«Es la libertad o la tranquilidad. Tú eliges»
Tucídices
Termino de ver Catastroika (2012), un documental griego de los mismos creadores de Debtocracy (2011). El documental que ha sido rodado por medio de crowdfounding (financiación colectiva a través de la red) se puede descargar libremente en su web oficial. Os lo recomiendo. También podéis contribuir a la realización de otros documentales o reportajes mediante donación.
Realmente estamos dormidos y vivimos en un tiempo loco en el que no encuentro sentido a esta gran paja mercantilista a la que estamos asistiendo. Particularme en España muchas de las medidas que estamos tomando con los últimos dos gobiernos me chirrian bastante y creo que nos hacen esclavos de un futuro triste por el que ninguno hemos trabajado ni nos merecemos. De hecho desde hace año y medio cada vez estoy más convencido que la «crisis» es un producto de marketing exitoso generado por el sector financiero para provocar beneficios aún más inmediatos en una escalada de crecimiento insostenible. Todas las medidas que se están tomando para «rescatar a Grecia» no están rescatando a ningún griego -esto es un hecho- sino que están cuidando de los prestamistas y los bancos a base de aumentar la deuda griega de forma aún más rápida de lo que ya crecía. Ninguna de las medidas «redentoras» del BCE o del FMI enriquece la zona sobre la que se proyecta sino que la empobrece aún más. Cada vez creo menos que haya una crisis financiera real y cada vez veo más claro que muchos la estamos pagando (personalmente estoy sufriendo mucho) y pocos la han parido para beneficiarse ahora de ella. Creo que se trata del mayor timo de la estampita jamás ideado por el hombre. Y el sistema de engaño masivo ha sido, no me cabe duda, admirable.
Porque claramente vivimos en deudocracia como los autores nos sugerían en su anterior documental. La deudocracia es ese mercado de la deuda que se generó para poner correas a los estados cuando estos empezaban a controlar demasiado. Con la vuelta de tortilla actual, con los mercados controlando los países (las banderas cada vez se parecen más a marcas en declive), algunos espíritus libres griegos han realizado este documental. El reportaje expone y argumenta la sinrazón absurda del modelo de privatización total de la troika, auspiciado por el FMI, un tipo concreto de clase financiera y la Unión Europea. Este modelo resta control público sobre los bienes comunes a la ciudadanía y se lo da a empresas desregularizando mercados. Los casos no exitosos de privatización que destacan en contra de este proceso incoherente desde el punto de vista lógico y social son los siguientes:
- Alemania Oriental donde se generó una cultura de privatización que contribuyó a una burbuja empresarial que incrementó el paro en un 20% y cuyo máximo exponente, Treuhand, la agencia creada para la privatización de todas las empresas del este, tuvo ganancias por valor de 60.000 millones y pérdidas por valor de 300.000 millones cuando en sus balances esperaban una ganancia de 600.000 millones bajo el gobierno de Helmut Kohl. Esta deuda todavía no ha sido pagada por completo por Alemania aunque no se incluye nunca en el presupuesto alemán. En Alemania, desde donde se promueve la privatización eléctrica en países deudores, se está viviendo un proceso de remunicipalización de la electricidad en detrimento del sector privado.
- Chile bajo la dictadura tutelada de Pinochet que vivió un proceso de privatización basado en la consolidación del concepto de DEUDA externa que generó dependencia exterior y contribuyó a la demolición controlada de la participación del Estado en las decisiones públicas hasta nuestros días.
- Argentina, que se convirtió en un laboratorio del neoliberalismo en los 90 y de la que el director del FMI dijo literalmente que «entraba en el nuevo siglo con una base económica muy sólida». Estas palabras fueron pronunciadas un año antes del colapso argentino en 2001 y justo en el momento que toda la riqueza del Estado y la explotación de recursos naturales se vendiera por partes a inversores extranjeros privados.
- Gran Bretaña bajo las decisiones lamentables de Margaret Tatcher y posteriormente de John Major en la privatización del mantenimiento de infraestructura pública (ferroviaria mayoritariamente) y en el intento de privatización del agua, que ha llevado a la pérdida de miles de millones de libras en subvenciones públicas y a una situación de descontrol gestor mucho peor que la vivida anteriormente
- Rusia en lo que se conoció como Catastroika en la década de Yeltsin y que llevó a un desembarco masivo de capital en el control de los bienes y servicios públicos que generó un nivel de desigualdad sin precedentes incluso en el declive de la era soviética.
- EEUU donde se desregula el mercado eléctrico hace veinte años: construcción, operación y propiedad eléctrica intentando dejar el sistema de distribución al Estado. En palabras de un experto, «desregularizar el mercado eléctrico es un mito, se trata de un monopolio natural: solo un cable va a tu casa y no puedes elegirlo». Las tarifas hasta ese momento eran controladas. A partir de entonces, Enron comienza a subir sin límite el precio de coste de la electricidad, el resto de las 5 competidoras junto con Enron dejan incluso de producir electricidad para generar escasez en el mercado y subir el precio del kilowatio/hora. Existen grabaciones telefónicas de gestores de Enron riéndose del corte del suministro eléctrico a abuelas en California para poder justificar subidas de tarifas. El negocio era redondo: las empresas recibían dinero del contribuyente por fabricar electricidad que nunca generaban y a su vez cobraban al contribuyente precios un 1000% más elevados en horas punta. La consecuencia fue una infraestructura eléctrica lamentable que sufría apagones a principios del año 2000 y una espiral de competitividad sin regulación que provocó que incluso estas empresas tuvieran pérdidas.
- Francia en su capital París bajo la protección, amparo y promoción de su entonces alcalde Jacques Chirac dando la gestión del agua a dos empresas Suez y Veolia cuyos directivos y ejecutivos son a su vez consultores en estos momentos del FMI y están estrechamente vinculados al BCE. De hecho un antiguo directivo de Veolia se encargará de la privatización del agua griega. Desde que Veolia gestiona con Suez el agua parisina, su precio se ha incrementado un 260%.
- Italia tras el desembarco del gobierno mesiánico de Mario Monti y la destitución del inefable Berlusconi, que tras un referendum popular en el que el 96% de la población votó en contra de la privatización del agua, en estos momentos se estudia bajo imposición de los mercados la más que posible privatización del agua.
- Europa entera con el Tratado de Maastrich donde se promete que la desregularización eléctrica bajará precios y mejorará servicios. Nunca más se supo…
- Grecia donde la troika europea campa a sus anchas y está tomando decisiones en la línea de las anteriores en materia de infraestructuras y demolición del sector público. Contribuyentes griegos que han estado pagando impuestos durante décadas y que ahora se encuentran con una riqueza entregada por completo a financieros externos que son los mismos que provocaron internamente y en su mayor medida el colapso griego. Se calcula que las ganancias de las primeras medidas, 50.000 millones de euros (está por ver si se darán) irán integramente a acreedores y no serán reinvertidas de acuerdo a anuncios de la propia troika, en los griegos. A pesar de ello la troika ha fijado que cualquier coste de las privatizaciones recaerá sobre los griegos. La privatización del agua en Atenas y Tesalónica, cuyas instalaciones han empeorado, ha supuesto un incremento de precios del 20%. La privatización eléctrica en Grecia ha sido lamentable ya que ninguna empresa privada ha invertido en ella hasta 2006 por el lento retorno de inversión. La solución que se planteó en 2006 fue insultante: subir el precio de las facturas al contribuyente griego para hacer atractiva la inversión a las empresas. Surgieron entonces supuestos «proveedores» que simplemente eran intermediarios que pagando 60.000 EUR adquirían licencias (unas 63 se concedieron) y tomaban todo su valor de la red eléctrica pública sin invertir ni un céntimo en generar nueva electricidad. La troika les liberó del compromiso de tener que justificar que tenían electricidad para venderla. Tampoco pagaban nada al Estado por la producción y distribución de «su servicio». El proceso ha seguido su curso y gran parte del dinero ganado ha ido a Suiza. Sin más. En este caso, en 12 años de desregularización eléctrica no ha existido beneficio, no se ha reducido burocracia y el servicio es cada vez peor. La dependencia energética ha aumentado y la factura del usuario ha subido un 80%. Sin embargo sí se ha reducido algo. El empleo nacional que provocaban las empresas públicas era de 35.000 trabajadores, ahora las empresas concesionarias han precarizado o subcontratado servicios y emplean a 22.000 personas. Han crecido los accidentes mortales a causa del empeoramiento de las infraestructuras y la calidad de la red.
Dice Naomi Klein en el documental que en la época en que Milton Friedman y el resto de buitres preparaba su banquete, se decía en el FMI que las leyes del neoliberalismo eran como las leyes de la ciencia: eran válida en cualquier situación, contexto, época o lugar. Con independencia de entrar a valorar la opinión de estos salvajes, parece como si privatizar fuera la solución a eso que se inventaron para controlar el poder público y que se llama «crisis de la deuda». Esta deudocracia que promueve la privatización genera -en palabras de los propios expertos de Harvard y Chicago cuyas escuelas idearon el neoliberalismo- ganancias a corto plazo y destrucción de la economía a largo plazo.
El otro punto importante del que habla el documental es de la insultante, impúdica y contumaz privatización de las universidades que se comienzan a convertir en espacios cuyo éxito se evalúa no por el nivel de educación que generan sino por lo adaptadas o no que están a los mercados. Es, tal y como se comenta, un proceso de asimilación de las universidades públicas a las privadas en la mercantilización de la educación. Es decir, la educación no es un derecho sino un producto más del mercado.
El documental incluye esta reflexión literal que no quiero dejar de compartir con vosotros: «La crisis que el sector privado ha generado se convierte en un pretexto para un ataque general e indiscriminado al patrimonio público heredado».
Nota: en el documental algunos economistas de Harvard aluden a Bolivia y Ecuador como procesos modélicos de recuperación de bienes públicos. En mi opinión estos procesos de estatización no son del todo ejemplares aunque la negativa de Rafael Correa a pagar la deuda externa y su posterior compra encubierta a los propios acreedores para mejorar los servicios sociales en Ecuador me parece loable.
Nota: Para más información sobre algunas de las ideas compartidas en este documental, podéis visitar algunas de las entradas que escribimos sobre otros documentales acerca del sistema financiero y el neoliberalismo. En concreto sobre Collapse (2010), Capitalism: a love story (2009), Shock doctrine (2010) e Inside Job (2011) Añadimos a estas recomendaciones el documental ¿Y tú, cuanto cuestas? sobre el consumismo y la irresponsabilidad social derivada.
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