«- Si soltaras las manos con las que aprietas la garganta de tu hermano, tu vivirías eternamente
– No es posible, todos morimos.
-El no dijo eso, dijo que podrías disfrutar la vida eterna. Inténtalo. Hoy. Cógela. Con las manos. Mírala. Desprende luz. Pesa un poco. No mucho. Es cálida al tacto. Solo un poco. La vida. Y es para siempre. Y puede ser tuya ahora. Hoy. Pero no lo haces. Porque para tenerla tienes que soltar a tu hermano. De hecho tienes que rodearlo con los brazos y abrazarlo y da igual el color que te tenga, que huela o incluso que no quiera que lo cojas. Y no lo haces. No crees que se lo merezca. Y en cuanto a eso no hay argumento posible. Tú no crees que sea justo. ¿Me equivoco?»
Conversación extraída de The Sunset Limited (Tommy Lee Jones, 2011)
LA GAMA DE LOS GRISES OLVIDADOS
Sonreír. Hazlo.
A pesar de que todo nuestro sistema de vida está basado en creer exactamente todo lo contrario, nada en nuestra vida es blanco o negro. Esta regla se cumple siempre con independencia del contexto, la situación, las causas y los elementos a tener en cuenta. La mayor parte de personas que dicen comprender esto, ni siquiera se acercaron un ápice a lo que esto implicaría si lo pusiéramos en práctica. Todas nuestras estructuras de gobierno (estados, familias, empresas) se basan en que existen valores universalmente válidos aplicables a todos los contextos y situaciones. Estos valores a su vez cambian en función de la cultura y las personas que los determinan. Porque aunque en una saludable ilusión continua consideremos que todos nuestros pasos están determinados (por una entidad superior o por nosotros mismos), en realidad es solo en relación con otras personas cuando construimos escenarios sostenibles. De hecho la forma más inteligente de pensar en uno mismo -no me cabe duda- es pensar en los demás. Es el único modelo de proyección exitoso en la historia de la humanidad. Nadie que haya pensado solo en sí mismo ha logrado sobrevivir un día más. Tú tampoco lo conseguirás aunque puedes intentarlo. 110.000 millones de personas lo intentaron antes.
Que nada es blanco o negro es algo que podemos comprobar a diario. No hace falta leer a grandes pensadores, solo hace falta escuchar dos partes de un mismo conflicto, dos narradores de un mismo hecho o jugar al teléfono escacharrado, ese juego infantil en el que uno le va diciendo a otro al oído lo que escuchó del anterior. La cordura del artesano, la riqueza del hombre pobre y el olvidado valor de la experiencia tienen en común una incontenible tendencia hacia la esencia humana. Los tres hablan de algo realmente importante sin cuya existencia ni siquiera yo escribiría el artículo que lees. Vivir.
Sin embargo que nada es blanco o negro es algo que parecemos ignorar cuando intentamos construir cosas realmente grandes: religiones, ideología, deporte, grandes corporaciones o nuestra propia vida. En todos los escenarios anteriores la obra de teatro de Cormac McCarthy titulada The Sunset Limited no tiene sentido en absoluto, de hecho a todas luces es una herejía. En esta obra un hombre que acaba de impedir que otro se lance a las vías del tren, habla con él en un sucio apartamento de los barrios bajos de New York. Recientemente Tommy Lee Jones ha llevado a la pequeña pantalla con notable destreza esta enorme reflexión. Se trata de una obra muy lograda que se añade a la larga lista de reflexiones que aportan un haz de luz sobre el eterno debate entre el escepticismo y la fe. No hablo de religión sino de cualquier rama del conocimiento y la actividad humana. He hablado en otras ocasiones del extraordinario descubrimiento que supuso para mí leer en plena adolescencia una gran cantidad de libros sagrados musulmanes, cristianos, hebreos, hinduistas,… y por añadidura la insaciable voracidad que me provocó hallar Las mil y una noches, la figura del dios Jano replicada en no pocas culturas y algunos libros más profanos como la famosa conversación entre el padre Copleston y Russell y la obra Por qué no soy cristiano (1927) de éste último. Todos ellos, sin excepción, hablan de una sola cosa: el conflicto entre el escepticismo y la fe, la dicotomía moral o vivencial entre el bien y el mal y por ende la determinación de límites entre todos estos elementos. Todo cuanto podemos imaginar, todo cuanto hemos creado (las estaciones, los meses, la comida, las ciudades,…) todo está configurado alrededor de la polaridad continua entre lo correcto y la incorrecto. Ninguna de las tensiones que generamos a diario (rencillas, diferencias, pequeñas disputas, rivalidades, homicidios, separaciones, guerras) está basada en otra cosa que no sea asumir con cristalina claridad qué es el bien y el mal, el éxito y el fracaso. Y sin embargo si a diario indagáramos en la razón de cualquiera de todas estas tensiones, nos costaría poco tiempo hallar una escala de grises evidente a cualquiera de las partes.
LOS 5 LAMENTOS QUE AÚN PUEDES EVITAR
Compartir. Hazlo.
Mi forma de trabajar con equipos tiene como base desaprender algunos de estos presupuestos. Algunas de las preguntas que conseguimos formular entre todos tienen mucho que ver con los 5 lamentos comunes que la enfermera Bronnie Ware en su libro The top Five Regrets of the Dying ha detectado en los moribundos de la unidad de cuidados paliativos en la que ha trabajado durante años. Personas que compartían con ella de forma sincera sus preocupaciones justo antes de morir sin miedo a ser juzgados por otros. Estos cinco lamentos curiosamente no están relacionados con lo que las personas no han hecho en su vida sino con lo que han hecho durante ella:
- «Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí»
- «Desearía no haber trabajado tan duro»
- «Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos»
- «Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos»
- «Desearía haberme permitido ser más feliz»
En las escasas ocasiones en las que se enfrenta la construcción de un equipo y se dedica tiempo a construirlo, cobra sentido desde el principio ese lema que Vala Afshar compartía el día 2 de enero de este año con todos los integrantes de la comunidad #leadfromwithin:
«Book: YOU. Chapter: 2013. Page 1 almost written. 364 more pages of excellence to go.»
En esta comunidad que se da cita cada martes en la red social twitter, de cara al nuevo año Lolly Daskal nos hacía varias preguntas que también trascienden ese superado dogma del blanco y negro:
- What brings you the most joy and how are you going to do or have more of that this year?
- What would you most like to change about yourself this year?
- What advice would you like to give yourself this year?
- What are you looking forward to learning this year?
- What do you think your biggest risk will be this year?
- What is one as yet undeveloped talent you are willing to explore this year?
- What would you be most happy about completing this year?
- What about your work, are you most committed to changing and improving this year?
- Create a phrase or statement that will describe 2013 for you.
Las respuestas a estas preguntas fueron más que interesantes la pasada noche del Martes en la red. Días antes, el fotógrafo Enrique Peláez compartía esta enorme reflexión que se ha repetido a lo largo de la Historia y que resulta un tanto mesiánica aunque cierta: «We can only appreciate the miracle of sunrise if we have waited in darkness» Esta reflexión supera incluso al gran esfuerzo que están realizando muchas personas en la red y en los medios convencionales por insistir en grandes sistemas y modelos para solucionar todos los problemas. Parece como que existe una gran fiebre por buscar sistemas intrincados para resolver las cosas. Todos echan mano de Drucker y de los grandes pensadores del management, de ínclitos decálogos y admirables seres,… pero esta reflexión tiene que ver con eso que el compañero le pregunta al suicida al otro lado de la mesa en The sunset limited: «¿De qué te sirve toda tu cultura si no te mantiene quieto justo cuando pasa el tren?«. En esta obra que te recomiendo ver encarecidamente no se habla de personas sino de lo que hemos hecho con ellas, de formas que se nos presentan ya vacías y sin el sentido aparente de la vida. Porque eso que sufres a diario, es completamente inhumano practicarlo con otros. Puede que hoy no seas consciente de cómo contribuyes a esta escalada de violencia basada en el olvido pero mañana, si despiertas, recuerda que a nadie le molesta la sorpresa de tu abrazo. El tweet más retuiteado de la historia de la red social es un abrazo que se incluye en la fotografía de este artículo.
NO TENER ESPERANZA SINO SERLA
Actuar. Hazlo.
Sobre la innovación, el cambio y las infinitas oportunidades de mejora de las que somos capaces cada día, ningún post o artículo que yo haya leído habla mejor de esto que la siguiente conversación extraída también de la obra de teatro:
– Los pobres no tienen nada. Cualquiera sabe cocinar un buen filete pero si no puedes comprártelo y quieres comer algo decente, ¿qué haces?
– Innovar
– Innovar, exacto. ¿y quienes son los que tienen que innovar?
– Los pobres.
– Correcto, los pobres, eso es casi de matrícula
Y esto es una tremenda verdad de la que ninguno a menudo nos hacemos responsables pero que depende solo de nosotros. No pidas innovación a alguien que disfruta de la vida sentado en su sillón. No pidas cambio a quien no quiere tenerlo. En el pie de cada uno de mis correos recojo una frase de wapu que dice «Sencillamente se tú el cambio que quieres ver en el mundo». Eso es todo. Sin excusas.