por David Criado | Mar 20, 2016 | DESARROLLO PERSONAL
«Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras.
Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.»
Santiago, profeta cristiano (Epístola de Santiago, 2:18)
Estos niños que usted tiene sobre estas líneas, no están aprendiendo a jugar leyendo un libro llamado «Cómo jugar a los muñecos entre dos personas» sino jugando a los muñecos entre ellos. Si los directivos, empresas y personas particulares que integran nuestra sociedad, comprendieran este matiz, créame, todo sencillamente cambiaría. Lo vivo a diario en mi trabajo.
Conocí a una persona que había leído más que ninguna otra que yo había conocido. Pero era como esos cuencos horadados por cuyos agujeros pasa el agua. No ponía en práctica lo que leía, por lo que no aprendía nada. No contenía nada, tan solo existía para verlo todo pasar. Era un lector pero no un sabio.
Conocí a otra persona que había conocido tanto que se encontraba llena. Era como ese vaso repleto que rebosa agua y en cuyo interior ya nadie ni nada cabe. Estaba sola con su conocimiento. Y nadie ni nada se acercaba a ella. Porque su conocimiento no dejaba espacio a los demás. Era un técnico pero no un maestro.
Y por último también conocí a muchas personas que se enfrascaron tanto en la búsqueda de la verdad en los libros, los planes estratégicos a cinco años y los discursos de personas con nombres en inglés, que se olvidaron de salir a la calle para verla, de salir de su despacho para contemplar la verdad de otros, o de atreverse a formular una verdad propia.
Soy amante de los libros, un auténtico devorador insaciable de ellos. Pero creo que ningún vicio o amor puede ser más pretencioso o nocivo en exceso. Lo sabe bien mi maestro Don Quijote. Porque los libros y las teorías que contienen los libros, son muy importantes; pero lo son aún más las personas que los leen o los escriben. Solo ellas son la verdadera vida, solo a partir de sus acciones y no de sus palabras, cualquier cosa -todo- puede cambiar. Mi trabajo consiste en trabajar el aprendizaje a partir de la coherencia o incoherencia de los demás. Y esto no es otra cosa que el alineamiento correcto o incorrecto de sus pensamientos y acciones.
Sirva este breve fragmento inicial que a continuación te regalo, lector o lectora, para que comprendamos juntos el sentido de este artículo. No encuentro mejor ejemplo que éste para sacudirte antes de empezar:
«Los principios que guían la vida de un filósofo cínico no deben expresarse en largos discursos, sino en actos y éstos se dejan escribir mejor en anécdotas, porque éstas funcionan como instantáneas de un aspecto particular, quedando así resaltadas. De ahí proviene la actitud de la filosofía cínica ante la escritura y el libro que, sin rechazarlos y aún aceptándolos como un medio de difusión eficaz, de cualquier manera los coloca en una situación subordinada. Citamos una anécdota:
«Un día, Hegesías buscaba pedir prestados unos libros de Diógenes el Cínico para leerlos. Al enterarse, éste respondió: «Qué necio eres, Hegesías; tratándose de higos tu prefieres los verdaderos y no los que están dibujados, mientras que para comprender la vida olvidas la verdadera y te precipitas hacia aquella que encuentras en los libros»
El fragmento es de ese maravilloso libro de Sergio Pérez Cortés que es Palabras de filósofos: oralidad, escritura y memoria en la filosofía antigua (Siglo XXI Editores, 2004). Comenzamos.
TODOS NOS SABEMOS MUY BIEN LA TEORÍA…
Una gran cantidad de personas que acompaño conocen muy bien una larga colección de teorías de la vida. Saben o, en otras palabras, han leído o escuchado lo que es bueno para ellos y para todos los mortales. Me encuentro con clientes que han acudido a tal o cual seminario, cursado tal o cual programa de liderazgo, leído tal o cual libro, estudiado e incluso escrito mucho. De hecho es frecuente que en mi vida aparezcan personas que antes de hablar conmigo digan algunas cosas que para mí aparentemente carecen de sentido por sí mismas. Pongo tres ejemplos:
Me ha ocurrido ya cinco veces que con la actual burbuja de un modelo concreto de comprensión del individuo, alguna persona se haya acercado a mí y me haya dicho: «He estudiado Programación NeuroLingüística» a lo que suelo responder «Habiéndote formado en esto, ¿Es eso lo primero que tienes que decirme?» Formarte en algo no es a menudo haberlo aprendido por completo.
Me ha ocurrido ya al menos quince veces, que al comienzo de un programa de coaching o un taller, alguien se acerque a mí y me diga: «Me he formado en Inteligencia Emocional» a lo que suelo responder «¿Quiere eso decir que te conoces o simplemente que has estudiado cómo puedes conocerte?». No es mejor ni más sano el que memoriza un gran guión de vida, sino el que practica hasta el final una sola porción de ella.
Me ocurre con una frecuencia pasmosa que mucha gente con la que hablo me diga «Yo tengo muy claros mis valores» tras lo que suelo contar una anécdota curiosa. Se trata de esa famosa historia de un poeta inglés que en un club victoriano de Londres escuchó de un joven empresario cristiano decir «Yo soy un buen cristiano. Antes de morir tengo planeado ir al Monte Sinaí y recitar en lo alto los diez mandamientos del señor». A lo que el poeta inglés le espetó «¿Qué tal si te quedas y los cumples?». No se trata de que tengas claros tus valores, sino de que te autorices a vivirlos.
Todo esto me pasa con frecuencia. De algún modo todas estas personas son como Hegesías, buscan vivir bien sin practicar la vida, tan solo aprendiendo una y otra vez a estudiarla. Serían verdaderos señores de sus palabras si no fuera porque en verdad son solo sus esclavos.
Algo en su interior les impide o les hace desconocer cómo ponerlo en práctica. Ese algo se llamo miedo y suele estar conectado con la siguiente lista de emociones (según el maestro Rafael Bisquerra):
- En un primer nivel la galaxia emocional que alimenta el miedo está formada por el pavor, el pánico, el horror, el terror, el temor y el susto.
- En un segundo nivel, la galaxia emocional del miedo contiene vulnerabilidad, recelo, desasosiego y espanto.
- El miedo está conectado también con otras galaxias emocionales: Ira, asco y ansiedad; e indirectamente con la tristeza y la emoción social de la vergüenza, que es el orgullo herido.
Este último nivel de conexión, el del orgullo, es el que hace ver a aquellas personas que estudian una y otra vez intrincadas teorías, que están cambiando tan solo con memorizarlas. Pero el hecho es que nada se comprende si no se pone en práctica. Su cambio no es un cambio significativo sino un pequeño cambio en la misma línea de razonamiento en la que se creó el problema que intentan resolver. Ninguna vida se lee, toda vida se vive.
Un famoso profeta cristiano llamado Mateo suele decir una y otra vez en sus escritos una frase que cuesta comprender: «Por sus frutos los conoceréis». Lo dice varias veces pero una de ellas, cuando ya el hombre debía estar algo cabreado de la gente que tan solo dice y no hace, advierte: «Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.»
Muchas personas cuyo crecimiento acompaño suelen tener siempre el mismo miedo: el miedo al error. Viven estudiando continuamente una y otra teoría pensando que alguna vez encontrarán o crearán una mágica fórmula perfecta con la que resolver su vida. Y esa fórmula no llega. Porque todos sabemos o podemos saber muy bien la teoría…
… PERO MUY POCOS TIENEN EL VALOR DE EXPERIMENTAR LA PRÁCTICA
La vida es tu mejor escuela. El verdadero maestro no lo es de un libro sino de algún aspecto de su propia vida.
Tal vez puedes sentirte protagonista de un libro o una obra de cine o de teatro. Puedes jugar a imaginarte en tal o cual lugar o sentirte identificado con una canción o una historia. Pero en estos juegos no hay nada de valiente ni esforzado. Sin embargo la vida cada día te hace sentir víctima o protagonista de acuerdo a tus acciones y las de otros. En eso sí hay algo respetable. Mi amigo Javier, ese genial filósofo, tiene un colgante que a menudo se ve prendido de su cuello. En él se ve esa máxima latina Primum vivere, deinde philosophare. Primero vive, luego filosofa.
Mueve el culo. No respeto más a aquel que ha escrito veinte libros hablando de otros que a aquel que se atrevió a escribir un solo renglón firme de su propia vida. Ten la claridad en tu mente y la certeza de que no necesitas ser perfecto o tenerlo todo claro para avanzar. En el capítulo I de esa belleza de libro que es el Hagakure, escrito hace ahora trescientos años (1716), el maestro Yamamoto Tsunetomo comparte lo siguiente:
«Un maestro de espada dijo en su vejez:
En nuestra vida atravesamos varios niveles en el estudio.
En el nivel inferior, la persona estudia sin obtener resultados, y tiene la impresión de que él es torpe y los demás también. El que está en este nivel no sirve para nada.
En el nivel medio, sigue siendo inútil, pero es consciente de sus carencias y también es capaz de advertir las carencias de los demás.
En el nivel más elevado, se enorgullece de su propia habilidad, le agradan las alabanzas de los demás y lamenta la falta de habilidad de sus compañeros. Un hombre así tiene valía. El hombre que está en el nivel más alto tiene aspecto de no saber nada.
En general, estos son los niveles. Pero existe un nivel trascendente que es el más excelente de todos. En él, la persona es consciente de que el Camino que sigue es interminable, y no considera nunca que ha llegado su final. Conoce bien sus carencias y no llega a pensar nunca, en su vida, que ha conseguido superarlas. Pero ello no le impide avanzar. No tiene pensamientos orgullosos; contempla el Camino en toda su extensión con humildad. Se cuenta que el maestro Yagyu dijo una vez: «Yo no conozco el modo de vencer a los demás, sino el de vencerme a mí mismo»
Avanza diariamente a lo largo de tu vida adquiriendo más habilidad que el día anterior, más habilidad que hoy. El proceso es interminable.»
Algún desalmado mucho después creyó inventar aquello de las cuatro fases de aprendizaje humano en un libro llamado Programación Neurolingüística. Las fases que creyó inventar fueron las siguinetes: Incompetencia inconsciente, Incompetencia consciente, Competencia consciente e Incompetencia inconsciente. Ahora por fin sabes que tan solo creyó inventarlo, que él solo lo escribía, pero que en realidad trescientos años antes ya se había atrevido a vivirlo Tsunetomo.
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por David Criado | Mar 7, 2016 | DESARROLLO PERSONAL
«Amar no es solo querer, es sobre todo comprender»
Françoise Sagan, escritora
Desde hace poco vuelvo a pertenecer a ese grupo socialmente controvertido de gente soltera de más de 30 años. Como siempre desde hace cuatro años, sufro, aprendo y disfruto mucho de lo que me ocurre a partes iguales y muy sanas. Aún así cuando perteneces a este colectivo, no tardan en aparecer personas preocupadas en tu entorno. Su inconsciente, los estímulos educativos que condicionaron su forma de ver la vida y su naturaleza egoica les hace pensar que cuando una persona de más de 30 años está soltera «algo ha pasado» o que «esta persona no está bien».
Sin obviar el hecho de que en algunos casos pueden estar en lo cierto, en el sustrato de este pensamiento que condiciona su conducta, subyace y reposa la creencia irracional -inexplicable para mí y para la propia historia de mi vida- de que todas las personas en pareja están bien y de que todas las personas solas están mal. Todo esto ocurre muy rápido, a un ritmo casi imperceptible, en el cerebro interno de las personas (amigos, familia, compañeros,…) y en un contexto en el que la gente que te quiere comienza a tener hijos y a atesorar relaciones de algo más de diez años.
A este gente que me quiere, a la que me quiso y a las personas que se cruzarán a partir de hoy en mi vida, va dedicado este artículo. Comenzamos.
AMOR ROMÁNTICO EGOICO y el AMOR CONSCIENTE
Es importante comprender que el amor consciente puede ser un tipo de amor romántico pero nunca un amor romántico egoico. Este último tipo de amor es el más extendido en nuestra sociedad y por eso a menudo, a algunos nos cuesta tanto dar con esa persona que nos complemente. Digo «complemente» porque nadie tiene que venir a completarnos, ya nacimos completos. En esto del amor consciente, olvídate de esa media naranja, naciste entero o entera.
Por otro lado, en el amor consciente la responsabilidad de estar satisfecho con mi amor por otra persona no es de la otra persona, sino mía. Alguien que viva el amor consciente no busca que la otra persona se transforme en lo que quiere, sino simplemente sentirse conectado con la otra persona. Mi compañero Borja Vilaseca habla de ello cuando utiliza el término PAREJA CONSCIENTE y basa a este tipo de parejas en cuatro características:
- Cama (se entienden y se sienten conectar a nivel físico),
- Cabeza (son sus mejores amigos con los que comparten lo que son y se sienten escuchados y equilibrados en este sentido)
- Corazón (sienten amor mutuo y se respetan sin generar dependencias o independencias insanas sino interdependencias)
- Consciencia (comparten un mismo modo de entender la vida, sus pasiones, la realidad que quieren construir y les rodea, aún siendo personalidades totalmente diferentes.
Para lograr sentir y vivir el amor consciente, es necesario que el lector o lectora comprenda que el amor consciente no es atracción física o mental, tampoco enamoramiento, sino una fase que viene después de estas dos primeras y que habilita al mantenimiento y cuidado de las relaciones de pareja. Es frecuente en nuestras sociedades, fruto de una cultura Disney, Hollywood y happy flower que a todos a menudo nos conquista, creer que el enamoramiento es amor cuando se trata tan solo de la primera fase en la que dos personas se quieren conocer. El amor consciente, sin embargo es esa fase que ocurre cuando dos personas se conocen. En mi experiencia, pretender que la segunda preceda a la primera es un desastre y pretender que la primera sea siempre la única, es otro desastre de proporciones aún más descabelladas.
LO QUE USTED BUSCA DE ESTE ARTÍCULO
Por tanto, si usted busca en este artículo a su príncipe o su princesa Disney, abandone toda esperanza y siga persiguiendo -si así lo necesita- ese fantástico ideal que usted tiene en su cabeza y nunca llega. Deje de leer este artículo en el siguiente punto y aparte y persiga a su príncipe o princesa una y otra vez hasta la extenuación, hasta que su cantidad de heridas le impida reconocerse ante un espejo. Sin duda puede que usted esté en ese momento masoquista en el que uno necesita doler y dolerse, y el sufrimiento -sin duda- también hay que vivirlo. Si ese es su momento, que nada ni nadie le impida seguir estando equivocado. Desde su área de responsabilidad, por favor si cree con certeza que ese es su momento, elija seguir buscando lo imposible. Continúe haciendo depender su felicidad de otro, siga enganchado al néctar de querer que otros se sientan responsables de que usted no sea feliz, beba del elixir somnífero y el placer perpetuo de seguir echando balones fuera sin la aparente necesidad de buscar gol. Se lo ruego, insista y sea tozudo. No escuche la llamada de la razón y ríndase al efecto halo de la pasión febril y desbocada. Deambule, vague, camine azaroso, busque una y otra vez a su príncipe o princesa. Caiga tantas veces como a usted le resulten necesarias. Disfrute del barro y las heridas. Usted tiene ese derecho. Porque todo eso que usted está viviendo ahora muy posiblemente le ayudará en un futuro a saber que no quiere vivirlo. Y eso, amigo o amiga, ya será un enorme paso.
Si por el contrario usted ha vivido ya todo lo anterior y busca en este artículo algo diferente, continúe leyendo. Lo disfrutará. Este artículo habla de la rentabilidad ilimitada del amor consciente. Hacia sí mismo y hacia otros. Si a usted esto le interesa, bienvenido -lector o lectora- a esta que es su casa.
QUÉ ES EL AMOR CONSCIENTE
El amor consciente es una enriquecedora forma de comprender la vida. Te rodea para abrazarte y a la vez te impulsa desde dentro. Mantiene vivo el niño que hay en ti desde el adulto que sabe lo que hace. Es semilla y fruto de las buenas cosas que te puede regalar tu vida y que tú mismo puedes generar en ella. El amor consciente es calidad de vida y cantidad de aprendizaje.
Contra la idealización del amor de Disney (que solo habla de la fase de enamoramiento pero nunca de la convivencia), usted dispone de aproximaciones algo más realistas al amor como Shrek (y cualquiera de sus secuelas). En este tipo de películas animadas -que también aunque no lo crea hablan de amor- usted escuchará gases en todos sus tipos y formatos, verá mal y buen humor en sus personajes, enfados y alegrías, fealdad y belleza a partes iguales y en general una larga colección de sentimientos reales y humanos mucho más sanadora y digna que todo lo anterior. Porque de algún modo, esos productores de Hollywood se han dado cuenta de que esa idea del amor ideal era ya de todo punto insostenible y rancia. Por eso en este tipo de películas -como en la vida- nada es blanco o negro sino más bien una gama de colores.
El amor consciente parte de estos tres hábitos poderosos:
- La ACEPTACIÓN DE UNO MISMO. Usted es un portero poderoso que siempre tiene las llaves de su felicidad. Tiene derecho a mandar todo a la mierda si usted lo necesita, pero si lo hace interiorice que usted va dentro de ese «todo». Si no lo hace, sea cual sea su momento, con independencia de todos los demás excepto de sí mismo, usted puede ser feliz. Haga estas cuatro cosas: Conozca los oscuros recovecos de su mente, aprenda a templar el ánimo, repose el pánico, y aprenda a amarse a sí mismo y a estar solo antes de amar a otros. Para conocer los oscuros recovecos de su mente, lea, estudie y practique los avances en materia de psicología, sociología y filosofía. Pida apoyo si lo cree necesario. Para aprender a templar el ánimo, recuerde los cuatro temples del haiku: SABI (soledad, desapego, quietud), WABI (reconocimiento de su esencia sin ambición), AWARE (resonancia y paso del dolor al vacío), y el maravilloso YUGEN (acceso al misterio). El amor consciente -lector o lectora- es pura resonancia en usted mismo y en otros que le otorgará el acceso al gran misterio.
- La DISCIPLINA Y ENTRENAMIENTO CONSTANTES por y para una vida significativa. Esto es, el compromiso y esfuerzo sinceros para ser valientes y elegir AMOR en vez de MIEDO, para permitirnos poder ser felices aún sabiendo que podemos estar tristes. Decía el maestro Aristóteles -y procuro no olvidarlo- que la excelencia no es lo que una persona alcanza sino lo que hace cada día, de modo que la excelencia no es un acto a lograr sino un hábito a practicar. Si usted quiere disfrutar el amor consciente no lo busque, provóquelo a diario. Establezca rutinas de amor consciente, pequeños hábitos o prácticas que le ayuden a conectar con lo que quiere ser. Sea inasequible a su propio desaliento.
- El RESPETO POR LA NECESIDAD DEL OTRO a partir de una forma de comprender la vida desde la diversidad y el aprendizaje. Desligue su necesidad de ser amado de la dependencia a otros, disfrute de lo que ocurre ahora, no rememore ni compare, no proyecte ni ocupe en planificar a largo plazo la mayor parte de su tiempo en esta vida. Respete el momento y ritmo del otro, no imponga ni adoctrine, no avasalle ni convenza. Simplemente comprenda e intente ser usted mismo ante el otro. Quiérase mejor y sea más fiel a su esencia, respetando y apreciando también la existencia de esencia en el otro.
LAS FASES DEL AMOR CONSCIENTE
Son a menudo simultáneas, pero tal y como yo las he vivido una y otra vez son estas:
Aquello que eres no es un nombre, sino algo parecido a esto…
Varón. Castaño. Imperfecto universal. Material conductor desde hace treinta y tres años. Feliz desde hace cuatro para siempre. Incluye autoestima. Buen corazón, usado, elástico, dureza 4. Alma vieja, en completa formación. Atractivo. Inteligente. Sensible. Experimentado y sorprendido. Come, duerme, ríe, llora. Equilibrado y sorprendente. Saludable. Seguro. Sin interruptor externo de encendido o apagado. Culpable de lo que hago, no de lo que hagas. Diurno. Tranquilo con muchas ganas de serlo. Apasionado. Conversador. Único sin ser distinto. Quiere ser padre, no necesariamente contigo ni tampoco hoy o mañana. Sin dependencias ni peajes, con heridas. Yo mismo a partir de todos los demás. No te busco porque no te necesito. Pero si te encuentro, te voy a celebrar. No tengo prisa. Ya he llegado.
Todo esto anterior es lo que soy. Y también, de esas raras personas que no saben aburrirse, que disfrutan de su soledad. No siempre he sido esto pero esto es lo que ahora soy. Por ello, si me preguntarse, qué me ha ayudado a vivir el amor consciente, yo te diría que siguieras siendo fiel a amarte primero a tí mismo, a pasar tiempo contigo sin pensar en los otros como foco de tus pensamientos, sino en tí como protagonista de la vida que quieres vivir. En este sentido, escribir, meditar y hacer el indio (en su sentido literal y extendido) han sido las tres cosas que más me han ayudado a apreciar el amor consciente.
- Atrévete a disfrutar sin exigirte ni exigir a otros
El amor consciente hacia otra persona mola porque no es fácil. Pero mientras se construye o llega, creo que es insano y poco saludable no permitirte disfrutar de la amplia cantidad de oportunidades de ser consciente y celebrar lo que te ocurre sin necesidad de amar por completo a otra persona. Eliminar la exigencia a priori de tener que aceptar por completo a otra persona y sino no ser feliz, te hará relajarte, disfrutar y conectar con lo que te está pasando fuera y dentro.
Una vez que te atreves a conocerte y te trabajes durante un tiempo, lo que te pasa dejará de pasarte y empezaras a hacer que pase. No veras ya el conflicto ni la necesidad de mejora primero en otros y luego en tí mismo; sino primero en tí mismo y luego en otros. Te harás responsable de lo que te pasa. Te estarás habilitando a disfrutar lo que ocurre tal y como viene, entregándote a ello y alcanzando lo que mi maestro Anthony De Mello llamaba serenidad… «La serenidad consiste en colaborar incondicionalmente con lo inevitable».
Cuando empieces a ser consciente del poder de la serenidad, dejarás de querer tener razón en tu vida para empezar a tener paz. En este momento -así lo he vivido y lo han vivido muchas personas en procesos de acompañamiento- te convertirás en un imán de experiencias placenteras. No las apartes. Mejor, lee esto que aquí sigue…
Cuando usted ya se haya conocido a sí mismo, puede encontrarse en dos situaciones: tener o no tener pareja.
Si tiene pareja, mi consejo es que intente lograr el amor consciente en la medida de sus posibilidades y dentro de su área de responsabilidad. Le recomiendo especialmente hablar y compartir lo que lleva dentro con su pareja, y atreverse sobre todo a conocerla. Si no logra ni una cosa ni la otra o simplemente como resultado de ambas, ve que algo no le hace sentir bien después de un tiempo o mucho tiempo, tal vez deba tomar una decisión sobre su vida en pareja. Tiene derecho a darse cuenta de que esa persona es la persona que quiere junto a usted, y también tiene derecho a darse cuenta de que esa persona no es la persona adecuada. En cualquiera de ambos casos, haga lo que haga, no la engañe nunca; desapruebo por completo la infidelidad y la ocultación. Son a mi modo de ver, resortes que se activan solo cuando en una relación algo o todo no va bien.
Si no tiene pareja, hay dos complementos para el amor consciente que ya no solo tienen que ver con usted sino con su relación con otros, y que pueden ser perfectamente compatibles con su voluntad de vivir y aprender el amor consciente. La forma que yo más disfruto en este sentido, y que en mis breves periodos de soltero he podido disfrutar, es sin duda el sexo sano con personas con las que conectes. Para tener sexo sano, no sujeto a dependencias ni voluntades secundarias más allá de eso que está ocurriendo, es necesario -así lo he vivido- que ambas personas se encuentren en momentos similares.
En una famosa escena de la película Shakespeare in love, la duquesa de Essex tras acostarse con Shakespeare y perder su virginidad dice «De modo que había algo más maravilloso que los sonetos y las obras de teatro, incluso si son los tuyos» y Shakespeare simplemente responde «Sí, así es». Para un sexo sano y consciente entiendo que cada tiene sus recetas. La mía consiste en dosis equilibradas de sentido del humor, relajación y aceptación. Por mi forma de ser esto equivale a hacer el ejercicio consciente de estar completamente AHORA sin que tu mente pueda ir a un lugar anterior o posterior a lo que ocurre. Esto es, no querer de tí ni de esa persona más de lo que pasa. En el caso del sexo sano se trata de disfrutar de todos tus sentidos y hacer volar de forma libre lo que eres junto a otro. En las sociedades occidentales actuales todavía no se ha superado por completo la barrera del tabú sexual, de hecho es ahora cuando estamos comenzando a hacerlo. Creo que esto hace que el sexo siga teniendo ese atractivo inherente a lo prohibido que nos hace vivir experiencias placenteras a corto plazo.
Otro complemento muy enriquecedor para el amor consciente, son las conversaciones significativas o poderosas con todo tipo de personas. Ya sea en el contexto de tu tiempo libre o tu trabajo, o en en el seno de tu grupo de amigos o contactos, hablar con alguien de algo y encontrar a una persona que sepa escuchar y quiera ser escuchada, es sin duda algo poderoso. Sentir esa conexión y ser consciente de la utilidad que ese tipo de relaciones tienen en tu vida, ha sido algo clave en mi vida. Por mi profesión, suelo tener muchas conversaciones significativas al cabo de la semana, pero encontrarme con este tipo de conversaciones en mis círculos de amigos o relaciones, sigue siendo para mí algo motivador y sorprendente.
- Cuando practiques el amor consciente, no pierdas el foco ni caigas en tu trampa
Lo más seguro es que después de un tiempo, cuando ya estés a gusto contigo mismo y cuando tengas el calor y el amor consciente de tí mismo y de otra persona, te atrevas a dar un nuevo paso en tu vida. Recuerda cuando des ese paso que tu sistema de coordenadas en tu relación de amor con otro ya no es el mismo que era, y no vuelvas a caer en la tentación de idealizar o demonizar a la persona, o de querer vivir un enamoramiento continuo e irreal. Se fiel a lo que no quieres en alguien y valora lo que quieres. Permítete ser amado o amada, date el derecho a no sentirte bien en tu pareja solo cuando creas que ya lo has dado todo. Y recuerda, disfruta lo que ocurre porque también esto pasará.
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por David Criado | Feb 4, 2016 | DESARROLLO PERSONAL
«El que no ama siempre tiene razón, pero es lo único que tiene»
Antonio Gala (escritor)
En un principio pensé titular este artículo «Por qué nos aprecian las personas«. Luego, al comenzar a redactarlo me di cuenta de que yo solo puedo saber por qué me aprecian y no por qué aprecian a otros. Cada uno -supongo- tendrá su particular explicación. Algunos hablaran de que las personas les aprecian porque tienen claros valores morales o principios; otros dirán que las personas les aprecian por su educación y compostura; otros defenderán que son apreciados por sus acciones heroicas o sus grandes hazañas. En lo que a mí respecta, creo que ninguna de estas tres cosas explica -lector o lectora- por qué me aprecian tanto las personas. Creo que incluso soy un auténtico desastre en todas ellas.
Sin embargo me he pasado la vida amando y siendo amado por otros. De hecho creo que hasta el momento, he tenido la existencia más rica y plena que alguien pueda desear. Mi vida –en términos absolutos- está fielmente retratada en ese maravilloso poema de William Ernest Henley que llevo en mi cartera. Pero entonces, ¿Cómo he llegado a esto?, ¿Qué he hecho para merecer el aprecio y la consideración de otros? Hoy me pregunto por qué soy tan afortunado, por qué demonios me quieren y aprecian las personas. Y de momento estas -lector o lectora- son todas mis respuestas:
ELIJO NO SER DIOS
Aunque a veces, desbordado, lo pretenda. Acepto que por encima de mí hay algo superior en todo momento, circunstancia y ocasión. Todos tenemos siempre por encima de nosotros algo superior. En esto, créame, no somos muy originales. Usted si es creyente lo llamará Dios, si es hijo lo llamará padre, si es militar lo llamará señor, si es científico lo llamará Universo (Naturaleza) y si es un empleado lo llamará estructura (jefe, cultura, empresa). Pero siempre hay algo superior que usted no puede controlar. En otras palabras, mi área de responsabilidad sobre aquello que ocurre, aún siendo enorme y motivadora es también muy limitada. Por fortuna el hecho de que las cosas me vayan siempre bien NO ES SOLO mi culpa, aunque sea sobre todo culpa mía.
Las personas me aprecian porque suelo recordar que soy pequeño.
ELIJO ACEPTAR Y AGRADAR A LAS PERSONAS
Si bien antes me costaba aceptar a las personas tal y como eligen ser, desde hace ya varios años cada día aprendo a aceptarlas y tomar mis decisiones en función de lo que ellas quieren ser y no de lo que yo quiero que sean. Aunque nuestro narcisismo nos impida verlo con tanta claridad, la vida nunca es un teatro de marionetas que están a tu servicio. Cada persona tiene sus propios intereses y no respetarlos ni contar con ellos es dilatar o esconder un sufrimiento latente. Cada vida humana es un tesoro repleto de experiencias. Lo que me dignifica y enriquece mi persona no es obviar este tesoro, sino otorgarle el valor que me merece. Y para explorarlo con calma y detenimiento, me dedico sin descanso a agradar de forma sincera a las personas. Hago esto de forma natural pero conscientemente, con herramientas y constancia. Lo hago una y otra vez porque me he dado cuenta que es la forma más eficiente y eficaz de ser feliz y hacer felices a otros.
Las personas me aprecian porque intento aceptarlas y hacer que sean fieles a sí mismas.
ELIJO VIVIR EN DIRECTO Y NO EN DIFERIDO
Recuerdo siempre con cariño aquella reflexión tan poderosa de Pessoa que leí hace ya muchos años y que hoy a menudo recupero en las sesiones. Decía: “Llevo conmigo las heridas de las batallas que he evitado” Existe una creciente tendencia en las personas a posponer la vida. Y verán ustedes, la vida no es algo a conquistar, no es algo así como un premio tras un esfuerzo extraordinario. Es más bien como una planta, algo que usted necesita regar ahora para que luego pueda dar sus flores o sus frutos. Aunque tal vez esa planta sea hoy muy pequeña para usted o para otros, nada salvo su firme compromiso con ella la hará grande. Las plantas solo crecen en directo. Pese a que usted –lector o lectora- haya visto muchos documentales donde una planta que creció vuelve a hacerlo de nuevo ante sus ojos, lo cierto es que las plantas solo crecen en directo. Si usted permanece a la espera de una vida mejor, abandone desde ya toda esperanza. Si por el contrario usted vive en directo, experimentará victorias y fracasos, lecciones que le harán crecer y conectar con la esencia de la vida. Usted podrá decirse a sí mismo justo antes de morir: Invertí todo mi esfuerzo en jugar este partido y no en evitarlo.
Las personas me aprecian porque suelo estar aquí y ahora y no esperando otro momento.
ELIJO TENER PAZ Y NO TENER RAZÓN
Vivo de acuerdo a lo que creo. He aquí la gran innovación: en la anterior oración, “creo” hace referencia al verbo “crear” y no al verbo “creer”. Trataré de explicar esto en detalle.
Hubo un tiempo en que yo luchaba para tener razón. Vivía cada día de mi vida buscando pruebas de que yo estaba en lo cierto. Si a menudo no las encontraba, solía entonces cambiar mi idea de las cosas. Sea como fuere, siempre encontraba un castillo para defenderlo.
Ahora sin embargo quiero tener paz. Por lo que parece, todo el mundo quiere tener paz. Pero he aprendido que esto no es del todo cierto. He aquí por qué creo que no es cierto: El conflicto se tiene, no hay que trabajar para tenerlo. Pero la paz… la paz nunca se tiene sino que hay que trabajar para tenerla. Hay algo que es común a todas las personas: cada una de ellas quiere tener razón y lucha para que otras asuman que la tiene. De esto es capaz hasta el más humilde insecto que habita este planeta. Todos podemos elegir a algo o a alguien por lo que luchar hasta la extenuación o la muerte. Esto por sí solo puede que nos haga grandes y a veces admirables, pero no nos hace únicos.
Lo que me hace único, aquello que me dota de toda mi energía y mi valor, es vivir para tener paz y no para tener razón. Suelo por ejemplo buscar el entendimiento y la paz, y viviendo de este modo, los genero. También he aprendido que suelo estar equivocado y que aquello que me ha sacado de los más profundos hoyos no ha sido nunca negar que yo estaba equivocado, sino generalmente aceptarlo.
Si yo elijo tener razón, he experimentado –y creo haber aprendido con dolor de ello- que suelo dejarme la mayor parte de cosas importantes por el camino. Pero si elijo tener paz, abandonar mi ego y mi discurso, alejarme de mis convicciones hasta poder dar cabida a otros, paradójicamente además de tener paz, el resto de personas me acaban otorgando cierto grado de razón. En otras palabras, vivir para tener razón casi nunca suele dar una paz verdadera al individuo y pocas veces suele ser algo razonable. Pero vivir para tener paz, suele darte no solo paz sino razón.
Las personas me aprecian porque no aspiro a vencerlas sino a comprenderlas.
¿Por qué creo que todo esto funciona?
Aunque no hago siempre todas las cosas anteriores, sí creo ser consciente de que las hago la mayor parte de las veces. Y cuando las hago, obtengo enormes resultados a corto, medio o largo plazo. De forma que haciendo esto de forma repetida, apreciarme resulte tremendamente fácil para otros. Es como poner un balón en el punto de penalty, hacer que se vaya de vacaciones el portero y decirle a la persona: Ahora, tira. Por otro lado, aunque no todos me aprecian o me quieren, aquellos que lo hacen son los que verdaderamente necesito que lo hagan.
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por David Criado | Ene 12, 2016 | DESARROLLO PERSONAL
«Incluso en los peores momentos de la vida de un ser humano, lo que hace que todo sea soportable son las maneras: el carácter moral de las personas pero por supuesto además la forma en la que ese carácter moral se manifiesta»
Arturo Pérez-Reverte (escritor de ficción histórica, periodista retirado, ex-reportero de guerra durante 21 años; entrevista de Iñaki Gabilondo)
Hay comportamientos que huelen mal. Tienen que ver con los contenidos, pero sobre todo con las formas. Hoy hablaré de ellos, me detengo a escribir sobre un tema complicado. Hablar sobre cómo detectar y enfrentar comportamientos dañinos propios y ajenos no es fácil. Resulta aún más complicado aportar una perspectiva diferente a lo que ya se ha escrito sobre el tema. El lector o lectora encontrará amplia literatura sobre esto en su librería habitual y a lo largo y ancho de la red (incluido este mismo sitio). Sin embargo hoy le aportaré una propuesta diferente. Sacaré a relucir en este texto una de mis venas -la de humanista cristiano- y la pondré a palpitar sobre las teclas. En consecuencia no espere algo que no sea extraordinario. Pretendo hacerle creer en las enormes posibilidades de mejorar su propia vida que tienen tanto usted como otros. Comenzamos.
EL ETERNO PODER DE SABER RELACIONARNOS
Defiendo que toda persona per se tiene amplias dotes y capacidades relacionales que debe entrenar para enfocarlas de forma saludable y beneficiosa para sí misma y para otros. Adquirimos gradualmente estas capacidades en sus formas y contenidos desde nuestra infancia, desde esa etapa de cría donde aprendemos a vivir. Pero es en nuestra edad adulta donde con más crudeza y frecuencia las ejercitamos. Estas capacidades relacionales avanzadas nos han hecho evolucionar hasta formar enormes sociedades relacionales de millones de individuos. La historia de esta evolución continua se repite en el tiempo. Pasamos de las relaciones familiares a las tribales; de las amistades inmediatas a las asociaciones por interés, poder o derecho; de las organizaciones para lograr un fin mutuo a las sociedades de convivencia que conforman culturas humanas complejas y enriquecedoras. Por lo que sabemos hasta ahora ningún otro ente en el Universo ha sido capaz de estirar y hacer que de tanto de sí esa bacteria unicelular inicial de la que todos provenimos hasta convertirla en algo parecido a lo que hoy llamamos Humanidad y humanidad (con mayúscula y minúscula). Salvo el propio Universo (Naturaleza) en sí mismo -que supera inmensamente nuestra capacidad relacional- nada nos supera a nivel relacional.
Además de enormes aciertos, hemos cometido y cometemos enormes errores en este proceso de evolución relacional. Los pagamos ahora y los seguiremos pagando como personas y como especie en el futuro. La mayor parte del tiempo disfrutamos agradablemente las bondades de nuestras capacidades relacionales avanzadas. Pero en ocasiones también sufrimos de forma dolorosa los perjuicios que puede provocar un comportamiento humano nada saludable. Esta enorme fortaleza nos da, en otras palabras, le da al Hombre la difícilmente limitable capacidad de hacer disfrutar y sufrir a sí mismo y/o a otros.
Ningún reto debería ser más inspirador y motivador para una persona que el de saber poner en juego sus capacidades relacionales consigo mismo y con otros aprendiendo su valor, y estableciendo límites para el beneficio propio y el de todos.
NO HAY PERSONAS TÓXICAS
El camino más corto que usted encontrará para hallar la felicidad consiste en no juzgar nunca a las personas por completo sino a cada una de sus acciones en concreto.
En contra de lo que defiende la mayor parte de literatura pseudocientífica y científica sobre el tema, liderados por Bernardo Stamateas y su instant coffee book, intentaré no cumplir con el procedimiento acostumbrado que algunos profesionales defienden a la hora de trabajar comportamientos dañinos. Este procedimiento -que no respetaré en la medida de mis posibilidades- defiende que en primer lugar es necesario marcar, identificar o señalar a determinados arquetipos conductuales o personas como «tóxicos», y en segundo lugar es necesario que usted -lector o lector- huya o se aparte de ellos, a menudo -así lo defienden- sin dar mayor explicación.
Usted -lector o lectora- tanto como yo, es libre de querer relacionarse o no con otros, es decir de querer buscar o evitar a alguien. Esto creo que entra dentro de lo razonable. Hay personas que nos parecen soportables y otras que nos parecen insoportables. En nuestra familia, nuestros amigos y en las relaciones de pareja o trabajo hay personas con las que nos gusta ser y otras con las que solo nos gusta estar. Bajo este criterio usted -como yo- configura su red de relaciones inmediata y extendida, y articula su conducta dentro de sus posibilidades. Esto es una cosa. Pero otra muy distinta es tomar la estrategia de la evitación como pauta válida o siempre recomendable para gestionar los comportamientos poco saludables de uno mismo o de otros. Evitar algo -no lo olvide- nunca es superarlo.
Las personas no somos medicamentos caducados, ni productos químicos irrespirables, ni enfermedades contagiosas. Por eso -¡maldita sea!- no hay personas tóxicas, es decir, personas venenosas en sí mismas. Las personas acumulamos hábitos adquiridos, experiencias vitales, educaciones, culturas, lecturas de la realidad, relaciones,… Somos cuerpos y mentes en permanente cambio y adaptación. No somos yogures caducados a los que tirar y no acercarse. Evolucionamos y tenemos siempre dos opciones poderosas: hacer que otros quieran cambiar o cambiar nosotros. Nadie -lo hemos descubierto ya muchos- nadie cambia si no quiere. Pero aún en el caso de que esa persona no quiera cambiar, nosotros sí podemos cambiar nuestra actitud respecto a ella. En esto segundo se encuentra el área de responsabilidad de la que usted es propietario. Y huir de algo o alguien no es nunca responsable.
Las personas somos personas. Usted es una persona y se debe a su propia especie. No evada la responsabilidad de aceptar que otra en todo momento también lo es. Puede que usted o yo o esa persona en la que piensa, pasemos por malos momentos alguna vez y puede que esos malos momentos se alarguen demasiado (a veces vidas enteras) y nos condicionen adoptando comportamientos dañinos para nosotros mismos o para otros. Pero nadie -digo NADIE- tiene derecho a escribir un libro o mil para decirnos que usted o yo o esa persona somos tóxicos. Nada hay en excluir o apartar a otros de la sociedad y de las relaciones salvo un tóxico ejercicio de soberbia.
Solo cuando la certeza en nuestras propias convicciones es mayor que nuestra compasión por otros, podemos entonces afirmar que hemos perdido la batalla.
QUÉ ES UN COMPORTAMIENTO TÓXICO
De algún modo he descubierto en mi vida y en el ejercicio de mi profesión que un comportamiento tóxico es un acto o conjunto de actos que consciente o inconscientemente hacen daño a uno mismo y/o a otros.
Defiendo que un comportamiento es tóxico si cumple alguna o todas estas premisas:
- Cuando solo aporta sentimientos negativos (de miedo, culpa, insatisfacción, frustración,…) sin aportar ningún sentimiento positivo (de reconocimiento, satisfacción, alegría, disfrute,…)
- Cuando parte de una tiranía emocional (autoafirmación del ego y de la realidad propia por encima de la realidad o sentimientos de los otros)
- Cuando reproduce (es decir, parte o imita) otros comportamientos tóxicos anteriores generando un bucle emocional negativo en uno mismo o en los demás
- Cuando genera (es decir, provoca) comportamientos tóxicos en los demás contagiando conflicto o dolor.
Es posible por tanto identificar este tipo de comportamientos y trabajarlos para que no afecten a la salud mental del individuo o grupo que los experimenta.
Pretendo aportarle -lector o lectora- tips rápidos para que usted identifique comportamientos tóxicos de acuerdo a frases o acciones comunes. Si usted quiere ampliar detalles o disponer de una guía más avanzada sobre comportamientos tóxicos cuenta con amplia literatura en la red. Contraste fuentes de forma crítica. Este tan solo será un listado práctico que le servirá de guía rápida para detectarlos y actuar de acuerdo a su criterio e intereses.
Personalmente considero que los siguientes cuarenta y tres comportamientos tóxicos -realizados de forma continuada- harían que para mí una persona fuera poco o nada atractiva para tomar una cerveza, mantener una conversación, contratarle, cerrar un acuerdo, salir conmigo o darme a conocer. Cuando algo de todo esto o mucho de todo esto le ocurre a una persona, yo se que algo no va bien:
- No escuchar al otro. No parar de hablar. Interrumpir.
- No poder ni saber estar solo. No sentir la necesidad de estarlo.
- Cuestionarlo todo. Instalar en la duda a sí mismo y a otros. Parálisis por análisis.
- No cuestionarse nada. Muerte por ignorancia.
- Ser incoherente. No cumplir con lo que dice.
- Tener la necesidad de estar continuamente ocupado en algo.
- No conocer, respetar ni disfrutar el silencio.
- Vivir para convencer a otros. Hacer de tu vida un teatro comercial continuo.
- No practicar la empatía sino la simpatía. Juzgar la vida de los otros en función de mi modo de vida, mi forma de ser y mis ritmos, y no en función de los suyos.
- No respetar la autonomía de los demás. Hacer las cosas cuando, cómo y donde yo digo. Decidir por otros sin consultarles. Imponer tu opinión o acciones. Dar por hecho la voluntad de otros y enfadarse o considerarles enemigos si no aprueban nuestra tiranía.
- Ser un cadáver. No estar interesado por otras vidas o por otras experiencias.
- Ser temerario. Solo estar interesado en otras vidas o en otras experiencias.
- Ser poco práctico. Dar más trabajo a una persona del que tendría si no hubiera confiado en tí para resolverlo o ayudarle.
- Creer en la completa disponibilidad del resto a tus propuestas y no tener disponibilidad para sumarte a las de otros.
- Actuar y vivir solo a partir de los propios sentimientos. No tener en cuenta los sentimientos de la otra persona.
- Criticar negativamente a otros o señalar sus defectos sin aportarles opciones de mejora o reconocimiento.
- Compararse con los demás para ponerse en valor a uno mismo.
- Experimentar de forma repetida todo tipo de vergüenza ajena.
- Tener solo vergüenza propia.
- Ser un cenizo. Hablar solo de experiencias negativas.
- Destacar por medio de la provocación o la extravagancia exterior.
- Juzgar a las personas y no a sus acciones.
- Tener la necesidad de agradar a todo el mundo.
- Tener la necesidad de no agradar a nadie.
- Expresarse en términos absolutos. Conmigo o contra mí.
- Buscar la cantidad y no la calidad.
- No tomar decisiones. Poner continuamente excusas para no actuar. No hacer nada para cambiar algo que cree que está mal, sino solo hablar de por qué cree que está mal. Estar continuamente «intentando» y no «haciendo».
- Hablar en exceso de uno mismo. Tener exceso de autoestima. Creerse mejor que todos los demás en algo aunque lo sea.
- No hablar nunca de uno mismo. No tener autoestima. Creerse peor que todos los demás en algo aunque lo sea.
- Quejarse de la realidad que tiene sin aceptar la realidad que él provoca.
- Necesitar la desgracia ajena para alcanzar la gracia propia.
- Expresarse desde el rol de víctima (lo que me ocurre y me pasa) y no desde el rol de protagonista (lo que podría hacer o lo que pienso con lo que me pasa).
- Ser desagradecido. Envidiar la realidad de otros de forma poco saludable, es decir sin poner en valor la realidad propia.
- No alegrarse con el crecimiento de otros a los que aprecia. No alegrarse por las alegrías de otros.
- No ser compasivo con la realidad de otros a los que aprecia. No acompañar y ser comprensivo ellos.
- Hacer que su felicidad dependa de las acciones de otros y de sus consecuencias.
- No tener sentido del humor. No reírse de uno mismo ni de sus errores.
- Burlarse de otros. Reírse de los demás.
- Tener mucha prisa siempre. Ser más rápido que íntegro.
- Vivir solo para ser fiel a uno mismo olvidándose de otros. Muerte por principios.
- Vivir tan solo para ser fiel a los demás olvidándose de uno mismo. Muerte por confluencia.
Los dos mayores antídotos contra un comportamiento tóxico son, no me cabe duda, el sentido del humor (relativiza, relaja y distiende), el diálogo significativo (construye y aporta razonamiento lógico), y la generación de confianza (el paso del tiempo y la construcción de una relación mutua).
Opino por último que toda persona tiene derecho a agotarse de sí misma y de otras, y a marcar a menudo distancias saludables. Creo que es nuestro deber y responsabilidad trabajar para que las personas que nos rodean mejoren pero quizás es mucho más importante ser conscientes de que solamente ellas nos harán saber o entender cuándo pueden y quieren mejorar.
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por David Criado | Dic 30, 2015 | DESARROLLO PERSONAL
«Examina tu interior: no dejes que se te escape la cualidad interior ni el mérito de nada»
Marco Aurelio, filósofo y emperador romano (Meditaciones, Libro VI, 3)
Hoy hablaré sobre nuestro territorio emocional y sobre la importancia que tiene conocer y comprender el amplio abanico de nuestras emociones. El mapeo y análisis de las emociones humanas es un trabajo individual que cada uno debería acometer en algún momento de su vida. Nadie puede, por tanto, decir a estas alturas de la evolución de nuestra especie y nuestras sociedades, que nadie le enseñó a conocer sus emociones. Si bien eso puede ser completamente cierto, no excusa que usted mismo no haya decidido tomar las riendas de sus propias emociones para disfrutarlas y evitar que a menudo le ganen la partida.
Este artículo pretende aportarle recursos de interés orientados a la construcción y conocimiento de su propio territorio emocional. Defiendo con firmeza que si bien el conjunto de las emociones humanas es algo común a todas personas, la construcción de lo que he llamado un territorio emocional propio que sea saludable, enriquecedor y rentable es una tarea individual de cada uno. Estos son los apartados que integran este artículo:
- 2 conceptos previos de geografía humana: Determinismo/Posibilismo y Género de vida
- 2 claves para construir un territorio emocional propio: Vacúnese contra el posibilismo radical y Recuerda que eres mortal.
Comenzamos.
2 CONCEPTOS PREVIOS DE GEOGRAFÍA HUMANA
En su libro Evolución de la geografía humana, el maestro Paul Claval nos habla de una persona que marcó el estudio de la geografía. Antes de Piaget y su influencia en el pensamiento geográfico moderno, hace ahora casi 150 años Vidal de La Blache se hizo una pregunta: ¿Cómo las relaciones humanas determinan el espacio que habitan?
Él encontró varios conceptos para explicar los campos de influencia entre la persona y su entorno. Habló en ambas direcciones de cómo el territorio determina a las personas (determinismo) y de cómo la persona influye sobre el territorio (posibilismo). En función de estas dos relaciones, La Blache dibujó un mapa sociológico sencillo basado en ámbitos de responsabilidad e influencia tanto del entorno (la naturaleza y sus recursos) como de la persona.
Entonces se pensó que el determinismo era nuestra característica común con el resto de especies y que el posibilismo (nuestra capacidad de modificar el propio entorno) era lo que hablaba de nuestro desarrollo avanzado como especie. El posibilismo entonces se entendió como nuestra genuina habilidad para cambiar y adaptarnos al entorno o de cambiar y adaptar el entorno a nosotros, dotándole y dotándonos de un carácter social.
Al conjunto de actividades que establecemos en relación con nuestro territorio se le llamó Género de vida. Por ejemplo, tenemos el género de vida de un agricultor que explota la tierra en la que vive, o el género de vida de un político urbano que aprovecha la modificación del territorio que él hace e hicieron otros antes que él.
2 CLAVES PARA CONSTRUIR SU TERRITORIO EMOCIONAL
Antes de continuar, dos apuntes.
En primer lugar, usted puede aprender a conocer sus emociones de una forma más extensa en los recursos que figuran al final de este artículo. Hoy no intentaré hacer un mapa exhaustivo de nuestras emociones, sino dar algunas recomendaciones clave para que usted construya un territorio emocional saludable entre tanto ruido y velocidad en nuestro tiempo.
En segundo lugar, he de confesarle que no me gusta trabajar en exceso sino lo justo; y que no me gusta reinventar la rueda sino aprovecharla. Por eso creo que todos los descubrimientos en geografía humana que acabamos de repasar en el anterior apartado son aplicables a lo que denomino geografía emocional. Sobre ellos compartiré en clave de símil, los elementos para la construcción de un territorio emocional propio:
NO TODO ES POSIBLE AHORA. Vacúnese contra el Posibilismo radical
Lo que usted tiene sobre estas líneas no es una vaca volando. Eso no es posible (ni con muchas ganas). Lo que usted tiene sobre estas líneas es un globo aerostático con forma de vaca volando. Eso sí es posible (con conocimiento científico y esfuerzo).
Usted -lector o lectora- vive hoy en una época de profundo desequilibrio entre el peso que se otorga a su propia entorno (determinismo vital) y el peso que se le otorga a usted (posibilismo vital) a la hora de construir su realidad. Considero que es importante equilibrar en su justa medida nuestro atrevimiento (valor) y nuestra inteligencia de las cosas (aceptación). Para ello nada mejor que no infravalorar el extraordinario poder de nuestro entorno para neutralizar y determinar nuestra propia vida. La superación humana no consiste en negar nuestra realidad sino en aceptarla (partir de ella) sin resignarse a que se apropie de nuestra capacidad de desarrollo.
Es lógico por tanto que el ser humano tenga una fábrica continua de héroes, personas que emprenden extraordinarias gestas para alcanzar un sueño propio (aquellos a los que respeto) o para alcanzar un sueño compartido (aquellos a los que admiro). Hasta aquí todo es razonable y forma parte de nuestra condición.
Más allá de todo esto existe una tendencia febril a responsabilizar por completo a las personas de su propia realidad. Es el denominado SI QUIERES, PUEDES o el TODO ES POSIBLE. Algunas otras acepciones simplistas y snob son estas: Lo único imposible es aquello que no intentas; o Todo es posible para el que cree (este último es un versículo del Antiguo Testamento, ahí es nada). De hecho tal es la perversión que si usted teclea «NO TODO ES POSIBLE» en el apartado de imágenes de google, todos los resultados que le saldrán serán sobre «TODO ES POSIBLE». Oh my god!, que dirían los ingleses. Todo esto comenzó siendo una corriente de marketing curiosa en algunos anuncios y vallas publicitarias, luego algunas otras compañías cinematográficas contribuyeron a difundir este pensamiento, y por último ha acabado inundando las escuelas, oficinas y foros profesionales de muy diversos campos. Si usted me pregunta por qué creo que ha extendido tanto esta creencia infundada del TODO ES POSIBLE que es estadística y rigurosaramente falsa, creo que se debe a que el ser humano tiende a compartir grandes victorias o proezas y no grandes fracasos. Pero una cosa es no compartir lo que es imposible y otra muy distinta, obviarla. Las redes sociales están plagadas de esta caricatura posibilista que está haciendo mucho daño a las personas. Su aportación al desarrollo humano consiste en elevar el nivel de expectativas y necesidades propias a niveles extremos para luego intentar alcanzarlos o cumplirlos. Denomino Posibilismo radical a esta tendencia destructiva de la que usted puede perjudicarse en numerosos sitios de la red y en no pocos libros de autoayuda.
Esta tendencia está muy extendida en todo tipo de campos pero destaco el Deporte, la Gestión de personas, y sin duda el denominado Desarrollo personal. La clave para comprender cuando algo es bueno o malo nos la dieron ya los griegos: Amigo mío, en el término medio está siempre la virtud. Defiendo que todo lo que suponga exclusividad en nuestra atención es -no me cabe duda- perjudicial. Todo lo que voy a exponer como ejemplos del Posibilismo radical, está basado en dos estrategias implícitas: dinamitar el término medio para desequilibrar consciente o inconscientemente nuestras vidas, y establecer objetivos aparentemente imposibles para focalizar nuestra atención y nuestra vida en conseguirlos en detrimento de otros ámbitos de desarrollo. Veamos algunos ejemplos.
En el campo del Deporte, existe un creciente número de personas que han desvirtualizado la práctica deportiva como un hábito saludable en nuestras propias vidas, para convertirla en una obsesión y un culto incongruente por el cuerpo. Digo incongruente porque pese a que predican una vida saludable, su obsesión por una práctica deportiva extrema les lleva en la mayoría de casos a descuidar su nutrición, descompensar y desequilibrar su vida o basar su vida en aparentar ser saludables sin la construcción de hábitos de valor. Defiendo y practico que el deporte debe ser un complemento de nuestra vida (relaciones significativas, desarrollo profesional, inquietud intelectual), no nuestra única vida. Entre los trending topic del Posibilismo radical deportivo destaco algunas fiebres importadas que muy pocos practican de forma saludable: crossfit, running extremo, y fitness absoluto.
En el campo de la Gestión de personas, existe una creciente tendencia en los profesionales de la selección a responsabilizar a la persona que busca trabajo de que no encuentre trabajo. Entre los profesionales de la formación, responsabilizar en exclusiva al empleado de su propio desarrollo sin dotarle de recurso, infraestructura o una cultura de apoyo, es sin duda un ejemplo de Posibilismo radical en las empresas. Entre los profesionales del desarrollo de RRHH, existe también la peligrosa asunción básica infundada -origen de la caída de toda organización- de que es el propio profesional el que debe destacar por sí mismo en su desempeño sin necesidad de dotarle de una política de carrera concreta, un liderazgo responsable y consecuente y una organización leal con su trabajo. La filosofía Up or out (traducción literal: o asciendes o te vas) que prima en muchas consultoras y organizaciones y que yo mismo he vivido, es un ejemplo de Posibilismo radical ridículo. Usted puede ampliar detalles sobre cómo salvar todo esto en el artículo Claves para la gestión de RRHH en tu organización.
En el campo del Desarrollo Personal usted encontrará innumerable ejemplos de Posibilismo radical. La corriente del empoderamiento personal, basada en dotar a la persona de modelos, herramientas y técnicas para tomar las riendas de su desarrollo, es sin duda constructiva y han contribuido a ella diversas prácticas que ejerzo como el coaching, el mentoring o la facilitación, que se alimentan de la psicología, la filosofía, la sociología y el management. Sin embargo algunos profesionales del acompañamiento que respeto por haber decidido dedicar su vida a ayudar y acompañar a otros, se empeñan en el empoderamiento absoluto de la persona. Esto es, en trasladarle toda la responsabilidad de desarrollo de su propia vida y su trabajo. Sin duda, un ejemplo cruel y frustrante de Posibilismo radical. Por mucho que quieran muchos de estos profesionales, no somos algo muy diferente a lo que el maestro Ortega nos dijo a comienzos del siglo XX: Yo soy yo y mis circunstancias. La actitud ante la vida sin duda es lo básico, pero nunca lo único. Infravalorar a las circunstancias en favor de la propia persona, es hacerle un flaco favor. Antes bien, un buen acompañamiento está basado en el estudio y análisis de la persona y de sus circunstancias.
RECUERDA QUE ERES MORTAL. Sea humilde y tome decisiones
Si usted -como yo- ama el cine, y en concreto el cine histórico, habrá visto esa maravillosa película titulada La caída del imperio romano (Mann, 1964). En la película no pasa desapercibido un momento espléndido que voy a relatar tal y como lo recuerdo. Tras la conjura contra Marco Aurelio y tras ser proclamado emperador en la frontera del norte del imperio, su hijo Cómodo entra triunfante en Roma como nuevo emperador, aclamado y vitoreado por un pueblo enfervorizado. Durante todo esta marcha triunfal -propia de cualquier general que volvía victorioso de la guerra- la cuadriga imperial tiene tres ocupantes. El primero de ellos, el auriga, conduce la cuadriga. El segundo es el propio emperador. El tercero, un hombre con barba blanca tupida y manto blanco en el que apenas repara el espectador durante la secuencia. Sin embargo cuando la cuadriga se detiene ante el palacio del Senado, este personaje cobra sentido. Tras la marcha triunfal, endiosado y justo en el momento en el que baja del carro, el hombre más poderoso del mundo conocido, escucha como este enigmático tercer ocupante le dice: «Recuerda que eres mortal«.
Esto, que es una mera anécdota para el espectador en la trama de la película, tiene un fundamento histórico. El maestro Marco Aurelio, gran filósofo estoico y emperador romano, solía pasear entre la plebe para conocer su modo de vida y condiciones. A menudo lo hacía a escondidas pero casi siempre acababa siendo reconocido por alguien y vitoreado o vilipendiado. Para todos los paseos por Roma y en general para cualquier acto público, Marco Aurelio empleó durante su tiempo de gobierno a una persona a tiempo completo cuyo único trabajo era acompañarle y repetir cada cada cierto tiempo una sola frase: «Recuerda que eres mortal«. Ya hemos hablado aquí mucho sobre la escuela estoica y sobre la utilidad de sus enseñanzas para crecer como personas. Pero esta historia verídica es sin duda una gran lección.
Si usted quiere llevar una vida saludable sea humilde sin condiciones ni pretextos. Recuerde que en todo momento es usted mortal. Si quiere ser feliz, tome decisiones a partir de su territorio emocional propio. Como base para estas decisiones, conózcase a sí mismo y consulte algunos de estos recursos como primera aproximación:
- Libros recomendados para una primera aproximación a la construción de un territorio emocional propio: Universo de emociones de Rafael Bisquerra (PalauGea,2015), Viaje a las emociones de Eduardo Punset (Destino, 2010), Inteligencia emocional de Daniel Goleman (Kairós, 1996), Emoción y conflicto de Josep Redorta (Paidós, 2006), Ecología emocional de Jaume Soler y M. Mercé Conangla, (Amat, 2013)
- Para un estudio en detalle, recomiendo consultar algunas de las áreas de maestría del MAD que incluyen el conocimiento de las emociones.
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por David Criado | Nov 11, 2015 | DESARROLLO PERSONAL
«Nadie hay entre los que se dedican a la ciencia que no esté convencido asimismo de que ama la verdad»
John Locke (filósofo y médico inglés, siglo XVII,
Ensayos sobre el entendimiento humano, IV, 19,1)
A menudo me declaro divulgador, practicante activo y -en los días en los que me vengo arriba- experto en viejas tecnologías. Por este motivo, el artículo que ahora lees -lector o lectora- resuelve una deuda que yo tenía contigo. Ser experto en viejas tecnologías es compatible con cualquier profesión. En la medida en que la que tú lo seas y te rodees de gente que lo es, las cosas sin duda te irán mucho mejor.
Hoy pretendo compartir contigo la enorme importancia y el valor diferencial de formar, entrenar, cuidar y mantener en tu organización a expertos en viejas tecnologías. Lo haré de acuerdo a tres sencillos apartados:
- Qué es la tecnología: una definición de la palabra y sus implicaciones
- Nuevas y viejas tecnologías: una comparativa rápida
- Las 4 viejas tecnologías más rentables: una selección cuidada y rigurosa a partir de mi experiencia acompañando organizaciones, equipos y personas
Comenzamos.
QUÉ ES LA TECNOLOGÍA
“Si queremos salvarnos de morir ahogados por los medios que nosotros mismos hemos creado, primero debemos observarlos y luego entenderlos”.
Herbert Marshall McLuhan (filósofo, erudito y profesor, 1969)
La palabra tecnología proviene, como tantas otras cosas, de la voz griega τεχνολογία technología, cuya etimología está formada por τέχνη (téchnē) que significa arte, técnica o destreza; y por λογία (logía) que significa estudio o tratado.
En su pionero y ya muy conocido ensayo La aldea global, el profesor Herbert Marshall McLuhan se atrevió a plantear las consecuencias que un mundo completamente conectado podría tener para los seres humanos. Hace más de cuarenta años el sugirió cuatro preguntas que deberíamos responder para cada tecnología:
- ¿Qué genera, crea o posibilita?
- ¿Qué preserva o aumenta?
- ¿Qué recupera o revaloriza?
- ¿Qué reemplaza o deja obsoleto?
No quiero hablar mucho más de McLuhan, no sea que me pase lo que lo pasó a aquel redicho catedrático en la cola de cine en la película Annie Hall tras hablar con tanta seguridad sobre la obra del profesor 😉 Solamente añadiré que considero que estas cuatro preguntas son muy útiles y las utilizaré como guía para explicar el enorme potencial que tienen las viejas tecnologías que hoy compartiré contigo.
Por otro lado, como bien explicaba en su artículo Educación tecnológica para comprender el fenómeno tecnológico el doctor en Física Carlos Eduardo Soliverez «las tecnologías son tan antiguas como los seres humanos. (…) Como señala el entomólogo y biólogo Edward Osborne Wilson en su libro Sociobiología, la nueva síntesis (Ediciones Omega; Barcelona; 1980; pp. 178-182), el mero uso de herramientas es un fenómeno que los seres humanos compartimos con muchos animales: avispas que usan piedritas para cerrar la entrada de sus nidos, pájaros que manipulan ramitas con sus picos para extraer insectos, chimpancés que rompen cáscaras de frutos con una piedra, son sólo algunos ejemplos. La gran diferencia es que las herramientas de esos animales son objetos naturales, mientras que las personas las fabricamos a medida de nuestras necesidades; este rasgo, el propósito, parece ser específicamente humano.»
Una de las entrevistas más esclarecedoras sobre el increíble agravio comparativo que supondría para el ser humano compararse con el resto de especies, la realizó Eduardo Punset al mismo E.O. Wilson y su visionado es más que recomendable.
Tras este breve repaso por el estudio de la tecnología, una buena definición que tome como punto de partida tanto la etimología de la palabra como las consideraciones de estos estudiosos, podría ser la siguiente:
Toda tecnología es el conjunto de artes, saberes, habilidades y destrezas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento, con el fin de satisfacer las necesidades y deseos de las personas.
NUEVAS Y VIEJAS TECNOLOGÍAS
«Las ideas se tienen, en las creencias se está»
José Ortega y Gasset (filósofo español, siglo XX, Ideas y creencias, I, 1)
Hablamos desde hace años de las nuevas tecnologías. Sin embargo nadie parece reparar en la increíble trayectoria de aprendizaje en viejas tecnologías que la Humanidad ha tenido durante miles de años. Algunas de las viejas tecnologías que hoy compartiré contigo llevan siendo útiles al ser humano desde tiempos inmemoriales. En realidad son la única base útil para que las nuevas puedan resultarnos provechosas.
Para poner en contexto el salto cualitativo en la trayectoria histórica de aprendizaje entre las nuevas y las viejas tecnologías, quiero repasar contigo -lector o lectora- tres datos:
- El Homo Sapiens (tú) con capacidades mentales para aprender, inventar, transmitir y manejar tecnologías complejas en torno a «comportamientos modernos» aparece en Etiopía hace unos 200.000 años, aunque el Homo Erectus ya utilizaba herramientas a diario. Desde entonces no hemos parado de usar y perfeccionar muchas de las viejas tecnologías que hoy compartiré contigo.
- El primer ordenador patentado lo construyó en 1938 un alemán que trabajaba en el apartamento de sus padres. Era una calculadora mecánica denominada Z1. Este es el punto de partida del uso y perfeccionamiento de las nuevas tecnologías.
Entre el primer hecho histórico y el segundo distan aproximadamente 190.923 años de práctica y entrenamiento. Entre el segundo hecho histórico y tu teléfono móvil distan 77 años de práctica y entrenamiento. Puede que tengas abuelos vivos probablemente mayores de 77 años.
Creo en las nuevas tecnologías como parte del progreso de la Humanidad. Creo que son útiles y creo que con un uso humano pueden resultar inteligentes. Para favorecer ese uso humano, nada mejor que ser fieles a las viejas tecnologías como principio y fin y a las nuevas como medio. De una organización, un proyecto, una relación o cualquier cosa.
LAS 4 VIEJAS TECNOLOGÍAS MÁS RENTABLES
«Todas las cosas exteriores nos someten y esclavizan desde el momento en que las codiciamos»
Epicteto (filósofo griego y esclavo romano, siglo I, Máximas)
He creído y creo ver en las personas la única oportunidad para salvar y mejorar a diario el mundo en el que viven. Creo en las cualidades propias de la naturaleza humana y creo también que debes entrenarlas. Las viejas tecnologías tienen que ver con estas cualidades. Pero en contra de lo que mucha gente cree, para utilizarlas de forma efectiva, deben entrenarse y mejorarse a diario.
Estas son las cuatro viejas tecnologías más rentables que conozco por orden de prioridad:
LA ACEPTACIÓN y EL SENTIDO DEL HUMOR
- ¿Qué genera, crea o posibilita?: Tanto el autoconocimiento (la exploración consciente de lo que uno mismo es) como el conocimiento de la realidad a la que uno pertenece (a exploración consciente de la sociedad, el entorno o el grupo) han sido la base de cualquier progreso humano a lo largo de la Historia. Nadie puede ir a ningún sitio si no acepta lo que es para inmediatamente después aprender a crecer y rebelarse. Nadie. Si no entrenas tu capacidad de aceptación, puede que nunca llegues a ninguna parte porque no tienes ningún lugar del que partir. Como hemos dicho tantas otras veces, aceptarse no es resignarse. La aceptación genera, crea y posibilita el movimiento. Alguien que se acepta, por otro lado, es alguien que no teme reírse de sí mismo y que puede aportar ese gran desatascador de relaciones que es la sonrisa y el sentido del humor, tecnologías altamente valiosas.
- ¿Qué preserva o aumenta?: Para mí la aceptación es una de las diez asunciones básicas para la construcción de criterio y pensamiento propio en la persona. La aceptación de uno mismo y de los demás preserva nuestra especie gracias a mecanismos de interdependencia complejos que conectan con lo racional y lo emocional que hay en nosotros. La aceptación de uno mismo además aumenta la compasión hacia otros, lo que ayuda a la supervivencia de cualquier grupo humano y/o proyecto. El sentido del humor inteligente y respetuoso por su parte prolonga el goce y disfrute de los momentos más placenteros y mitiga el sufrimiento en los momentos de padecimiento o dolor.
- ¿Qué recupera o revaloriza?: Creo que la aceptación pone en valor las relaciones humanas estableciendo posicionamientos sociales (roles) entre las personas. Esto ayuda a establecer responsabilidades desde lo que cada uno es y desde sus compromisos, contribuyendo a recuperar orden, foco y organización en momentos de máxima emergencia. La tecnología de la aceptación además pone en valor el sentido de humildad en momentos clave en los que se han producido escaladas de egoísmo individual o en grupos. Ello favorece el pensamiento altruista y fomenta la supervivencia de los intereses del grupo sobre los intereses de una sola persona.
- ¿Qué reemplaza o deja obsoleto?: La aceptación jubila y deja obsoleta a la también vieja tecnología de la negación. A través de la negación un individuo desentiende su propia realidad o la de otros, lo que genera expectativas imposibles sobre necesidades irreales. Esto se traduce en frustración y desapego. La aceptación reemplaza estos sentimientos por medio del pensamiento racional y la inteligencia emocional. Un ejemplo de cómo pasar de la negación a la aceptación lo tuvimos recientemente en el mundo de las nuevas tecnologías con el caso de Essena O´Neill en instagram. El sentido del humor inteligente evita la pose superficial y el rigor intratable de la seriedad inaccesible de un discurso teórico. El buen humor es sin duda el mejor medio para cualquier fin.
EL DIÁLOGO SIGNIFICATIVO y LA HONESTIDAD
- ¿Qué genera, crea o posibilita?: La honestidad tiene que ver según Confucio con hacer predecibles nuestros comportamientos siendo sinceros y expresando lo que pensamos, y abandonando la pretensión de una gratificación inmediata. La honestidad tiene también que ver con la bondad o la búsqueda de reciprocidad entre personas (justicia) siendo coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Y por último tiene que ver con la autocomprensión previa y la comprensión de los demás, es decir con la aceptación. La honestidad genera y posibilita por tanto la empatía y las relaciones saludables. La honestidad es la base de la inteligencia conversacional y de los diálogos significativos. Partir de la intencionalidad de ser bueno, sincero y útil para mí mismo y para otros es la base de la tecnología del diálogo.
- ¿Qué preserva o aumenta?: Hace tiempo que los chicos del Manifiesto Cluetrain nos enseñar que los mercados y las empresas son conversaciones. La psicóloga y estudiosa de la digitalidad Sherry Turkle reclama el papel de las conversaciones escandalizada por aquello mismo que ella defendía hace 15 años: el papel predominante de una existencia digital (chats, correos, imágenes,…) sobre una existencia real. El diálogo efectivo y real es complejo y suel entrenarlo con alumnos y clientes a diario, pero es tal vez la única garantía de auténticas relaciones humanas y efectivas. Por encima de los debates que ves a diario -lector o lectora- en los medios de comunicación y en los parlamentos, la vía del diálogo y la honestidad garantizan la transmisión de conocimiento y el aprendizaje.
- ¿Qué recupera o revaloriza? El diálogo es la tecnología civilizadora por excelencia. Recupera el valor de las personas y de sus ideas y sobre todo el respeto y el afecto por otras personas e ideas. El diálogo es la base de la convivencia social, y la honestidad que sustenta a los usuarios del diálogo es el ingrediente clave del entendimiento humano y el progreso. Allí donde hay posturas enfrentadas no existe el ánimo por comprender al otro. Allí donde se crean nuevos escenarios a partir de los escenarios propios de cada persona, existe el diálogo.
- ¿Qué reemplaza o deja obsoleto?: La tecnología del diálogo reemplaza al aislamiento y la incomprensión. Es el ejercicio de responsabilidad más completo ya que permite a otros su derecho a ser responsables y promueve una visión integradora e integral del conocimiento humano. El diálogo efectiva también favorece la personalización y el trato humano a las personas, dejando obsoletos los procesos uniformizadores que penalizan las diferencias naturales entre individuos. Todo ello promueve la creatividad y la innovación que son los reemplazos naturales de la reactividad y el conformismo.
EL PENSAMIENTO CIENTÍFICO y EL RAZONAMIENTO LÓGICO
- ¿Qué genera, crea o posibilita?: El pensamiento científico es sin duda una de las mayores conquistas del ser humano y a mi modo de ver complementa a la perfección la visión del saber mítico (o religioso) y el pensamiento cotidiano en aquellos límites en los que estos últimos son insuficientes. El razonamiento lógico desde los antiguos griegos aporta una base sólida sobre hechos observables, ordenando el conocimiento disponible y estableciendo conclusiones a partir de principios y leyes que permiten la toma de decisiones. Impide a la mente humana contentarse con atajos y la entrena en el ejercicio de la plena responsabilidad sobre los actos.
- ¿Qué preserva o aumenta?: Favorece el pensamiento crítico por su naturaleza reflexiva. Aumenta la predictibilidad de los acontecimientos dando a las personas seguridad en su vida diaria. Aumente el número de certezas básicas de las personas hasta que no se demuestre lo contrario y favorece el entendimiento colectivo por encima de las diferentes culturales o prejuicios individuales.
- ¿Qué recupera o revaloriza?: Recupera una visión conjunta sobre el medio o el método a seguir por varias personas o grupos con el fin de explorar una realidad compartida. Revaloriza la toma de decisiones y el apego a la realidad inmediata, lo que pone en valor a su vez las experiencias que vivimos a diario y las conclusiones que establecemos a partir de esas experiencias. Además la argumentación y el razonamiento lógico (incluyendo la comprensión científica de nuestras emociones e inteligencias) favorecen el trabajo en equipo y la consecución de resultados.
- ¿Qué reemplaza o deja obsoleto?: La tecnología de la razón y el pensamiento científico dejan obsoletas algunas creencias limitantes que tienen que ver con la exclusión o la particularidad de grupos de personas. En particular me refiero a los prejuicios de tipo sectario y no integrador. Creo que además el pensamiento científico y la razón humana son un gran complemento a los usos, ideas, hábitos y costumbres (cultura) ajenos a efectos de su comprensión y contextualización.
EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO y LOS SISTEMAS DE GESTIÓN
- ¿Qué genera, crea o posibilita?: En cada propuesta que elaboro para mis clientes incluyo esto: «Hace ahora unos años Gary Hamel ideó junto a otras buenas eminencias del management, el proyecto Management Innovation eXchange, una de las más ambiciosas apuestas para reinventar el concepto de la ciencia de la gestión en el siglo XXI. Este proyecto propone 12 áreas de cambio y parte de dos afirmaciones: la primera de ellas era que el mayor avance tecnológico de la humanidad son los sistemas de gestión; la segunda de ellas era que estos modelos deben reinventarse para asumir nuevos retos.» Los sistemas de gestión representan la forma de relación humana más productiva en términos cualitativos y cuantitativos inventada hasta la fecha. Han hecho posible que nos organicemos para que tener una higiene, una salud y una calidad de vida dignas en muchas partes del planeta. Son también generadores de algunas desigualdades internas de las organizaciones y entre diferentes regiones del planeta. Mi foco profesional consiste en trabajar para generar sistemas de gestión que posibiliten el desarrollo humano saludable dentro de las organizaciones. Muy ligado a los sistemas de gestión se encuentra la estrategia o el modo en el que logramos nuestros objetivos
- ¿Qué preserva o aumenta?: Toda persona necesita una estrategia para ser aplicada consciente o inconscientemente consigo mismo o con otros. Llamo pensamiento estratégico a la forma consciente en la que las personas somos capaces de favorecer la obtención de buenos resultados a partir de una toma de decisiones fundada y realista. Es por ello que el pensamiento estratégico, bien ejecutado, aporta satisfacción y realización a las personas y un horizonte o una meta, algo así como un reto y un sentido de existencia o trabajo. No es poco. Por su parte los sistemas de gestión -muy ligados a la estrategia relacional- aportan una estructura comprensible a las personas para poder lograr y trabajar por ese reto o sentido. Creo que tampoco es poco.
- ¿Qué recupera o revaloriza?: A nivel social, tanto los sistemas de gestión como el pensamiento estratégico son el pegamento de cualquier sociedad. Ha evolucionado a lo largo de la Historia desde el gobierno de unas pocas personas en la cultura tribal hasta el gobierno global y local de 7.000 millones de personas con comportamientos humanos interdependientes pero con una misma filosofía compartida y fines vitales similares: supervivencia, desarrollo y convivencia. A nivel individual, el pensamiento estratégico promueve tanto la aceptación, como la honestidad y el pensamiento crítico.
- ¿Qué reemplaza o deja obsoleto?: Los sistemas de gestión más avanzados (últimos 200 años) evolucionaron las viejas estructuras escolásticas o tribales basadas en la supremacía y el dominio de las castas por derecho, dando paso a una cultura del control a través de la disciplina. La mayoría de modelos con los que trabajo en la actualidad han evolucionado desde esos modelos a modelos centrados en las personas y en la generación de una cultura del esfuerzo y el respeto mutuo. Voces como la de Byung-Chul Han alertan sobre un nuevo peligro que utilizaría nocivamente este esfuerzo lícito que hacemos muchos para mejorar los sistemas de gestión. Según él y otros autores en la actualidad se estaría produciendo un nuevo control a través del rendimiento. Este nuevo paradigma estaría basado en el fomento de la positividad absoluta y la superación trasladando la responsabilidad plena del éxito a cada individuo y no a su contexto por medio de nuevos modelos de presión. Esto equivaldría a pasar de una sociedad del «no se puede hacer esto» a una sociedad ridícula del «tú puedes con todo». Creo que algo de esto se está produciendo en algunas organizaciones con las que colaboro, forma parte de mi responsabilidad y de la tuya contrarrestar esta tendencia happy flower.
Creo sinceramente que si eres capaz de cuidar y entrenar estas 4 viejas tecnologías, tanto como de rodearte de gente que las cuide y las entrene, tus posibilidades de éxito y realización serán enormemente grandes.
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