por David Criado | Sep 10, 2012 | INICIATIVA y SUPERACIÓN

¿Por qué creo que actualmente cualquier emprender es un anti-sistema? Porque España (ese pequeño territorio iluminado que nos muestra la Estación Espacial Internacional) en estos momentos se encuentra en una situación exactamente igual a cualquiera de estas 5 hipótesis:
- Un ordenador colgado que no acaba de arrancar. Aunque tiene un gran hardware, el software es excesivamente antiguo. Por inercia nadie se decide a reiniciar el sistema, aunque todos miran a la pantalla para ver si esto se soluciona solo. La respuesta es NO.
- Una ciudad el día después del paso de un gran huracán. Algunos han perdido la casa, otros han perdido el camino para llegar a ella, y muchos han dejado atrás a compañeros de viaje que han probado suerte en otra tierra o definitivamente se les ha dado por muertos. Hay partidas de rescate que cada día salen a la calle con ayuda externa para ver quién ha quedado vivo. Como siempre ocurre en estos casos, hay pequeños barrios por los que ni siquiera ha pasado el huracán. Estos oasis deberían ser la base para la reconstrucción de la ciudad. Su superación y fortaleza deberían servirnos de ejemplo para el cambio.
- Un anciano escéptico superado por un ritmo de cambio inasumible. Tras décadas de duro trabajo y sacrificio, nuestro anciano no ve su recompensa ni observa ningún reconocimiento. Algunos adolescentes a su alrededor le ningunean y como esas jóvenes que escupían a un anciano hace poco, se ve ultrajado porque ha perdido cualquier capacidad de maniobra. En un momento de cambios continuos en los que la adaptación y el trabajo en equipo son la clave, ve como la suma de esfuerzos personales ya no es suficiente. Sus antiguas doctrinas y creencias ya no son efectivas ni convencen. Se sienta cada tarde a esperar que algún alma caritativa se apiade de su alma. Pero NO hay nadie que responda a ese perfil.
- Un ejército que ha vencido airoso grandes batallas pero que finalmente perdió la guerra. Pese a que las tropas han dado el callo, pese a que estaban realmente preparadas y lo han demostrado en muchas ocasiones, siempre estuvieron solas y nunca fueron respetadas o valoradas por los mandos. No existía ninguna cobertura y la planificación del Estado Mayor -siempre lejos de la realidad del campo de batalla- era lamentable. El coraje, la pasión y el talento de la mayor parte de soldados ha sido, pues, insuficiente. Aquellos que se esforzaron por ser ejemplo para el resto, que sacrificaron su vida por el grupo, ven como los que practicaron el pillaje, el robo, el tráfico de influencias o la deserción son reconocidos y pagados como héroes. La meritocracia ha muerto y solo es respetado el individualismo. Los soldados rasos que se quedaron han sobrevivido a base de pequeños trueques y han perdido cualquier fe, valor u orgullo de pertenencia. Los mandos intermedios carecen de una cultura de liderazgo capaz de reconducir la situación y huyen como, cuándo y por dónde pueden al bando vencedor.
- Un coche con las mejores ruedas que no tiene motor. La escena es casi cómica. Un hombre camina por la acera convencido de su gran compra, se dirige a su automóvil recién pintado de un color metalizado anti-arañazos, probablemente con los mejores neumáticos del mercado, elevalunas eléctricos, cierre remoto centralizado, grandes asientos de piel curtida con doble costura y anti-manchas, un gran depósito de combustible, enorme maletero, cachibaches eléctricos varios dispuestos por el salpicadero,… Abre la puerta del coche sin problema, saca la llave y sonriente intenta hacer contacto. No funciona. Se extraña y comprueba si es la llave correcta. Parece serlo porque ha abierto la puerta. Lo intenta una y otra vez sin descanso. No suena nada. Ni una chispa, ni un breve rugido, ni un carraspeo leve. Sale del coche y abre el capó. No hay motor. Sin embargo el coche, salvo eso, es excelente. Pone un anuncio en el periódico y llama a algunos amigos para revenderlo. Entretanto se compra unas cervezas y las consume dentro. Porque el coche es cómodo aunque no funciona.
Por otro lado hay una gran cantidad de gente -hablo de mucha gente- que considera aceptables todos estos escenarios y de hecho lucha porque continúen existiendo. De hecho, en mi humilde opinión el 90% de la población española cuadra con el siguiente perfil esquemático de principios:
- SENTIDO DE CAMBIO: No estoy contento con las cosas. Cámbialas tú.
- SENTIDO DE EQUIPO: Me gusta tu idea pero yo tengo las mías. ¿Cómo puedes adaptarte?
- SISTEMA DE VALORES: No creo en esta forma de hacer las cosas pero «debo» hacerlo así.
- SENTIDO DE LIBERTAD: El riesgo es infinitamente malo, incluso el riesgo de hacer lo que creo o aquello que me gusta
- SENTIDO DE PROGRESO: Se basa en el miedo: No estoy bien pero podría estar peor > NOTA: los que dicen esto, siempre lo estarán
Difícil entorno, sí, pero real. Lo sufro y vivo cada día incluso entre agentes de cambio e innovadores de pose destacados. Creo que la gran mayoría de la población española está desencantada y no siente ningún tipo de ganas de invertir en el cambio. No hablo ya de los grandes aparatos de partido ni del sistema social ni siquiera del hecho de que actualmente las naciones no funcionan. Hablo de las personas, de aquellos con los que hablamos a diario. Creo, humildemente, que yo me he comprometido con el cambio. Al menos hasta donde he podido (con mi propia vida) y al menos de la forma más honesta que he encontrado (sin defraudar o estafar a nadie). Esta es mi historia pero puedes compartir la tuya:
Superando el victimismo, soy feliz pero el precio que he pagado por serlo es inasumiblemente alto. Muchos seguidistas, conservadores y cobardes se relamen esperando mi caída desde su barrera; otros esperan ansiosos que saque algo hacia delante para demostrar que es posible hacerlo. De momento ni unos ni otros han quedado satisfechos. El resumen de mi vida es bastante sencillo: he estudiado demasiado, he trabajado demasiado, he vivido mucho. Es otra vida ordinaria porque solo soy uno más. Me encuentro, junto con la sociedad a la que intento servir, en mitad de una crisis brutal de identidad y con los mínimos recursos imaginables. Tengo 30 años. En enero renuncié por voluntad propia a una carrera de 10 años medianamente exitosa en las primeras firmas de consultoría con presencia en mi país. Muchos compañeros labran su futuro al abrigo de la seguridad y la certeza, yo opté por el riesgo porque creo que era el único camino para ser feliz y poder dormir tranquilo. Lo hice porque no creía en los patrones de trabajo ni en el discurso de valor -a menudo incoherentes- de ninguna de las multinacionales con las que había colaborado. Nunca abandoné la arena, y las directrices verticales de los déspotas e incompetentes que ya la habían olvidado siempre me parecieron insultantes. Al cambiar de vida, me embarqué en un viaje de aprendizaje hacia el equipo que nunca se ha concretado en nada y lancé una propuesta de cambio que ha logrado dar sus frutos durante meses pero que actualmente no es sostenible. Con todo, soy lo que ahora llaman un «emprendedor exitoso» porque a pesar de todo ello, sigo vivo. Ese es el umbral de éxito del emprendimiento hoy en día. Y sí, soy feliz porque hago lo que quiero, pero el peaje continuo por hacer lo que quiero es ahora tan insostenible como el peaje que pagaba por hacer lo que no quería. Ese peaje tiene forma de preocupaciones, malos momentos, malestar, inseguridad,… y es mejor que todo cuanto he conocido hasta el momento pero sigo sin dormir tranquilo.
En esta situación personal y con este entorno adverso, este es mi RETO:
¿Cómo construir un servicio de transformación cultural realmente cautivador, sostenible a nivel de proyecto y útil para los demás?
Esta es la única pregunta que me ocupa durante los últimos 30 días. Tras regresar del viaje a Barcelona y tras un día en blanco desintoxicándome, hoy ha llegado a hotel vorpalina un emprendedor y amigo que se alojará durante un mes. Después de cenar hemos estado charlando sobre la saturación de oferta innovadora en el mercado español y sobre la gran utilidad que tendría crear un carnet de innovación por puntos. El funcionamiento sería muy similar al carnet de conducir que todos conocemos. Porque cada vez que en una empresa alguien dice «innovación» muere un profesional cualificado a varios kilómetros de allí. Creo que ya hay mucha gente que monta saraos elitistas, cortijos de innovación, festejos coloridos y BBCs en el mundo como para que vengamos nosotros a ofrecer más de lo mismo. También creo que realmente esto ya no es necesario. Dejemos de hablar y empecemos a hacer. Es todo mucho más sencillo: Servicios reales para problemas reales. La indefinición mata y no puedo replicar aquello que quiero corregir.
Porque la agilidad, la adaptación al cambio y la imagen parecen serlo absolutamente todo. Si se incluyeran estos factores entre los estudios de mortandad, ocuparían el 90% de muertes no naturales. No solo de personas, sino de familias, organizaciones y países. La mayor parte de ellas si mantienen su indefinición por un tiempo «excesivamente» prolongado, son rechazadas o excluidas del camino por el resto. Por otro lado el tiempo de respuesta es ahora mucho más clave que antes. Cuando un país o una economía agoniza, lo que se necesitan son equipos de urgencia con un espíritu de sacrificio nunca visto. Deben meterse hasta la cintura en grandes pantanos y lodazales para rescatar a supervivientes y regenerar poco a poco un terreno estéril de ideas y sentido.
En este artículo quiero hablar de forma constructiva de tres niveles de indefinición que nos están saliendo excesivamente caros a todos: la falta de compromiso personal, la inoperancia de los equipos y la falta de efectividad de las organizaciones. Todas ellas están ligadas y son -así lo creo- enfermedades mortales que requieren tratamiento y atención. Creo que todos estos elementos están ampliamente extendidos y podemos encontrar ejemplos de ellos a diario. Añadan a estos tres elementos su proyección en los diferentes ámbitos de la sociedad española (financiero, político, social, laboral,…) y obtendrán un cóctel explosivo cuya foto finish es similar a nuestro momento AHORA.
La falta de compromiso personal. Indefinirse es, por naturaleza, no comprometerse a nada y seguir hacia delante. Indefinirse es abandonarse a la inercia y a la suerte, perder las referencias y el sentido. Indefinirse también es practicar la caridad y el clientelismo en los negocios: si tú te adaptas a mí, entonces podré ayudarte; si no es así, no me interesas. Indefinirse es no comprometerse a nada más allá de mí o de lo mío, más allá de lo que ya controlo. Sin embargo hablar mucho y no hacer nada es el tipo de indefinición más aceptado. Cualquier persona civilizada puede comprender que la teoría, los conceptos, las grandes reflexiones (este blog al completo, por ejemplo) son solo el punto de partida para hacer las cosas. Por sí solos son completamente inútiles. Cualquier reflexión, sea del tipo que sea, pierde por completo su sentido si no está encaminada u orientada a algo. En España hemos perdido la noción de todo esto a nivel personal. Parece que asociamos la acción a conseguir hacer cosas y la teoría como el recreo de un patio de colegio en el que ocupar el tiempo de forma completamente inútil. Pensar se ha convertido en un lujo pero actuar sin coherencia y cegados por la inercia es un lujo aún mayor que no podemos permitirnos y por el cual todo el mundo está invirtiendo el triple. Esta es una gran barrera que nos impide progresar. Definirse desde luego es algo incómodo pero debe serlo porque sino no existe el esfuerzo. El compromiso individual con el cambio se basa para mí en tres palabras clave: perseguir un objetivo.
La inoperancia de los equipos. Como parece lógico, la suma de la falta de compromiso personal da lugar a una inoperancia técnica completamente comprensible. Cuando todos quieren hacer algo pero no lo hacen, ese algo muere. Durante este último año he aprendido que la clave para que un equipo salga hacia delante es trascender nuestras realidades individuales. Hay una fórmula de cuatro palabras clave que siempre funciona: aprender haciendo en equipo. Como contraposición a esto, existen los grupos bucle, sumas totales de las individuales absolutas y creadores auténticos de grandes aparatos y sistemas. Estos grupos no llegan a ser equipos y nunca son hacedores de nada útil para el bien común aunque logran a menudo resultados satisfactorios para algunos miembros de forma separada. Porque en un equipo efectivo no vale ni aprender por aprender, ni aprender para aplicar a nuestras realidades individuales y tampoco vale aprender haciéndolo completamente solo. Cualquiera de estas tres cosas las podemos hacer por nuestra cuenta en cualquier parte. De ninguna de estas formas se construye equipo. El equipo es otra cosa, habla de un bien común y de una identidad compartida, de definir un reto y comprometerse con él con sacrificio y dedicación. Lo que es realmente válido y diferencial es aprender haciendo en equipo. Y para ello siempre SIEMPRE necesitamos definir un RETO.
La falta de efectividad en las organizaciones. Como sigue pareciendo lógico, la suma de la inoperancia de los equipos promueve series colapsos productivos y enquistamiento en las organizaciones. Las decisiones son tomadas bajo un modelo extractor que está definido a partir del bien individual y no del bien común. Hace poco César Molinas hablaba de este mal tumoral en la política y también de la precaria falta de relación entre la gente con ideas y la gente con dinero en materia innovadora. Me remito a estos artículos para extrapolar la falta de efectividad a la política y la economía real que generan organizaciones con problemas de rigidez estructural y calcificación ejecutiva.
La propuesta de servicios que he articulado pivota sobre una solución a uno de estos tres ejes. Se trata de un viaje de aprendizaje con 10 talleres y 15 experiencias de transformación de equipos. Es mi propuesta de reinicio a un cambio de modelo de relaciones que no tiene vuelta atrás.
por David Criado | Sep 1, 2012 | INICIATIVA y SUPERACIÓN

I write from my redoubt of world I call home. I’ve had an interesting week preparing one of the key months for the initiative since its inception. I was born 30 years ago in similar circumstances. It was all to do and a world of uncertainty gave birth to the first lines of my trip. I guess I cried looking for a clear answer. Neither then nor now has never existed. Some of the things I now see on my desk are speaking of myself.
As a kid I always felt the desire to change things. It was hard to accept my reality so It was much more difficult to settle it. Most of the time I felt like a preacher. I shared some stories that others listened. With 15 years I remember that I loved talking quietly with my friends, listening to their problems and offering some humble help. Although my actions were misunderstood, for me it was impossible to think that any problem couldn´t be paired with a creative solution. Any problem. My current situation is also very similar. I´m not talking about friends, family or people close to me but of an entire society. I´m not talking about misunderstood by a person but by an entire education system with closed and assumed prejudices that push us down. And also now I think I have nothing to lose, everything to me is possible and there is only hope ahead.
The stomach of the world thrives on small things. Always somehow -I can not explain it- I knowed this. I invested all my efforts and all my mistakes in enjoying every tiny moment of my life. I have often felt alone, exhausted or sad. Most of the things I share, I share them because I need to set free and download an unhealthy energy contained. Somehow I prototype my life looking mostly my dreamed rest. I don´t think I’m special, it’s just that sometimes I need to release a thought to remain calm. From this perspective it took me a long time to assume, now I´m working on real projects with real people to propose real and progressive solutions within easy reach. Making things simple is now more productive than making things happen. Especially now. At least is my own experience. But many times, when I read articles, I see some colleagues work on innovation or check how the market evolves, I still feel like a preacher. I see many theories but few cards on the table. It is a dangerous game in which many bet but often only one knows the truth. There is no Superstring Theory for Change which can be the answer to all of your problems. But often this is what some professionals are selling.
Now I´m articulating my value proposition for the next school year in teams and organizations. The learning never stops for anyone in innovation 😉 And I´m beginning to feel that I should just let flow the value of the people who are around me and channel that knowledge and experience to transform real situations. That´s all. As the old preacher who played Clint Eastwood in this incredible western movie, I don´t seek justice, but to help others and myself to make things simple. We can be great riders for change and every time we can be better for the world as a pale rider riding his white horse stained by the years…
por David Criado | Ago 27, 2012 | INICIATIVA y SUPERACIÓN

Impago de limón, impago de naranja, ERE de limón, ERE de naranja, bancos de limón, bancos de naranja, gobierno de limón, gobierno de naranja, paro de limón, paro de naranja, embargo de limón, embargo de naranja, rescate de limón, rescate de naranja, prima de limón, prima de naranja, IVA de limón, IVA de naranja, Mónica Limón, Mónica Naranjo… Todo lo que tiene limón tiene naranja. Parecía fácil pero nadie lo había hecho: Nueva crisis española actual, la versión más incomprensible, sorprendente y asfixiante de la cruda realidad.
(A propósito del anuncio comercial de Shandy Cruzcampo Naranja)
Creo que todos nos hemos preguntado alguna vez de qué sirve seguir hacia delante. Cuando te encuentras una piedra en el camino, tropiezas y caes, ¿Qué te hace realmente levantarte? Después de meses probando suerte y siguiendo hacia delante, creo que lo que te hace levantarte es querer realmente estar en pie. Y una vez arriba decir siempre orgulloso: «parecía fácil». Y entonces pensar: Tal vez alguien haya puesto esa piedra en el camino, tal vez solo te pusiste tú en el suyo. Pero pase lo que pase solo era una excusa para poner a prueba algo que debías descubrir: Tu compromiso. Porque la responsabilidad no nos hace más fuerte o mejores, ni siquiera ser honestos o sinceros, algunos han menospreciado la bondad, otros han socavado la belleza e incluso puede que la coherencia ya no valga para nada. No lo sé. Asisto muchos días a debates sobre esto. Reconozco estar cada vez menos interesado en hablar de ello. Pero hay algo de lo que jamás voy a dudar, algo que es seguro en una tierra en la que cultivamos grandes pastos de miedo y de pobreza: No me cabe ninguna duda de que un hombre comprometido con su causa vale por toda una humanidad. Después de estudiar, trabajar y experimentar tanto una y otra vez a veces sin descanso, puede que la vida sea algo tan sencillo como tener una colección de causas o tal vez solo una que solo tú puedes asumir.
Creo también que el compromiso de muchos en mi país actual y en mi momento AHORA está basado en destruir futuro. A veces, saturado por el bombardeo de pesimismo creo con tristeza que este compromiso está siendo mucho más fuerte y efectivo que el de muchos que queremos construir presente. He pensado algunas noches al llegar a casa que cuando todo el mundo dice: «Esto no es posible» puede que no sea posible. He pensado también que cuando los gobiernos dicen «este no es un buen momento» puede que no sea un buen momento. A veces, lo confieso, cuando los bancos dicen «no tenéis crédito» he pensado que tal vez no tengamos crédito. Pero esas noches, siempre antes de dormir, cierro los ojos tumbado y recuerdo el siguiente orden de hechos infinito:
Recuerdo cuando era niño que pensé que jamás esa pelota entraría en esa portería. Pero la vi dentro. Y entró. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido ganar todos los partidos…
Recuerdo que una vez, sin dormir, apenas había estudiado y pensé que jamás aprobaría ese examen solo con imaginación y sentido común. Pero lo hice. Y aprobé. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido aprobar todos los exámenes…
Recuerdo desde bien pequeño que me avergonzaba escribir aquello que sentía sobre aquella dulce niña y pensé que jamás tendría sentido hacérselo llegar. Pero lo hice. Y sonrió. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido decir a la persona que amo que la amo…
Recuerdo que defendí a un muchacho tímido y extranjero de un grupo de chicos enormes en el comedor. Pensé que no sería capaz de defenderle solo creyendo que aquello era lo justo. Pero le defendí. Y sobreviví. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido hacer lo que he considerado justo…
Recuerdo que no parecía razonable pensar que un alumno pudiera contradecir a un profesor delante de su clase. Pero pensé que él estaba equivocado. Y lo estaba. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido compartir siempre aquello en lo que creo…
Recuerdo que nadie creía que sobreviviría más de un mes cuando me fui de casa de mis padres sin apenas dinero. Yo mismo pensé que caería derrumbado en la siguiente esquina. Pero llegué a ella. Y seguí. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido vivir cada día una nueva vida…
Recuerdo que, pasados los años, tampoco parecía razonable criticar el modelo docente de un catedrático en un trabajo de fin de curso. Pero pensé que mi opinión también era importante. Y lo fue. Y desde entonces, casi siempre, invito a una cerveza a todo aquel que me critica como aquel hombre me enseñó…
Recuerdo que estaba realmente convencido de que jamás sería capaz de irme de mi primer puesto de trabajo aburrido para iniciar una nueva vida. Pero pensé que era mi momento. Y lo era. Y desde entonces, casi siempre, me ha parecido tomar decisiones sobre cada momento en mi carrera…
…
A veces, he de reconocerlo, cuando llego a este punto comienzo a dormir tranquilo a pierna suelta. Por eso creo que nuestra peor enfermedad tiene doble cara: el victimismo o la adoración de las heridas, y el optimismo idiota o la negación de la evidencia. Todo es sin embargo mucho más fácil e inmediato. En un mundo en el que por primera vez hay más víctimas que homicidios voluntarios, este es mi único consejo: Persevera. Insiste. Adquiere, define y defiende un compromiso para cada reto. Parecía fácil. Pero solo lo parece 😉
por David Criado | Ago 26, 2012 | ACOMPAÑAMIENTO AL CAMBIO

Cualquier pulmón para volver a hinchar el mundo es bienvenido.
Cuando descubrir el cambio es un paso mayor que descubrir la Luna. En honor de Neil Amstrong, a pocas horas de su muerte.
Tener ideas está bien, creer y actuar por el bien común es sin embargo lo correcto. O eso parece hasta que la rosca se pasa de vuelta y se envilece. Durante los últimos años los medios de comunicación se han convertido en seres bipolares que sufren un desdoblamiento de personalidad entre el suceso y lo anecdótico. La saturación por goteo enturbia el riego del pensamiento ciudadano. Inundar de esperanza o miedo una cabeza es la forma más efectiva de acción que jamás se ha conocido. La consecuencia de emplear estos medios genera una sugestión colectiva que provoca contención e inacción. Cuando esto ocurre, cualquier cosa entra dentro de los márgenes de lo aceptable. La exigencia de lo mínimo aceptable es entonces extremadamente amplia. Todo es justificable en defensa del bien común, incluso actuar en contra del bien común. La última y más aceptada excusa es que todo ocurre «por la crisis». Un gran ente indescifrable parece avalar nuestra mala suerte. Ahora que ya nada importa salvo la supervivencia, podemos desechar todo aquello por lo que hemos trabajado durante décadas para salir del hoyo. O no.
A pesar de que el actual estado partitocrático impide el desarrollo de cualquier política de regeneración del sistema, el verdadero problema es la falta continuada de visión, preparación y cultura de las personas que gobiernan nuestro país, nuestras realidades inmediatas y en particular, nuestros equipos. Es un problema económico y social porque antes es un problema cultural. Algunos, a pesar de las contrastadas evidencias, consideran que es una cuestión ideológica o de signo político. Lo piensan los que no pasan hambre, los que no viven en la calle y los que jamás han sufrido la frustración de un despido o la desprotección absoluta de garantías sociales básicas. No es una cuestión de ideas, a menudo es solo una cuestión de honestidad. Acudimos a las urnas cada cuatro años encomendando nuestro futuro a otros en un símil bancario semejante a un cheque en blanco. Sin embargo la ideología es un privilegio que solo puede permitirse el que no conoce la necesidad. Mientras unos hablan de fidelidad, sentido de Estado y firmes posiciones en sus púlpitos, una sociedad se derrumba bajo sus pies. Porque en tiempos de crisis sobrevivir es el único partido respetable. Podemos mantener acalorados debates sobre las razones y los parches a la crisis. Pero no ha sido un pinchazo. Es que la rueda dejó de funcionar. Tu obligación moral es reinventarla.
14:30. Telediario. Aterrado, intento seguir con la mirada las siguientes cadenas de sucesos:
ARDEMOS: Un grupo de voluntarios contra incendios se ve obligado a pagar con su propio dinero los costes de su actividad ante la falta de subvención «por la crisis» > Los bomberos declaran que la ayuda de estos colectivos es imprescindible ante la falta de recursos en los cuerpos de bomberos > Parques Nacionales redujo un 20% el presupuesto contra incendios desde Junio > Este 2012 se convierte en el peor año forestal de la historia de España > En 9 años se quemó en España una superficie equivalente a Murcia > Un grupo de ciudadanos alrededor de la plataforma España en llamas pretende monitorizar la falta de información y prevención sobre incendios
DELINQUIMOS: Una familia con un una mujer de 77 años desalojada por impagos acampa en la calle Cea Bermúdez desde Abril: «Cuando hace calor te mueves a la sombra, lo malo es cuando vuelva el frío» > Una media de 6 familias diarias pierde su casa cada día en Cádiz por impago > Una niña de 6 años enferma de cáncer duerme en una furgoneta en Madrid a causa de un impago > Un grupo de jóvenes ocupa y recupera extraoficialmente un pueblo abandonado a las afueras de una ciudad ante la incapacidad de pagar > El gobierno estimula el alquiler por medio de medidas que favorecen al arrendador
HURGAMOS: Cada año desaparecen «por la crisis» el 20% de las empresas con menos de 6 empleados que conforman el 95% de empresas en España ante el intrincado complejo jurídico, los impuestos o la falta de crédito > El cierre de grandes empresas deja al límite de la supervivencia a parados de mayor edad > El optimismo vende > Un 21,8% de españoles vive en la pobreza y hurga en la basura para subsistir > El Ayuntamiento de la capital española multa hasta con 750 euros a quienes hurgan en los contenedores porque al hacerlo ensucian la vía pública > Los presupuestos presentados por el Gobierno afectan a pensiones y prestaciones de desempleo.
En tiempos en los que todo el mundo habla de la prima de riesgo y de la deuda externa, recuerda siempre que el único riesgo que no puedes obviar es la deuda moral de construir un mundo mejor para tus hijos. Eso es todo y está antes de cualquier otra inercia o imperativo impuesto o asumido. Haz algo. Aprende tomando decisiones diferentes. En tu despacho, tu familia, tu realidad inmediata. Una conversación diferente, un cambio de costumbres o un pequeño acto de rebeldía en un mundo en que lo correcto es lo incorrecto, son un pequeño paso para tí pero un gran paso para el cambio 😉
por David Criado | Ago 24, 2012 | ACOMPAÑAMIENTO AL CAMBIO

Mi amigo Andrés me ha recordado hoy algo que escribí hace ahora casi 2 años. Mi memoria es extraordinariamente mala por lo que suelo olvidar mis propias palabras con frecuencia y he tenido que preguntarle de dónde carajo lo sacó. Lo que hoy recordaba el Dr. Schuschny forma parte de una de mis tesis, en concreto de ISaBeL que comenzaba a aplicar entonces la potencia de la inteligencia social al análisis y búsqueda de lo que llamé -muy a lo Bauman- entornos de emprendimiento líquido. Estos entornos no eran necesariamente empresas, de hecho lo que venía a recoger en el estudio es que las barreras de lo que conocemos como «organización» o como «empresa» cada vez están más desdibujadas como desde diferentes sectores se viene demandando.
El fenómeno ISaBeL no ha dejado de latir desde entonces. Aún así me he dado cuenta revisando mis notas que nunca he hablado en el blog de este proyecto aunque sí de IReNe, Inteligencia en Red para la Nueva e-Conomía. Ambos responden a mi frustración continua en entornos de trabajo totalmente rígidos y tradicionales en los que siempre me comprometía con el cambio hacia modelos más equilibrados y sostenibles de trabajo y, en general, de vida. Sin embargo ISaBeL tiene la particularidad de que fue presentado ante la alta dirección de una gran consultora (por tamaño y facturación) para crear nuevos entornos de trabajo. Es por tanto un compromiso real con el cambio y debo decir que estoy mas que satisfecho con el resultado obtenido en este sentido 😉
Para escribir IReNe, que cuenta apenas con 65 páginas, estudié durante algo más de un año el comportamiento de las comunidades de software libre junto a otros amigos que ahora forman parte de Hospital para empresas; devoré una selección de libros, conferencias, charlas y artículos con extrema ansiedad de conocimiento; y aproveché mi curiosidad incómoda para observar y anotar comportamientos rancios, obsoletos o carentes de sentidos en mi entorno más inmediato de trabajo. En aquel momento las fuentes de inspiración eran innumerables :). Todo esto agitado, mezclado y unido con un pegamento en extinción -el sentido común- dio lugar a mi primera tesis que escribí en no más de 2 días agobiado por las prisas. Esta tesis pretendía articular una ideología de cambio para los equipos de trabajo, un punto de partida realista y basado en una evolución histórica en el management y la gestión de equipos a partir del cual construir una nueva cultura de valor. La continuación natural de este marco de trabajo (posicionado en el tiempo y en su tiempo) parecía ser ISaBeL, nacido de reflexiones propias o de trabajos de otros compañeros en la Red. En este otro estudio aportaba los rasgos básicos para la construcción de nuevos entornos mucho más flexibles y adaptados a la realidad que los que todos sufrimos a diario. Pero lo mejor es dejaros con los propios textos para que entendáis que entiendo por el compromiso con el cambio 😉
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(…) Por último, la burocracia es quizás el más pesado de los elementos a evitar. Y resulta complicado transformarlo en valor porque la burocracia -contradiciendo el principio físico fundamental de la energía- no se transforma, solamente se crea o sedestruye. Destrúyanla.
Algunas de las transformaciones más acuciantes tienen que ver con la capacidad de influencia sobre el individuo que tienen actualmente las siguientes realidades y que determinan el déficit de aprovechamiento de potencial propio:
- ANACRONISMO: Vivimos conectados fuera del trabajo pero no dentro.
- CULTURA YO: Se prima y se fomenta el aislamiento y el individualismo, no la colaboración.
- FALTA DE MODELO DE VIDA: Somos seres naturalmente inquietos y creativos pero no se nos educa ni se nos recompensa en la inquietud ni en la creatividad
- LIMITACIÓN: Disponemos de una gran cantidad de recursos y medios fuera del trabajo y de una muy limitada cantidad de recursos y medios dentro del trabajo
- FRUSTRACIÓN: Hemos nacido libres, tendemos a ser libres y queremos estar alegres. La libertad es el motor de esa búsqueda continua de alegría. La felicidad es una sensación propia derivada. En las organizaciones no se fomenta la alegría y la libertad está extremadamente limitada ergo resulta muy complicado ser feliz en las organizaciones actuales.
El actual modelo productivo derivado de un sistema de trabajo en formato fábrica ha generado grandes beneficios económicos durante largo tiempo y ha mantenido grandes estructuras laborales adecuadas a su tiempo. Con la presente propuesta no pretendo juzgar el éxito o fracaso de dichos modelos sino simplemente constatar la falta de correspondencia entre la realidad social actual y las organizaciones. Resulta apasionante formular alternativas en un momento en el que todos nos replanteamos la idoneidad y la sostenibilidad de modelos despersonalizados que sobreviven a base de parches eventuales, en un momento donde se plantea un entorno regulatorio más adaptado y a la vez se promueve la libertad de negocio por encima de las barreras geopolíticas, en un momento, en definitiva, donde la comprensión del mercado pasa por comprender la realidad actual de la que todos somos responsables: los mercados son conversaciones, lo siguen siendo. Nuestra responsabilidad pasa por el gobierno adecuado de las incertidumbres sistémicas, no por transformarlas en certidumbres sino por identificarlas y aprender de ellas de manera constante. La única vía para predecir lo que pasará en el futuro es manejar el suficiente pensamiento lateral como para aprender de diferentes campos, diferentes experiencias y todo tipo de personas. Cuando los mecanismos más elementales que conforman nuestro sistema social están en revisión, ¿por qué no revisar también los entornos en los que desarrollamos gran parte de nuestro potencial como personas?
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(…) ¿QUÉ TENGO QUE HACER SI QUIERO CAMBIAR MI ORGANIZACIÓN Y MANTENER MI TALENTO CONECTADO?
- Si tienes poder y responsabilidad, actúa como si no los tuvieras. Si no los tienes, actúa como si los tuvieras.
- Asume que nadie gana ni pierde totalmente
- Si eres inteligente, habrá gente que no tiene tu inteligencia pero que es inteligente. Si eres completamente idiota, escribe un libro sobre cómo ser inteligente.
- No cambies tu organización, cambia a las personas. Empieza por sus ideas, es más sensato que empezar por sus principios.
- Busca tu felicidad siempre y veras que a menudo es compatible con la del resto de personas.
- Añade a todos los verbos que se te ocurran el prefijo CO- y conjúgalos diariamente
- No esperes dinero a cambio de tu esfuerzo a corto plazo. Proyectas un cambio de cultura que nadie va a comprar siendo consciente. Es realmente un mal negocio hasta que el resto comienza a hacer cosas sin querer.
- Construye una identidad compartida en la que quepan los que están y los que ni siquiera piensas que puedan llegar a estar. De este modo ni siquiera serás capaz de imaginar hasta dónde puede llegar tu entorno.
- No establezcas una estrategia punto por punto ni escribas documentos, tampoco pintes nada si no lo ves necesario. Simplemente vive día a día y actúa con naturalidad, como si nada a tu alrededor fuera contigo salvo las personas que te envuelven y rodean.
- No evangelices ni adoctrines. Mejor comparte y siembra. Las grandes cosechas requieren tiempo y esfuerzo; los discursos de ascensor duran solo 2 minutos.
- Intenta impresionarte y que los demás se impresionen a sí mismos.
- En general no tomes decisiones en soledad o a largo plazo. Tu organización no eres tú solo y lo que ocurre en ella cambia constantemente. Toma las decisiones que te afecten a ti mismo. Si afectan a los demás, tomadlas juntos.
- No salgas corriendo cuando todo vaya mal porque irá mal. Afronta con humor el hecho de que una suma continua de fracasos precede siempre al éxito. No definas lo que se considera ÉXITO. No eres dueño de lo que otros consideran éxito ni el concepto pertenece a un ente abstracto colectivo; el éxito es la identificación personal con un objetivo que aporta satisfacción personal. Nada tiene que ver en esta definición la empresa salvo para facilitar el cumplimiento de ese éxito personal. Tu proyecto vital debe ser inquebrantable por cualquiera excepto por ti mismo.
- Confía en los demás, comparte.
- Oriéntate a las personas, orienta a las personas, elimina toda traba que no les permita comunicarse o actuar para generar valor más allá de los proyectos.
- No pidas permiso, actúa. Si no puedes hacer algo, hazlo. Si no te permiten hacer algo en lo que crees profundamente replantéate si lo crees profundamente. Si es así, hazlo. Si no puedes hacerlo, replantéate si hay otras cosas en las que crees más profundamente. Si es así, hazlas. Si no puedes hacerlas, vete.
- Transfórmate en un agente del cambio, no solo en un actor que interpreta un rol concreto sino en un agente del cambio. Utiliza esta plantilla si crees que es necesario:

- Si crees que hay algo interesante fuera, sal y pruébalo. Si puedes hacer esto, vuelve.
- No cambies si no crees que no debes hacerlo. Cambia si crees que otros deben cambiar algo que también tú estás haciendo.
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El texto que recordaba Andrés hoy es un breve listado de habilidades y principios para favorecer la implantación de esos entornos de emprendimiento líquido :
- Diviértete, haz aquello que te motiva
- Aprende a pensar en los demás
- Aprovecha cualquier oportunidad para expresar tu personalidad individual
- Piensa en personas, no en proyectos
- Si haces aquello que amas el tiempo toma un curso totalmente diferente.
- No hay barreras de entrada pero tampoco de salida
- Equilibrio autogestionado entre la individualidad y la sociabilidad
- Somos educados para perder la creatividad. Edúcate en ganarla.
- La inteligencia es diversa y es dinámica: Si ven las interacciones del cerebro humano, la inteligencia es maravillosamente interactiva. Conéctate a ti mismo.
- El talento no es único y no pertenece a una sola forma de entender la realidad sino a infinitas intersecciones entre realidades que ni siquiera otros imaginan.
- No existen Recursos Humanos, nadie los crea ni los destruye sino que nacen por sí mismos.
- La vida no es lineal, es orgánica. Tu trabajo es parte de la vida.
Estos fueron hace dos años mis dos compromisos con el cambio que ahora evolucionan en forma de una gran familia preparada para ayudarte a trabajar en esta nueva era 🙂
por David Criado | Ago 24, 2012 | DESARROLLO PERSONAL

«Una agonía es también un proceso vital, no menos que un nacimiento, y a menudo ambos se pueden intercambiar.»
Herman Hesse, Elogio de la vejez
El desprecio hiriente o la idealización incondicional de nuestro pasado -no me cabe duda- son dos de las mayores causas de conflicto en nuestras sociedades. Han provocado las mayores guerras y generado la peor inestabilidad que se recuerde. Es tan malo o incluso peor basar nuestras decisiones tan solo en el pasado como basarlas en un obstinado intento de borrarlo. En estos momentos el péndulo social está en este segundo punto. Esa obsolescencia programada de ideas, de cosas, de personas nos impide ver la luz de una figura inmutable y llena de razón: el anciano. Yo hablo mucho de inteligencia social pero ¿qué red social, disco duro o tableta es más fiable, resistente al tiempo y admirable que los guardianes de la memoria colectiva? Mi consejo es este: sal de facebook y habla con tu abuela.
Porque hay algo que salvo un imprevisto en el camino a todos nos llega y nos toca por igual. El gran estadista, el estanquero, el hombre de negocios, la presidenta, el secretario, la repartidora de correos o el camarero, el periodista, la autora, el lector, el ser inteligente y el idiota, el hombre bueno y el malo… todos ellos envejecen. Decía Bacon que este era el secreto de una buena vida: «vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer». En nuestro tiempo despreciamos sin embargo con un impúdico desdén el valor inmenso que atesora la vejez. Actualmente nuestra programación social descarta a los mayores, los aparta y los condena a un ostracismo comúnmente aceptado. Y cada vez se es viejo más pronto y el exilio social es más temprano.
Recientes y consecutivas medidas punitivas en relación a la jubilación (que no es otra cosa que el reconocimiento social avanzado a la aportación de un individuo en su etapa productiva) no dejan lugar a dudas: estamos destruyendo, malnutriendo y generando una indefensión imperdonable sobre un pilar básico de nuestra sociedad: el anciano. Tiene que ver con diferentes factores demográficos como el envejecimiento acelerado de Europa, que corre el riesgo de ser la residencia de la ya muerta aldea global, o con factores económicos que hablan de la falta de sostenibilidad financiera de tan alto porcentaje de ancianos por parte de un reducido número de seres supuestamente productivos. El considerar que un anciano no es productivo para una sociedad ya es sintomático de la pérdida de pensamiento sistémico y perspectiva que hemos alcanzado. La falta de cuidado y atención generalizada sobre aquellos que han hecho que estemos aquí -sea como fuere- es ya un hecho que nos toca a diario de forma autoimpuesta en nuestras familias.
Sin embargo una lectura menos menuda debería hacernos reflexionar. Si tenemos una sociedad vieja deberíamos tener una sociedad sabia. ¿Por qué claramente no es así? Porque nuestra actual vejez dista mucho de parecerse a la vejez de nuestros ancestros. Hemos declinado y conjugado el verbo envejecer hasta casi agotarlo por completo. Nuestra vejez urbana pesa, socava y deteriora. La experiencia ahora no es un grado sino una losa. Algunos ignorantes proclaman que todo el mundo vale para todo y que cualquiera puede acceder a la excelencia. La democratización del acceso al conocimiento con la llegada de la Red parece haber enturbiado la mente de aquellos que defienden que ser joven, apuesto y a la moda es la única forma de vida asumible para todos. Mi segunda confesión en estos días también es un hecho constatado por los que me han conocido durante años. Siempre he sido un viejo. Cuando dejé mi último trabajo, una compañera me entregó una nota que, entre otras cosas, decía lo siguiente: «Por mucho que quieras disimularlo en un cuerpo ahora de pocos años, eres un alma vieja»
De modo que a mis casi treinta años soy un viejo y estoy consecuentemente cansado de que se nos releve y se nos humille. Estamos jugando con un fuego que jamás podremos extinguir porque muy a pesar de nuestra incoherente voluntad, la base estable de cualquier sociedad sedentaria son siempre los ancianos. En el genial blog gráfico 500 generaciones, Nacho Docavo nos comenta que la primera ley que se dictó en el mundo la dictó un anciano probablemente hace 12.800 años. Muchas teorías filosóficas e innumerables culturas asocian la sabiduría a la vejez. La soficracia, que aún se practica en lugares recónditos de Asia, algunas regiones de América Latina y África, estuvo basada en sus inicios en consejos de ancianos que deliberaban sobre el bien común de su comunidad. Actualmente existen comunidades tribales cuya toma de decisiones es adoptada por los miembros de mediana edad pero con un peso importante de los ancianos del lugar como poder consultivo y asesor. Es así también como nació la palabra Senado (del latín senex o anciano), órganos consultivos oligárquicos en la Antigua Roma y naturales en la tradición indostánica. Ya en nuestra Edad Moderna, el Conseil des Anciens en el siglo XVIII francés, era un organismo legislativo formado por ancianos y tan pervertido a posteriori por clanes familiares como el romano. También es reconocido indistintamente en las familias occidentales y orientales el respeto y el ritual de culto asociado a los ancianos contadores de historias (storytellers) como garantes del conocimiento y la memoria grupal. En la Edad Media estos contadores de historias conformaron un gran legado literario gracias a la tradición oral heredada de padres a hijos. Goethe reflexiona sobre la vejez en Fausto y Pitágoras decía que una buena vejez es la recompensa a una buena vida.

En el largo éxodo histórico del pueblo judío desde tiempos de Moisés la figura del anciano ha sido venerable, desde la formación del Sanedrín (un consejo de 70 ancianos jueces y gobernantes) hasta pasajes sagrados en los que se defiende al anciano incluso por encima del derecho: «la ley es agua, la palabra del anciano, vino generoso». En Birmania el Consejo de ancianos o Salang era respetado como cuerpo judicial y el Myit Su, el hombre más respetado, solía ser una anciano conocedor de costumbres. Los arunda australianos reservan sus mejores comidas para los viejos y los samoanos reconocen a sus ancianas como las mejores tejedoras y maestras de mujeres jóvenes. Son respetadas como autoridades en Medicina y matronas excelentes. Los chamanes o hombres espirituales nunca son jóvenes o de mediana edad, más bien son los mayores de su comunidad tanto en los indígenas norteamericanos como en los hotentotes, hopis o hamagua.
Al contrario, muchas sociedad nómadas coinciden en entender la vejez como una carga. Parece como si esa nomadización que sufre nuestro sistema social (en la familia, la vivienda, el trabajo) desplazara el valor de la vejez. Parecemos imitar a esos pueblos nómadas que abandonan o matan a sus ancianos en rituales milenarios que ayudan a perpetuar la comunidad. Como en Siberia, donde los chukchis abandonan a sus ancianos en la nieve a temperaturas extremas; como esas tribus brasileñas, los borobos, que ahogan a sus mayores untados de resina en cuanto éstos no se sienten útiles; como esas comunidades de Panamá, los guaimíes que abandonan a los ancianos en la selva con el solo sustento de una calabaza. Por su parte los esquimales abandonan en el hielo al anciano o al herido de muerte hasta ser devorado por los osos que luego son cazados y forman parte del alimento de la comunidad, cerrando el ciclo de la vida. Algo parecido ocurre en el Norte de Venezuela, donde parece que antiguas tribus mezclan las cenizas del muerto en la bebida que la nueva generación bebe para nutrirse simbólicamente de su sabiduría. También en Tierra de Fuego y en Guinea era usual comerse a las ancianas ante la falta de sustento en una región tan adversa. La única diferencia entre nuestra cultura y todos estos casos de comunidades nómadas es que el sacrificio o el abandono en ellos partía siempre del propio anciano guiado por un sentimiento de supervivencia del grupo. En nuestro caso se trata más de una sentencia tácita de agonía que perpetra la sociedad a espaldas de su pasado.
La vejez es, como decía Ramón y Cajal, una enfermedad crónica siempre mortal que curiosamente todos deseamos. Aún así, parece que todos tendemos a desautorizar la posición de los ancianos en nuestro tiempo. Sin embargo en la película La tête en friche (Jean Becker,2010) asistimos a una relación de respeto, ternura y empatía entre un hombre de mediana edad maltratado por su madre desde niño y una anciana abandonada por su familia. Sucesivos encuentros en el banco de un parque hacen renacer en ambos el amor por las pequeñas cosas y la pasión por la lectura. Salvando la opinión de los estúpidos hombres blancos que pueblan de crítica cinematográfica pseudo-profesional nuestros periódicos, se trata de un film lleno de enseñanzas pedagógicas que nos enseña el valor de la vida y de la bondad con independencia de nuestra obsolescencia física socialmente programada. Así que, lo dicho, sal de facebook y habla con tu abuela. Será mejor para todos…
Fuentes: artículo antropológico del Instituto Conmemorativo Gorgas
Nota: algunos me reprochan la longitud de los artículos, yo -inalterable- les reprocho la fragilidad de su constancia porque, a pesar de todo, siempre vuelven. Gracias 😉