Encuentro a diario a muchas personas que cargan con un gran peso sobre sus espaldas. A veces llaman a este peso Historia, Responsabilidad o Exigencia y a menudo se traduce en un gran estrés que atenaza sus vidas por completo. Les impide distinguir cuál es su lugar en la vida y en el mundo. Pero afortunadamente existe el universo 😉
Hoy quiero compartir una gran historia; la historia del lugar donde vivimos. Habla de quienes somos y de nuestra auténtica importancia, habla de que “el universo no se hizo para nosotros” y de que apenas una ínfima parte de todo el vasto universo depende de ti. No eres el centro de todo cuanto ocurre. De modo que, amigo, relájate y disfruta.
Uno de los modelos de expresión que utilizo con frecuencia para trabajar con personas es lo que denomino el pensamiento en escala. Es un camino que antes recorrieron la ciencia, la filosofía y la espiritualidad de cualquier civilización sobre la tierra. Es un camino que se puede recorrer en dos sentidos: de lo general a lo particular (deducción científica) y de lo particular a lo general (inducción experimental). En el primero de los casos se trata de trabajar con realidades comunes y universales a partir de las cuales se establecen conclusiones concretas y aplicables a una particularidad. En el segundo, se trata de establecer una secuencia ordenada de relaciones que ayude a digerir una particularidad y a establecer las bases de premisas algo más generales. En lógica existen reglas de inferencia básicas que pueden ayudarnos a trabajar en los dos sentidos. No estoy descubriendo nada nuevo pese a que la lógica es frecuentemente sustituida por la superchería, el victimismo y el prejuicio. Ambos recorridos han sido transitados por el hombre desde hace miles de años, ayudan a superar el ego (egocentrismo, narcisismo, egolatría) y suponen la base de cualquier avance en la historia de la Humanidad. Para un agnóstico activo como yo, lo que voy a compartir ahora implica quizás el grado más elevado de comienzo deductivo que tal vez yo pueda alcanzar. Para mí, la persona que logra acercarse a esta comprensión de su papel en la vida, está muy cerca de hallar el equilibrio. Porque el primer paso de cualquier camino siempre parte de saber en qué lugar te encuentras. Y yo ahora estoy aquí:
Pale Blue Dot (Punto azul pálido) es una fotografía del planeta Tierra tomada el 14 de febrero de 1990 por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6000 millones de kilómetros. La imagen muestra la Tierra como un punto de luz casi imperceptible de 0,12 píxeles de tamaño en medio de la vastedad del universo. También es el título de un maravilloso libro de Carl Sagan que ahora mismo estoy leyendo y que está inspirado en esta fotografía. El capítulo 1 de ese libro nos ayuda a comprender el significado de esta imagen y nuestro más que humilde lugar en el universo:
“Desde la distancia, los planetas parecen sólo puntos de luz, con manchas o sin ellas, incluso a través del telescopio de alta resolución instalado a bordo del Voyager. Son como los planetas observados a simple vista desde la superficie de la Tierra, puntos luminosos más brillantes que la mayoría de estrellas. Por espacio de unos meses, nuestro planeta, al igual que los demás, da la sensación de flotar entre las estrellas. Con sólo mirar uno de esos puntos no somos capaces de decir lo que alberga, cuál ha sido su pasado y si, en esta época concreta, vive alguien allí.
Como consecuencia del reflejo de la luz solar de la nave hacia la Tierra, ésta parece envuelta en un haz de luz, como si ese pequeño mundo tuviera algún significado especial. Pero se trata solamente de un accidente achacable a la geometría y a la óptica. El Sol emite su radiación equitativamente en todas
direcciones. Y si la imagen hubiera sido tomada un poco antes o un poco después, no habría habido haz de rayos solares que iluminara la Tierra.
¿Y por qué ese color azul celeste? El azul procede en parte del mar y en parte del cielo. Dentro de un vaso, el agua es transparente y absorbe ligeramente más luz roja que azul. Pero si lo que hay son decenas de metros de ese elemento o más, éste absorbe toda la luz roja y lo que se refleja de vuelta al espacio es el azul. Del mismo modo, a corta distancia, a través del aire, el objeto se ve transparente. No obstante —y eso es algo que Leonardo da Vinci explicó a la perfección—, cuanto más distante se encuentra, más azul parece. ¿Por qué? Ello es debido a que el aire dispersa mucho mejor la luz azul que la roja. Por ello, el matiz azulado de ese puntito es debido a su espesa pero transparente atmósfera y a sus profundos océanos de agua líquida. ¿Y el blanco? En un día normal, la Tierra aparece medio cubierta de blancas nubes de agua.
Nosotros somos capaces de explicar ese azul pálido que presenta nuestro pequeño mundo porque lo conocemos bien. Sin embargo, es menos probable que un científico extraterrestre, recién llegado a los aledaños de nuestro sistema solar, fuera capaz de deducir la existencia de océanos, nubes y una atmósfera densa. Neptuno, por ejemplo, es azul, pero fundamentalmente por razones distintas.
Desde esa posición tan alejada puede parecer que la Tierra no reviste ningún interés especial.
Pero, para nosotros, es diferente. Consideremos de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. En eso ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Pensemos en los ríos de sangre derramada por tantos generales y emperadores con el único fin de convertirse, tras alcanzar el triunfo y la gloria, en dueños momentáneos de una fracción del puntito. Pensemos en las interminables crueldades infligidas por los habitantes de un rincón de ese pixel a los moradores de algún otro rincón, en tantos malentendidos, en la avidez por matarse unos otros, en el fervor de sus odios.
Nuestros posicionamientos, la importancia que nos auto atribuimos, nuestra errónea creencia de que ocupamos una posición privilegiada en el universo son puestos en tela de juicio por ese pequeño punto de pálida luz. Nuestro planeta no es más que una solitaria mota de polvo en la gran envoltura de la oscuridad cósmica. Y en nuestra oscuridad, en medio de esa inmensidad, no hay ningún indicio de que vaya a llegar ayuda de algún lugar capaz de salvarnos de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo hasta hoy conocido que alberga vida. No existe otro lugar adonde pueda emigrar nuestra especie, al menos en un futuro próximo. Sí es posible visitar otros mundos, pero no lo es establecernos en ellos. Nos guste o no, la Tierra es por el momento nuestro único hábitat.
Se ha dicho en ocasiones que la astronomía es una experiencia humillante y que imprime carácter. Quizá no haya mejor demostración de la locura de la vanidad humana que esa imagen a distancia de nuestro minúsculo mundo. En mi opinión, subraya nuestra responsabilidad en cuanto a que debemos tratarnos mejor unos a otros, y preservar y amar nuestro punto azul pálido, el único hogar que conocemos.”
Un punto azul pálido: Una visión del futuro humano en el espacio, Carl Sagan (1994)
En este video el propio Sagan lee un fragmento de este capítulo. Disfrútalo:
El artículo que hoy comparto contigo es una traducción literal del original escrito por Chiara Fucarino en lifed.com Suscribo cada punto y cada coma de esta reflexión y considero que es altamente útil para tu vida diaria y la de los que están a tu alrededor. Si yo tuviera que escribir una guía de comportamientos saludables que me están ayudando a crecer y a encontrarme, esta sería una gran aproximación. Las reflexiones sencillas de este artículo están intimamente conectadas con mi proceso de autoconocimiento
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22 COSAS QUE LAS PERSONAS FELICES HACEN DE FORMA DIFERENTE | Chiara Fucarino
“La felicidad no es algo que esté hecho. Viene de tus propias acciones” Dalai Lama
Hay dos tipos de personas en el mundo: los que eligen ser felices y los que eligen ser infelices. Contrariamente a la creencia popular, la felicidad no proviene de la fama, de la fortuna, de otras personas o de bienes materiales. Más bien, viene de dentro. La persona más rica en el mundo puede ser completamente miserable mientras que una persona sin hogar, caminando por ahí en cada uno de sus pasos puede ser completamente feliz. Las personas felices son felices porque se hacen a sí mismas felices. Mantienen una actitud positiva ante la vida y están en paz con ellos mismos.
La pregunta es: ¿cómo lo hacen?
Es muy simple. Las personas felices tienen buenos hábitos que mejoran sus vidas. Hacen las cosas de manera diferente. Pregunte a cualquier persona feliz, y le dirán que ellos cumplen muchas de estas características:
1. NO GUARDES RENCOR
Las personas felices entienden que es mejor perdonar y olvidar que dejar que sus sentimientos negativos desplacen a sus sentimientos positivos. Guardar rencor tiene una gran cantidad de efectos perjudiciales sobre tu bienestar, incluyendo depresión aguda, ansiedad y estrés. ¿Por qué dejar que alguien que te ha hecho mal tenga poder sobre ti? Si dejas de lado todos los rencores, obtendrás una clara conciencia y la energía suficiente para disfrutar de las cosas buenas de la vida.
2. TRATA A TODOS CON BONDAD
¿Sabías que se ha demostrado científicamente que ser amable que te hace más feliz? Cada vez que realizas un acto desinteresado, tu cerebro produce serotonina, una hormona que alivia la tensión y levanta el ánimo. No sólo eso, sino tratar a la gente con amor, dignidad y respeto también te permite construir relaciones más fuertes.
3. VISUALIZA LOS PROBLEMAS COMO SI FUERAN RETOS
La palabra “problema” no es parte del vocabulario de una persona feliz. Un problema se ve como un inconveniente, una lucha, o una situación inestable, mientras que un desafío es visto como algo positivo, como una oportunidad, una tarea o un reto. Cada vez que te enfrentes a un obstáculo, trate de verlo como un reto.
4. EXPRESA GRATITUD POR LO QUE YA TIENES
Hay un dicho popular que dice algo como esto: “Las personas más felices no tienen lo mejor de todo, sólo sacan lo mejor de todo lo que tienen.” Tendrás un sentido más profundo de la alegría si valoras lo que ya tienes en vez de anhelar lo que no tienes.
5. SUEÑA EN GRANDE
Las personas que tienen el hábito de soñar en grande tienen más probabilidades de alcanzar sus metas que las que no lo hacen. Si te atreves a soñar en grande, tu mente alcanzará un estado enfocado y positivo.
6. NO TE PREOCUPES POR LAS PEQUEÑAS COSAS
Las personas felices se preguntan: “¿Este problema importará dentro de un año?” Ellos entienden que la vida es demasiado corta para ponerse nervioso sobre situaciones triviales. Dejar que las cosas dejen de ser un peso sobre tu espalda definitivamente te preparará para disfrutar de las cosas más importantes en la vida.
7. HABLA BIEN DE LOS DEMÁS
Ser bueno es mejor que ser serio. Hay algo tan divertido y sencillo como chismorrear y que normalmente te puede dejar de hacer sentir culpable o resentido. Decir cosas agradables acerca de otras personas te estimula a pensar en positivo, sin pensamientos prejuiciosos.
8. NUNCA PONGAS EXCUSAS
Benjamin Franklin dijo una vez: “El que es bueno para poner excusas rara vez es bueno para otra cosa.” Las personas felices no ponen excusas o culpan a otros de sus propios fracasos en la vida. En su lugar, asumen sus errores y, al hacerlo, de manera proactiva tratan de cambiar para mejor.
9. DÉJATE ABSORBER POR EL PRESENTE
Las personas felices no viven en el pasado o se preocupan por el futuro. Ellos saborean el presente. Se dejan sumergir en lo que sea que estén haciendo en ese momento. Para y huele las rosas.
10. DESPIERTA A LA MISMA HORA CADA MAÑANA
¿Has notado que muchas personas exitosas tienden a ser madrugadores? Despertar a la misma hora cada mañana estabiliza tu ritmo circadiano, aumenta la productividad, y te ayuda a estar en calma y centrado.
11. EVITA LA COMPARACIÓN SOCIAL
Todos trabajan a su propio ritmo, así que ¿Por qué te comparas con los demás? Si piensas que eres mejor que otra persona, tienes un sentido de superioridad nada saludable. Si piensas que alguien es mejor que tú, al final acabarás sintiéndote mal contigo mismo. Serás más feliz si te concentras en u propio progreso y alabas el progreso de los demás.
12. ELIGE BUENOS AMIGOS
La miseria ama la compañía. Es por eso que es importante rodearse de gente optimista que te estimulen a alcanzar tus metas. Cuanta más energía positiva tengas a tu alrededor, mejor te sentirás contigo mismo.
13. NO BUSQUES LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS
A la gente feliz no le importa lo que otros piensan sobre ellos. Siguen su propio corazón sin dejar que los pesimistas los desanimen. Entienden que es imposible complacer a todos. Escucha lo que la gente tenga que decir pero nunca buques la aprobación de ninguna otra persona salvo de ti mismo.
14. TOMATE TIEMPO PARA ESCUCHAR
Habla menos, escucha más. Escuchar mantiene tu mente abierta a los demás saberes y puntos de vista sobre el mundo. Cuanto más intensamente escuchas, más silenciosa permanece tu mente y más sientes el contenido y el mensaje de las cosas.
15. CULTIVA LAS RELACIONES SOCIALES
Una persona solitaria es una persona miserable. Las personas felices entienden lo importante que es tener relaciones fuertes y saludables. Siempre tómate tiempo para ver y hablar con tu familia, amigos o pareja.
16. MEDITA
Meditar los silencios de tu mente te ayudará a encontrar la paz interior. No tienes que ser un maestro zen para llevarlo a cabo. Las personas felices saben cómo silenciar sus mentes en cualquier lugar y en cualquier momento que necesiten para calmar sus nervios.
17. COME BIEN
La comida basura te hace lento y es difícil ser feliz cuando estás en ese tipo de estado. Todo lo que comes afecta directamente a la capacidad del cuerpo para producir hormonas que dictarán tu estado de ánimo, energía y enfoque mental. Asegúrate de comer alimentos que mantengan tu mente y cuerpo en buena forma.
18. EJERCICIO
Los estudios han demostrado que el ejercicio aumenta los niveles de felicidad tanto como cualquier antidepresivo lo hace. El ejercicio también aumenta tu autoestima y te da un mayor sentido de auto-realización.
19. VIVE CON LO MÍNIMO
Las personas felices rara vez mantienen el desorden en la casa porque saben que las wxcesivas pertenencias los hacen sentir más pesados, abrumados y estresados. Algunos estudios han concluido que los europeos son mucho más felices que los estadounidenses, lo cual es interesante porque viven en casas más pequeñas, más simples, conducen coches más pequeños, y poseen menos objetos.
20. DI LA VERDAD
Mentir te estresa, corroe tu autoestima, y te hace antipático. La verdad te hará libre. Ser honesto mejora la salud mental y la confianza que los demás depositan sobre ti. Siempre di la verdad y nunca pidas disculpas por ello.
21. ESTABLECE CONTROL PERSONAL
Las personas felices tienen la capacidad de elegir su propio destino. No dejan que otros les digan cómo deben vivir sus vidas. Al estar en completo control de la propia vida atraen sentimientos positivos y un gran sentido de la propia valía.
22. ACEPTA LO QUE NO SE PUEDE CAMBIAR
Una vez que aceptas el hecho de que la vida no es justa, estarás más en paz contigo mismo. En lugar de obsesionarte con cómo la vida es injusta, céntrate solo en lo que puedes controlar y cambiar para mejor.
“Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar haciendo camino sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción. Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar subitamente y quebrarse.
Caminante son tus huellas el camino y nada más. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. ”
Antonio Machado (Proverbios y cantares, 1912),
disposición de estrofas por J.M.Serrat (Cantares, 1969)
EL CAMINO
El ejercicio que hoy voy a realizar forma parte de un intenso proceso de autoconocimiento que ha marcado un punto de inflexión en mi vida. Hay una gran cantidad de teorías y aproximaciones que podrían explicar este proceso y con las que siento cierta identificación. Sin embargo el objetivo de este artículo no es exponer estas teorías y hablar de conocimiento. Hoy quiero hablar desde el conocimiento de mi propia experiencia, de aquello que he vivido. Hacer público este proceso y compartir sus sorprendentes resultados con los demás, forma parte inherente de mi crecimiento personal.
El proceso de autoconocimiento probablemente arrancó dentro de mí sin que yo fuera consciente de ello por lo que no sabría explicar en qué momento concreto lo hizo. Sin embargo ahora se con toda certeza que fue en el momento necesario. Se trata sin duda de la batalla más dolorosa y rentable que jamás he librado y está contribuyendo a transformar por completo mi forma de entender la vida. De alguna manera he pasado de buscar la belleza a formar parte de ella.
LA BASE
Todo cuanto puedes llegar a ser está dentro de tí | cinta 4, cara 2, febrero 2013
Por otro lado no puedo asegurar que el proceso haya sido algo alejado o independiente respecto a lo que soy y a lo que hago. Más bien todas las decisiones que he ido tomando han contribuido a este momento actual de autoconocimiento. De hecho me resulta imposible disociar o encajar este proceso de algunos precedentes y/o hechos contrastados que han sido una constante en mi vida. Así que el proceso ha sido una extensión natural de estos precedentes:
SOBRE LOS ERRORES: Por defecto, decido de modo que siempre me equivoco. Esto fue un banco de conocimiento ideal para el aprendizaje
SOBRE EL TIEMPO: Siempre he vivido por y para el presente. De todas las que visité, esta es la urbanización que mejor está equipada.
SOBRE EL RITMO: Soy tranquilo y me pongo nervioso a veces. He observado que a la mayor parte de personas le pasa todo lo contrario.
SOBRE EL AMOR: No he odiado a la mayor parte de personas de la Tierra. He amado a una gran mayoría de las que estaban a mi alrededor. Siempre me costó expresarlo.
SOBRE LAS PERSONAS: Soy una de ellas. Las comprendo. Me sorprenden. Las critico. Sin excepción.
SOBRE LA PROPIEDAD: Soy todo lo que tengo. Conservo además alrededor de 50 camisas de mi época de dandy.
SOBRE EL COMPROMISO: Me gusta adentrarme en la espesura (1). Me gusta el barro.
SOBRE LA NATURALIDAD: Actúo. Interpreto. Es parte de mi naturaleza.
SOBRE LO PROFUNDO: Nací para luchar por el detalle. El POR QUÉ es mi elemento natural.
SOBRE LA CREATIVIDAD: Siempre he sido poeta. Como cualquier profesión, también es una actitud.
SOBRE LA ESTABILIDAD: Me apasionan los cambios. Mi estabilidad siempre fue el movimiento.
SOBRE EL CONFORMISMO: Soy rebelde. Nunca doy nada por hecho y cualquier cosa está aún por hacer.
SOBRE LA PERFECCIÓN: Me aburre. Disfruto de personas todavía por hacer.
Considero que sin esta base completamente inestable no habría podido hallar cierto nivel de estabilidad auténtico y real.
LOS RESULTADOS
Concededme la serenidad para aceptar aquello que no puedo cambiar. Concededme el valor para cambiar aquello que sí puedo cambiar. Dadme la sabiduría para hallar la diferencia | Epicteto
Siempre ando metido en procesos de acompañamiento y construcción en los que las personas demandan y necesitan ver los resultados. Hoy también quiero compartir los resultados inmediatos de este proceso. Me ha permitido visualizar y alcanzar dos metas que ahora, echando la vista atrás, me parecen increíbles:
En primer lugar estoy logrando trascender mi conciencia, aquello que me hacía actuar de acuerdo a lo que consideraba bueno o malo y que determinaba mi vida. Alcanzar esta meta no me ha resultado sencillo. El camino ha estado repleto de dudas, renuncias y continuas exploraciones fuera de mi zona de confort. Mi nivel de exposición ha sido muy alto, tal vez el mayor que he alcanzado hasta la fecha. Siento además que esto no ha acabado, que se trata de una forma de vida y de un aprendizaje continuo. Por eso utilizaré el presente continuo para describir los logros prácticos: Estoy logrando comprender, transformar y trabajar de forma positiva la mayor parte de conflictos que he detectado dentro de mí. De hecho noto cómo gradualmente se disipa en mí el sentimiento, la relevancia y el peso de la sensación de conflicto tanto a nivel corporal como a nivel mental y anímico. Esto ha contribuido a mejorar mi comunicación, mi autoestima, mi coherencia y en general mis relaciones personales. Me ha permitido disfrutar de mí mismo y conocerme como nunca antes lo había hecho.
En segundo lugar comienzo a sentir un despertar indescriptible de mi consciencia o mi posición en el mundo y en la vida. Siento que dentro de mí existía un enorme potencial latente que estaba esperando a ser descubierto para poder salir. De hecho estoy detectando durante el viaje que la gran mayoría de capacidades, habilidades y actitudes que eran beneficiosas para vivir y extraer todo el jugo de mi vida o bien ya las venía practicando de algún modo inconsciente, o bien se encontraban ahí y tan solo han tenido que aflorar. En una imagen que puede resultar muy gráfica, siento que está brotando de mí una cascada continua e incontenible en forma de paz y de equilibrio. Siento y se que soy feliz. Y esto me ocurre con independencia de una gran cantidad de elementos condicionantes que aparentemente deberían limitar mi felicidad. Sin embargo no lo hacen. Además comienzo a sentir, a asumir y a vivir de acuerdo a una idea que es aún más poderosa: Se que pase lo que pase voy a ser feliz.
COMPARTIR EL MOMENTO
Gracias por compartir | extraído de un correo a Laura Usar, 27/03/2013
Estoy trabajando este proceso de autoconocimiento de forma natural y completamente fluida en diferentes formatos: grabaciones, artículos, experiencias, conversaciones,… Sin embargo puede que por primera vez me resulte complicado explicar mi momento AHORA y a menudo me encuentro con que las personas que se encuentran a mi alrededor interpretan que se trata tan solo de una lucidez pasajera, un momento de júbilo o una etapa de alegría que pronto pasará. Esto me hace sentir triste por dos razones:
La primera es que en realidad comparativamente jamás me había sentido así; no se trata de un estado de ánimo sino de una elección de vida, de una comprensión última y poderosa de por qué estoy aquí y cuál es el sentido de la vida. No se trata de la Hora Feliz del bar David Criado sino de la Vida Feliz de la persona David Criado. No es una estación bonita de una línea de tren, es la comprensión plena del sentido del viaje de cualquier tipo de tren y pasajero. Esto, amigos, es algo que dura para siempre.
La segunda razón de mi tristeza es la enorme cantidad de conflicto necesario que necesita una persona para no alegrarse, disfrutar o comprender la felicidad de otra persona.
Parte de mi nueva forma de vivir se basa en no inventar un simulacro de explicación para todo cuanto ocurre. De modo que asumo esta tristeza como algo necesario, que me construye y como parte de ese camino completo que he logrado visualizar y que está dando sentido a todo cuanto toco o se acerca a mí. No se trata de resignarse sino de partir y trabajar desde la realidad. Justo hace dos días se acercó a mí un artículo que hoy he querido traducir para la red y que habla de cómo y por qué ser feliz. Te invito a leerlo ;))
NOTAS: (1) expresión originaria de San Juan de la Cruz
Hace muchos años en un pequeño rincón de Italia conocí la historia de un rey afortunado que reinaba en Frigia. Vivía en un gran palacio rodeado de jardines repletos de rosas, fuentes de agua clara y el más dulce e intenso aroma de jazmín (1). Midas, que así se llamaba, amanecía cada mañana con el único deseo de bañarse en su gran salón repleto de riquezas. Disfrutaba viendo su cuerpo rodeado de monedas, piedras preciosas y joyas de increíble proporción. A menudo, de camino al salón, no reparaba en la belleza de la música que sonaba en otros salones de su corte y cuya fama era conocida en todo el mundo. Tan solo soñaba cada noche con volver a su salón de oro y sostener entre sus manos montones de monedas.
Una tarde el dios Dioniso bajó al mundo para divertirse con algunos amigos por la Tierra. En medio de las celebraciones, su amigo Sileno se quedó dormido en un precioso jardín de rosas. Quiso la suerte que el jardín fuera el de Midas y el rey le ofreció alojamiento, comida y riqueza durante varios días. Al término de su estancia, Sileno regresó con Dioniso y en agradecimiento por su cortesía el dios le concedió a Midas un deseo. “¿El que quiera?” preguntó el joven rey. “Sí, todo cuanto pidas te será concedido” aseguró el dios. “En ese caso quiero que todo cuanto toque se convierta en oro” dijo sonriendo Midas. El dios extrañado le preguntó “¿Estás seguro de que eso es lo que quieres”. El rey sin dudar un solo momento respondió “Más oro me hará aún más feliz, ese es mi deseo“. De modo que Dioniso le concedió el deseo. Al día siguiente Midas amaneció deseoso de comprobar si su deseo era real. Tocó el cabecero de madera de su cama y se convirtió en oro. Midas quedó entusiasmado. Tocó luego la alfombra que guardaba sus pies del frío y se convirtió en metal precioso. El monarca no podía creer su suerte y corrió por el palacio tocando todo cuanto encontró a su paso. Sin excepción, cada objeto se convertió en oro. Así pasó admirado todo el día hasta la noche.
Después de horas y horas de alegría, de repente le entró hambre y sed. Pidió a su cocinero que preparara el más rico asado del reino para él. Y así se hizo pero cuando Midas fue a comerlo aquel manjar se convirtió en frío oro y perdió todo su olor y gusto. El rey pidió entonces el mejor vino del reino y de las mejores bodegas subieron dos lacayos con un gran ánfora de vino. Uno de ellos vertió vino sobre el vaso del monarca pero al tocarlo y comenzar a beber del recipiente, el cálido vino tornó en líquido metal que Midas escupió. El mastín del rey observaba desesperado a su dueño y decidió acudir a consolarle. Cuando posó su cabeza en las rodillas del rey, su cuerpo entero se solidificó y se convirtió en el más pesado y puro oro que jamás se hubiera visto. El rey Midas corrió atemorizado al cuarto de su preciosa hija Zoe y le contó lo ocurrido. Al ver a su padre repleto de miedo, Zoe le abrazó y se transformó en la más preciosa estatua de oro que ningún escultor habría podido esculpir. Completamente fría y sin vida, no latía entre los brazos de su padre, así que el rey llorando y gritando poseído por la más profunda tristeza salió a su jardín. Al tocar con sus dedos una de las rosas, el jardín entero cobró el aspecto de un manto dorado y cegador. Midas, rodeado de oro y completamente abatido, rezó a Dioniso con estas palabras:
– Amado dios, no quiero el oro porque ya tenía todo cuanto quería sin saberlo. Ahora solo te pido poder oler mis rosas, disfrutar de un buen plato de comida, un buen vino, del dulce abrazo de mi hija, del amor fiel de mi perro y de un nuevo amanecer.
El buen dios Dioniso escuchó los lamentos de Midas y le prometió consuelo a cambio de todo el oro de su reino. “Haré lo que sea por recuperar la vida” respondió el rey. Dioniso entonces concedió a Midas la riqueza de vivir. Hasta aquí la historia de como el rey Midas logró cambiar el brillo del oro por el brillo de la vida. Hasta aquí el viaje de una persona que partió de su deseo para llegar a su significado, de alguien que partió de la ambición para descubrir finalmente el sentido.
SENTIDO
Desde hace un tiempo me descubro contemplando el fuego. He descubierto hace poco su magnética atracción. En invierno la vida en la montaña es simple. Por la mañana una luz limpia y directa entra por el viejo cristal de la ventana. No hay grandes titulares pero siempre sabes que la vida empieza hoy. Amaneces en una habitación llena de libros con un armario que guarda diez camisas. Todavía acostado escondes tu rostro y arañas a menudo los segundos. Si quieres energía, desayunas; si eres energía, sales a correr. Una inmensa orquesta de sonidos y colores se despliega ante tus ojos. Ni siquiera sabría empezar a describirlo. A tu lado, a no más de un pulso de vida, miles de años en forma de escarpados picos te contemplan. Vas abriendo el camino del día entre las tímidas sombras de nubes que casi puedes tocar y respirar. En las pequeñas lomas el manto verde de árboles y la silueta de arena del camino clarean y oscurecen al antojo de un cielo que se mueve a un solo palmo. A veces me quedo contemplando la velocidad de las nubes que es al menos de una colina por segundo. No es que todas las cosas adquieran entonces su sentido; más bien todo esto es el sentido de las cosas.
Por la tarde intentas asar patatas en las brasas y trabajas ideando algún comienzo. Abres cajones internos que ni siquiera imaginabas, encuentras una canción nueva o un pasaje antiguo de un libro del estante. Por la noche una sola luz mantiene el mundo aparte. Es entonces cuando me descubro contemplando el fuego. En ocasiones justo delante de la hoguera permanezco extasiado buscando algo de calor. Otras veces levanto un poco la mirada o me giro para comprobar que el fuego sigue vivo en una suerte de impulso incontenible. Algo en mí me dice que todo cuanto veo entonces está bien y que el tiempo tal vez pasa pero siempre en otra parte. Se que busco algo. Tal vez en cualquier cuento un viejo espíritu ocupó el fuego y lo hizo incomprensible para el Hombre. Yo pienso que cada día que paso junto al fuego es tal vez el mejor de los milagros.
Este lugar es completamente mágico, es parte de lo que soy y pertenece a lo que cada día encuentro. Tal y como hoy lo siento, si alguna vez emprendo un largo viaje, este será siempre el lugar al que solo pertenezco y el lugar al que siempre he de volver. Es un momento invadido de madera, una alfombra grande bajo el viejo sillón de siestas de mi abuela, y una lámpara que es más un faro que desafía mis mareas. No encontré mejor regalo que recuperar mi infancia.
NOTAS:
La palabra “jazmín” proviene del árabe hispánico yas[a]mín, y a su vez del árabe clásico yāsamīn y éste del pelvi yāsaman que significa “regalo de Dios”. Supongo que ninguna persona debería morir sin visitar los jardínes de la Alhambra y comprender la etimología de esta planta.
Después de unir varias reflexiones, lecturas, sesiones y conversaciones; después de mucha música de Good Old War, City and Colour, Beirut y Kaiser Cartel; después de mucha fruta, naturaleza y mucha vida junto al fuego, comparto lo que he llamado la ecuación de base, hasta ahora algo desdibujada e inconexa en todos los artículos:
No se trata de una ecuación universal aunque tiene mucho de científica ;), ni siquiera pretendo que sea de aplicación generalizada, tan solo comparto mi forma de entender la vida, la mía y la de otros. Esta ecuación, por ejemplo, me ayuda a explicar y afrontar una gran cantidad de situaciones, comportamientos y actitudes tanto propios como ajenos. Es algo así como otro faro más en mi viaje de crecimiento personal que necesitaba hacer público por si a alguien más le resulta útil. Solo eso.
En esta ecuación la situación de los verbos es importante.
TENER es tan solo un medio para HACER y por otro lado SER es el verdadero centro y el valor repetido de la fórmula.
Para algunos será solo un encadenamiento más de palabras pero para mí se trata de una visión y una forma de entender la vida en la que elegimos la mayor parte de cosas que nos pasan. En este sentido, como bien recordaba Blanca “la felicidad deja de ser una estación de llegada para convertirse en un modo de viajar“. Nosotros somos los que elegimos ese el viaje que vivimos y si es o no feliz. En la mayor parte de conversaciones con las personas a las que acompaño en su crecimiento personal o profesional, ellas mismas se acaban dando cuenta en muchas ocasiones de que el destino está en el viaje. Quiero decir que si no te diviertes buscando algo, ¿para qué demonios lo buscas? Interiorizar la ecuación de base nos ayuda a tomar las riendas de nuestra propia vida que pasa a estar completamente determinada por aquellas decisiones que tomamos. Se trata de un ejercicio realista de madurez y responsabilidad que evita una gran cantidad de frustraciones y entiende la vida no como algo que se consume o se utiliza sino como algo que se escribe y se dibuja cada día. De acuerdo a esta fórmula no es más feliz el que más contento está con lo que tiene sino el que más contento está con lo que hace. Sea lo que sea lo que decida hacer.
Quiero poner varios ejemplos que aportan validez a esta fórmula:
Crees que tienes un puesto de trabajo pero en realidad solo eres una persona que se define por lo que hace cada día en él. Solo esto, y no tu cargo, te hace ser un cretino o alguien admirable.
Crees que tienes una casa y que por eso eres propietario pero en realidad solo eres alguien que es capaz de vivir en ella gracias a lo que hace.
Crees que tienes una relación amorosa extraordinaria pero en realidad solo eres una persona a la que ama otra persona por lo que hace cada día junto a ella.
Crees que tienes cierto nivel de autoridad pero en realidad solo eres alguien que hace ciertas cosas por las cuales otros deciden que tienes o no autoridad. Si dejaras de hacerlas, perderías autoridad, no al contrario.
Crees que tienes un perro pero en realidad solo eres una persona a la que ese perro sigue por cómo se comporta con él. Solo porque él lo decide, eres su dueño.
Antes de la lucha por los derechos civiles, la segregación racial en Estados Unidos era efectiva porque algo en la mentalidad de cada negro le hacía pensar que era lo que tenía: una vida apartada y diferente a la de un blanco. Hasta que una persona llamada Rosa Parks se negó a ceder el asiento a un blanco y sentarse en la parte trasera del autobús. Recordamos a Rosa Parks porque ella fue lo que hizo y además hizo que otros se convirtieran en lo que hacían y lograran lo que realmente eran: personas con derechos. En general cualquier desafío a la autoridad basado en el ejemplo ético siempre ha mejorado la vida de las personas.
Crees que tienes un país nefasto incapaz de remontar la crisis pero solo tienes lo que eres y eres una persona que junto a tantos otros millones decide de forma periódica continuar con un sistema que impide cualquier tipo de progreso y además contribuyó de forma totalmente voluntaria a la realidad cuyas consecuencias sufre. Tienes lo que haces.
Mi padre era el mayor de los hijos de una familia de cuatro hermanos prácticamente arruinada. Mi madre era una hija huérfana de padre con una madre que tenía un solo empleo humilde insuficiente para vivir. Ambos podían haber decidido ser lo que tenían: algo muy cercano a la miseria. Pero decidieron tener aquello que eran. Y no han sido otra cosa que trabajadores ejemplares. Así que tuvieron trabajo. Y trabajaron desde los 14 años sin apenas oportunidad de estudios. Siempre han tenido lo que son logrando una vida feliz en común e intentando ayudar a sus hijos a tenerla.
Si yo fuera lo que tengo, en febrero de 2012 hubiera estado completamente loco cuando presenté mi dimisión a la empresa multinacional donde trabajaba renunciando a un sueldo cuantioso, a cierto nivel de estabilidad y en definitiva al trabajo que me permitía usar la ropa que vestía, habitar la casa en la que dormía, o tener una cuenta bancaria. Sin embargo yo estaba convencido de que no era nada de lo que tenía sino que más bien yo era todo lo que siempre había tenido. Siempre había estado ahí, conmigo, acompañando los malos y los mejores momentos, trabajando 12 y 14 horas para aprender y adquirir experiencia, pagando mis estudios desde cuando pude hacerlo. Tomé esa decisión como antes lo había hecho tantas otras veces porque el valor de mi vida nunca ha sido todo lo que me rodea sino yo mismo. Soy el que da sentido o no a todo, el que hace que las cosas pasen. Estaba y sigo convencido de que podía prescindir de muchas cosas durante un tiempo porque estaba apostando por lo que tenía más valor entonces: yo mismo, lo que necesitaba hacer y por tanto lo que necesitaba ser. Hoy un año después empiezo a remontar el vuelo. Y lo que hago dice más de lo que soy que aquello que hacía antes. Sin duda.
Por otro lado si yo fuera lo que tengo, materialmente no tengo prácticamente nada exceptuando 6 pantalones, algunas camisas y varios pares de zapatillas desde que dejé mi último trabajo para montar este negocio. Si yo fuera lo que tengo, no creo que ningún cliente mostrara el más mínimo interés por mí. Pero los 6 clientes que han mostrado interés y han dejado que trabaje para ellos saben perfectamente que soy lo que hago y lo que hago les gustó. De nuevo todo cuanto tengo es lo que soy y todo cuanto soy es lo que hago. Y por eso me valoran.
Si yo fuera lo que tengo, ninguna chica inteligente se fijaría en mí. Cuando dejé mi último puesto de trabajo estable para volar por mi cuenta, mi última pareja me apoyó en todo e incluso me ayudó. Me dijo que estaba orgullosa de mí, que me admiraba y que era el amanecer de su vida. Todo ello lo escribió en un pequeño cartel que quedó colgado en la nevera de mi antigua casa. En ningún momento dejó de confiar en mí hasta que decidí dejar la relación. Todo esto sería muy poco inteligente por su parte y completamente inexplicable si yo entonces fuera lo que tenía: una cuenta bancaria lamentablemente en ruinas y un futuro incierto por delante. Sin embargo ella sabía que yo tenía lo que soy y creía realmente en ello. Solo por eso apostó por mí. Desde entonces y a pesar de que todo el mundo sabe que me resulta complicado salir adelante porque tengo que levantar un negocio, varias chicas me han mostrado su interés y ninguna de las que ya conocía me ha dejado de hablar.
Si una persona fuera lo que tiene, un hombre de negocios sería por lo general más feliz que un viejo pescador de mar. Y sin embargo podemos encontrar que la realidad se traduce a menudo en todo lo contrario. El refrán “No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita” adquiere mayor sentido cuando lo único que realmente necesitas para vivir es ser y disfrutar de tí mismo junto a otros. Seas presidente del gobierno o jardinero, esos detalles resultan en verdad indiferentes. En cada contexto, siempre sin excepción eres lo que haces. Serás recordado por ello. Nadie recuerda a Nixon por su mandato presidencial, solo por su escándalo de corrupción electoral. Nadie olvida que Lincoln abolió la esclavitud y nadie recuerda a Kennedy como un mal presidente aunque cometieron errores garrafales. Sin embargo ambos eran lo que hicieron y tenían lo que eran. Estar en paz con lo que eres -conocerte- sin duda ayuda a mejorar lo que haces, lo que eres.
He interiorizado esta ecuación de base, la práctico y creo además humildemente que esto llama la atención 😉 En un mundo en caos constante, resulta interesante alguien con algunas cosas claras. Aunque sean realmente pocas o aunque sean muy básicas. Pero claras. Yo tengo la ecuación claramente dibujada en mi mente. Ha ido tomando forma poco a poco hasta convertirse en una forma de entender la vida que puedo compartir contigo gracias a B-SIDE MENTORING 😉