidad de la población. No me canso de repetir en foros y saraos hipsters que los que nos dedicamos a la segunda velocidad somos los raritos, y es importante no olvidar nunca que el juego se desarrolla mayoritariamente de acuerdo a las reglas de esta REALIDAD que acabamos de exponer. Basta intentar vender un servicio de innovación para comprobarlo.

SEGUNDA VELOCIDAD: Una propuesta de cambio

Lo que cada vez más queremos ser está relacionado con la otra velocidad, la de los nuevos modelos de relaciones y trabajo que vivo, experimento y promuevo en primera persona desde hace un año. Son modelos mucho más humanos donde la prioridad es la realización del grupo a partir de la realización personal (no solo del consumo sino del desarrollo de habilidades y la toma distribuida de decisiones). Existe mucha gente que maneja discursos de innovación colaborativa, participación y cultura red que no practican su mensaje. No es un problema porque es parte de la naturaleza humana sumarse a la novedad sin apenas comprenderla pero es necesario establecer cierta distancia entre practicantes y creyentes a la hora de trabajar. De otro modo las decepciones y la frustración son constantes. El resumen aquí es que hay mucho #postureo y la criba se hace a veces muy pesada. Con el tiempo adquieres cierta habilidad para seleccionar discursos coherentes.

Por otro lado cuando salí del mundo-fábrica empecé a visualizar con mucha claridad los dos tipos de potenciales que hace 3 años ya compartí en este mismo blog: la marca-empresa y el valor-persona. El primero ya lo conocía porque había pertenecido a algunas marcas en cuerpo y alma, pero el segundo fue para mí un descubrimiento maravilloso. Si algo para mí es diferencial en esta segunda velocidad, mucho más ágil y flexible, es la importancia que cobran las personas en este tipo de modelos. En casi todos los foros, equipos de trabajo o proyectos en los que he participado desde hace un año se encuentra muy presente el respeto a la opinión, la experiencia y el conocimiento de los participantes. Porque en esta segunda velocidad casi todos los modelos de relaciones están basados en competir colaborando, en compartir recursos y fortalezas para superar adversidades. Se trata de una estrategia diferente de trabajo. Se entiende el trabajo como la realización de un sueño y una voluntad personal, no como un castigo ni una imposición. Requiere enormes sacrificios pero los resultados son tremendamente rentables.

En el caso de la iniciativa vorpalina nosotros hemos interiorizado un nuevo modelo de consultoría, más artesano e inmediato, más real porque habla de personas y de cómo conectarlas, que se llama consultoría simbiótica. Forma parte de crear y cultivar red y de la suma de habilidades para crear oferta de valor. Está estrechamente relacionado con el poema que John Donne escribió hace 400 años: «Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte del conjunto» Por oposición al individualismo que se favorece en los modelos industriales, estos nuevos modelos abogan por reconfigurar los conceptos de equipo y trabajo en grupo porque entienden a priori que nadie por sí mismo tiene la verdad absoluta o puede competir con otros solo con sus recursos o armas. Trabajan la pertenencia y están alejados del modelo-patente de propiedad sobre las ideas. Son abiertos y replicables, se adaptan con facilidad. En muchos artículos de este blog he reflexionado sobre las nuevas carreras, profesiones y disciplinas pujantes en este sentido y sobre las teorías que sostienen algunos de estos modelos de trabajo que experimento diariamente. No os aburriré hoy con todo ello y me limitaré a decir que en muchos sentidos son la evolución natural de una nueva sociedad y de unas nuevas necesidades que muchos amigos y expertos ya han estudiado.

En mis últimos artículos y en muchas de mis conversaciones con otros compañeros de viaje no suelo hablar ya de teorías sino de la importancia de trabajar las transiciones reales. Tengo una gran cantidad de amigos que trabajan en formar desde cero colectivos de acuerdo a estos nuevos modelos. Su opinión es que muchas de las organizaciones que conocemos no tienen ya ninguna solución y que es preferible dedicar el tiempo a crear esta nueva realidad. Los respeto y admiro pero no es mi guerra. Creo como mi admirado Tierno Galván que «la buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.»

LO QUE SOY: No soy una isla, más bien un poco Adolfo Suárez

Esta mañana he tenido una reunión de trabajo con los jóvenes emprendedores de la cooperativa Tazebaez (¿Por qué no? en euskera), en concreto con Iñigo y Josu que lideran junto a otros de sus compañeros el proyecto internacional Global Futurizer. Era la segunda toma de contacto tras una pequeña sesión de trabajo en Mondragón. Son el ejemplo claro de personas con las que conecto porque tienen claro que quieren aportar valor entre el gran mercado que nadie o casi nadie está trabajando hoy y que se encuentra entre la primera velocidad (la REALIDAD) y la segunda velocidad (el CAMBIO). Trabajan en transiciones con filosofía de la segunda velocidad pero con servicios consumibles por la primera. Utilizo a menudo el simil de la transición española para mostrar que lo importante no es la ideología sino la apuesta por generar el cambio de forma integradora. Algo de lo que hemos hablado en la reunión tiene que ver con la necesidad de humildad y honestidad que tenemos en el mundo del cambio y la innovación. Hace poco reflexionaba sobre ello en Back to basics.

Ellos saben, como yo ahora, que tienen ideas y teorías pero también que no deben tomarse a sí mismos demasiado en serio. Provienen de una formación en habilidades transversales sin apenas background ni formación especialista pero con una capacidad de empuje que creo necesaria gracias a la interiorización de un espíritu crítico y constructivo incubado en un modelo de aprendizaje que aún es experimental. En otras palabras, defienden lo que creen pero sin olvidarse de que la sociedad en su mayoría todavía cree otra cosa. Esto, que parece algo muy básico, es realmente revolucionario en el panorama actual del mercado. En mi opinión muy pocos se atreven a bajar el discurso y hablar de necesidades reales (tanto de las personas, como de las empresas como de la misma sociedad). El ejercicio común es el opuesto: aprovechar la inercia de caída para ir colocando pequeñas dosis y poses que aportan poco o nada a las verdaderas necesidades.

Lo que yo soy ahora mismo es lo que yo hago y proyecto sobre mí y sobre otros. Me encuentro igualmente cómodo e incómodo en foros tradicionales y en foros alternativos. Veo cierta radicalidad que no considero constructiva y también a menudo ciega fe en uno y otro modelo. No se si estaré equivocado, pero hay algo que me parece innegable: cualquier idealización es una banalidad que no ayuda al cambio ni a la evolución. Lo que más me está ayudando ahora es hablar a personas de personas para personas, algo que es realmente complicado porque nadie nos enseñó a hacerlo. Aborrezco la élite y no me encuentro confortable en los clubes selectos de pensamiento inaccesible. Lo que soy es barro. Nací para mancharme. Y no para marcharme solo sino también para manchar a otros… Porque «ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo…«

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