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El sentido del humor en las empresas

El sentido del humor en las empresas

“Creo que he encontrado el eslabón perdido entre el animal y el hombre civilizado. Somos nosotros”
maestro Konrad Lorenz, padre de la etología

 

Necesitamos más sentido del humor. Las personas necesitan aprender a reírse de sí mismas y de lo que les ocurre sin censuras. Una empresa sana sabe llorar pero también sabe reír. Convivir con el absurdo de la inmediata realidad es un arte que no nace por sí solo y que hay que cultivar. El humor se echa en falta en los despachos de quienes tienen la responsabilidad de mirar más allá de lo inmediato, pero también en las praderas de mesas donde se indigestan realidades urgentes que a fuerza de repetirse pierden su sentido.

El alma de las personas se ahoga sin el oxígeno relacional de una sonrisa. Sonreír no es reírse pero ayuda. No hace falta secuestrar nuestra alegría para que todos los demás nos consideren serios. La seriedad es un compromiso; el sentido del humor es la habilidad de los que se alimentan de la actitud de ser felices. Es algo que se entrena y es capaz de disfrutarse como la mejor vacuna contra el victimismo crónico y el individualismo malsano.

El primer paso para practicar el sentido del humor es relativizar la importancia de las cosas. Alimentar nuestra visión en perspectiva no solo calma nuestra sed de drama sino que acalla la mayoría de las alertas reptilianas que nuestro cerebro enciende ante lo inesperado. Si bien estamos evolutivamente programados para responder a la sorpresa con precaución, es la transformación de ésta en miedo paralizante lo que nos impide disfrutar de una vida sin grandes sobresaltos. Tener perspectiva es practicar la habilidad constante de poner las cosas en su sitio, conocer el lugar de todo lo que pasa en el amplio contexto de la naturaleza de la vida. Es una habilidad avanzada y propia de personas que se entrenan para ser inteligentes. Se dice por esto que el buen sentido del humor es propio de los genios. Saberse humilde y diminuto ante la inmensidad de todo lo que ocurre consiste en ser voluntaria y decididamente consciente de nuestro lugar en el mundo y de nuestras obligaciones. Pero no solo basta con esto. El sentido del humor con gusto, el que reconforta y alivia, el que distiende las relaciones y engrasa la maquinaria de la satisfacción, implica también saber el lugar de otros en el mundo, sus responsabilidades y sus obligaciones pero sobre todo las enormes limitaciones que por fortuna les impiden “ser perfectos” o “ser tal y como nos gustaría que fuesen”.

El segundo paso para conquistar el sentido del humor en las empresas es poner en cuestión nuestras creencias. Cuando estamos completamente seguros de lo que pensamos o somos nos situamos frente al abismo insondable de la certeza de estar cada vez más muertos. Por el contrario, el sentido del humor trabaja incansablemente para hacernos sentir cada vez más vivos. Para ello es necesario que superemos esa mente multiplicadora de fronteras que engorda una visión propia y sesgada de la vida; y abracemos una mente abierta a la visión de otros. El aprendizaje significativo y hondo, las experiencias que construyen nuestra condición y la riqueza de la interacción humana… todo ello llega cuando nos atrevemos a vivir más allá de la certeza sobre lo que es correcto o incorrecto, sobre lo que vale y lo que no. Una persona con un sano sentido del humor es primero un cuestionador de sí mismo y luego un cuestionador de otros.

El tercer paso para trabajar con sentido del humor consiste en ser valiente. Si bien nacemos completamente indefensos y nada preparados para el mundo, solo podemos vivir con dignidad siendo valientes. Tal y como yo lo veo los actos de valor puntuales no hacen de alguien un ser valeroso y admirable sino que es el propio acto puntual lo realmente ejemplar en ese caso. Lo que hace a alguien valiente es una continua actitud de valentía. Defiendo que el sentido del humor es la más rentable y creativa de todas las posibles valentías. Para tener sentido del humor de una forma constante y acertada es necesario desplegar con decisión y a un mismo tiempo una larga colección de destrezas a menudo inaccesibles para la amplia mayoría. Entre ellas destaco la capacidad de ser consciente del absurdo, la habilidad de comparar diferentes realidades y contextos, la facultad de la improvisación pertinente, la agilidad en la generación de respuestas en tiempo real, el entendimiento avanzado y en detalle de las cosas, la práctica de la memoria y la vinculación conveniente de experiencias propias y ajenas, el talento de la comprensión de emociones ajenas, el despliegue de medios agradables en adecuada proporción al fin,… Hacer todo esto a diario es impedir que el drama se apodere de uno mismo y de los otros, ofrecer alternativas placenteras que no escapan del dolor sino que lo limitan, crear tiempos y momentos de desahogo que generados de forma repetida modifican por completo los espacios y lugares de trabajo.

Que la realidad supera a la ficción es algo que comprobamos a diario. Hace poco conocí una anécdota desternillante que le ocurrió a uno de los grandes maestros de nuestro tiempo. Cuentan que en la primera década del siglo XX el maestro Charles Chaplin se encontraba en San Francisco y oyó que se celebraba un concurso de “dobles de Charlie Chaplin”. Había oído hablar de estos concursos por todo el país en una época en que el auge del cine mudo había hecho de él algo más que un mito. Aprovechando que estaba en la ciudad, decidió presentarse al concurso. Imitador tras imitador vio cómo todos emulaban de una forma catastrófica los pasos de su famoso personaje Charlot hasta que le llegó su turno. Realizó entonces los mismos movimientos que en sus célebres películas, aquellos grandes gags que representaba en los teatros. Para su sorpresa la puntuación final que obtuvo le situó como el último imitador de su grupo y en la vigésima posición del certamen de imitadores de sí mismo. Pareciera que lo normal en esta situación es que cualquier persona movida por la vergüenza hubiera ocultado esta experiencia, pero uno de los grandes maestros del sentido del humor aprovechó una entrevista con los medios para compartir todo lo que todavía le quedaba por aprender para convertirse en él mismo. Las personas con sentido del humor no solamente son inteligentes, también son grandes sabios.

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Aprender a valorar lo que tenemos

Aprender a valorar lo que tenemos


 

“Durante los últimos días de la aventura en solitario del almirante Byrd él mismo estuvo muy cerca de la muerte. Tenía el cuerpo lleno de sabañones, hablaba entre dientes dentro del saco de dormir y a veces se encontraba tan débil que no podía moverse. (…) Pero pese a todas estas aflicciones, el almirante Byrd regresó a la sociedad con un don que la propia sociedad no habría podido concederle; tenía “algo que nunca había poseído antes plenamente” escribió en sus memorias. Se trataba de “una comprensión de la belleza y el milagro de estar vivo.”

maestro Michael Harris, (Solitud, Hacia una vida con sentido en un mundo frenético, cap.8,p.129)

 

“España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido”

canciller Otto Von Bismarck, s.XIX

 

Hoy pretendo compartir con usted, lector o lectora, la enorme importancia de valorar lo que tenemos. La técnica que emplearé para hacerlo será la puesta en perspectiva y el análisis de datos. Para mostrar cómo hacerlo, he elegido el ejemplo de la realidad y el mercado laboral en España. Puede que de esta forma quizás al final de este artículo usted aprecie y abrace – tal y como compartía el almirante Byrd- una comprensión real y verdadera de la belleza y el milagro de estar vivo y de la enorme fortuna de tener trabajo; y si no le gusta o agrada su trabajo, de la todavía mayor fortuna de poder cambiarlo. Comenzamos.

Este artículo pretende actualizar los datos y conclusiones del trabajo de estudio que ya realicé hace ahora 7 años sobre el mercado laboral en España en el artículo Innovar en España.

Mi agradecimiento sincero al equipo de consultores encorbatados y muy seriotes de Hudson, cuyo informe muy regulero titulado La nueva realidad laboral sistemáticamente he compartido con mis clientes durante las últimas semanas y me ha inspirado a compartir mis impresiones. Recomiendo especialmente que el lector también acceda al detalle del último informe Infojobs-ESADE sobre el mercado laboral en España y del último informe Infoempleo-Adecco sobre el mercado laboral en España para comprender la magnitud de algunas de las afirmaciones del presente artículo. Por añadido el informe del INE España en cifras 2018 le ayudará a comprobar que en términos de salud, bienestar laboral y seguridad jamás hemos estado mejor que ahora.
 

EN DEFENSA DE LA OPORTUNIDAD DE SER MEJORES

Cada vez que alguien me dice que todo está inventado, que tenemos la cultura que siempre tendremos en las empresas, que esta sociedad no cambiará o que el ser humano es solo esto y no puede llegar a más, me viene a la mente una historia que leí hace ahora más de veinte años y que desde entonces ilumina mi camino y me aporta perspectiva. Disfruten de ella:

En el siglo XXII a.C. un sacerdote de la VII dinastía egipcia llamado Khekheperre Subu se encontraba algo desanimado con el ser humano, los jóvenes y la sociedad en la que vivía. En medio de su desesperanza consignó en un papiro unas palabras que desde entonces hemos escuchado repetir a una larga lista de cenizos, pesimistas, agoreros, electrones y pocasangres a lo largo de la Historia. He aquí las palabras del sacerdote:

 “¡Oh qué desgracia! ¿Por qué no podré disponer de palabras desconocidas, de frases e ideas que expresar en una lengua nueva, que no estén ya pasadas de moda y que se encuentren libres de todo lo que ya se ha repetido tanto, algo que decir que no esté gastado, que nuestros antecesores no hayan agotado ya?”

Note el lector o lectora que estas palabras se pronunciaron hace 4.200 años cuando la práctica totalidad de la historia, la ciencia, el arte, la filosofía y el progreso de la Humanidad que usted conoce ni siquiera tenía intenciones de empezar, y cuando solo había transcurrido el primero de los dos milenios y medio en los que el esplendor de la cultura egipcia iluminaría el mundo antiguo. Sirva esta anécdota real para correr un tupido velo sobre aquellos que piensan que nos queda poco por hacer como personas. Antes bien nos queda mucho camino por delante y el momento actual de intenso cambio me parece tremendamente ilusionante y esperanzador.
 

¿EN QUÉ PODEMOS MEJORAR?

En esta misma casa usted podrá encontrar numerosos artículos que hablan de las mejoras que los facilitadores y agentes del cambio estamos ayudando a acometer en las organizaciones. Llevo ya algunos años compartiendo abiertamente por qué creo que nos encontramos en un momento de cambio inspirador y a qué se debe. He escrito mucho sobre la caída del concepto tradicional de empresa y sobre la conquista de un nuevo entorno de trabajo más humano, equilibrado y responsable. He aquí algunos ejemplos que quiero recordar:


COMPRENDER MI ORGANIZACIÓN:

  • El artículo Qué es la cultura de una organización y por qué cambiarla habla de los fundamentos del desarrollo organizacional que te harán comprender tu empresa.
  • El artículo Ningún hombre es una isla repasa cómo se formaron ideológicamente las empresas, por qué necesitan cambiar y cómo hacerlo a través de la idea de doble velocidad.
  • El artículo La empresa elefante exponía el funcionamiento de las grandes empresas actuales y por qué deben actualizar su estructura y comportamientos.

COMPRENDER EL CAMBIO:


CAMBIAR MI ORGANIZACIÓN:


 

CREENCIAS LIMITANTES EN ESPAÑA

Mi visión sobre la realidad actual de las organizaciones es esperanzadora. Aunque sabemos que el camino del cambio significativo es “lento, duro y doloroso”, creo que es justo hablar hoy en términos de oportunidad y compromiso. Hemos recorrido mucho en lo que a conquista de derechos y libertades se refiere. Toda vez que como seres humanos ya hemos recorrido todos los puntos de la geografía física del planeta, nos encontramos como especie en un momento de nuestra Historia lleno de nuevos territorios relacionales a explorar. Como en todo gran momento de cambio, tenemos mucha confusión y tal vez sea necesario reunir en un solo lugar las principales creencias limitantes que nos impiden avanzar hacia entornos de trabajo más sostenibles, humanos y saludables.

En concreto quiero ceñirme al territorio en el que suelo desarrollar mi actividad como agente de cambio: España. Viajo continuamente para conocer retos reales de mis clientes con el ánimo de ayudarles. Y lo que encuentro no es muy diferente a lo que arrojan los datos reales. Veamos primero algunas creencias que solemos manejar y son falsas:

SATISFACCIÓN LABORAL: La mayoría de personas no está satisfecha en su puesto de trabajo. FALSO. Esta creencia parece infundada a la luz de los últimos datos recogidos en diferentes estudios como el realizado por Randstad en el último trimestre de 2018 que muestran que el 74% de trabajadores en España está satisfecho con su puesto de trabajo, dato que asciende al 81% en el caso de los jóvenes menores de 25 años. Estos datos no parecen eventuales dada la histórica media que sitúa a España por encima de la media europea del 71%, es decir solo 3 de cada 10 empleados en España no está satisfecho con su trabajo.

MOTIVACIÓN LABORAL: La gente trabaja con la única motivación de obtener dinero. FALSO. Obtener dinero para atender las necesidades de subsitencia y consumo básicas sigue siendo el principal factor de movilización para un trabajador y tal y como señalaba Hertzberg. Como es lógico el salario continúa siendo el motivo primario para trabajar (factor higiénico). Sin embargo el estudio WorkForce View in Europe 2017 apunta que a partir de un salario aceptable la suma del resto de factores determina y mejora aún más la motivación del trabajador que un ascenso de salario continuado. Y he aquí dos claves que definen muy bien la importancia que el trabajador actual le da a las condiciones laborales: se trata de el importante valor del clima laboral (un 30%) y del equilibrio entre el trabajo y la vida privada (un 28%). Es decir, sobre un salario aceptable, el clima laboral y la conciliación parecen a día de hoy mucho más importantes para el trabajador que un aumento de la remuneración.

CAMBIO GENERACIONAL: Necesitamos un cambio generacional para mejorar la cultura de nuestra organización. FALSO. Aunque la entrada de personas jóvenes pueda parecer una solución, y aunque alimentando esta creencia hinchemos el desaprovechamiento de los trabajadores de más de 50 años en las organizaciones, lo cierto es que el cambio cultural no tienen nada que ver con la fecha de nacimiento de los empleados. El age management sigue siendo un reto para muchas organizaciones que no valoran a los empleados con amplia experiencia (los llamados perennials de más de 50 años) que pueden aportar mucho. En España más del 70% acumula un año de paro o más y un 40% más de cuatro años. El 64% de las ofertas laborales para empleados o técnicos demanda edades entre 26 y 40 años, si bien la edad demandada para puestos de mandos intermedios o ejecutivos está más estratificada.

A menudo el argumento para esta discriminación es la falta de adaptación de este colectivo a los cambios del mercado aunque parece que afortunadamente cada vez el argumento se sostiene menos. De hecho en España convendría recordar que dentro de 10 años la mitad de la población tendrá más de 50 años y manejará el 75% de la economía; es decir que no solo saber emplear a personas de más de 50 años será determinante sino que además serán nuestros principales clientes de consumo. En mi opinión la edad es mental y no física en trabajadores de cuello blanco (oficina) y tal y como las empresas inteligentes saben ver los empleados más experimentados son por lo general capaces de gestionar la presión con más garantías dada su experiencia.

BRECHA SALARIAL DE GÉNERO: Existe diferencia entre retribuciones de hombres y mujeres. FALSO y CIERTO a la vez. Vaya por delante que considero que el simple hecho de que exista una brecha salarial entre hombres y mujeres me parece algo fuera de lugar. Sobre esta idea, la realidad nos dice que el cálculo de la brecha salarial es a menudo algo tramposo por la cantidad de variables a tener en cuanta: salario base, extras, bonus, tipos de contratos, tipo de estudios,.. por lo que los datos varían mucho en función de la fuente. Un artículo de Público muy interesante y crítico con esta alta variación en la interpretación de esta realidad es digno de lectura.

DISTRIBUCIÓN DE EMPLEADOS: En los trabajos hay muchos jefes y pocos empleados operativos y funcionales. FALSO. Esta afirmación hace referencia a una creencia muy extendida que suelo encontrarme cuando trabajo con las plantillas de empleados en cliente. En realidad los datos nos indican todo lo contrario. Aproximadamente el 70% de las plantillas están integradas por personas que no tienen a otras personas a su cargo tal y como se puede ver en los siguientes datos de una reciente Encuesta de Población Activa que no es muy diferente a la de los últimos diez años:

 

GRANDES Y PEQUEÑAS EMPRESAS: La empleabilidad la mueven las grandes compañías. FALSO. Los datos del INE son arrolladores: En lo que respecta a empleabilidad directa las PYMES en Europa y en España siguen siendo mayoría. Aproximadamente un 40% de los empleados trabaja en empresas de menos de 10 empleados y un 13% en empresas de más de 250 personas. Pese a que las empresas multinacionales tradicionales suelen retribuir a sus empleados con salarios medios un 30% más elevados que los de la media del país, la Encuesta de Población Activa arroja trimestre tras trimestre que alrededor de un 60% de empleos se generan en el entorno de las PYMES. El enorme problema al que se enfrenta España desde hace años es la escalabilidad y la capacidad de crecimiento con un tejido empresarial tan diverso en un mercado mundial deslocalizado y agrupado en torno a corporaciones.

Veamos ahora algunas creencias que solemos manejar, son ciertas y suelen estar relacionadas no con las personas que ya tienen trabajo sino con la distribución de aquellas que no lo tienen.

EL MERCADO LABORAL ES INESTABLE. La realidad laboral a la que todos contribuimos continúa desestabilizando el nivel de riqueza de las personas. CIERTO. En este sentido el Employment Outlook para España de la OCDE ha sido demoledor para 2018. Entre sus recomendaciones para España estaban las de aumentar el periodo de preaviso de despido para favorecer la movilidad controlada y reducir las indemnizaciones por despido que califa de muy elevadas, además de las recomendaciones de mejorar la coordinación entre el Estado y las autonomías. Y ahora vienen algunos datos sobre riqueza de las personas que le sorprenderán:

  • El 5 % de hogares ingresa menos de 500 € al mes, permaneciendo en riesgo de exclusión social.
  • El 20% de las familias en España ingresa entre 500 – 1000 € al mes para vivir
  • El 22% de los hogares en España ingresa en total entre 1000 – 1500 € al mes para vivir
  • El 17% de los hogares en España ingresa entre 1500 – 1999 € al mes para vivir
  • El 23,2% de los hogares en España ingresa entre 2000 – 3000 € al mes para vivir
  • Solo el 11,5% de los hogares en España ingresan entre 3000 – 5000 € al mes para vivir
  • Un 1,3% de hogares en España ingresa más de 5000 € al mes para vivir

 

CONCENTRACIÓN ECONÓMICA: Madrid, Catalunya y Euskadi concentran la mayoría de la oportunidad de negocio y empleo en España. CIERTO. Juntas suman aproximadamente un 60% de la oferta de empleo en España, pero independientemente también son los 3 mercados mayores. Estas son las 10 comunidades autónomas que más empleo generan:

  • Madrid acapara el 25% del empleo (comercial, programador y administrativo);
  • Catalunya el 23% (programador, hostelería y turismo) si bien la provincia de Barcelona es el 86% de la empleabilidad de toda Catalunya ella sola;
  • Euskadi el 12% (ingeniería y producción);
  • Andalucia un 9% (hostelería y turismo);
  • Valencia un 7% (promoción inmobiliaria, operarios y comerciales);
  • Castilla y León un 5% (comerciales y promotores);
  • Galicia un 4% (operarios, asesores);
  • Aragón un 2,5% (comerciales, técnicos y operarios) si bien Zaragoza concentra el 85% de la empleabilidad aragonesa;
  • Castilla La Mancha el 2,2% (comerciales, turismo);
  • Canarias el 1,5% (turismo y hostelería)

Me parece importante reseñar que si bien las ofertas de empleo se renuevan con más frecuencia en Madrid y Catalunya (entorno al 25%), en Euskadi -a pesar de tener una tasa de empleo de las más bajas de España- las ofertas de empleo no se renuevan con tanta frecuencia (entorno al 12%, la mitad que en Madrid y Catalunya comparativamente).

DEPENDENCIA SECTORIAL: La economía española está muy basada en el sector Servicios. CIERTO. Alrededor de un 60% de la oferta de empleo pertenece a este sector. De las 3,3 millones de empresas registradas en España, 1,8 pertenecen al sector Servicios que comprende todo lo no relacionado con industrias productoras de bienes materiales, es decir la distribución, venta y el consumo. El sector primario es mínimo en España (extracción de materia y generación), y el sector secundario (conversión en bienes materiales) también.

ALTO DESEMPLEO FOCALIZADO y FEMENINO: Las economías de Andalucía, Extremadura, Ceuta, Melilla y Canarias registran sistemáticamente las mayores tasas de desempleo. CIERTO. La tasa de empleo nacional es del 14,6% en España, y todos estos territorios superan esa cifra e incluso la doblan en algunos casos. Los datos particulares son quizás dignos de mención. En Andalucía 3 de cada 10 mujeres en edad laboral están desempleadas y 2 de cada 10 hombres, datos éstos muy similares a los de Extremadura. En Ceuta y Melilla de 3 a 4 de cada 10 mujeres en edad laboral no tienen empleo y 2 de cada 10 hombres tampoco.

ELEVADO DESEMPLEO JUVENIL: En España 4 de cada 10 jóvenes menores de 25 no trabajan. CIERTO. Extremadura, Andalucía y Castilla La Macha son 3 de las 12 regiones europeas con más paro juvenil con un 40-50% de paro juvenil. El paro juvenil de EEUU se sitúa en un 9%, el de Europa se sitúa en un 16-17%, medias ambas que superan todas las comunidades autonómas españolas sin excepción, y por tanto todo el territorio español en su conjunto. Madrid, Catalunya y Euskadi tienen respectivamente un 25% de paro juvenil. Superamos también por algunos puntos la media de jóvenes ninis (que no estudian ni trabajan).

ALTA CONTRATACIÓN TEMPORAL: En España 1 de cada 2 trabajos es temporal. CIERTO. España se sitúa con frecuencia en una de las franjas de generación de empleo por población más baja de Europa pese que el desempleo ha disminuido y el empleo ha aumentado relativamente durante los últimos años. La reclamación de contratos indefinidos o a tiempo de completo se corresponde con el siguiente dato: La tasa de temporalidad es del 27,7% de los contratos en España frente al 14,4% en Europa.

 

UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN PARA CENIZOS

Después de leer todo este cúmulo de datos usted pensará que todo es un desastre, que nos queda mucho camino por delante y que hace falta mejorar muchas cosas. Pero permítame poner en valor todo el camino recorrido y el lugar de España en su historia y en el mundo hoy. Tres recursos/argumentos me resultarán especialmente útiles para ello:

  • El primero es el Social Progress Index que sitúa a España como el mejor país para nacer en el mundo y en el 19º de 146 países en calidad de vida y en términos de riqueza y equilibrio social.
  • El segundo es el maravilloso portal Gapminder creado por el maestro Hans Rosling que nos ofrece un sinfín de datos dinámicos combinados. Ninguna de las miles de combinaciones estadísticas basadas en datos reales que usted, lector o lectora, pueda hacer en este gráfico hace que España suspenda o saque menos de un 8 sobre 10. Adelante, pruebe. Antes de hacerlo recuerde que el gráfico que encabeza este artículo representa la progresión de España de 1800 a 2018 en esperanza de vida e ingresos por persona. Yo nací con meningitis infantil en 1982, si lo hubiera hecho 40 años antes estaría muerto. Mi abuelo murió por una infección, si hubiera nacido en el año en el que yo nací no estaría muerto. Lo mismo le ocurrirá si intenta argumentar que el mundo es mucho peor de lo que era.
  • El tercer argumento es animarle a que busque un solo libro de Historia de España que sea capaz de sostener que la sociedad que todos hemos construido no ha pasado de ser uno de los 10 lugares más violentos y conflictivos del planeta a ser uno de los 10 lugares más seguros y socialmente desarrollados hoy. No niego todos los peajes, tampoco justifico por completo el camino, solo pido que recordemos el esfuerzo que ha supuesto llegar hasta este día.

 

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Cómo alcanzar la tranquilidad y disfrutarla

Cómo alcanzar la tranquilidad y disfrutarla


 

“Yo quisiera rogarle lo mejor que sé, querido señor, que tuviera paciencia frente a todo lo que no esté resuelto en su corazón, y que intente encariñarse con las preguntas mismas como si fuesen habitaciones cerradas o libros escritos en un idioma extraño. No busque usted ahora las respuestas que no se le pueden dar porque no podría usted vivirlas. De lo que se trata es de vivirlo todo. Viva usted ahora las preguntas. Tal vez luego, poco a poco, sin darse cuenta, un día lejano viva usted en plena respuesta”

maestro Rainer Maria Rilke, (Cartas a un joven poeta, pp. 51-52, Hiperión, 2004)

 

Soy un hombre tranquilo, me he entrenado para ello y pretendo hoy que esto sea útil para usted.Este será un extenso artículo en el que pretendo aportarle, lector o lectora, mi visión sobre cómo lograr la tranquilidad de espíritu en un mundo convulso y trepidante. Si bien la conquista plena de la tranquilidad de espíritu se logra a través de la práctica, el entrenamiento y a menudo con ayuda de maestros, hoy quiero aportarle algunas ideas fundamentales que le pondrán en el buen camino hacia ella.

Lo haré a través de cuatro recomendaciones:

  1. Deja de alimentar tu mundo y atrévete a apreciar la realidad
  2. El cambio desde la expectativa ideal a la consciencia real
  3. El paso de la voluntad ajena a la voluntad propia
  4. La doble dirección de la experiencia.

En muchas ocasiones experimentamos la vida llevados por la inercia. En una suerte de profecía autocumplida, fabricamos una idea de nosotros mismos que constantemente alimentamos con creencias para convertirla en algo defendible. Confiamos entonces en la buena o mala suerte que pueda llegarnos y hacemos depender nuestro estado de ánimo o nuestra satisfacción de que otras personas cumplan con nuestras expectativas o de que la propia vida no tarde demasiado en atenderlas. Esos momentos de nuestra vida se convierten así en una suerte de juicio continuo en el que fabricamos culpables e inocentes de acceder a nuestra propia voluntad.

Tal y como yo lo he vivido, la conquista de la tranquilidad de espíritu llega cuando abandonamos nuestro deseo insaciable por hacer que la realidad o las personas sean nosotros. Tal y como los grandes maestros lo expresaron, la práctica de la tranquilidad de espíritu suele ser un camino no exento de valles durante el trayecto aunque gozoso y reconfortante en perspectiva. Para entender el lugar exacto donde empieza este camino trataré de explicar qué nos hace querer llegar a él y luego cómo recorrerlo. Comenzamos.

 

1.- DEJA DE ALIMENTAR TU MUNDO y ATRÉVETE A APRECIAR LA REALIDAD

La realidad nunca será lo que tú esperas de ella. Afortunadamente para todos, la realidad es lo que es. Sin embargo y a pesar de que ya hemos nacido -es decir, de que ya tenemos un lugar en la realidad sin necesidad de hacer nada- crecemos rodeados de estímulos que nos animan a encontrar un lugar en el mundo. Nuestras relaciones y nuestras sociedades nos invitan a buscar nuestro lugar, a crear nuevas realidades que se impongan y que modifiquen a otras realidades que no logran imponerse. Pero ¿y si nos negáramos a tener que conquistar nada ni a nadie?, o mejor aún ¿y si dejara de motivarnos este impulso por querer convencer a otros y comenzara a motivarnos un fuerte impulso por querer disfrutarnos y comprendernos tal y como somos?. Tal y como hace años enunciaba en una conferencia, en lugar de hacernos pajas mentales con grandes modelos, teorías o ideas de lo que tenemos que ser, las personas comienzan a preguntarse ¿qué tal si disfrutamos y partimos de lo que somos?.

Este es el paso necesario que va de estar continuamente aspirando a la idea de mundo perfecto que debemos alcanzar a vivir de forma consciente la realidad de lo que somos. El mayor activo intangible de una empresa hoy no es el talento técnico de sus personas sino el número de ellas que están más sujetas al suelo pisando la verdadera tierra de las cosas.

Un significativo conjunto de la población está cansada de grandes discursos, ideologías, métodos, marcas o identidades con los que defenderme o atacar a otros, y comienzan a plantearse que existe una vía media, alternativa y diferente basada en una experiencia de vida tranquila y a la vez apasionada que busca comprensión y encuentro. De uno mismo, del otro. Es así como pese a los coletazos puntuales de fanatismo que cabecean alertándonos de su último estertor, se están abriendo paso tímidamente, poco a poco pero sin pausa el sincretismo espiritual contra el dogma religioso, la conciencia cívica de convivencia frente a la doctrina de partido, los intereses de nuestro planeta frente a los de las naciones. Puede que tardemos cincuenta, cien o doscientos años más en creer en instituciones que nos representen pero el viaje ya ha comenzado y es ya imparable. Aquellas personas que están sabiendo asociarse de forma inteligente y decidida en la búsqueda de un fin común sin necesidad de pervertir el medio, son ahora nuestro ejemplo. No admiramos organizaciones que logren lo que quieren sino organizaciones que logren lo que queremos.

De hecho durante los últimos años no he parado de constatar esta creciente tendencia en las personas por alejarse de la confrontación, el pesimismo poco constructivo de los intelectuales o la sección de sucesos de la prensa. El hastío por un dramatismo suicida es común a una gran cantidad de personas de nuestro entorno. Si bien ya sabemos por qué hasta ahora hemos consumido más malas noticias que buenas noticias, puede que sea tiempo de compensar este desequilibrio para no hundirnos en la mierda y ayudar a mejorar la realidad de forma más rápida y con mayor difusión por parte de los medios. Si la realidad fuera tan solo el mundo que nos muestran en los telediarios, nuestra existencia sería algo parecido a un apocalipsis natural o un holocausto planetario. Ante esta demanda de cambio por parte del espectador, hay iniciativas compensadoras como En Positivo, Noticias positivas (N+), o Cuéntame algo bueno, o Son buenas noticias abogan por aportar la cara algo menos amarga de la vida. Sin embargo la mayoría de medios no entienden esta creciente inquietud. Para muestra, un ejemplo: hace poco una de las principales cadenas de televisión españolas ha decidido que dejará de emitir telediarios, su productor jefe ha llegado a la conclusión de que a las personas “solo les interesan los realities y los sucesos, los telediarios no dan audiencia“. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Por mi parte, tal y como compartí hace poco, creo que el pensamiento crítico se educa y adquiere solo con la práctica.

 

2.- EL CAMBIO DESDE LA EXPECTATIVA IDEAL a LA CONSCIENCIA REAL

Estas preguntas están siendo planteadas hoy como un punto de partida interesante con el que pasar de la inercia a lo consciente, de la masa a la persona. Todo esto en un planeta que llegará a finales de este siglo a albergar a 11.000.000.000 de personas, parece algo ideal y sin embargo es algo necesario para garantizar la continuidad de nuestra especie. La inclusión de prácticas de atención plena y meditación en las empresas, el creciente aumento de traducciones a idiomas occidentales de grandes tratados de filosofías no teístas, el interés por incluir la visión humanista en nuestros entornos de trabajo, la recuperación del pensamiento estoico, el minimalismo como culto por las pequeñas cosas, la creciente concienciación por la sostenibilidad y el comercio justo, el cambio de paradigma de mercado hacia un consumo centrado en la calidad de vida del cliente y no en mis intereses espúreos de marca, el diseño de ciudades habitables para las personas y no para las máquinas,… todo ello se abre paso cada vez con más fuerza para contrarrestar el empuje de una gran cantidad de tecnologías de dispersión mental.

Hablamos en definitiva de dejar de oponer lo individual a lo común, de construir entornos de desarrollo en los que exista respeto por la experiencia de vida del otro. Y esto ya ha llegado a nuestra vida en forma de inquietud y poco a poco cala en esas organizaciones que inventamos para conseguir algo que por nosotros mismos no podemos alcanzar, “las empresas”. La mayoría de directivos con los que trabajo se está entrenando en adquirir las habilidades necesarias para no sufrir demasiado durante este cambio de época. La transición -no lo niego- está siendo dura pero los resultados son maravillosos. Personas que no solo quieren ir a trabajar sino que también quieren participar de la formulación de su estrategia empresarial, y sobre todo esa rareza poco común de empleados que se emplean y de directores que se dirigen. Todo está pasando ahora.

Muchos estudios destacan que aquellas personas que pertenecen ya a la fuerza productiva de las organizaciones y que nacieron entre 1965 y 1978 (Generación X), y entre 1979 y 1994 (Generación Y) se caracterizan por buscar la felicidad y la realización personal de forma constante y decidida, algo que fue negado a las generaciones pasadas, nacidas en la posguerra y en un mundo convulso y dividido. Los que se están incorporando a la fuerza productiva ahora y que nacieron entre 1995 y 2010 (Generación Z o nativos digitales) desconfían de la autoridad y buscan construir y formar parte de comunidades con las que se identifiquen, algo que nos está siendo aún negado a las generaciones actuales que trabajamos aún en lugares que todavía no nos representan. Algunas organizaciones actuales, erróneamente a mi modo de entender, intentan responder a esta necesidad apropiándose de la responsabilidad de ser felices que solo se encuentra en las personas.

En mitad de este cambio de época, caracterizado por rápidos contrastes, conquistas paulatinas y desigualdades decantes que continúan existiendo, no dejaré de repetir que este es un tiempo de esperanza. Hoy más que nunca un gran número de personas en el mundo pueden plantearse ser felices, y si bien el constante bombardeo de optimismo ñoño y vacío y las filosofías rápidas ganan adeptos a diario, el optimismo inteligente y constructivo y el pensamiento crítico y consciente se abre paso, no me cabe duda. Lo vivo a diario.

 

3.- EL PASO DE LA VOLUNTAD AJENA a LA VOLUNTAD PROPIA

Algunas personas dedican demasiado tiempo a formular su voluntad ajena. Llevadas por un ejercicio de autoagresión continua comparan cada experiencia de su vida con una expectativa de realidad que solo existe en su mente. El mundo entonces se presenta para ellos de una forma binaria: “o está dentro del mundo que yo quiero o no está dentro de él”. En esa sala de espera de la vida crean un hilo musical soportable que les distraiga de los numerosos momentos oscuros y vacíos en los que su pensamiento auto-justificador gobierna. Se ven entonces sometidos al juicio que han creado y nada hay tan doloroso como darse cuenta de que en mi propia sala de juicios además de ser juez también soy acusado. Por eso conviene tapar estos momentos y se aíslan de la vida dentro de una capa impermeable a la belleza. Temen sufrir o entrar en contacto con las cosas importantes. Suben el volumen de su hilo musical, no paran de hablar y no piensan demasiado. “Mientras la vida esté en silencio y yo en mi ruido, todo llegará” se dicen. Pero nunca llega y su ansiada expectativa de realidad se aleja porque su espíritu continuamente insatisfecho alimenta con fervor su expectativa.

A fuerza de presión y de constantes reinicios y caídas es normal que este motor de vida se resienta y se estropee con frecuencia. Con el paso de los años crece en la persona esa idea de su mundo (lo que soy, lo que debe ser el mundo, lo que deben ser los otros) y adquiere dimensiones inasumibles para una realidad maravillosa aunque sencilla: la vida. La naturaleza de la experiencia de vida de estas personas es el conflicto entre lo que espero de la vida y lo que me da, lo que deseo y lo que es. Su mente se afana en una lucha incesante por entorpecer una experiencia de la vida tal y como es. Y dado que la mayor parte del tiempo eligen la comodidad distante de ser jueces, a menudo mueren sin experimentar la plenitud cercana de relajarse y ser testigos.

Estas personas buscan fuera resolver los problemas que siempre han fabricado y llevado dentro. Esta forma de experimentar la vida les hace disfrutar de momentos puntuales de alegría y de innumerables momentos de decepción. Casi todos los seres humanos del planeta se conforman con esta visión extremista de la vida. Toda su riqueza se resume en una diminuta colección de objetos y un extenso ejército de problemas asociados para mantener estos objetos.

Para que esa voluntad quede muy clara dedican una gran cantidad de su tiempo a formular sus ideas o a emitir sus quejas sobre otros. Invierten casi toda su energía en reclamar su sitio porque a la luz de su mirada el escenario de la vida es una continua batalla por la supervivencia. Luchan constantemente por imponerse a otros porque están convencidas de que la mayor parte de su experiencia de vida no depende de ellos. En verdad no les mueve el amor por lo que son sino el miedo por lo que pueden dejar de ser. Esta sensación les genera una reiterada frustración que les agota. Consumen la realidad, no la viven.

Otras personas no dedican tiempo a formular su voluntad por lo que no saben lo que quieren. Saben que quieren lograr algo pero desconocen lo que es. Querer algo y no saber qué es implica padecer todos los inconvenientes de querer algo y no lograrlo y las desventajas de no querer nada y vivir en la indeterminación perpetua; sin disfrutar al mismo tiempo de ninguna de las ventajas de querer o no querer algo. En realidad cuando hablamos de querer algo o formular nuestra voluntad el comportamiento saludable encaminado a la conquista de la tranquilidad de espíritu está basado en formular esta voluntad no respecto a los otros sino respecto a mí mismo. Desde nuestra pura y noble intención de disfrutar la felicidad funciona contrastadamente bien formular una voluntad propia (de lo que quiero y decido ser y hacer) y funciona contrastadamente mal formular una voluntad ajena (de lo que quiero y decido que son el mundo y las personas). También a este mismo efecto de ser felices además de mucho más honesto, íntegro y valiente, es más útil y práctico dejar de depositar mis esperanzas de cambio en otros y comenzar a depositar mis compromisos de mejora en mí mismo.

Sea cual fuere el camino que elija el lector o lectora es importante que sea consciente de que todo se contagia fruto de nuestra condición social e interdependiente. Esto quiere decir que si yo dedico una gran cantidad de mi vida a formular mi voluntad ajena, es decir mi expectativa sobre el otro o lo otro, me será devuelta la misma actitud y mi experiencia de vida será algo parecido a un partido de tenis sin descansos

 

4.- LA DOBLE DIRECCIÓN DE LA EXPERIENCIA

Solo una diminuta pulsión imperceptible es capaz de mejorar de forma significativa y constante la inmediata realidad de las personas. Es algo que nace como lo hacen todas las cosas importantes, de dentro afuera, algo que al principio es desconocido y que solo bautizamos con el tiempo. Hablo de la consciencia de la belleza de la vida más allá del dolor y del placer.

Solo puedo experimentar felicidad cultivando la tranquilidad de espíritu, esa calma que alcanzo cuando continuamente recuerdo que más allá del dolor que experimento de fuera adentro soy capaz de no incubar, alimentar y mantener mi propio sufrimiento de dentro afuera. El dolor es aquello que vivimos fruto de nuestra experiencia de vida; el sufrimiento es el dolor que nos causamos. Para ser feliz solo tengo que acceder a un remoto lugar en mi interior, ese sitio donde la capacidad innata de estar aquí y ahora permanece latente, esperando a ser descubierta y disfrutada más allá del miedo al dolor y del deseo de placer. Esa capacidad no es ajena a ninguno de nosotros y tiñe de belleza nuestros actos, configurando la doble dirección de la experiencia: la vida no es solo algo que me pasa sino algo a lo que pertenezco. Ser fiel a esta idea asegura el mejor de los caminos.

Solo entonces puedo así comprender la importancia relativa de las cosas, saberme humilde en relación a todo cuanto es y existe.

Solo entonces soy uno con la inagotable finitud de la experiencia y comprendo que todo cambia y todo muere.

Solo entonces soy capaz de vivir comprendiendo que el dolor asociado a la vida no tiene por qué convertirse en sufrimiento. Abandono así mi lucha contra la naturaleza. La acepto, me acepto.

Solo entonces comprendo que todo llega y todo pasa.

Solo entonces encuentro mi lugar en el mundo siendo testigo activo y paciente de la realidad en la que soy, de la que participo y que continuamente determino y construyo junto a otros.
 

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12 claves de la #empresa en la que a todos nos gustaría trabajar

12 claves de la #empresa en la que a todos nos gustaría trabajar


 

“En una ocasión Maitriyogui, maestro de Atisha, estaba enseñando el Dharma cuando un hombre que estaba en los alrededores le tiró una piedra a un perro. El maestro dio entonces un alarido de dolor y cayó del trono.”

maestro Dsa Patrul Rimpoché, (Kunsang Lame Selung, II,2,III,1.3)

 

Yo no trabajo para lograr la empresa perfecta, trabajo para lograr la mejor empresa posible. Ponerse en el lugar del otro y aprender a comprender lo que la otra persona entiende. Partir de la realidad de todos para construir una común tal y como hacía el maestro Maitriyogui. He aquí el gran reto de este y de cualquier otro tiempo. La empresa en la que a todos nos gustaría trabajar no tiene por qué tener muchos futbolines o sofás de colores, tampoco una cafetería o muebles de diseño; todo eso ayuda pero no es determinante. Lo que realmente determina y configura la empresa en la que todos nos gustaría trabajar es el respeto mutuo y la responsabilidad compartida.

Sobre esta base formulo hoy, lector o lectora, 12 claves que implican 12 actitudes que considero útiles para lograr esa empresa en la que a todos nos gustaría trabajar. Creo sinceramente que todas las claves que aporto son posibles de implantar o en su defecto que la mayoría de ellas pueden aplicarse para mejorar cualquier empresa. Estas reflexiones se derivan de mi experiencia inmediata y del estudio constante de la ciencia y el arte del desarrollo organizacional.

He aquí las 12 claves de la empresa en la que a todos nos gustaría trabajar:

  1. Construye relaciones de mutuo beneficio y no de derecho propio
  2. Liberaliza horarios
  3. Establece una política salarial neutra
  4. Incluye una cláusula de democión en tus contratos
  5. Facilita que los empleados descontentos hagan entrevistas de trabajo
  6. Elimina los procesos de selección a priori
  7. Establece un proceso de selección continuo
  8. Pasa de las políticas de conciliación a la cultura de bienestar
  9. Mezcla conocimiento y delimita capacidades
  10. Rentabiliza el valor de compartir aprendizajes
  11. Haz cambios antes de que estés obligado a hacerlos
  12. Deja ser a las personas

Pretendo con este texto hablar de cambios reales, mejoras posibles, decisiones que la mayoría de empresas podrían adoptar. No se trata de formular grandes teorías, sino de hablar de medidas prácticas que puedan aportar algo de luz en el camino que recorren muchos directivos hacia ese entorno deseado capaz de poner en juego lo mejor de las personas. Comenzamos.
 

1) CONSTRUYE RELACIONES DE MUTUO BENEFICIO Y NO DERECHO PROPIO: Cuando dos partes se ocupan de hacer cumplir sus derechos y hablan desde la intención de luchar por “lo que les corresponde” a cada uno, el encuentro es muy improbable. Aplicado al mundo empresarial, las actuales relaciones laborales están basadas en una relación de derecho propio donde las partes se enfrentan. En este contexto solo puede abrirse paso el comportamiento de supervivencia, la competitividad interna nociva y una cultura inasumible de exigencias mutuas. Cuando acompaño a muchos equipos dentro de las organizaciones mi trabajo consiste en superar las vías del poder y del derecho (a menudo inconscientes, complementarias pero de suma cero) y favorecer la vía del interés (a menudo consciente, respetuosa y en base a una perspectiva integrativa). Para construir relaciones de mutuo beneficio es necesario conocer los intereses de las partes y buscar un encuentro sostenible para ambas. Mi consejo es siempre renegociar este escenario de forma periódica para asegurar que ambas partes pasan de la supervivencia contra el otro a la convivencia con el otro. En el caso del mundo empresarial, esto equivale a superar los tradicionales prejuicios del trabajador susceptible de ser explotado y la empresa sospechosa de explotar. Esto solo se logra cuando existen gestos que a su vez favorecen una realidad común (entorno laboral-persona) y no el consumo de una realidad de otro (directivo-empleado). Es posible hacerlo dentro del actual marco laboral y de cualquier marco laboral siempre y cuando haya voluntad de entendimiento y sobre todo unas reglas de base prefijadas más allá del marco jurídico o legal. Porque es importante comprender que si bien estamos haciendo recaer la responsabilidad de dirimir los conflictos laborales en la legislación y los juzgados, es una dejación de responsabilidad de ambas partes no establecer una estructura saludable de trabajo y unos criterios éticos de conducta que hagan que la relación salga adelante. De acuerdo a mi experiencia mediando en contextos profesionales, los juzgados o las leyes deberían estar como último recurso al que acudir en caso de que no existiera entendimiento, nunca como base de regulación de este entendimiento. Consejos: crean unas normas y una estructura de convivencia en la que todas las partes se sientan cuidadas, es más, crea todo esto con el objeto de superar la existencia de esas partes y lograr un proyecto común del que todo el mundo se sienta una sola parte. Esa es la clave.
 

2) LIBERALIZA HORARIOS: En el contexto de las organizaciones basadas en conocimiento, creo que debemos superar el concepto de jornada. Si bien en la industria resulta útil cuadrar turnos y horarios para establecer un rendimiento óptimo de la maquinaria en la que se ha invertido, en los sectores blandos (empleos de oficina, bluecollars) creo que es muy útil establecer acuerdos de rendimiento por objetivos con cada colaborador y cliente y permitir a la persona encargada de prestar el servicio que desempeñe su actividad con libertad. Para esto es necesario establecer mecanismos de control de cumplimiento de objetivos individuales y comunes, y niveles aceptables de satisfacción del cliente por parte del empleado y de la empresa. Algunas empresas cometen el error de liberalizar horarios sin establecer estos mecanismos de control o indicadores, por lo que el objetivo inicial a veces se pervierte o no se logra. Por otro lado, liberalizar horarios implica aceptar que cada persona necesita un horario diferente para rendir o sentirse cómoda haciendo su trabajo. Hace poco un cliente me contaba los resultados que obtuvo al realizar la prueba. Preguntó a sus empleados por el horario u horarios ideales para diseñar una jornada perfecta o diferentes opciones para tenerla. Hubo tantas respuestas diferentes como empleados respondieron a la encuesta. Esto ocurre porque cada vida es única y cada persona tiene necesidades diferentes y solo ellos pueden determinar cuáles son sus espacios y tiempos de calidad.
 

3) ESTABLECE UNA POLÍTICA SALARIAL NEUTRA: En gran medida este punto va unido al anterior. En el campo de la discriminación de género, la actual brecha salarial sangrante entre mujeres y hombres se puede superar. La forma de hacerlo es realizar acuerdos honestos entre las partes. Una empresa no sexista y no patriarcal debe comprender que una mujer ha de trabajar bajo las mismas condiciones retributivas que un hombre. Establecer una política salarial neutra también incluye eliminar la vulnerabilidad laboral de las personas de más de 50 años. Si pretendemos vivir en una sociedad ética y responsable, solo un insensato podría olvidar que alguna vez cumplirá 55 años y que entonces también necesitará sentirse valorado y útil. Añadido a esto he de comentar que la actual ficción empresarial respecto al fomento de “talento joven” en las empresas es -al tenor de las cifras demográficas- insostenible en el escenario laboral más inmediato. Nuestras sociedades envejecen y si queremos vivir en ellas tenemos que aprender a soportarnos y convivir extrayendo el valor auténtico de cada persona. Gestionar de forma noble y honesta el talento senior de nuestras personas es aceptar que una organización -como sistema vivo complejo- no es ajena a procesos naturales de la vida como el envejecimiento. Además de todo esto, recomiendo establecer una política salarial que no genere clasismos ni grandes brechas entre los tres niveles de la organización: operativo, ejecutivo y político. En este sentido las empresas aún tienen mucho que aprender del movimiento cooperativo.
 

4) INCLUYE UNA CLÁUSULA DE DEMOCIÓN EN TUS CONTRATOS: Esto resolvería el Principio formulado por el maestro Lawrence J. Peter que ya hemos comentado en alguna otra ocasión, y que defiende que toda persona asciende hasta alcanzar su máximo nivel de incompetencia. Para aquellas personas que son ascendidas a puestos en los que se lideran procesos o equipos de trabajo, es vital incluir una cláusula de democión ante el incumplimiento de objetivos o la reiterada incapacidad de liderazgo. En el caso de la salud organizacional esta medida permitiría un proceso de selección natural de líderes sin necesidad de hacer sangre o quemar talento. Implicaría cumplir políticas de reconocimiento de talento y solucionar posibles promociones que no acaban de funcionar. También permite no heredar equipos directivos o nombramientos de confianza hechos por otros. En el caso de los intereses individuales del empleado, permite a las personas que aceptan mayores retos dentro de la organización tener una retirada digna en caso de que no encuentren su lugar en esa nueva realidad, sin necesidad de rescindir la relación laboral y conservando sus anteriores condiciones laborales.
 

5) FACILITA QUE LOS EMPLEADOS DESCONTENTOS HAGAN ENTREVISTAS DE TRABAJO: Es decir facilitar que el talento que no quiere estar contigo, salga. Esto es, que las personas que se quieren ir, tengan tiempo de calidad retribuido por la organización para que se vayan de una forma noble. No hay nada mejor -ni menos frecuente- para la publicidad de una empresa que un empleado que ha salido sin necesidad de sufrir y habiendo sido reconocido por su trabajo. Si como empresa estamos convencidos de que lo estamos haciendo bien, facilitar que las personas estén en contacto con el mercado permite que valoren su realidad actual y a la vez transmite una imagen de confianza en la marca y seguridad al mercado. Si una persona quiere buscar otro trabajo, es muy recomendable que la empresa facilite que esta persona tenga tiempo y espacio para hacerlo previa comunicación de la persona a la compañía. En un mercado abierto y dinámico donde debemos entender que las personas desean crecer o mejorar, el hecho de eliminar el viejo concepto de fidelidad eterna y naturalizar la relación con los empleados de acuerdo a un diálogo abierto sobre sus expectativas evita acumular talento frustrado y amargura.
 

6) ELIMINA LOS PROCESOS DE SELECCIÓN A PRIORI: Es decir facilita que el talento que quiere estar contigo, llegue. Las entrevistas de selección actuales son como las peores primeras citas: todo el mundo miente y aparentemente casi todos están contentos hasta que se conocen. ¿Por qué hacer depender tu gestión del talento del desconocimiento o la fiabilidad de una persona en la primera o segunda cita? Nadie se casa con alguien que conoce hace solo tres semanas, ¿Por qué las empresas lo hacen? Por otro lado, muchas prácticas de los procesos de selección son ridículas. Ocultar información al candidato sobre la oportunidad profesional o sobre las empresas empleadoras es como hacerle acudir a una cita a ciegas sin informarle previamente de quién irá y a menudo sin informarle de quién está delante durante la cita. Preguntarle cuánto dinero ha ganado durante toda su vida para saber cuánto puedo pagarle es como preguntarle a sus ex-parejas cuánto dinero invirtieron en esa persona para saber cuánto tienes que invertir tú ahora: ni representa mejoras para esa persona ni es algo que hable muy bien de tu criterio. Además muchos procesos de selección a priori priman las titulaciones sobre las habilidades, y es lógico porque ninguna habilidad puede detectarse en media hora de entrevista, pero siendo lógico sigue sin ser sensato. Ser un imán de los mejores en términos de responsabilidad propia y espíritu de trabajo: ese es el reto de las empresas de este siglo. Como contrapunto a fomentar que las personas que no quieren estar contigo se vayan, fomentar que las que quieren estar contigo tengan facilidad para hacerlo es lo más inteligente que una empresa puede hacer. Entender que podemos seleccionar a los mejores en procesos de selección de una o tres entrevistas es realizar uno de los más absurdos y comunes brindis al sol que actualmente se realizan en el mundo empresarial. La mayoría de líderes con los que trabajo comparten que la actual forma de atraer talento es algo así como una lotería impredecible en la que participan a menudo personas y condicionantes incontrolables. En mi caso y de acuerdo a mi experiencia no creo en los procesos de selección a priori solo por el hecho de que pueden acabar saliendo muy caros a posteriori. Creo que la clave está en los procesos de selección in itinere, lo que en el siguiente punto he llamado “Proceso de selección continuo”, atrevernos a confiar en las personas hasta que nos demuestren que no podemos confiar en ellas o que debemos seguir haciéndolo. ¿Pero todo el mundo puede entrar? No, pero cualquier persona que cumpla unos mínimos sin entrevista previa, sí. Esto permitiría superar de una vez por todas los viejos cuestionarios psicológicos, las entrevistas trampa o las grupales para competir por un puesto de trabajo. Este tipo de cosas no solo atenta contra la dignidad del candidato en muchas ocasiones sino que es completamente contraria a los últimos hallazgos científicos en materia de inteligencia.
 

7) ESTABLECE UN PROCESO DE SELECCIÓN CONTINUO: Es así como funciona la naturaleza y es así como debe funcionar una organización que forma parte de ella. Para devolver la vida a las empresas es necesario devolvérsela a los modelos de gestión de talento que utilizamos. Añadido a la eliminación de los procesos de selección a priori, he de decir que en la actualidad muchos contratos tienen periodos de prueba de 3 o 6 meses. Nunca he entendido esto. ¿Quiere decir que transcurrido ese tiempo ya no estoy a prueba? ¿Por qué? En mi opinión toda la vida laboral de una persona debería ser un periodo de prueba, de forma que el comportamiento de aquellas personas que caigan en la inacción o el conformismo pueda ser regulado y no afecte al resto de compañeros. Esto favorece la meritocracia y la colaboración, mantiene vivas a las personas y además fomenta niveles de rotación asumibles para que la creatividad y la adaptación al mercado no se resientan. Se me ocurren varias acciones para favorecer el proceso de selección continuo. Entre ellas… Redactar una cláusula expresa en los contratos a través de la cual el empleado y la organización se ofrecen a negociar y acordar periódicamente unos estándares de cumplimiento de objetivos asumibles a nivel individual y colectivo, estableciendo medidas de regulación contractual honestas en consecuencia a este criterio. También creo que sería útil establecer herramientas de feedback globales de proyecto y favorecer la autorregulación de los equipos para contrarrestar los amiguismos o favoritismos en la selección.
 

8) PASA DE LAS POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN A LA CULTURA DE BIENESTAR: No necesitar pedir perdón a tu empresa por querer construir una familia, una pareja o un proyecto de vida propio, es algo todavía revolucionario y diferencial en nuestro tiempo. Cuando los trabajadores de una empresa necesitan conciliar su tiempo personal y profesional es porque la cultura de esa empresa es nefasta en términos de bienestar. Como respuesta a esto, muchas organizaciones lideran en la actualidad la implantación de “políticas de conciliación” que están basadas en tres creencias limitantes que no resuelven la esencia del problema: recomendar a sus empleados que no miren el correo electrónico o contesten el teléfono fuera del “horario laboral”, establecer reducciones de jornada y sueldo, o crear ofertas de actividades extraescolares para los empleados. En realidad, todas estas cosas son abrazadas por los empleados como el purgatorio dado que vienen del infierno, sin embargo no cambian significativamente su satisfacción ni mejorar el sentido de pertenencia. No lo hacen porque no se trata de que las personas tengan menos tiempo donde pasarlo mal (trabajo) y más tiempo donde pasarlo bien (vida), sino que se trata de generar ecosistemas de valor en los que las personas tengan la libertad de desarrollar y poner en juego sus habilidades y conocimientos. La clave está en no imponer sino en acordar cuál es para cada persona su ecosistema saludable. Y he aquí una noticia, amigo o amiga: esta percepción de lo que es saludable para una persona cambia con el tiempo y el momento de la persona y con el tiempo y el momento de la empresa. El secreto está en hacer que ambas cosas se encuentren a través del diálogo, nunca con imposición. Las políticas de conciliación son laxas y a menudo incluyen medidas no personalizables que generan una sociedad ridícula en la que muchos tienen hijos para contratar a personas que los eduquen o los cuiden. No me cabe la menor duda de que el actual descenso de natalidad en países occidentales es debido -entre otros factores relevantes- a la falta de tiempo de las personas en edad reproductiva para garantizar una atención familiar de calidad. Como contrapunto a esta realidad, conozco a personas que atienden su correo o su teléfono durante el descanso de una barbacoa en familia en el jardín de su casa porque realmente creen en el sentido y valor de lo que hacen, confían en su empresa porque sienten que su empresa confía en ellos. En estas condiciones la preocupación por conciliar ni siquiera se pasa por la cabeza de la persona porque sabe que cualquier necesidad vital que tenga será respetada y atendida. Su empresa no maneja el látigo sino la cintura. Comparen esto con esas personas que tiemblan al pedir a su jefe tiempo para ir al entierro de un familiar, o para ver una función de su hijo o asistir a una tutoría o actividad con otros padres o madres en el colegio, o para cursar una formación o asistir a un evento que consideran emocionante y motivador. Por mi parte no conozco otro ejemplo más inmediato de cultura del bienestar que yo mismo: Tengo una vida plena en la que disfruto de todas las personas con las que quiero estar cuando quiero hacerlo. Solo he llegado a esto estableciendo unos mínimos de cumplimiento de servicio a mis clientes y sabiendo que lo que hago (mi trabajo) es aquello para lo que realmente valgo (autoconfianza). Por eso para mí no existen grandes diferencias entre fines de semana o días laborables y escribo artículos, imparto talleres o hablo con clientes con la misma naturalidad con la que hago mi vida en pareja, viajo por placer o disfruto una buena comida (me gusta mucho comer bien). No es que yo concilie, es que entiendo mi vida como una unidad. Soy David Criado siempre.
 

9) MEZCLA CONOCIMIENTO Y DELIMITA CAPACIDADES: No es incompatible tener un entorno de trabajo diverso en el que quepan especialistas en humanidades y técnicos de uno o varios ámbitos de negocio, y a la vez delimitar con claridad las responsabilidades en el desempeño. Todos los clientes que han intentado hacer que todo el mundo haga de todo, han acabado enfrentando esta dura realidad: no todo el mundo necesita o sabe hacerlo todo. Hay personas que son todoterreno y pueden crear y a la vez desarrollar, preparar un presupuesto con las mejores estimaciones y atender perfectamente a un cliente, desarrollar una tarea de negocio y a la vez coordinar un equipo de trabajo o un proyecto. Pero la mayor parte de personas es muy buena solo en alguna de estas cosas. La clave creo que reside en tener una mentalidad abierta al conocimiento, algo así como un entorno permeable en el que cada persona pueda destacar por su valía. Esto solo se logra permitiendo que las personas se equivoquen, es decir haciendo que las personas crezcan a través de la experimentación. Son ellas las que deben averiguar para qué valen y para qué no valen, no la empresa o la estructura a la que pertenecen y que -como es lógico- es imposible que les conozca por completo. En este sentido creo muy útiles las entrevistas 121 (one-to-one) entre propietarios de proyectos o tareas (impulsores de ese negocio, actividad o proyecto) y los posibles candidatos a incluirse en ese proyecto. Hacer que las personas decidan qué quieren hacer en función del trabajo disponible -fomentando su autonomía y la conquista de su valor profesional- es sin duda un gran salto cualitativo en las organizaciones de hoy, acostumbradas a decidir por las personas y generar relaciones paternales de dependencia.
 

10) RENTABILIZA EL VALOR DE COMPARTIR APRENDIZAJES: Creo muy útil la existencia de profesionales que puedan enseñar nuevas capacidades a otros compañeros. Hoy más que nunca aquella frontera que Chesborough quiso romper entre talento interno y talento externo está ya superada a nivel real, sin embargo a nivel empresarial todavía valoramos más a las personas que nos visitan que a las que personas que ya somos. Digo valorar saludablemente porque como contrapunto al exceso de valoración ajena que viven muchas empresas, hay algunas que viven un exceso de valoración propia y es conveniente equilibrar esta balanza. En definitiva, no fliparnos demasiado en uno u otro sentido. Para rentabilizar el valor los que somos yo recomiendo crear itinerarios de aprendizaje 101 o “para dummies” en todas las disciplinas de negocio o servicio que atiende la compañía. Asignar a personas de referencia en estas áreas a las que acudir en caso de duda y dotarles de tiempos y espacios para responder las dudas, también es algo realizable si damos un sentido diferencial a nuestro tiempo.
 

11) HAZ CAMBIOS ANTES DE QUE ESTÉS OBLIGADO A HACERLOS: El maestro Seth Godin dijo hace mucho tiempo algo muy cierto que procuro recordar: “El cambio casi nunca falla por producirse demasiado pronto, casi siempre falla por llegar demasiado tarde“. En realidad la mayoría de organizaciones que conocemos simplemente reaccionan, se comportan por adaptación al entorno, no por la creación o anticipación a ese entorno. El problema hoy es que ese entorno cambia a un ritmo desmesuradamente rápido en un contexto impredecible y de acuerdo a condiciones que no puedes controlar. Por todos estos motivos, adaptarse al cambio no es a menudo suficiente si el momento en el que lo haces es ya demasiado tarde. Vivo no pocas situaciones en las que directivos se ven obligados a regular su plantilla mediante despidos porque no fueron capaces de prever un acontecimiento o dibujar un escenario sostenible. Mi recomendación para no verte obligado a hacer cambios con la soga al cuello, es dejar de confiar el futuro de tu negocio a la planificación estratégica (un deseo) y comenzar a confiar el presente de tu negocio a educar el pensamiento estratégico a nivel corporativo y a educar el pensamiento crítico a nivel individual (hábitos conscientes). Para lograrlo, sin duda es muy necesario pasar de una mentalidad de trabajo conceptual o teórica a una mentalidad de trabajo práctica o basada en la experimentación.
 

12) DEJA SER A LAS PERSONAS: No hagas dramas, enfrenta las situaciones complicadas con la esperanza de saber que tu intención es honesta si es que lo es, y si no lo es, haz que lo sea. Procura entender que las personas no solamente pueden realizar tareas productivas, sino que además necesitan hacer cosas aparentemente inútiles o innecesarias para los asientos contables pero necesarias para desarrollar su talento e indirectamente servir mejor a los propósitos de la organización. Hablo de respirar, comer, levantarse al baño, sentirse valorados por su n+1 o saber que su opinión es escuchada cuando toca opinar. En algunos sectores en los que trabajo -quizás el sector educativo es el peor de todos- el tiempo de una persona está milimétricamente ocupado desde que entra hasta que sale sin opción de desconectar o dedicar su tiempo a funciones que garanticen un mejor rendimiento a medio plazo. Es así como las personas se queman y acaban por desencantarse. Contra esto, crear espacios y tiempos para “no hacer nada concreto” sería algo revolucionario en una organización y en mi opinión totalmente necesario. Por otro lado, dejar ser a las personas también implica aceptar que no siempre estarán contentos o sonriendo y que no siempre tendrán un día bueno o estarán en su mejor momento, y que no pasa nada por ello. La vida, vivir, es también todas estas cosas y sería bueno dejar de hinchar la burbuja de la exigencia o en palabras de Owen Jones de la autoexigencia del empleado. Derribemos de una vez por todas ese mito de la eterna sonrisa o de la búsqueda de la felicidad en el trabajo. Con conquistar un entorno de bienestar, ya nos basta y nos sobra, créanme.
 

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La naturaleza de todos los problemas

La naturaleza de todos los problemas


 

“¿Quién de vosotros a fuerza de preocuparse puede añadir a su estatura un solo codo?, ¿Quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una sola hora al curso de su vida?”
Evangelio de Lucas, 12, 25

 

Este texto reúne tres de los mejores aprendizajes que puedo ofrecerte, lector o lectora, como resultado de destilar el potencial de la conciencia humana a diario. Veo en mis intervenciones y en las lecturas, conversaciones y experiencias de las que me nutro una creciente convergencia de conclusiones y resultados que de veras me ilusiona y llena de esperanza. No pocas personas respetables y serias de entre filósofos, líderes empresariales, mentores, terapeutas, sociólogos, religiosos y científicos comienzan a coincidir en una respuesta común a todos los problemas. Ese lugar de encuentro que hoy muchos construimos a diario y que fue tan solo transitado en el pasado por herejes, místicos y condenados, comienza a ser un caldo de cultivo fértil capaz de promover bienestar en una época convulsa.

En nuestra apasionante época ya no es poco común que grandes apóstoles del ateísmo como Sam Harris o Richard Dawkins (herederos modernizados del maestro Russell), encuentren muchos puntos de encuentro con nobles líderes espirituales (del Vedanta Advaita, el budismo y algunos otros sistemas de creencias) y que a su vez las tesis de éstos no difieran en esencia de las de reputados sabios de la filosofía (presocráticos y divulgadores de la filosofía sapiencial alejados ya del mundo escolásticos y del academicismo rancio) o de las de pensadores estratégicos del mundo empresarial (sobre todo mentes abiertas y humanistas que vamos hoy más allá de los procesos y el inmediato plazo abogando por una visión más integral de las personas y su negocio). Las fronteras del conocimiento humano son cada vez más imperceptibles si bien -en la actual tendencia frentista y radicalizante- nos queda mucho por lograr a aquellos que nos dedicamos a encontrar personas.

Con este ánimo hoy hablaré de lo que considero el germen y la naturaleza de todos los problemas. Este será un artículo breve en el que el lector o lectora podrá familiarizarse con algunos conceptos básicos relativos al entendimiento y comprensión de los problemas. Comenzamos.
 
 

DISTINGUE UTILIDAD EXISTENCIAL DE UTILIDAD ESENCIAL

La maestra Monica Cavallé, filósofa y humanista dedica su vida a divulgar la sabiduría universal de forma inspiradora. Sus textos me han hecho disfrutar como pocos autores han conseguido hacerlo. Su incansable trabajo es un soplo de aire fresco en un mundo agitado y disperso que reclama foco; algo así como una oportunidad de encuentro crítica y calmada. Es ella quien distingue muy bien en su maravillosa obra La sabiduría recobrada entre las necesidades del ser (lo que es esencialmente útil) y las necesidades del estar (lo que es existencialmente útil). He añadido algunas reflexiones a las suyas, y espero que no perviertan su mensaje original. Vamos allá. Espero que este nuevo matiz te cambie la vida por completo:

  • LO QUE ES EXISTENCIALMENTE ÚTIL lo necesitamos para estar en el mundo. Su naturaleza es acumulativa y aditiva. Su estado natural es el futuro: postergo siempre mi felicidad y hago depender a ésta de lo que ocurre, por lo que soy una mera casualidad de un destino incontrolable. Su eje de responsabilidad es siempre externo: las condiciones o los otros tienen la culpa de mi realidad. Cuanto más tienes, más quieres y por otro lado una vez que lo tienes, te das cuenta de que la satisfacción que te genera no es continuada sino temporal. En este apartado entran los alimentos que comes, la ropa que llevas, el coche que conduces, la cama en la que duermes. Todo esto puedes “tenerlo” pero si acaba condicionando tu existencia, “te tiene”. Algunas personas -ignorantes cubiertos de erudición- creen que en este apartado solo entran elementos exclusivamente físicos, sin embargo también puedes acumular conocimientos que perturben tu entendimiento de las cosas importantes. Conozco a una gran cantidad de personas que acumulan teorías, métodos o herramientas pero que son incapaces de vivir de una forma plena, saludable y consciente. El caso es que acumular todas estas cosas nos aporta placer y sosiego en el momento pero alimenta la rueda de la insatisfacción (el samsara budista). Esto ocurre porque el dolor existencia se resuelve multiplicando nuestro “tener” pero nada de todo esto toca lo más mínimo el núcleo de nuestro Ser.
  • LO QUE ES ESENCIALMENTE ÚTIL lo necesitamos para alcanzar la satisfacción auténtica y el bienestar real. Su naturaleza es integral y completa. Su estado natural es el presente: hago depender mi felicidad de mi comportamiento respecto a lo que ocurre y no de lo que ocurre, por lo que hago que ocurran cosas, no me limito a sufrirlas. Su eje de responsabilidad es siempre interno: soy responsable de mis sentimientos y pensamientos. Esto solo podemos lograrlo cuanto más conectemos con nuestra verdadera condición, con nuestra esencia plena, con lo que somos. Solo podemos superar el vacío o el dolor esencial cuando abandonamos nuestra mentalidad acumulativa (de cosas, situaciones, personas o ideas) y accedemos a la Aceptación. Aceptar significa dejar que las personas, las cosas, las situaciones y las ideas sean y ocurran tal como son y ocurren sin esperar que sean de ninguna otra forma o sin buscar ningún provecho personal (convencer a otro, cambiar a alguien, transformar algo). Es en palabras de Mónica, “una mirada atenta y desinteresada” gracias a la que dejamos de luchar todo el rato “en una búsqueda enajenada volcada siempre en el futuro”.

He aquí la primera clave para comprender la naturaleza de todos los problemas: distingue lo que es existencialmente útil de lo que es esencialmente útil.

 
 

DISTINGUE CONFLICTO y PROBLEMA

Para conocer la naturaleza de todos los problemas creo útil recordar una diferenciación que suelo compartir con los equipos y que mi compañera Nieves Jerez -como pude comprobar hace poco- también trabaja. Se trata de la distinción entre Conflicto y Problema. Es una vieja diferencia que trasciende lo meramente conceptual o lingüístico. El conflicto es lo que todo el mundo intenta resolver, el problema es lo que casi nadie se atreve a aceptar. El conflicto es inherente a la vida -pertenece a la Verdad-, el problema es siempre una fabricación mental -pertenece a las diferentes realidades-. El conflicto -o los conflictos- representa tan solo la piel del auténtico problema. Más allá de lo que parece se encuentra lo que es. Se gestionan conflictos pero solo se resuelven los problemas. El conflicto aflora por medio del comportamiento o la conducta, es visible o al menos puede intuirse o sentirse como real a través de la experimentación inmediata. Sin embargo el problema permanece latente, irresoluto, a la espera de volver a manifestarse de nuevo una vez hemos apaciguado el conflicto. Confundir el conflicto con el problema es como creer que estaremos eternamente a salvo una vez hayamos subsanado los destrozos de una repentina tempestad. Muy al contrario, los buenos marineros lograr estar a salvo solo cuando son capaces de ser conscientes de la amenaza o el peligro de futuras tempestades por medio de la atención constante y la aceptación de las condiciones y peculiaridades del entorno.

Para ayudarte a distinguir conflicto y problema es muy útil que identifiques el conflicto con la consecuencia perceptible de un problema o -dicho de otro modo- al problema como la raíz y la causa de un conflicto. Para gestionar un conflicto puede bastar con que permanezcas atento, te entrenes en habilidades relacionales o practiques tu empatía. Sin embargo para resolver un problema debes superar el paradigma mental en el que fue generado ese problema e investigar, conjeturar, formular y probar posibles explicaciones o respuestas hasta hallar la verdadera. En el mundo terapeútico Hirsh lo llamó reformulación panorámica haciendo referencia a la modificación consciente del enfoque o el modelo interno de comprensión de las cosas, incidiendo en la elevada capacidad transformadora de la persona sobre su propia “realidad”. Como apunte añadiré que si el problema es común te animo a hacer todo esto de forma conjunta con todos los implicados. Si el problema es individual -un dilema ético o una situación compleja- te animo igualmente a compartirlo solo después de haber tratado de encontrar la base del problema por tí mismo. En cualquier caso, en esto de la resolución de problemas -como en muchas otras cosas de la vida- compartir es vivir.

Para resolver un problema creo necesario comprender que la solución a ese problema no está tanto en las ideas para resolverlo como en el medio o camino para hacerlo. Sin duda esto último es lo que determina la consecución de los mejores resultados. Los conflictos son traducciones conductuales (físicas o verbales) de nuestra emociones o creencias latentes, por tanto surgen y se explicitan en el nivel relacional. Los vemos porque vivimos en relación a otros. Por eso para gestionar un conflicto es necesario atender al conflicto (la relación o la tarea), saber que existe y querer resolverlo. Nada más útil en este sentido que abogar por una causa común como la búsqueda del bienestar. No obstante los problemas se tejen en un nivel anterior a esas traducciones conductuales, surgen así en los niveles cognitivo y emocional. En estos niveles es necesario hurgar en la herida, ahondar en la exploración y el cuestionamiento de esas creencias o prejuicios aparentemente irrenunciables.

He aquí la segunda clave para comprender la naturaleza de todos los problemas: distingue conflicto y problema.
 
 

DISTINGUE CAMBIO ITERATIVO DE CAMBIO SIGNIFICATIVO 

Bertalanffy y Watzlawick nos hicieron cada uno en su tiempo, un regalo de valor incalculable. Bertalanffy nos habló de una notable diferencia entre estructura y función. Aplicado al tema que nos ocupa -la naturaleza de los problemas- podemos deducir que existe una estructura del problema (que es diferente en la cabeza de todos los intervinientes en el mismo) y a la vez una función del problema (que es compartida por todos). Esto nos ayuda a construir nuevas realidades. Además el maestro Watzlawick definió que existen dos tipos de cambio: CAMBIOS 1 que no resuelven el problema (que permanece inalterable ante la sucesión de este tipo de acciones) pero que significan pequeños cambios iterativos y observables; y CAMBIOS 2 que sí resuelven el problema porque la propia aparición de estos cambios modifica por completo el sistema de creencias en el que fue generado el problema. Los cambios 1 se dan cuando no somos capaces de pensar fuera de la caja, los cambios 2 llegan del exterior o bien cuando somos capaces de mirar el problema desde una nueva perspectiva (la sistémica).

He aquí la tercera clave para comprender la naturaleza de todos los problemas: distingue cambios iterativos y cambios significativos.

Espero que este artículo te haya resultado interesante.
 

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