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la empresa humana

la empresa humana

Equipo de http://www.hotelsauce.com/ No hemos trabajado con ellos pero es que nos encantó la foto :)

Equipo de http://www.hotelsauce.com/ Ojo, que no hemos trabajado con ellos pero nos encantó su foto. 🙂

 

Parece absurdo ocupar el espacio de un artículo para defender que toda empresa es humana. Pero el ejercicio de nuestra actividad nos dice a diario que esta afirmación continúa siendo hoy algo inmensamente revolucionario. Y en esta revolución, lector, quiero hoy embarcarte.

 

LO QUE TODA EMPRESA PUEDE SER

Los modelos humanistas de desarrollo de organizaciones abogan por una comprensión humana de nuestros entornos de trabajo desde hace ya cincuenta años. Estos modelos están íntimamente relacionados con las corrientes y enseñanzas humanistas en materias como la gestión de empresas, la psicología social, la sociología, la antropología y la lingüística. Algunos agentes de cambio trabajamos por extender de forma progresiva este tipo de modelos en nuestra sociedad. El trabajo es lento, duro y requiere mucho sacrificio. Básicamente lo que hacemos es partir de la realidad para entenderla sin necesidad de hacer grandes interpretaciones. En palabras de J.A. Garmendia (1), hay dos modelos efectivos de cultura organizacional ampliamente extendidos y de los que seguro que tú, lector, puedes encontrar ejemplos a diario. Cualquier líder puede elegir siempre entre uno o el otro. Pero solo existen realmente estos dos, de veras lo creemos.

Se trata del SISTEMA MECÁNICO DE GESTIÓN (SMG) y del SISTEMA ORGÁNICO DE GESTIÓN (SOG). Sirva este breve cuadro para hablar de uno y de otro:

 

SISTEMA MECÁNICO DE GESTIÓN (SMG) SISTEMA ORGÁNICO DE GESTIÓN (SOG)
Organización
 La estrategia sigue a la estructura  La estructura sigue a la estrategia
 Organización funcional  Organización por productos
 Centralización  Descentralización y delegación
 Línea más staff  Línea y staff
Personal
 Selección y evaluación formal  Selección y evaluación informales
 Estilo directivo orientado al desempeño-  Estilo directivo orientado a las relaciones
 Comunicación descendente  Comunicación ascendente y transversal
 Motivación extrínseca  Motivación intrínseca
 Turnover  Estabilidad y reciclaje
Cultura
 Débil  Fuerte
 Estamental  Corporativa

 

Es importante señalar que esta división es arquetípica y que nos sirve de referencia entre extremos a los facilitadores para posicionar el punto de partido de nuestro trabajo. Sin embargo lo que solemos encontrarnos a menudo suelen ser mezclas tremendamente raras de ambos sistemas. Esto suele ocurrir por dos motivos:

  • PÉRDIDA DE FOCO: No se tiene claro aquello que se quiere ser y hacer.
  • INCOHERENCIA: Se defiende que se es algo cuando realmente se hace lo contrario.

Personalmente como profesional no he vivido a lo largo de mi carrera otro tipo de explicaciones ante una disyuntiva de este tipo. De hecho cuando nos encontramos estos escenarios mixtos suele haber o bien pérdida de foco, o incoherencia o una mezcla mortífera de ambos elementos. Solemos detectar esto una vez empezados los proyectos por lo que a menudo es muy útil parar cualquier tipo de programa y hablar con los interlocutores para proponer un trabajo previo en este sentido. La detección tardía de estas dos grandes barreras culturales (pérdida de foco e incoherencia) se debe en su mayoría a la ignorancia del cliente sobre su propia realidad o bien a una falta de sinceridad basada en una pretensión por conservar una imagen proyectada de la realidad.

En estas situaciones lo más productivo para ambos (para nosotros y el cliente) es establecer lo que se podría denominar un rango de expectativas razonables respecto a la intervención. Esto evita la generación frustración y escepticismo en los equipos y el cultivo de una pequeña semilla que mucho más adelante podrá crecer y generar enormes frutos. Siendo honestos, la mayoría de agentes de cambio cuando encaramos este tipo de organizaciones, solemos estar muy contentos si al final de las intervenciones son palpables tres cosas inmediatas: un cambio real de actitud en las personas, una asunción de responsabilidad por su parte y la implantación de alguna o varias metodologías participativas conversacionales. Teniendo en cuenta muchas de las situaciones iniciales de conflicto basadas en esa incoherencia y falta de foco, con cada uno de estos tres enormes pasos ya habremos recorrido la parte más dura del camino.

 

CÓMO AYUDAMOS A SERLO

En el caso de que las organizaciones estén claramente identificadas en uno u otro sistema, el trabajo del equipo de los facilitadores de la iniciativa consiste en abandonar los grandes discursos, remangarse la camisa, bajar a tierra y colaborar en evoluciones que podríamos clasificar de forma muy breve en dos formatos:

  • Transiciones reales desde el escenario 1 o SMC (mecánico, vertical y centralizado) a un escenario 2 o SOG (consciente, transversal y descentralizado). Detectamos esta necesidad cuando el cliente nos dice QUIERO CAMBIAR ALGO o QUIERO LLEGAR A ESTO QUE NO SOY. Este tipo de intervenciones se traducen en programas de transición cultural de largo recorrido ejecutados mediante acompañamiento y consultoría de cambio. A este tipo de servicios de transformación cultural los denominamos FACILITAR EL CAMBIO.
  • Mantenimientos efectivos de escenarios tipo 2 o SOG (consciente, transversal y descentralizado). Detectamos esta necesidad cuando el cliente nos dice QUIERO SEGUIR SIENDO “ESTO” o QUIERO FORTALECER “ESTO”. Este tipo de intervenciones se  traducen en programas de formación (mediante un modelo de presencia que denominamos Facilitación Total) y programas de coaching ejecutivo (ampliamente extendidos en el mercado y muy efectivos a nivel individual y de equipos). A este tipo de servicios de mantenimiento cultural los denominamos DESPERTAR HABILIDADES.

Nos resulta especialmente importante destacar que nuestro trabajo como facilitadores no es implantar algo, sino acompañar la implantación equilibrada de ese “algo” que los propios clientes deciden. En este sentido, el 80% de nuestro tiempo consiste en que las personas y los equipos recorran el camino que dibujó Daniel Kahneman hace ya algunos años. Es un camino que va desde el sistema 1 de pensamiento (intuitivo, emocional, mecánico y automático) al sistema 2 de pensamiento (trabajado, reflexivo, consciente, elaborado). Es decir, lo que nosotros hacemos es crear o mantener aprendizaje transformacional. Y esto amigos, como bien decía el maestro Schein, no es deseado ni divertido, sino lento, complejo y doloroso. Porque todo lo realmente bueno de la vida implica esfuerzo.

Es un camino que no puede reflejarse en una propuesta de proyecto y cuya intensidad es necesario vivir para llegar al otro lado. En la medida de nuestras posibilidades, hacemos que el camino sea efectivo a nivel personal y colectivo -sin duda- pero es necesario entender que existen niveles de ansiedad con los que es necesario convivir durante el proceso. Schein lo explica muy bien hablando de la paradoja de la ansiedad. Tenemos que desaprender y aprender al mismo tiempo y eso genera dos tipos de ansiedades necesarias: la ansiedad por aprendizaje (lo nuevo VS lo desconocido) y la ansiedad por supervivencia (la adaptación a la que nos sentimos obligados para salir hacia delante).  Ambas se dan en todo momento. Nosotros como facilitadores favorecemos la conciencia de ambas pero son las personas y equipos las que tienen que vivirlas. De otro modo -lo tengo claro- no existiría el aprendizaje.

 

POR QUÉ LO HACEMOS

Por otro lado me gustaría compartir tres argumentos básicos, muy sencillos, para que se comprendiera el alcance de nuestras intervenciones. Los argumentos básicos comunes a todas las corrientes humanistas y que nosotros empleamos en cada abordaje de transición cultural son los siguientes:

  • Una organización es en esencia una suma de personas. En otras palabras, cualquier organización es siempre humana o más en concreto toda organización es una persona. Y como tal tiene que ocuparse de una gran cantidad de condicionantes y elementos a tener en cuenta. Como destacamos en nuestra carta de servicios, el 85% del valor de cualquier compañía en la actualidad son las personas. Y esto implica que importan mucho los procesos pero infinitamente más la actitud, talento, crecimiento y mejora de nuestras personas. Los expertos en terapia transaccional hablan de que todos tenemos un niño (que necesita ser cuidado), un padre (que necesita cuidar) y un adulto (que debe buscar el equilibrio entre ambas). La mayoría de organizaciones son, siguiendo esta metáfora, niños o padres pero realmente muy pocas son adultos.
  • Creemos las mismas cosas dentro y fuera del trabajo: Resulta extraño que una persona sea capaz de creer y practicar cosas totalmente opuestas en su tiempo libre y en su trabajo. En el caso de que esto fuera posible, tal vez simplemente sea útil pararse a pensar sobre si ese tipo de vida es o no mental y emocionalmente sana. Lo que nosotros encontramos en las organizaciones es una fuerte raigambre emocional y racional en cada una de las personas con las que trabajamos. Vemos dolor y trabajamos con el sufrimiento pero también vemos ilusión y sueños, ganas de mejorar la realidad diaria. Nada de todo lo anterior es nunca diferente dentro y fuera del trabajo para ninguna de las cientos de personas que hemos acompañado.
  • Somos la misma persona dentro y fuera del trabajo: No existe en nuestras emociones una clara barrera entre una caja llamada TRABAJO y otra caja llamada VIDA. Y sí, desde luego, está comprobado que somos capaces de ejecutar de forma reiterada una misma tarea abstrayéndonos del resto del planeta. Pero esta realidad habla solo de uno de los tres niveles culturales de la organización (Schein), en concreto el de los procesos. Los otros dos: valores/creencias y personas, nunca se pueden abordar o experimentar de forma mecánica. Al menos nunca de una forma sostenible y efectiva. No podemos disociar las realidades y abordarlas como si fueran compartimentos estancos. Todas nuestras realidades (pareja, hijos, familia, amigos, trabajo, ocio, salud, dinero,…) están íntimamente conectadas en lo que denominamos en coaching rueda de la vida.

De un modo muy breve es esto, querido lector, lo que hacemos cuando hablamos de transiciones hacia una empresa humana.

 

NOTAS:

(1) Esta diferenciación tan útil para el trabajo de cualquier profesional del cambio la realizó Jose Antonio Garmendia y está recogida en La gestión profesional de la imagen corporativa. (Capítulo: La cultura Corporativa y Aproximaciones a la cultura corporativa) Ed. Pirámide. Madrid 1999  escrito por Justo Villafañe.

 

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2 teorías muy prácticas sobre la vida

2 teorías muy prácticas sobre la vida

llavesEn este artículo pretendo exponer dos teorías muy útiles para situarte y comprender tu vida:

  • La teoría de los tres tercios de tu vida ilustra a qué dedicamos el tiempo en nuestra vida
  • La teoría de los tres tipos de vidas felices ilustra 3 formas diferentes de entender la realización en las personas

A menudo los árboles no nos dejan ver el bosque. Esta expresión es válida fuera de España. Dentro de España esta es la expresión correcta: A menudo el comisario europeo de medio ambiente no nos deja ver al ministro de medio ambiente que no nos deja ver al consejero regional de medio ambiente que no nos deja ver al director de parques regionales que no nos deja ver al guardia civil del seprona que no nos deja ver los árboles que no nos dejan ver el bosque.

En el caso de los equipos una gran cantidad de metodologías, modelos y técnicas mezclados con procedimientos corporativos, creencias heredadas, necesidades autoimpuestas y otras formas de terrorismo implícito nos impiden ver a las personas. Su bienestar siempre SIEMPRE es la clave. Nuestra declaración de valores (la carta de navegación de la iniciativa) y cada una de nuestras intervenciones velan porque esto se comprenda.

Encontrar el bienestar personal es algo complejo y responsabilidad de cada uno de nosotros. Existen modelos mentales que nos ayudan a buscarlo. Hoy comparto dos de ellos que puedes aplicar para desmenuzar tu realidad en partes y así poder disfrutarla un poco más. La búsqueda de la felicidad es -desde mi punto de vista y el de otros colegas- la felicidad y se trata de un trabajo personal.  Estos dos modelos mentales -reflexiones sencillas e inmediatas- son, así lo creo, esclarecedores para acometer este trabajo:

 

TEORÍA DE LOS TRES TERCIOS DE TU VIDA

Ayuda a tu bienestar personal tener claro el tiempo del que dispones en tu vida y cómo aprovecharlo.

En este sentido hay una reflexión muy inmediata que nos cuesta mucho interiorizar. Es tan cierta que no somos capaces de asumirla. La hizo mi admirado -y frecuentemente usado- Csikszentmihalyi en 2005 en una maravillosa entrevista:

“Aunque hayamos cambiado básicamente las categorías son muy similares. Hacemos lo mismo que hacían y siguen haciendo los babuinos desde hace decenas de miles de años:

  • 1/3 DE NUESTRO TIEMPO BUSCANDO ALIMENTO… Tenemos que gastar un tercio de nuestra vida en estar despiertos en algo productivo, en algo que tenga que ver con conseguir calorías para el organismo. Ya sea cazando, trabajando en una fábrica o estudiando en el caso de los jóvenes.
  • 1/3 DE NUESTRO TIEMPO PARA MANTENIMIENTO… El otro tercio es lo que llamamos mantenimiento que es simplemente tener el cuerpo en un cierto nivel de funcionamiento. Es decir vestirse, dormir, afeitarse, comer, desplazarse al trabajo. Por hacer todo esto no se recibe ningún sueldo pero hay que hacerlo ya que de lo contrario el cuerpo se deteriora, el pelo crece y la gente se deja.
  • 1/3 DE NUESTRO TIEMPO ESTÁ LIBRE… Y el tercer tercio de nuestro tiempo lo dedicamos al placer que es lo que los griegos llamaban escoleia, “lo que se hace en el tiempo libre”. Esta es la palabra de la que se deriva la palabra escuela. Porque para los filósofos griegos lo que se hace en el tiempo libre es aprender. Y esta es la manera de crecer y mejorar.”

Creo que nos hemos desconectado del verdadero sentido de la escuela y creo que ese tercio de vida dedicado a sentir placer ya no nos resulta suficiente. Y por eso hoy en día en tu librería más cercana los libros de autoayuda y los de gestión empresarial son exactamente iguales. Porque queremos crecer y mejorar también en ese otro tercio de vida en el que buscamos calorías para el organismo, en el que nos ganamos el alimento. Hablo de nuestros entornos de trabajo, de nuestras fábricas, campos de cultivo y oficinas. Para recomponer este tercio de tiempo dedicado a trabajar de una forma saludable y equilibrada nació la iniciativa y por eso lees este blog.

Por otro lado es importante resaltar que lo expuesto es rigurosamente cierto. De hecho el otro tercio de mantenimiento no podemos conquistarlo. Necesitamos, por ejemplo, dormir y conservar una higiene.

 

TEORÍA DE LOS TRES TIPOS DE VIDAS FELICES

Ayuda a tu bienestar personal el hecho de que encuentres tu propio camino hacia la felicidad.

Continuamente hablamos de felicidad y personalmente creo que es algo que nos queda muy grande como para que solo exista una sola forma de ser feliz en esta vida. Creo que más bien somos propietarios y responsables de diseñar nuestro propio camino de felicidad. Por otro lado, como dije hace poco sobre los nuevos modelos de gestión basados en la felicidad en el trabajo, creo que es muy pretencioso apropiarse del concepto de felicidad de forma genérica y universal. Más bien creo que  “existen pequeños y continuos hábitos saludables que ayudan a construir felicidadestrategias inmediatas y sencillas para favorecerlaprincipios psicológicos que la motivan y son comunes a todas las personas. Sin embargo no creo que nadie pueda erigirse en propietario de un modelo o un sistema que implante de forma exitosa la felicidad en todo tipo de organizaciones.” Esto que dije hace unas semanas también aplica hoy a nuestro ámbito personal.

Hace ahora diez años en 2004 Martin Seligman exponía su particular visión acerca de la felicidad:

“Creo que hay 3 tipos diferentes de vidas felices:

  • LA VIDA PLACENTERA: Es una vida en la tienes toda la emoción positiva que puedas tener y las habilidades para amplificarla. Consiste en experimentar todos los placeres que puedas, toda la emoción positiva que puedas y aprender las habilidades -conciencia y visualización- que las amplifican, que las extienden en el tiempo y en el espacio. Pero la vida placentera tiene tres inconvenientes que hacen que la psicología positiva no sea feliciología y no se acabe aquí. El primer inconveniente es que la experimentación de emoción positiva es hereditaria, en concreto alrededor del 50% hereditaria y de hecho esto no lo podemos cambiar mucho. Así que los diferentes trucos que conocemos para incrementar la emoción positiva en nuestras vidas son un 15 o 20% trucos.El segundo inconveniente es que la emoción positiva se diluye, nos habituamos a ella realmente rápido. Es como un helado de vainilla francesa. El primer sorbo tiene el 100% del sabor pero al sexto sorbo ya se ha ido. El tercer inconveniente es que no es muy manejable.
  • LA BUENA VIDA. O la vida de compromiso. Es una vida en la que tu trabajo, la crianza de tus hijos, tu amor, tu tiempo libre, el tiempo en general se detiene para tí. Aquí es importante distinguir entre experimentar placer y fluir. El placer es sentimiento puro, sabes que está pasando cuando pasa. Es pensamiento y sentimiento. Pero estar en flujo es algo diferente. Cuando estás en flujo no sientes nada, eres simplemente uno con la música, el tiempo se detiene, tienes concentración intensa. Esta es la característica de la buena vida. Y creemos que hay una receta para ella. Se trata de conocer tus mayores fortalezas. En www.authentichappiness.org te ofrecemos conocer tus 5 mayores fortalezas. Y con ellas puedes recomponer tu vida tantas veces como sea necesario. Recomponer tu trabajo, tu amor, tu juego, tu amistad, tu familia.
  • LA VIDA SIGNIFICATIVA. Esta es tradicionalmente la más venerada de las felicidades. Se trata de una vida en la que la persona encuentra su sentido. El sentido consiste en conocer tus fortalezas y utilizarlas para pertenecer o ser parte de algo más grande de lo que tú eres.”

Creo que la clasificación que acabas de leer es brillante porque expone tres tipos de felicidad y no uno solo. Habla de la felicidad experimentada desde el placer, desde el compromiso y desde el sentido. Estoy seguro que puedes encontrar ejemplos de personas que identificas con cada uno de estas formas de felicidad a tu alrededor. Creo que la mayoría de las personas identifican felicidad con placer y es sin duda uno de los tremendos errores que me encuentro más a diario trabajando en el desarrollo de equipos y personas. Quizás el otro gran error es identificar la felicidad con una suma continuada de momentos alegres. Ninguna felicidad -esto creo poder decirlo con argumentos- es cuantitativa. Lo que tradicionalmente entendemos como felicidad es sin duda un estado cualitativo de vida.

Además explicita de forma clara que esa extendida comprensión de la felicidad como una suma continuada de emociones positivas es solo una de las formas de entender la realización personal y el bienestar y que tiene serios inconvenientes en el ser humano que la ciencia ya ha descubierto: es una felicidad pasajera, es hereditaria y poco manejable.

El otro aporte de esta exposición de Seligman que creo poderoso es que a medida que se recorren estos tres tipos de vidas felices, el lector puede notar como se va ganando en consciencia, responsabilidad y presencia en el acto de VIVIR.

 

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anatomía del éxito

anatomía del éxito

caracolQuiero hacer algo tremendamente revolucionario antes de morir. Me gustaría vivir. Puede que el resto de cosas solo sean detalles.

Desde hace algún tiempo uno de esos detalles me ronda la cabeza. Una palabra se repite inonscientemente en muchas conversaciones que mantengo a diario. Esa palabra es ÉXITO. Se trata de un concepto ampliamente extendido entre las personas y que condiciona muchas decisiones de su vida. Tiene que ver no tanto con la forma en la que ejecutamos nuestras decisiones, como con la forma en la que evaluamos los resultamos que obtenemos.

La práctica totalidad de formas de entender el éxito continúan asociadas al sentimiento de propiedad y de consumo. Incluso muchos predicadores de la innovación y el cambio siguen instalados en este tipo de discursos.

Por otro lado se que soy una persona difícil de aceptar. Me gusta que me den abrazos sin motivo y exijo una explicación inmediata cuando alguien necesita ofenderme para ser feliz. Por eso tal vez mi aproximación al ÉXITO es algo diferente. No soy muy normal y esto es algo que una vez asumido, facilita mucho el resto de las cosas. Por eso, lector, no esperes que este artículo lo sea.

 

PRELIMINARES DEL ÉXITO

Identificamos con demasiada claridad a personas exitosas. Lo hacemos a menudo y las encumbramos como símbolos de fortaleza y de poder. Todos nosotros consumimos a diario innumerables fórmulas de éxito. Hoy también sabemos que hay muchas formas de entender qué es el ÉXITO. A pesar de que las escuelas de negocio y los foros educativos tradicionales se empeñen en lo contrario, el ÉXITO no es algo objetivo, más bien todo lo contrario. De hecho la elección de nuestros referentes o modelos, nos define.

Este artículo, lector, muestra mi aproximación personal al concepto de ÉXITO o al menos mi forma de entenderlo. Me propongo analizar su anatomía, diseccionar tres supuestos sencillos y un apunte breve sobre el planteamiento del éxito en todo su sentido:

 

PRIMER SUPUESTO: El éxito es social.

Según este supuesto el éxito empieza cuando te conviertes en lo que otros quieren admirar. Hablamos aquí de una exigencia social. Pertenece al área de responsabilidad de los otros el que yo sea exitoso. Sin su opinión acerca de que yo he triunfado, yo no puedo triunfar. Es así como el éxito ha sido tradicionalmente comprendido como un valor social, un resultado de nuestras relaciones con otros y el entorno. La sociedad entiende que alguien es exitoso cuando otros comparativamente no lo son. Si asumes que eres exitoso, indefectiblemente asumes que otros no lo son. Una traducción inmediata del éxito en la historia de la humanidad es la siguiente: “Esa persona es lo que otras quieren ser”. Esta creencia creadora de conducta nos posiciona a nosotros y a nuestro propio desarrollo en la competición continua y la constante generación de expectativas. Y creo también que aunque se puede mitigar, todo esto pertenece a la naturaleza humana y es inevitable.

Si entendemos el éxito en su clave social, estos podrían ser los puntos esenciales:

  • El éxito es la práctica continua del fracaso. El éxito es tan solo una forma de fracaso socialmente aceptada. Todo el mundo a lo largo de su vida experimenta éxito y fracaso. La única diferencia entre ellos es cómo los otros lo interpretan.
  • El éxito existe porque otros no pueden alcanzarlo. En otras palabras, si todos pudieramos alcanzar el éxito, ninguno seríamos exitosos. Esto implica dos cosas. La primera es que aquellos que hoy son exitosos, mañana dejarán de serlo. La segunda es que para mantener este umbral es necesaria una dialéctica constante de vencedores y vencidos.
  • El éxito es la recompensa de un esfuerzo. La imagen que se asocia al éxito respetado por todas las personas está intimamente relacionada con el sentido del esfuerzo. No existe premio sin carrera. Por otro lado el esfuerzo siempre implica sacrificio. El sacrificio, en mi opinión, se manifiesta en dos formas: la superación del dolor y la aceptación de la renuncia.

 

SEGUNDO SUPUESTO: El éxito es personal.

Según este supuesto el éxito llega cuando te conviertes en lo que tú quieres admirar. Hablamos aquí de una autoexigencia personal. En este sentido somos cada uno de nosotros los que definimos nuestro propio éxito en función de nuestras expectativas. Pertenece a nuestro área de responsabilidad personal que nosotros seamos exitosos. Si no nos consideramos exitosos, no podemos serlo. Esta perspectiva sobre si somos o no exitosos es por sí misma generadora del  éxito. No se trata de una visión egoica o ególatra, sino de practicamente todo lo contrario. Consiste en tomar protagonismo en la obra de tu vida y decidir cuando llegan los aplausos.

Si entendemos el éxito desde un punto de vista personal, estos serían los puntos esenciales:

  • El éxito consiste en dejar de vivir para alcanzarlo. Aquellos que entienden la vida en términos de éxito o fracaso, inconscientemente eligieron ya fracaso. Vivir es tu mayor conquista. No harás nada superior a esto. Relájate y disfruta.
  • El éxito solo puede ocurrir hoy. Aquellos que viven buscando o esperando el éxito, inconscientemente ya lo han descartado. Si cifras tu éxito en lo que ocurrirá, no disfrutas del éxito que ya te está ocurriendo. En este sentido no me canso de repetir que existe un síndrome de utopía proyectiva que todos practicamos y que Adler expresó muy bien afirmando que… “cuando perseguimos lo imposible hacemos inalcanzable lo realizable
  • El fracaso y el éxito son un hábito continuo, no un castigo o una recompensa. Nadie es exitoso o fracasado de repente. El éxito se encuentra en el camino. La máxima olímpica “Lo importante es participar” cobra aquí su verdadero sentido.

 

TERCER SUPUESTO: El éxito es personal y social

Esta es sin duda mi perspectiva. Yo creo que el éxito es una combinación de ambas y consiste en lograr el equilibrio entre estas dos acciones con el fin de encontrarte:

  • Salir de tí cuando no tienes en cuenta a otros. Si tienes la mente completamente puesta en tí o en comprenderte, olvidarás tarde o temprano la imprescindible importancia de los otros.
  • Entrar en tí cuando estás demasiado tiempo en otros. A menudo nos importa demasiado las lecturas de nuestra realidad que tienen otros, pero sin duda la más importante es la que nosotros somos capaces de formular.

 

LA RELACIÓN ENTRE ÉXITO Y VERDAD

Por otro lado el ÉXITO se asocia a una comprensión irrefutable de verdad. Tenemos el riesgo de caer en un debate conceptual de esos que tanto detesto sobre qué es verdad y qué es realidad. Aún así Manuel Montañés en su libro Metodología y técnica participativa (Editorial UOC, 2009) nos recuerda algunos apuntes útiles sobre verdad que creo que nos ayudarán a desmitificar el concepto:

“La verdad no es una pieza a cobrar, sino un universo a ensanchar” Jesús Ibañez (1990)

“La verdad está en el viaje, no en el puerto. No hay más verdad que la búsqueda de la verdad” Eduardo Galeano (1998)

“La verdad no es un estado de la realidad que se descubre, sino un tipo de afirmación sobre la misma que se discute y pone a prueba: es un problema práctico” Eduardo Crespo (2003)

Creo con firmeza que la verdad es el resultado de un proceso generativo. La verdad -en términos conscientes- no es algo que existe sino que construimos.(1) También creo que no participamos en la mayor parte de verdades que a menudo nos rodean. No somos creadores sino usuarios de verdad. Por tanto el éxito no debe asociarse nunca a la verdad.

He tratado de ser breve y conciso en la formulación de la anatomía del éxito. Quería tratar el éxito de una forma consumible y práctica para ser utilizada por personas y equipos en el trabajo participativo y conversacional. Espero haberlo conseguido.

Gracias por tu tiempo.

NOTAS:

(1) El lector debe comprender que esta aproximación es constructivista y no responde a una verdad absoluta sino a mi propia forma de entender la vida y las relaciones. Existen otras muchas afirmaciones y teorías al respecto. Se trata tan solo de la que yo suscribo.

 

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enseñarte

aprender a aprender

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manos2

LA IMPORTANCIA DE MIRAR A LAS ESCUELAS

Hasta ahora hemos tendido a replicar nuestros entornos de trabajo en las escuelas. Decíamos a nuestros hijos que tenían y debían ser como nosotros éramos para que se fueran acostumbrando a ser mayores. Creo sin embargo que en esta etapa de la historia de la Humanidad lo que más nos conviene es aprender a ser pequeños.

Hoy la adaptación al cambio y el aprendizaje continuo son claves. Por eso creo que lo más útil es fijar nuestra vista en las escuelas para empezar a replicar algunos de sus avances en las organizaciones. El momento que voy a retratar se repite cada día en muchos hogares del lugar en el que vivo:

Tras un duro día de trabajo, el ejecutivo que intenta liderar el cambio en su organización o ejercer su actividad de una forma humana y honesta sin éxito, llega a su casa. Y allí tal vez sin ser consciente, cada día encuentra las respuestas. Se da cuenta de que sus hijos al llegar para la merienda después del día en el colegio son en sí mismos el modelo para practicar el cambio. Los muchachos hablan con su padre y le cuentan que trabajan en varias materias a la vez, que sus profesores facilitan su aprendizaje y no lo condicionan, que trabajan en equipo de una forma natural en torno a un bien común pactado. Le cuentan historias de cómo han resuelto por sí mismos tal o cual conflicto, de cómo conviven de forma autorregulada entre sí con la supervisión de los mayores.

 

Le cuentan también a ese pobre hombre o mujer que viene de darse cabezazos dentro de su caja corporativa, que el lugar donde trabajan no tiene muchas paredes, que no importa mucho la estructura o el sistema donde aprenden sino cómo y qué aprenden, que se premia la autonomía de las personas, que pintan en las paredes cuando tienen una idea, que hablan en varios idiomas y que aprenden a escuchar al otro. Su padre o madre, incrédulos, continúan prestando atención. Ven que el muchacho habla con ilusión y alegría, les dice que él decidió hoy en su clase qué quería aprender y que en su realidad se premia la iniciativa pero también se respeta la diversidad de caracteres. Tienen cabida el tímido, el extrovertido, el más fuerte y el débil, el que sabe contar un cuento pero también el que sabe pintar o resolver una ecuación. Unos ayudan a otros y todos se sienten queridos y cuidados. Es un entorno donde no se respira la exclusión y donde quiera que pongas tu mirada solo puedes ver RESPETO. Por las personas, por sus emociones, por su pensamiento y sus aspiraciones.

 

El padre o la madre, que acaban de ser amonestados por su jefe o vienen de sufrir un entorno burocrático, se desabrochan sonriendo la camisa y piensan “Si mi hijo fuera director de mi empresa, qué feliz sería él pero sobre todo qué feliz seríamos el resto”.

 

DONDE HABITA EL CAMBIO

En varias charlas a directivos y miembros del claustro de colegios he realizado una reflexión que creo necesaria. Tal y como yo lo veo, el cambio está muy vivo y latente en las escuelas. Es aquí donde, en mi opinión, se está incubando desde hace años la verdadera revolución efectiva de nuestra sociedad. Cuando hablo con profesores y directores de escuela noto la genuina ilusión que les hace superar a diario las barreras impuestas por políticas y presupuestos insostenibles en el medio plazo. Probablemente ningún entorno salvo la sanidad, ha sido tan castigado en nuestra sociedad como la escuela. Ese lugar donde crecen los futuros barrenderos y presidentes del gobierno, es quizás el lugar más maltratado por nuestros gobernantes. Sin embargo nadie cede al desaliento, nadie entrega nunca sus armas ni reconoce la completa rendición.

La mayoría de profesionales de la educación quieren serlo del aprendizaje, luchan a diario por renovar sus capacidades en un esfuerzo titánico de rebeldía continua y admirable. Saben que tienen que estar muy preparados, que su profesión es la llave.

Porque si de las empresas depende lo que somos, de las escuelas depende lo que queremos ser.

Porque es cuando un profesor cierra la puerta de su aula y se enfrente al reto de enseñar a aprender a sus alumnos, cuando está revolución cada día, cada hora, conecta con su verdadero potencial.

Y es imparable. Es una revolución que dignifica la conciencia humana, dota de contexto a nuestra capacidad de ser mejores, genera ese pegamento respetable que se llama integridad. Es en un aula, en ese espacio concreto del universo conocido, en ese lugar aparentemente insignificante pero replicado por toda nuestra geografía, donde cualquier oportunidad y poder real de cambio adquieren su auténtico sentido. Un profesor es hoy quizás el agente de cambio con mayor responsabilidad que yo conozco.

 

NUESTRA APUESTA: APRENDER A APRENDER

Existen muchas aproximaciones al cambio desde un punto de vista pedagógico. Hemos hablado de ellas en varias ocasiones pero quizás en estos dos artículos el lector puede encontrar orientaciones concretas sobre ello:

Todas estas aproximaciones están basadas en disfrutar mientras se aprende, en no limitar sino facilitar el aprendizaje. Por eso me siento afortunado cuando un grupo de agentes de cambio educativo me ofrece colaborar en el fomento de la competencia clave de nuestro tiempo: aprender a aprender. Es esta competencia una llave para todas las demás de nuestro tiempo. Quien apuesta y se capacita en ella -como soñaba la madre o el padre de nuestra historia- lidera su propia felicidad y la de otros. Y es -créanme- una destreza que los mayores todavía con seria dificultad estamos descubriendo. Lo veo a diario. En mis propias relaciones con los otros y en las de los otros. Veo una tremenda confusión, a una gran cantidad de almas que vagan desorientadas. Y esto es -de verdad lo que creo y me incluyo- porque…

No sabemos aprender. Sabemos memorizar y copiar, sabemos insistir y protestar, sabemos atacar y defender. Nuestras sociedades y sus instituciones son un reflejo de todo esto que sabemos hacer bien. Pero no sabemos aprender. No sabemos hacer que prevalezca la comprensión antes que el miedo, no sabemos hacer uso del amor, no sabemos aceptar la realidad y siempre andamos defendiendo aquella que queremos. Mi definición de una persona civilizada es la de alguien que acepta y defiende lo que para todos es, como la única vía necesaria para diseñar lo que para todos puede ser. Y esto -miren el parlamento y la televisión- no sabemos hacerlo demasiado bien por el momento. Sin duda necesitamos aprender a aprender.

Sin embargo veo que muchos compañeros y directivos de empresas se dedican por encima de muchas otras cosas a mejorar destrezas secundarias como el liderazgo, la comunicación o la motivación. Todas ellas no representan cambios trascendentes. De acuerdo a mi experiencia, solo vienen cuando se han cultivado otras. Solo cuando alguien sabe mantener un diálogo, aprender, respetar al otro, aceptarle y aceptarse, es cuando podemos empezar a hablar de cambios trascendentes. Y a estos cambios a los que nos estamos dedicando desde la iniciativa. Son competencias básicas difíciles de vender pero altamente beneficiosas para las personas y las organizaciones.

Nuestro deber es aprender a aprender con aquellos que quieren aprender. Porque nosotros nos estamos ocupando de la realidad de hoy y ahora. Mientras llega ese muchacho que hace soñar a su padre o a su madre, nosotros todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Desde la iniciativa tan solo intentamos ser la respuesta a esa pregunta de ese padre o madre ejecutivos “Hasta que llegue mi hijo donde yo estoy, ¿qué hago mientras tanto?

Es ente periodo de transición, donde está nuestra atención diaria. Lo que hacemos en cada intervención es intentar que aquello que ves en este video, sea tal vez posible en tu trabajo. Porque como vas a ver, aquí no solo se habla de una escuela, se habla de gestión de personas y expectativas, de realización, de adaptación al cambio, de autonomía, de madurez emocional, de respeto y convivencia. Este no es el único colegio ni lugar donde esto ocurre, pero creo que puede ser un buen resumen de lo que nosotros pensamos que queremos ser 🙂

 

Capítulo 1: Escuelas de Inteligencias Múltiples from David Fernández on Vimeo.

 

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Contra los modelos de gestión de la felicidad en el trabajo

Contra los modelos de gestión de la felicidad en el trabajo

emociones

 

En este articulo expondré por qué no creo en los modelos de gestión basados en la búsqueda de felicidad en el trabajo y por qué creo que no pueden existir metodologías o sistemas uniformes para lograrlo. En un artículo posterior a este titulado 2 teorías muy prácticas sobre la vida ya expuse que algunos científicos consideran que no existe un solo tipo de felicidad y todos ellos consideran que anular u obviar nuestras emociones negativas siempre es nocivo. Pero hoy quiero detenerme en una creciente moda muy dañina en general para los empleados:

Se trata de modelos que pretenden imponer un concepto de felicidad concreto a sus empleados sin respetar el libre desarrollo del único ámbito de búsqueda de la felicidad que considero respetable: el personal y propio de cada individuo.

Creo que esta moda absurda se debe básicamente a dos motivos:

  • Una confusión flagrante entre alegría, optimismo y felicidad. Muy basada en el “pensamiento positivo” y que esconde bien o malintencionadamente un desconocimiento de las nociones básicas de las psicologías cognitiva, positiva y social, del constructivismo filosófico, de la antropología social y cultural y de no pocas teorías humanistas del management.
  • Una voluntad desmesurada de control sobre las vidas de los empleados (pensamientos, ideas, personalidades,…) Muy basada en un falso “buenrollismo” pero que esconde un elevado índice de egocentrismo y falta de humildad y habilidades directivas capaz de generar entornos de dependencia emocional poco saludables. Esta voluntad representa el máximo nivel de ambición irrespetuosa que el terreno del desarrollo profesional quiere realizar en el terreno del desarrollo personal.

Personalmente no es que no quiera que los empleados no sean felices, es que creo que la responsabilidad de ser felices está en ellos (su ámbito de responsabilidad y vivencia personal) y no en la empresa para la que trabajan (su ámbito de desarrollo laboral). Ésta última puede facilitar o no una mejor vida para sus empleados, pero de ningún modo hacerse responsable de su felicidad.

 

COHERENCIA Y RESPONSABILIDAD

No hay mejor forma de frustrarse que planificar a largo plazo, actuar en torno a grandes conceptos genéricos o trabajar de acuerdo a inmesas expectativas. Y no existe objetivo más ambicioso, genérico y costoso en el tiempo para el ser humano que la conquista de la felicidad.

Antes de pensar en hablar de la felicidad en nuestras organizaciones, con sinceridad, todavía queda mucho por hacer reconstruyendo lo más básico e inmediato. En mi trabajo diario veo cómo las personas son incapaces de desarrollar entornos saludables a nivel relacional, o cómo desconocen herramientas de entendimiento común como el diálogo, o cómo continuamente prueban novedosos modelos sin un foco claro. Y puede que tan solo trabajando primero todas estas cosas más básicas que la felicidad, sea como paradójicamente esas personas la alcancen.

En mi vida profesional he encontrado a mucha gente que decía preocuparse por mí pero ni siquiera me decía buenos días o gracias. Algo en todo este tinglado no me cuadra.

Por eso lo que hoy ofrezco es una visión alternativa al creciente fenómeno de la búsqueda de “felicidad” en el trabajo. Mi intención es ofrecer al lector una aproximación diferente, constructiva y realista sobre esta nueva tendencia aparentemente positiva. Honestamente, dudo mucho que al final de la lectura lo haya conseguido pero al menos mi deber es intentarlo. Para ello lo que voy a hacer es aportar algunas opiniones sobre un tipo concreto de actitud y de conducta altamente peligrosa con las que -así lo creo- estamos conviviendo en la actualidad. Se trata de mensajes positivos -que hacen mucho falta, sin duda- pero revestidos de los mismos usos y modos que venimos consumiendo desde hace muchos años.

 

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DESMONTANDO EL MITO

Arranco compartiendo algo inmediato que me posiciona desde el inicio. No creo en los modelos de negocio orientados a la búsqueda de la felicidad. Creo que la felicidad en el ser humano se desarrolla es un ámbito personal (propio) y relacional (social), algo que hoy se considera incuestionable a nivel científico (nuestra predisposición natural) y humano (nuestra propia condición). Sin embargo no creo que se puedan formular modelos sistemáticos válidos para ser feliz en el trabajo. Existen pequeños y continuos hábitos saludables que ayudan a construir felicidad, estrategias inmediatas y sencillas para favorecerla, principios psicológicos que la motivan y son comunes a todas las personas. Sin embargo no creo que nadie pueda erigirse en propietario de un modelo o un sistema que implante de forma exitosa la felicidad en todo tipo de organizaciones.

Mi enfoque es completamente diferente y está basado en una afirmación revolucionaria: las organizaciones son la suma de las personas que la componen. Se que al leer esta última frase has dicho “¡Claro!” pero si piensas detenidamente las implicaciones de esta afirmación lógica veras que a menudo, en tu realidad diaria, no lo es tanto. Suelo plantear que una organización es una persona y que por tanto vivimos continuamente condicionados por diferentes elementos de oportunidad, voluntad y riesgo.

No conozco a una sola persona que conserve durante toda su vida la misma idea y fórmula de felicidad. Más bien esa idea se va conformando a raíz de las experiencias y aprendizajes personales. Tampoco conozco a dos personas que compartan con exactitud la misma idea de cómo lograr la felicidad. Más bien esa idea pertenece al ámbito de responsabilidad individual y está condicionada (disminuida y aumentada) por las relaciones con el resto de personas y realidades.

 

EL ARQUETIPO DE MODELO

Quizás de todos los modelos orientados a la búsqueda de la felicidad en el trabajo, creo que el mensaje que en la actualidad está minando más cualquier ejercicio de cambio auténtico en las organizaciones es el conocido Delivering Happiness de Tony Hsieh. El modelo está basado en la experiencia vivida y el libro de 223 páginas escrito por el propio Hsieh, emprendedor e inversor americano. Considero que su visión no puede liderar un cambio trascendente en ninguna realidad empresarial sobre la que se proyecte. Adolece de una terrible visión cortoplacista; está fundado en la economía de la supervivencia; redunda en modelos impositivos, uniformizantes y estereotipados; y defiende una ética que imita y perpetúa modelos de baja o ninguna sostenibilidad personal, económica y/o social. Sorprendentemente el modelo se basa en la búsqueda personal de la felicidad de un solo individuo a lo largo de su vida pero cuya extrapolación a cualquier otra persona del planeta que trabaje en una organización se presenta como evidente.

 

POR QUÉ NO ES UN CAMBIO TRASCENDENTE

Defiendo que se trata de un mensaje vacío que no supone ningún cambio de estado real ni aporta perspectiva sobre nuevas dimensiones de trabajo. Lo creo porque no se trata tan solo de preguntar a las personas qué piensan sino que además se defiende que existen unos buenos y unos malos en esto de hallar la felicidad.

“Pensé en todos los empleados que quería clonar, ya que representaban la cultura de Zappos, e intenté averiguar cuáles eran los valores que personificaban” Esta frase en términos de acompañamiento y facilitación representa no solo una negación de la realidad restringiendo solo lo que es auténtico a las personas que “me satisfacen” sino que también habla del elevado nivel de proyección de estos modelos. Tienden a generar una realidad ideal que seguir y de la que formar parte (mediante seguidores y acólitos) y reniegan progresivamente de la realidad REAL, que integra a TODOS los empleados de la compañía. Es decir, conviene que el lector comprenda que si existen empleados que no representan los valores de Zappos es porque tal vez los valores de Zappos no representan a sus empleados. Esta y no la contraria, me parece la reflexión más lógica.

 

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EL MITO DEL HÉROE ILUMINADO

Por otro lado la vida de Hsieh es la vida arquetípica del héroe de Sillicon Valley que desde pequeño LUCHA por conseguir lo que quiere sin importarle demasiado las oportunidades de disfrutar la vida que es y siempre orientado a generar las suyas propias para alcanzar la vida que puede ser. El modelo cultural de Sillicon Valley muy en boga como ejemplo de ecosistema exitoso en la mayoría de los foros de emprendimiento de mi país (redes, televisión, radio, prensa), creo que representa la devastación más absoluta de la oportunidad humana de crecer. Considero que el modelo es voraz, desequilibrado, sesgado y ahonda en las deficiencias sistémicas de las organizaciones tiñéndolas de éxito con numerosos colorines y pancartas. Tiene numerosas bondades que reconozco pero profesionalmente creo que es incoherente y favorece una sociedad de la escasez y no de la abundancia. Hsieh se circunscribe a ese modelo y hace uso de los hitos sugerentes de la historia del valle para ensalzar la necesidad de entender ese mesiánico camino a la felicidad plagado siempre de fracasos y éxitos.

Son frecuentes en el texto autobiográfico las alusiones a periodos de insatisfacción, apatía y desconexión tras periodos de explosión creativa y efectiva que le conectan con su deseo. Al comienzo del libro el autor expresa su atracción por el dinero como fórmula para “hacer todo lo que quiera” y este pensamiento es un tópico a lo largo de su vida desde que vende trastos del garaje de sus padres y fabrica con sus propias manos chapas que luego vende por correo hasta que cede por sumas astronómicas varios de los negocios en los que participa a firmas conocidas. En toda la lectura se presenta a un chico listo que decide y crea su propia vida, esto es algo indudable y completamente positivo, incluso creo que admirable. Sin embargo nada de lo que expone el autor me habla de una vida equilibrada que represente una preocupación real por mejorar la realidad en la que vive mediante su propio ejemplo. Antes bien, en toda la narración Hsieh describe y justifica periodos en los que necesita y no necesita personas para lograr sus objetivos. Es una vida racional y basada en llegar siempre a la meta sin importar los sacrificios propios pero tampoco los ajenos (que no se presentan solos sino que se demandan). No hay una preocupación real del autor por formular un entorno de trabajo coherente ni disfrutar la felicidad de otros. Se trata en todo momento de que quede bien claro qué es la felicidad y cómo aplicarla.  En la vertiginosa carrera hacia el “éxito” no existe otra determinación que la de defender un concepto de realización personal concreto por encima de otros. Esta aparente falta de pensamiento sistémico no sería nociva si no implicase menospreciar las velocidades, ritmos, voluntades y tiempos de las personas. Creo sinceramente que nadie puede ser feliz si es alguien quien le impone serlo y cómo.

En lo académico Hsieh reconoce no ser un buen estudiante (algo que no creo importante en exceso) y pasa el primer año de universidad entretenido en su cuarto, pero pronto despierta su inteligencia natural y sus amigos saben que será millonario. Como resultado del triunfo de su deseo sobre el deseo de los otros (competidores, mercado, posicionamiento, marca) Hsieh vende su primera compañía y se dedica durante un año en sus propias palabras a “no hacer mucho en el trabajo”. Luego su deseo de nuevo le dicta otro camino y otro y otro y… en fin, como facilitador y coach vivo este retrato de la realidad a diario y se que nunca lleva a nada bueno en lo más hondo de una persona.

Lo realmente dañino e hiriente para mí, como agente de cambio real que pulsa a diario la cultura y necesidad de las personas y equipos, es que el modelo actúa desde la intención de “implantar” una nueva cultura de felicidad en las empresas. Es un modelo que por otro lado pretende afirmar la humildad en las organizaciones practicando la increíble pretenciosidad de evaluar mediante un test práctico el nivel de felicidad de las organizaciones. Me recuerda a ese conocido proceso a través del cual alguien certifica que una empresa es un buen lugar para trabajar o no. Pero claro, amigos,… ¿en función de qué?, ¿para qué?, ¿por qué? y sobre todo ¿para quién? Yo he huido de entornos de trabajo que me parecían asfixiantes y que sin embargo eran tremendamente excitantes para la persona que tenía a mi lado.

A lo largo de mi experiencia profesional he visto grandilocuentes valores mucho más logrados que los 10 valores fundamentales de Zappos. Muchos de los equipos que he tenido el privilegio de facilitar en mi opinión han sido capaces de superar los 37 valores que se derivaron de la encuesta a los empleados. Contra el mito del hombre iluminado, antepongo el bien de la voluntad común de entendimiento. Contra la imposición de una perspectiva, antepongo el diálogo. Contra la efectividad de una sola visión, antepongo el respeto por la visión rentable y sostenible de todas las personas. Una organización necesita un discurso y unas reglas, está claro, pero este tipo de discursos confunden el por qué y el cómo, los desdibujan y ahondan en la herida. Pero claro, esta es mi opinión. Y esto me plantea unas preguntas…

  • ¿Es útil dedicarle tiempo a acotar qué es la felicidad y obtener manuales para saber cómo disfrutarla o debemos respetar los caminos personales de los empleados y su derecho a ejercer su responsabilidad independiente de ser felices cuando, cómo y donde les de la gana?
  • ¿Podemos trabajar con empleados que se manifiestan infelices o simplemente tenemos que evitarles como hace Hsieh si no entran dentro de nuestra definición de “felicidad”?
  • ¿En qué se basa la madurez de una organización o un equipo? ¿En tener una idea muy clara sobre qué es la felicidad y dedicarle mucho tiempo a trabajarla o en favorecer comportamientos cotidianos, inmediatos y de sentido común que la faciliten?
  • ¿Debemos como organización garantizar la felicidad de nuestros empleados y velar por ella o simplemente debemos procurar premiar la honestidad, la coherencia y el liderazgo respetuoso para favorecerla?
  • ¿Es necesario estereotipar no ya solo a las personas sino también la felicidad?
  • ¿Por qué queremos conquistar terrenos de disfrute de la vida desde las instituciones y no respetar la riqueza de las perspectivas sobre la vida de cada persona?
  • ¿Qué tipos de miedos o recelos o aspiraciones se esconden detrás de este tipo de modelos que dicen facilitar la felicidad de las personas?

Acerca de todas estas preguntas tengo una anécdota que compartir contigo.

 

5minutos

 

LA REALIDAD ACTUAL

Seré claro: la mayoría de las personas con las que he trabajado lo pasan mal o peor en su trabajo. A lo largo de mis años de carrera cuento con los dedos de una sola mano -y me sobran tres sin ser un ewok- el número de personas que me han dicho que son felices en su trabajo. Y aunque la mayor parte de personas que conozco no paren de repetirme que tienen su propia clave para ser feliz en el trabajo, no acabo de respetar ni asumir que exista una visión integradora ni necesidad de que la haya. En nuestro humilde planeta y a lo largo de la historia breve de la humanidad hemos heredado una inmensa cantidad de culturas y formas de entender la vida que comparten pequeñas claves para la felicidad pero que no necesariamente son excluyentes como verdad única.

Hace poco en mitad de una conversación con un responsable de recursos humanos de una gran compañía del sector de las telecomunicaciones, viví un momento interesante que últimamente se repite mucho. Es por eso por lo que tal vez me haya decidido a escribir este artículo. Esta es la historia breve de esta anécdota:

Después de numerosas reuniones, hablamos de los valores de la compañía, aquellos que decían representar lo que era la casa en todos sus niveles y lo que quería seguir siendo. Por motivos profesionales creo que puedo decir que conozco la realidad del ADN auténtico de la compañía de la que hablo, y creo que muy pocos de esos valores ni la propia visión ni misión de la compañía se cumplen en la actualidad en absoluto. Sin embargo en un momento de la conversación, el ejecutivo de la empresa me dijo que todo el comité directivo estaba convencido de que la compañía velaba por la felicidad de los empleados y que creía sinceramente que era uno de sus cometidos. Durante mucho tiempo he pulsado su realidad y este es mi diagnóstico personal acerca de lo que ocurre en esta casa. Lo comparto porque aunque tal vez se trate de un caso extremo, los facilitadores encontramos este tipo de realidades disonantes a diario:

Puedo decir sin lugar a dudas que esta compañía representa uno de los más grandes enigmas a los que me he enfrentado a lo largo de mi carrera. Hablo de una compañía rota a nivel cultural, con un trastorno sistémico crónico y una más que desarrollada alteración de la percepción y expresión de su propia realidad. Presenta niveles de desorganización de la realidad de las empleados muy complejos y trabajados durante años a nivel ejecutivo que provocan -a cada minuto- una dificultad constante para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas. En la ecuación anímica de la plantilla, los niveles de desgaste emocional, desapego, miedo y escepticismo de los empleados afloran en cualquier conversación. Tras un continuado trabajo de bombardeo continuo con mensajes positivos no fundados en la realidad, la empresa vive una doble velocidad entre un mundo de Yupi ideal de la dirección y una batalla continua contra la deshumanización diaria de los empleados. Derivado de este cuadro, la compañía sufre una significativa disfunción social creciente. Aunque todo el mundo puede hablar con todo el mundo, en la realidad nadie escucha. No hay sinceridad en los mensajes y es palpable el miedo y la desvinculación hacia la tarea. Nada de lo que acabo de describir acerca de esta casa se aleja de lo que describe la fantástica entrada de wikipedia para el término psiquiátrico esquizofrenia.

Este cuadro es frecuente en muchas organizaciones y sin embargo allí estaba yo, delante de una persona que me estaba diciendo que creía realmente que una de las labores fundacionales de la compañía era hacer feliz a los empleados.

Amigos/as, nos enfrentamos hoy a un reto enorme que no tiene precedentes. No por el propio reto en sí (que ha existido siempre en toda forma de relación laboral de las personas) sino por las capacidades de las que disponemos y la oportunidad real de aprovecharlas si sabemos mantener un foco honesto y sincero. Se trata de aportar luz sobre las tripas de las personas que habitan y conforman los entornos de trabajo y de intentar -de una vez por todas- evitar que las personas sean las que se tienen que adaptar a los modelos (aunque sean de felicidad) o a los entornos de trabajo.

Propongo que dejemos en paz a las personas como modelo de vida, de educación y de negocio. Y esto implica dejar de intentar convencer a nadie acerca de lo que pensamos y empezar a preguntar a las personas lo que piensan.

Delivering Happiness es un modelo exitoso para Zappos, de eso no me cabe duda. Creo que debemos reconocerlo pero tal vez también debemos reconocer que se trata de un caso de éxito concreto, en unas circunstancias concretas y un entorno y realidad concretas. Puede que incluso valga para la felicidad de los empleados de Zappos (sinceramente lo dudo para aquellos que fueron despedidos en sucesivas regulaciones y expedientes). Sin embargo es mi obligación como facilitador de cambio compartir que no se puede trabajar para la felicidad de una realidad empleando como modelo a otra.

Para cerrar este artículo, quiero compartir que no me siento cómodo hablando a otros sobre la felicidad a pesar de que reconozco que lo he hecho. Creo que lo más honesto es trabajar por el bienestar de todos y que cada persona decida sobre su felicidad.

¡Buena semana!

 

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la empresa afectiva

la empresa afectiva

monoOdiar es como beber veneno y esperar que otra persona muera

San Agustín (s.IV d.C)

El artículo que hoy escribo habla de la enorme importancia que tiene la atención de los afectos en las organizaciones. Está basado en la convicción profesional de que una empresa afectiva es efectiva. De hecho creo sinceramente que para conseguir esto segundo es necesario cuidar siempre esto primero, y nunca al contrario.

Cuando se habla de afectividad y en general de emociones, es importante tener en cuenta el contexto concreto desde el que se habla puesto que existen muchas aproximaciones científicas y experimentales a este ámbito. Yo tan solo conozco las formulaciones de unas cuantas decenas de escuelas y autores, la mayor parte de ellas realizadas desde la filosofía, la psicología o la neurobiología. Pero hay muchas, muchísimas teorías y nuevas investigaciones acerca de nuestros afectos. Muchas parten -por orden histórico de antigüedad- de las religiones no teístas orientales, del cristianismo de base occidental, de las teorías de nueva conciencia y de los trabajos de Daniel Goleman o del enfoque de la escuela gestalt.

Sin embargo a día de hoy la lectura más útil que conozco del universo de la afectividad a un nivel práctico es la psicoecoafectividad. Ha sido formulada por Conangla y Soler en los últimos cuatro años y es tremendamente poderosa. Se trata de un modelo de comprensión de nuestras emociones y sentimientos a partir de asumir la carga afectiva presente en todas nuestras acciones a diario. Así, la adecuada gestión de los afectos es clave para la consecución de retos y la resolución de problemas. Los autores han recopilado un extraordinario catálogo de funciones conscientes o familias emocionales en diferentes obras bajo el concepto de ecología emocional. Este catálogo de emociones y constelaciones emocionales asociadas está fundado en diferentes leyes y principios y agrupado en tres categorías emocionales: emociones esclavistas, energías limpias y espacios protegidos. El planteamiento es muy útil para mí porque plantea una gestión adaptativa y sistémica. Este es, por tanto, el contexto concreto desde el que hoy hablo de afectos.

Lo que me apetece proponer aquí es un listado de BASES PARA UNA EMPRESA AFECTIVA que despierte tu interés y avive tu destreza afectiva más primaria. Como siempre, la perspectiva que expongo está basada en pensamiento cotidiano y en lógica de andar por casa. Es breve y muy personal y el trabajo sobre cada uno de los siguientes puntos representaría a mi modo de entender el paso previo al trabajo de los afectos en las organizaciones:

 

¿CUÁNTOS PELDAÑOS TIENE TU ESCALERA?

Nadie puede ser afectivo si es binario.

Tradicionalmente cuando afrontas un cambio sueles plantearte qué cosas van mal porque aparentemente serán las que necesites que vayan bien. Tu planteamiento sería fantástico si la realidad del progreso fuera binaria. Es decir, si lo único válido fuera estar parado o en movimiento. Sin embargo olvidas que incluso en su forma más primaria el cambio es movimiento, y que dentro del movimiento existen siempre diferentes velocidades. Para comprender mejor el enorme salto conceptual que supondría asumir esto último, te sugiero que hagas una reflexión sobre cómo te planteas la realidad antes de cambiarla:

  • Esta es LA REALIDAD QUE ASUMES: LO MALO >> LO BUENO. Es una realidad de 2 peldaños. Algo va bien cuando deja de ser malo (en la dirección correcta) o bien algo va mal cuando deja de ser bueno (en la dirección incorrecta). Es decir, dependiendo de la dirección en la que vayan las flechas algo va mejor o peor. De acuerdo a esta realidad, tienes 1 de 2 posibilidades de estar realmente jodido. La única forma de avanzar es alcanzar la otra.
  • Esta es LA REALIDAD QUE IGNORAS: LO PEOR >> LO MALO >> LO BUENO >> LO MEJOR. Es una realidad de 4 peldaños. Lo útil de este otro planteamiento de las cosas es la enorme oportunidad que nos proporciona para detectar a tiempo que estamos bajando o subiendo sin necesidad de enterarnos cuando ya estamos abajo o muy arriba. Según esta lectura, algo puede ir mal, algo puede ir bien, pero además algo puede ir peor cuando va mal y algo puede ir mejor cuando va bien. Los límites ya no están en lo bueno o lo malo porque el abanico es mayor. De acuerdo a esta realidad, tienes 1 de 4 posibilidades de estar realmente jodido. Todo lo demás es avanzar.

Recuerda que para la misma distancia, es siempre más sencillo subir la escalera de 4 peldaños que la de 2.

 

¿CONOCES TUS LIMITANTES, POTENCIADORES y PUENTES AFECTIVOS?

Nadie puede ser afectivo si solo se limita.

Uno de los grandes problemas en los entornos de trabajo es la desigual proporción que existe entre la toma de conciencia de las barreras limitantes y la de los elementos potenciadores. En las organizaciones, solemos ser más conscientes de lo que nos limita que de aquello que nos hace avanzar. En otras palabras, solemos ser muy cenizos a la hora de realizar una lectura de nuestra situación. Es por esto que la gran revolución en las organizaciones está siempre en las pequeñas cosas (caricias positivas) antes que en los enormes detalles (procesos, métodos, …)

Algunos de los modelos de desarrollo organizacional con los que trabajo están basados en cambiar este enfoque de análisis a partir de lo PEOR que hacemos (recuerda los 4 escalones) para dotar a las organizaciones de una base estable (LO MEJOR que hacemos) con la que emprender el camino hacia la madurez afectiva, enganchando con la perspectiva de Conangla y Soler (2013). En todo caso es importante que reflexiones sobre esto:

  • En el camino a la madurez afectiva en cada una de tus acciones, estos son tus LIMITANTES : Ansiedad, celos, culpa, envidia, ira, miedo, odio, resentimiento, tristeza y vergüenza.
  • Es el camino a la madurez afectiva en cada una de tu acciones, estos son tus POTENCIADORES: Alegría, curiosidad, deseo, fortaleza, silencio, soledad y voluntad.
  • El camino que se establece entre unos y otros está formado por tus PUENTES: Agradecimiento, amistad, amor, compasión, confianza, esperanza, felicidad, generosidad, serenidad y ternura.

Es necesario recordar que ninguna emoción es por sí sola positiva o negativa, sino que lo que es negativo o positivo es ser conscientes o no de ella para evitar que nos domine y poder vivirla en toda su intensidad. Por otro lado es también necesario que sepamos que el pensamiento positivo es a menudo tramposo y no por el hecho de querer mucho una realidad sin trabajar por ella, esta realidad va a llegar. Más bien al contrario, lo que se suele generar son niveles de frustración que favorecen el inmovilismo. El caso más grave que conozco a nivel empresarial en este sentido, es quizás ya algo insalvable. La frustración repetida genera enormes dosis de desapego y desconfianza que en muchos casos son ya irreversibles.

 

¿PRACTICAS LA FALACIA DE LA PLANIFICACIÓN?

Nadie puede ser afectivo si planifica a largo plazo.

De acuerdo a la planificación inicial, la Sidney Opera House debía ser acabada en 1963 con un presupuesto total de 7 millones de dólares. Pero se acabó 10 años después de lo previsto tras invertir 102 millones de dólares. Se que te ha parecido absurda la noticia real que acabo de compartir contigo pero a diario en tu trabajo hay casos proporcionalmente idénticos a este.

Esto ocurre porque una forma de no lograr ningún cambio en nuestro nivel de afectividad en las organizaciones es practicar la denominada por Buehler, R., Griffin, D., & Ross, M. (1994) como Teoría de la Falacia de la Planificación. Aunque esto aplica a la empresa afectiva mediante la siguiente frase que seguro habrás oído…

“Ya invertiremos en personas cuando tengamos dinero suficiente” >>> Es decir, nunca.

… también suele aplicarse a cualquier otro ámbito empresarial. Por ejemplo el de la estrategia corporativa. Ejemplos de ello: Grandes planes a cuatro años que nunca se cumplen y cuyo contenido es vacío e incoherente con la práctica diaria; proyecciones o estimaciones de proyecto a largo plazo que subestiman una gran cantidad de condicionantes; planes de carrera milenarios aplicados a realidades totalmente cambiantes e inestables; etc,…

Algunas soluciones que sugiero para dejar de lado la teoría de la falacia de la planificación son las siguientes:

  • Pensar ágil y en abierto. Ir paso a paso pensando en el siguiente. No establecer enormes detalles desde el inicio sino establecerse a lo largo del camino.
  • No caer en la parálisis por análisis. Experimentar y ser honesto con la práctica. No dedicar más tiempo al plan que a la práctica. Que la planificación, por ejemplo, no sea una fase del proyecto sino que esté presente en todo el recorrido.
  • Tomar siempre la realidad como referencia. Estar sujeto a la realidad y no al plan. Modificar el plan de acuerdo a la realidad y no la realidad de acuerdo al plan.

 

¿SABES QUE EL MEJOR MOMENTO NUNCA LLEGA?

En este apartado solo dejo una frase de Robert Ardrey que suelo recordar a menudo cuando los equipos cuyo crecimiento facilito, pierden el norte: “Mientras perseguimos lo inalcanzable hacemos imposible lo realizable”. Piensa sobre ello.

 

¿ESTÁS EN EL BALCÓN O ABAJO?

Con esta expresión “subir al balcón”, William Ury ilustra de una forma gráfica la continua necesidad de buscar alternativas razonables fundadas en el diálogo. Subir al balcón es saber salir por un momento de tí mismo para ver tu postura y la de otros. Habla de otorgarte el privilegio de buscar una perspectiva diferente, alejada saludablemente de tí y del otro. Es una actitud y una contante en el ámbito de la negociación. Tender a nivel práctico un “puente de oro” entre tu deseo y el deseo del otro con el fin de generar un interés común. Según el maestro de la negociación, la realidad nunca tiene dos lados, sino que existe ese tercer lado capaz de sostener a ambos.

En tres puntos resumo las destrezas y enseñanzas adquiridas en este sentido gracias a un hombre digno que acaba de morir:

  • Entender que el otro no es un enemigo
  • Anteponer la voluntad de concordia a cualquier otra
  • Dotar a tu mensaje de poder sin emplear la fuerza

 

¿ACEPTAS Y PREGUNTAS A LOS OTROS?

Varias anécdotas personales ilustran bien la increíble utilidad de preguntar a los demás antes de imponerles algo, sea lo que sea. Es una filosofía de vida y actitud que practicamos inconscientemente a diario y que podría titularse HAZ ESTO Y HAZLO ASÍ.

  • Aceptar al otro tal y como es: Solemos querer mucho que alguien hago algo. Nos pasa frecuentemente. Y es fácil quererlo, no hace falta mucho esfuerzo para esto. Lo verdaderamente difícil es querer lo que hace o es esa persona. Lo complicado en las relaciones humanas es tratar de no imponer el valor que queremos que tenga esa persona para nosotros sino aceptar el que ella nos ofrece. Solía colaborar hasta hace poco escribiendo en una conocida página de negocios. De repente alguien se puso en contacto conmigo y me comunicó estilos y temas sobre los que debía escribir y sobre los que no. Yo automáticamente no volví a hacerlo.
  • Preguntar al otro y no imponerle: Hace poco al término de una charla en unas interesantes jornadas dedicadas a compartir experiencias pedagógicas, se acercó a mí un equipo de innovación de un centro educativo. Tras agradecer el gesto y presentarnos me preguntaron cómo podían hacer que sus profesores asumiesen las políticas de innovación que intentaban implantar. Yo les dije “No lo harán nunca”. Mi respuesta en un principio les dejó perplejos por lo que añadí esto: “No lo harán nunca porque no tienen que asumir nada del mismo modo que a tí o a mí nos costaría mucho asumir algo que alguien nos impone. La verdadera innovación es practicarla. La mayoría de departamentos de innovación que conozco, incluso en consultoras muy caras y aparentemente expertas, entienden en sus comportamientos cotidianos que la innovación es un producto, otro contenido que deben implantar. Y emplean para ello las mismas herramientas, hábitos y métodos que emplean para muchas otras cosas. Sin embargo la innovación es en verdad una actitud. No se puede convencer a alguien sobre ella, hay que vivirla, hay que crearla. De tal forma que debemos partir de las necesidades reales de las personas y no de lo que nosotros creemos que necesitan, solo para poder satisfacerlas. La clave que siempre me funciona es contar con sus expectativas. Aunque parezca muy lógico que alguien tenga sed, si manifiesta no tenerla nadie es quién para decirle que debe beber agua. Si contamos con lo que las personas creen que necesitan y establecemos un ritmo medio entre aquellos que necesitan más y aquellos que necesitan menos, ya estaremos pintando un terreno de juego sostenible para todos. De este modo no necesitaremos implantar algo o convencer a alguien, sino simplemente acompañar como profesionales el momento en el que nuestra organización o personas se encuentran. Porque no estaremos hablando de innovación sino simplemente practicándola.”

 

¿APLICAS LOS PRINCIPIOS DE HITCH?

No he conocido fuerza más poderosa que el amor. La mayor parte de libros, películas y canciones tratan sobre él y creo que no es una coincidencia. En la película Hitch (Tennant, 2005) el personaje principal Alex Hitch expone sus principios para favorecer las relaciones personales. Creo que todas sus lecciones aplican literalmente a tu entorno de trabajo.

  • La vida es algo más que observar cómo la viven los demás. Atrévete a vivirla e invéntala.
  • Tranquilízate. No tiene tanta importancia lo que dices. El 60% de la comunicación humana no es verbal y un 30% está en tu voz. Eso significa que el 90% de lo que dices no sale de tu boca.
  • No puedes usar lo que no tienes. De modo que usa lo que tienes. Si eres tímido, se tímido. Si eres extrovertido, se extrovertido.
  • Nadie sabe lo que quiere hasta que lo ve. La mayor magia de este mundo consiste en presentar al resto de personas esas oportunidades. Si las conocen, no pueden quererlas.
  • La mayor parte del tiempo tu trabajo no consiste en convencer a nadie, sino solamente en no cagarla. Esta noche cuando quedes para tu primera cita, recuerda que ha aceptado quedar contigo. Podía haber dicho NO cuando ha dicho SÍ. Eso significa que tu trabajo no es convencer a esa persona, tu trabajo consiste simplemente en no mandarlo todo al carajo. En esto consiste casi todo la mayor parte del tiempo.
  • Dale mucho espacio. Pero mantén la visual. La otra persona se necesita pero también te necesita. Haz saber que siempre puede encontrarse y además que también puede encontrarte.
  • Escucha y responde. Cuando te conteste, escucha lo que te está diciendo y responde. De ese modo cuando te toque hablar tendrás algo que decir. Básico pero eficaz.
  • Por si no fuiste al instituto, que te peguen es buena señal. A la chica que te pegaba en el patio, le molabas. Eso significa “me interesas lo suficiente como para mover un dedo”. Si alguien no está de acuerdo con lo que dices, es que se ha dado cuenta de que existes.
  • Los príncipes azules siempre acaban destiñendo. Toda la imagen que tienes de la persona perfecta para tí es precisamente lo que te impide encontrarla. Nadie sabe cómo llega el amor. Disfrutas tranquilo de la vida y de repente no sabes cómo puedes disfrutarla sin esa otra persona. De modo que no te hagas grandes imágenes, simplemente acepta lo que llega.
  • Quizás la destreza más útil para lograr algo es no parar nunca de intentarlo. Perseverancia es mantenerse firme en el mismo curso de acción, sin tener en cuenta el rechazo, la oposición o el fracaso previos
  • La vida no se mide por las veces que respiras sino por los momentos que te dejan sin aliento. Si estás continuamente preocupado tan solo en vivir tu vida o desempeñar tu trabajo, te perderás esos momentos en los que de haber estado relajado, habrías disfrutado por completo.

 

¡Te deseo buena semana!

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