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“No hay verdad más profunda que la vida”
maestra Raquel Lanseros

 
 
En este artículo trataré de sentar las bases del acompañamiento al cambio como disciplina y expondré de manera ordenada los diferentes oficios y vocaciones asociados. Hablaré a partir de ahora de la disciplina del cambio y la disciplina del acompañamiento al cambio indistintamente refiriéndome siempre a una misma idea. Pretendo aproximar de manera ordenada al no iniciado a una disciplina en la que he desempeñado diferentes roles y oficios durante todos estos años. Mi aproximación al mundo del cambio intenta ser ilustrada y abierta, por lo que compartiré los fundamentos del acompañamiento al cambio desde esta mirada. Además ayudo a mejorar la realidad de otros en un entorno concreto, el mundo empresarial y laboral, y esto influirá en todo cuanto hoy compartiré.

El mayor enemigo siempre es la confusión. Con criterio, foco y tranquilidad de espíritu, créeme, todo es posible. Las antiguas calzadas romanas incluían rodaduras a varios metros de distancia del empedrado. Cumplían una triple función: Alertaban de asaltos imprevistos, impedían el acceso de vehículos no controlados y favorecían una visión panorámica del terreno. Es una verdadera pena -y una suerte bastante divertida- que la vida no sea como las calzadas romanas y a menudo los caminos a recorrer no sean tan claros y eternos como aquellos.

Sirva este artículo para proponer una organización tentativa del mundo del acompañamiento al cambio, un terreno lleno de caminos y abordajes a menudo desconcertantes para quien se aproxima a ellos, un cosmos profesional tan diverso y lleno de matices en el que a menudo resulta complicado manejar un mismo lenguaje y unas mismas bases o referencias. Ojalá este texto contribuya a poner claridad donde todo el mundo siembra confusión.

Este artículo tendrá los siguientes apartados:

  • La disciplina del cambio
  • Oficios, ámbitos y enfoques de cambio
  • Roles en un proceso de cambio

Comenzamos.

 

LA DISCIPLINA DEL CAMBIO

Mi comprensión del cambio es extemporánea, anómala e infrecuente. Para el resto del mundo el cambio es un concepto abstracto y genérico, para mí el cambio es un concepto universal concreto que ha sido estudiado durante siglos por una enorme cantidad de maestros, escuelas y saberes. A mis ojos el cambio es una realidad fenoménica, esto es, una estructura de la experiencia humana que es universal y continua. Dicha estructura por tanto se repite una y otra vez a lo largo de la historia cultural humana, de la propia vida de cada persona (y organismo) y se manifiesta en todo tipo de interacciones observables de las que siempre es posible extraer aprendizajes.

Desde un punto de vista descriptivo, el cambio se concreta en el tropos del viaje en su doble vertiente físico-biológica de movimiento entre lugares, realidades o estados (la visión de Heráclito), y épico-cultural de aventura exploratoria o afrontamiento de lo desconocido (la visión de Homero). Dos formas conceptuales del cambio son el acto de la transición (personal, social, política) y el proceso de la metamorfosis (a partir de la cual un organismo muta o se transforma en otro dotado de nuevas características y habilidades). De estas primeras aproximaciones al cambio podemos ya deducir que la apreciación sensitiva y la traducción intelectual del cambio se han venido realizando durante siglos a través de las diferentes artes líricas, escultóricas o arquitectónicas que todos conocemos. El cambio además ha sido el eje central del estudio de todo el pensamiento religioso desde sus orígenes y ha ocupado cientos de miles de páginas en la obra de grandes mentes filosóficas y científicas de todo tiempo. Como práctica, la disciplina del cambio está así íntimamente ligada al estudio y el aprendizaje sistemático de la propia vida y ninguna persona puede disociarse o abstraerse del cambio porque siempre es parte de él. En este hecho innegable reside la tremenda utilidad que tiene el estudio de los principios, procesos, dinámicas y comportamientos del cambio.

Como experiencia universal concreta, la disciplina del cambio es una disciplina transversal que actúa como catalizador natural de disciplinas de estudio verticales o tradicionales. En el oficio de acompañamiento al cambio en el que desempeño mi actividad desde hace años (la facilitación del cambio cultural y significativo de empresas) caben por ejemplo consultores estratégicos, consultores sistémicos, expertos en complejidad aplicada, apóstoles metodológicos, psicólogos sociales y/o organizacionales, psicoterapeutas sistémicos, antropólogos sociales y culturales, sociólogos de la empresa, filósofos morales y/o políticos, filósofos de la complejidad, biólogos y ecólogos de sistemas, físicos de sistemas,…

Sin entrar en muchos detalles y para entender por qué nos cuesta tanto articular, comprender y aceptar el cambio como una estructura de experiencia humana ineludible, es necesario comprender una divergencia histórica que ha marcado por completo la evolución de la Historia humana. Hace 2500 años como Humanidad tuvimos 2 opciones: Podíamos elegir la mirada idealista eléata (que luego normativizó Platón) sujeta a la comprensión de la vida desde la conquista de una verdad inmutable y fija, en una continua búsqueda de lo eterno y lo perfecto, cediendo la responsabilidad vital de nuestra experiencia a construcciones ideales colectivas e ideologías en continuo conflicto reactivo ante el cambio, que frecuentan lo que el maestro Levinas diagnosticó como la violencia de quien aspira sin descanso a la totalidad. O podíamos elegir un camino bien diferente: la mirada de la aceptación de Éfeso sujeta a una verdad fluida y mutable, apreciativa de las pequeñas cosas, fiel a la continua investigación y estudio de lo contingente, comprometida con la autocrítica y la asunción de responsabilidad propia, renuente a esa aspiración obsesiva hacia la trascendencia y la totalidad. A lo primero le dedicamos 2300 años. En lo segundo llevamos solo 200. Y se nota.

Ni qué decir tiene que la disciplina del cambio, como cualquier otra disciplina, está vinculada a las ideas de esfuerzo, desempeño y maestría. Esto quiere decir que se puede abordar de manera sistemática y ordenada el estudio y la práctica del cambio. Una panoplia enriquecedora de disciplinas y saberes pueden reunirse en una síntesis ordenada de conocimiento susceptible de ser empleada para fines y aplicaciones prácticas muy diversos. Denomino maestros del cambio a personas de campos y andamiajes intelectuales muy diversos que se dedican profesionalmente a ámbitos como la arquitectura, el pensamiento político, la filosofía moral, la psicología, la sociología, la historia, la antropología, el pensamiento empresarial,…

Suelo hablar, seguir y dialogar con personas de todos estos ámbitos dado que todas ellas suman y contribuyen a la disciplina del cambio desde sus respectivos abordajes. Quizás esta sea una cualidad esencial del cambio: carece de fronteras, porque por su propia naturaleza se define mejor en la dinámica de proceso vivo que en la dinámica estática de origen y resultado. Así, como universal concreto, el cambio se presta a encontrar fuentes de referencia y anclajes en una gran variedad de disciplinas útiles para poder acompañar todo proceso de cambio desde la experiencia y aprendizaje acumulados a lo largo de la Historia del pensamiento humano, desde la realidad atendida y desde la propia experiencia vital del profesional o agente de cambio.

Como disciplina, el cambio abarca desde la transformación de la realidad de una persona hasta el cambio sistémico de grandes realidades colectivas, desde el cambio de una sola persona al cambio de un vecindario, una ciudad, una empresa o una sociedad entera. La creación de una escuela de aprendizaje continuo como TRAINING DAYS Academy ha estado siempre íntimamente relacionada con este entendimiento abarcativo del cambio.

 

OFICIOS, ÁMBITOS Y ENFOQUES DE CAMBIO

Es un profesional del cambio toda persona que tiene como eje central de su actividad profesional el acompañamiento de cambios conscientes, intencionales o deseados de personas a las que guía con apoyo de su conocimiento y experiencia; que además honra el rigor intelectual y el trabajo de los profesionales de las ciencias y humanidades de las que se nutre; y que por último posee un compromiso honesto de servicio con las necesidades reales de las personas a las que sirve. El cambio, es decir la transformación de una realidad en otra, puede acompañarse desde disciplinas muy diversas. Más allá del papel que cada uno quiera jugar desde la defensa de su mirada y aproximación o desde la aproximación disciplinar de colegios profesionales y académicos, considero necesario ampliar nuestra mirada y entender el cambio desde una perspectiva multidisciplinar en la que los límites del servicio quedan fijados por una deontología profesional compartida y la suma de los aprendizajes derivados de la práctica y el diálogo interdisciplinares.

LOS OFICIOS DEL CAMBIO: He querido ofrecer una organización gráfica que te permita ordenar ideas sobre los diferentes oficios y vocaciones de cambio. Una primera aproximación a la disciplina del cambio tiene que ver con la duración y el alcance de los diferentes servicios prestados. Hablo en definitiva del nivel de expectativa que puede tenerse de cada profesional y del despliegue de habilidades concretas para cada uno de los oficios. Todo ello es tremendamente importante para los contratantes del cambio que deben evaluar el tiempo y esfuerzos que quieren invertir en su cambio:

Además del alcance y la duración de los diferentes oficios y vocaciones del cambio resulta muy útil entender sobre qué ámbito de cambio (cultura, personas o procesos) se proyecta cada práctica. Dado que todas las vocaciones caben y son necesarias, es bueno distinguir para qué nos resulta útil cada una de ellas y qué podemos contratar.

CULTURA: Para entender qué es la cultura de una organización o un grupo de personas es necesario estudiar disciplinas que nos dotan de conocimiento sobre lo simbólico compartido y lo colectivo instrumental. Entre ellas destaco sin duda la antropología, la sociología, la filosofía y la historia. En otros artículos ya definí qué es la cultura de una organización y la manera de comenzar a liderar un cambio cultural en tu organización. Esta casa que es la tuya alberga decenas de artículos sobre cambio cultural porque es precisamente el oficio al que más nos dedicamos en vorpalina dentro de la disciplina del acomopañamiento al cambio.

PERSONAS: El acompañamiento al cambio desde el ámbito de trabajo de las personas es un terreno rocoso y arduo de trabajo que requiere amplias dotes de paciencia y fe en el ser humano. No solo se trata de tener conocimientos para trasladar o desatascar situaciones, también es una cuestión de conformación del carácter que es indisociable de un buen servicio en estos ámbitos. El cambio desde el trabajo programático con personas incluye oficios como el acompañamiento individual, el de grupos, las convivencias o eventos puntuales de aprendizaje o el enfoque de consultoría artesana a medio caballo entre el QUÉ con foco en los procesos y el CÓMO con foco en las personas. La red de consultoría artesana es un complemento y una alternativa al modelo de consultoría estándar que practican las grandes consultoras y que resulta a menudo útil en el campo de los procesos pero debastador en el de las personas. En mi caso particular durante mis primeros 10 años de carrera trabajé en éstas últimas y durante los últimos 10 años he abrazado el enfoque artesano que puedes conocer aquí.

PROCESOS: El acompañamiento al cambio de procesos es el que cuenta con más trayectoria histórica en la disciplina del cambio y tradicionalmente ha sido denominado Gestión del cambio por el pensamiento empresarial. A este ámbito pertenecen las diferentes fiebres y modas de servicio empresarial que se han ido sucediendo, desde la calidad, a la innovación, a la responsabilidad social corporativa. Por otro lado las master class, conferencias, formaciones o facilitaciones puntuales han existido desde siempre e incluyen un oficio, el del asesoramiento puntual o esporádico por parte de expertos que tiene una peculiaridad interesante en mi opinión: un buen experto asesor debe ser muy buen en su ámbito pero a la vez -como veremos- tener un enfoque integral y en perspectiva que le permita ver el bosque más allá de los árboles que él controla. Lo se bien porque durante muchos años realicé este oficio.

Resumamos todo lo anterior en este gráfico:

ENFOQUES DE ACOMPAÑAMIENTO AL CAMBIO: Los diferentes oficios y vocaciones del acompañamiento al cambio pueden también clasificarse de acuerdo a 3 formas de aportar valor al cliente que suponen enfoques diferentes respecto a la realidad a la que sirven.

En primer lugar tenemos a profesionales cuyo valor reside en aportar un enfoque específico-técnico que da luz a los detalles que se atascan o permanecen oscuros en un cliente. Trabajan cambios desde la precisión y con arreglo a retos concretos desde sus respetivas especialidades o disciplinas verticales.

En segundo lugar encontramos a profesionales cuyo valor diferencial está relacionado con su enfoque relacional-efectivo muy centrado en lo humano, personas en definitiva que conectan con otras personas y les ayudan a satisfacer sus necesidades desde la orientación profesional.

En último lugar nos encontramos quienes habiendo realizado uno o más de los oficios anteriormente mencionados a lo largo de nuestra carrera, ofrecemos una aproximación al cambio desde un enfoque integral y en perspectiva capaz de sintetizar, contextualizar y responder a grandes retos complejos y pequeños detalles. Defiendo que a este último enfoque se llega -si es que se decide llegar a él como profesional- desde los otros 2 enfoques y desde una experiencia dilatada acompañando el cambio durante años. A mi entender resulta imposible acompañar el cambio cultural, sistémico o complejo de ninguna realidad o colectivo sin haberse batido el cobre y tenido amplio bagaje en alguno o varios del resto de oficios.

En el siguiente gráfico queda más claro:

 
ROLES EN UN PROCESO DE CAMBIO

Hemos estudiado por encima los diferentes oficios y vocaciones de acompañamiento al cambio, pero ¿Qué hay de los roles que entran en juego en todo proceso de cambio? Mi enfoque -que como he dicho suele ser integral en perspectiva- y que además trata de ser abierto e ilustrado hasta donde llego, está basado en demoler las tradicionales fronteras proveedor-cliente para favorecer cambios significativos alrededor de 3 roles que no he inventado yo dado que suelen emplearse como referencia moral y conductual de todo acompañamiento al cambio.

Me refiero al rol de CONTRATANTE DEL CAMBIO, al rol de PROPIETARIO DEL CAMBIO y al rol de FACILITADOR DEL CAMBIO. Es contratante quien financia la aventura. Pero es importante destacar que el contratante que descuelga el teléfono pidiendo ayuda para el cambio que desea lograr, no es el propietario del cambio, sino que lo es cada usuario al que va destinado y que debe participar en su ejecución. El lenguaje aquí es importante: nadie es usuario del cambio, todos son propietarios y responsables de él. Siempre diré que ningún cambio es posible sin la voluntad y responsabilidad de los que deben mantenerlo o impulsarlo desde dentro. Por último, los facilitadores del cambio guían y gobiernan el cambio, adoptan decisiones y son los encargados de situarse en el difícil equilibrio entre los intereses del contratante y las necesidades de los propietarios.

Veámoslo más claramente aquí:Cierro aquí este breve repaso al mundo del acompañamiento al cambio. Tienes decenas de artículos en el blog si quieres ampliar detalles, y siempre estoy a este lado para ayudar en lo que necesites 🙂
 

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Consulta nuestro catálogo de servicios de acompañamiento al cambio y solicita más información a david.criado@vorpalina.com

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