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el criterio economicista

el criterio economicista

 

Niños mirando un escaparate

– Señor Gandhi, ¿qué opina de la civilización occidental?

– Creo que sería una maravillosa idea

(Extracto de una entrevista a bapu)

Una persona nunca quiere lo que necesita sino lo que está convencida que necesita. Es algo que me ha costado comprender pero finalmente he tenido que asumirlo. Nuestra sociedad antiguamente estaba fundada sobre el estado de bienestar. Pero en algún momento desdibujado de nuestra historia perdimos la partida. Nuestra sociedad actual está prioritariamente basada en el consumo. Es sin duda el paso previo para el siguiente paso: una sociedad exclusivamente basada en el consumo. Necesitamos generar consumo y consumir consumo cuanto antes y por un tiempo limitado. Lo creemos sinceramente, estamos CONVENCIDOS de que lo necesitamos. Así nació esa tendencia ya muy extendida de creer ciegamente y justificar el carácter auto-regulatorio del criterio economicista.

Las personas que apoyan esta perspectiva nos gobiernan en nuestros trabajos, rigen nuestros congresos y toman decisiones por nosotros sin necesidad de otra justificación más que la generación de dinero a cambio de dinero por dinero. Lo hacen realmente convencidos de que el imperio absoluto del dinero favorece la riqueza de una sociedad. En el mundo moderno obtener beneficios económicos -cuanto más inmediatos mejor- parece ser el único fin respetable para generar un discurso razonable. Todo lo demás parece una utopía incluyendo la cultura del esfuerzo por la que nuestros padres y abuelos lucharon durante décadas. Hoy en día hacer algo muy bien necesariamente ya no significa triunfar, ni siquiera ser reconocido. A menudo, de hecho, es ser un gran pringado. Las escuelas de negocio y universidades en las que estudiamos nos educan en esta fe. Afirman sonriendo que lo más importante ya no es el contenido o la calidad (en los que nadie ya se fija), “eso ya no funciona”, sino la venta, la comercialización, la “llegada”. Presumen altivas de ser un mero caramelo dentro del envoltorio de grandes conglomerados de mercado. Disfrazan con nuevas ciencias la mercancía que fabrican.

Aún siendo este criterio economicista el origen que ha desencadenado una de las mayores crisis morales y sociales de la historia, parece que todo el mundo perdona los “pequeños pecaditos” de la industria y el mercado si con ello sobrevive un día más. Esta cultura caníbal se nutre de las entrañas ajenas hasta que no puede evitar nutrirse de las propias. Es como ese enfermo mental que sufre una inercia incontenible por acabar consigo mismo. Esta cultura no castiga sino que favorece la deslealtad y el comportamiento deshonesto. Lo decía Richard Florida en su maravilloso libro La clase creativa (2010): directivos caprichosos que no premian el esfuerzo sino la agresividad, la eliminación del criterio propio y el sacrificio personal absoluto han transformado nuestra cultura del trabajo y ocio. Les hemos dejado hacerlo.

El dinero, las monedas que reposan -lector- sobre tu mesa o la nómina que te llega a final de mes a casa, tiene un carácter fiduciario. El sistema financiero, también. Eso significa que su valor está exclusivamente basado en la fe o confianza que una sociedad deposite sobre ellos. Cuando esa confianza es cegadora, el resultado es una crisis social y humana que puede ser coronada después por una crisis financiera o un conflicto armado. Lo que ahora estamos viviendo es de manual básico de conflictología y lo pude aprender a comienzos de la década pasada cuando colaboré con el Centro de Investigación para la Paz en mi país.

Es indudable que tenemos que pensar en el dinero para poder vivir pero lo que también es indudable es que no tenemos que hacerlo como modelo de vida coercitivo que limite nuestro desarrollo o mediante continuos abusos de las libertades civiles, los derechos humanos, nuestra convivencia ciudadana o el bienestar público y privado. El fin NUNCA justifica los medios. Argumentaré algunos ejemplos:

Cartel promocional de El cuarto poder (2011)

Cartel promocional de El cuarto poder (2011)

INFORMACIÓN: Recientemente Concha Mateos, profesora de periodismo de la URJC, defendía en el documental El cuarto poder (2011) que nuestro derecho a la información -que deben salvaguardar los medios de comunicación- debería estar basado en un modelo de salud informativa (noticias contrastadas, rigurosas en sus fuentes, plurales). Hasta ahora conocíamos esto como código deontológico, ese pequeño acuerdo de mínimos a menudo tácito entre profesionales de un mismo sector, que nos hacía distinguir la nobleza de lo inmundo. Esto, en nuestro actual mundo precario, no tiene cabida. Porque supuestamente no da dinero a corto plazo, eso es todo. Ella decía que al igual que consumimos alimentos que están regulados como saludables, también deberíamos producir información saludable. Por contra, según algunos profesionales entrevistados en el documental, el 80% de la información que nos ofrecen los medios de comunicación generalistas es lamentable por ser mero escaparate de discursos obvios, anecdóticos, sentimentalistas o caricaturescos. El problema último tiene que ver como casi siempre con la falta de calidad social de los contratos profesionales. Un periodista sin una estabilidad legal o contractual no puede hacer preguntas, solo puede cumplir órdenes. Y aquí es donde el criterio economicista cierra el blindado círculo vicioso de lo absurdo. Una persona tiene libertad de expresión en nuestra sociedad si tiene dinero para tenerla y solo puede difundir una opinión si ésta fortalece la construcción de una realidad concreta que sostenga el carácter autónomo del criterio economicista. De modo que esto favorece la manipulación informativa, la conversión de los derechos en privilegios y la pérdida continua de una ética del bienestar. En el caso concreto de la información lo que el criterio economicista consigue es pervertir el derecho a la información, divulgar la cultura del heroísmo económico como única salvación y destruir la propia industria de contenidos por la que aparentemente vela. Noam Chomsky habla de los medios de comunicación como empresas del convencimiento. ¿Es esto lo que necesitamos?

Las dos enfermedades graves que provoca el economicismo en la comunicación son la sustitución progresiva de la información por propaganda y la pérdida del derecho a la información.

Cartel promocional de Chasing Madoff (2011)

Cartel promocional de Chasing Madoff (2011)

FINANZAS: Ni siquiera el criterio economicista -que se basa en la fe ciega en el dinero como fin y como medio- puede dejar de ser un veneno para su propia causa: conseguir más dinero. Incluso aquí esta perspectiva sesgada puede quebrar todo un sistema financiero global. El caso de Bernard Madoff es un ejemplo de cómo pensar solo en conseguir o generar dinero con el fin de ganar aún más dinero no es sostenible. En el documental Chasing Madoff (2011) en el que Harry Markopolos detalla cómo pasó 9 años de su vida investigando este fraude financiero, observamos la enorme diferencia -ahora una línea débil apenas discernible- entre una persona honesta que tiene debilidades y fallos pero que trabaja por mejorarlos y una persona deshonesta que trabaja por explotar estas debilidades hasta que se ve devorado por si mismo. 150 años de condena íntegra, el suicidio de uno de sus principales valedores y un hijo que se pegó un tiro a los dos años de condena, son el peaje final y el peso en la conciencia para el largo viaje millonario de Madoff que arruinó, estafó y robó grandes fortunas pero también a miles de pequeños ciudadanos.

Pero el documental no me gusta porque relate la terrible estafa piramidal de Bernie, sino porque habla de  que lo que empobrece una sociedad no son este tipo de personas sino un amordazamiento colectivo del sistema que no solo es incapaz de prevenir la trampa sino que la blinda. De hecho todos nosotros hablamos ya de la prima de riesgo y de muchos índices y términos financieros asumiendo su peso como propio. Nos encanta hablar de ellos y algunos hasta queremos tener una opinión formada sobre ello. Lo importante no es ya la educación de nuestros hijos, nuestra salud, nuestros derechos, lo importante es que la prima de riesgo baje. Estamos expectantes cada mañana esperando la buena nueva del gobernador o el calificador de turno. Parecemos decir mientras cenamos “A ver qué dicen hoy que valgo” ¿Es esto lo que necesitamos?

Sobre este incomprensible fenómeno de cesión y desnaturalización de nuestro valor, recomiendo ver el divertido cortometraje Hablando en plata que concursó recientemente en el Notodofilm Festival.

Las enfermedades que provoca el economicismo en las finanzas son la sustitución progresiva de dinero real por valores indeterminados y la explotación abusiva a escala global de cada esfuerzo personal

Cartel promocional de Love Meat Tender

Cartel promocional de Love Meat Tender

ALIMENTACIÓN: Eres lo que comes. Esto me decía mi abuela Pepa mientras me servía unas ricas lentejas cuando era pequeño y nunca se me olvidará. Pero se me ha olvidado, se nos ha olvidado. La regulación sobre las empresas alimenticias está también tocada por la enfermedad economicista. Fabricar alimentos baratos pesa más en la balanza que fabricar alimentos saludables. Es el precio de la fe ciega en el dinero. Se investiga con transgénicos para ahorrar dinero en el proceso de fabricación y seguir creciendo en el balance de resultados, no en la calidad del producto. Se generar supuestas dietas respetuosas con la salud, como las exclusivamente vegetarianas, con el ánimo de que incautos consumidores se convenzan de una vida saludable. Hace unos meses vi en casa de mi amiga Ane el documental belga LoveMEATender (2011) y es realmente esclarecedor para averiguar hasta donde el criterio economicista es capaz de llegar. Hasta nuestro plato. Manu Coeman expone en este genial trabajo de investigación cómo el desmesurado consumo de carne que se ha generado hace que la carne sea tratada como cualquier otro producto de consumo con producción masiva en el mercado.

La ganadería tradicional dio paso a la intensiva y ésta a la industrial desde la escala local a la global. El sector ganadero que antes contribuía a la diversidad biológica, que alimentaba a grandes familias numerosas y que generaba empleo ahora es algo nocivo para el medio ambiente, destruye empleo y enturbia la salud de nuestros hijos. Progreso. Para ahorrar dinero o ganar aún más se abarata el sistema alimenticio de los animales que posteriormente afecta a nuestra salud y se experimenta con el consumidor para ver hasta dónde se puede abaratar. Para abastecer el consumo es necesario matar a 60 mil millones de animales para alimentar a 6000 millones de personas. Si la cifra les parece disparatada piensen además que no todos los millones de personas tienen acceso a carne. ¿Es esto lo que necesitamos?

La enfermedad que provoca el economicismo sobre la alimentación es la precarización progresiva de la cadena alimenticia

Cartel promocional de The shock doctrine (2010)

Cartel promocional de The shock doctrine (2010)

EMPLEO: ¿Por qué no generamos empleo? Sabemos que es lo que ahora nos preocupa. Yo creo que tengo una respuesta. Porque solo pensamos en generar empleo sea como sea, a cualquier precio y con cualquier condición. Pensamos “Mejor esto que no tener absolutamente nada” Pero ¿por qué hemos llegado a no tener empleo para conformarnos con solo algo?. Tiene que ver con la tremenda gestión del miedo que comentábamos en el apartado de INFORMACIÓN. La cultura economicista está basada en la generación de miedo e inseguridad y bebe de las teorías de la Universidad Chicago. Un estudio muy riguroso sobre las consecuencias políticas y sociales de estas teorías lo podéis encontrar en The shock doctrine libro y documental inspirado en las investigaciones de Naomi Klein. El problema del empleo es que trabajar ya no tiene una finalidad social de posicionar a una persona en relación a su comunidad (sociedad, familia, profesión) sino que el empleo es un mero instrumento del sistema. Mi amigo bloguero Alberto Dotras habló de ello hace poco. Esta creciente despersonalización que ya trató hace ya casi 20 años Jeremy Rifkin en su libro El fin del trabajo (1996) tiene que ver con varios fenómenos, entre los cuales -yo defiendo- se encuentra el criterio economicista de la productividad total. Lo anotaba Rifkin hace años: La llegada de la automatización a los espacios de trabajo en EEUU supuso hace ya medio siglo el aumento de bienes de consumo pero también el desempleo de los llamados “trabajadores de cuello azul”, afroamericanos pobres y a las manufactureras. Actualmente afecta a todos los sectores de la economía de todos los mercados y a cualquier grupo de trabajadores. En esta era del posfordismo, vivimos sistemas empresariales y sufrimos directivos que ya no sirven porque el objeto de gestión ha cambiado, los intereses y el modelo de vida de las personas de sus equipos han cambiado. Tras tortuosos procesos de selección infames, vivimos trabajos de estrés con largos horarios que no nos permiten a nuestras familias o disfrutar de tiempo libre. ¿Es esto lo que necesitamos?

Ya no se trata de gestionar procesos o productos sino de liderar personas y equipos que en su mayor parte desean mayor independencia y autonomía. Una producción racionalizada -que ahora no explotamos en la mayor parte de industrias pese a su moderada antigüedad- combina las ventajas e inconvenientes de la producción artesanal (que estamos matando) y la producción en masa. Este legado que comenzó en Japón hace años se ha venido completando y mejorando durante los últimos años desde los modelos JIT hasta los LEAN en automovilismo y manufactura pasando por todas las metodologías ágiles de generación de software, tenemos un amplio catálogo de modelos de producción racionalizada. Esto contribuiría a equilibrar la balanza y completar el criterio economicista del empleo (basado en el corto plazo y una limitada visión del problema) con un criterio de bienestar, consumo y eficiencia saludables. Rifkin proponía un matrimonio entre Tercer Sector y Sector Público para balancear el duelo por la pérdida del trabajador masivo. Yo creo que se trata simplemente de que aquello que produzcamos no solo alimente el estómago y la necesidad de otros sino que nos alimente a nosotros. El surgimiento de una nueva economía social centrada en figuras como el knowmad, el emprendedor en equipo o el hacktivista ocupa mucho de mi tiempo actualmente. Sin los frutos esperados, con no pocos esfuerzos y mucho sufrimiento, pero personalmente apuesto por esta nueva vía. La propuesta de Scott Belsky sobre la nueva figura de los RADICALES LIBRES (menos trabajo de papeles, menos esperar, más acción) va en esta línea y simpatizo mucho con la idea.

La enfermedad que provoca el economicismo sobre el empleo es la pérdida de nuestra identidad personal y social como individuos. Pero podemos recuperarlas

Por último añadir que creo que la suma de malos gestores sin visión y políticos incapacitados no fabricará las vacunas contra todos estos males. Cada día creo que se trata más de un esfuerzo colectivo y que la palabra EQUIPO recobra de nuevo un aliento renovado de esperanza en esta decadente realidad. Porque los equipos son algo concreto, inmediato, que podemos construir en nuestros entornos inmediatos. No es necesario emprender ningún proyecto, se trata tan solo de una cuestión de naturalidad y de nobleza.

Equípate pero no de armas para sobrevivir sino de equipos para vivir 😉

Bases del pensamiento diseño

Bases del pensamiento diseño

diseñar

La simetría es el mayor de todos los males” Autoría desconocida

Por qué diseñar algo y hacerlo equivale a reinventarlo

EL DESIGN THINKING Y EL MÉTODO CIENTÍFICO

Creo sinceramente que lo que gran parte de gurús y acólitos de Tim Brown han dado en llamar DESIGN THINKING encaminado a la resolución de problemas, no es más que una vaga aplicación del método científico al mundo de los negocios. Algunos de mis amigos me matarán por ello pero no ha existido invento en la historia de los hombres que no cubra todas las etapas de este llamado Pensamiento Diseño: DEFINIR, INVESTIGAR, IDEAR, PROTOTIPAR, REVISAR, IMPLEMENTAR y APRENDER. Cualquier producto de los que ahora mismo tienes en la mesa ha sido sacado al mercado bajo estas premisas más o menos lógicas. Sin embargo la innovación -es mi opinión- es precisamente esa: constatar y cuidar este proceso. Hasta la fecha el mundo de los negocios ha sido completamente ilógico y ha estado sujeto a una continua deshumanización del empleado y el usuario. Muchos hemos vivido en nuestros trabajos burocracias absurdas que implicaban pérdidas continuas de dinero sin ningún motivo aparente o explicación. Todo en sacrificio y en pro de la supervivencia del sistema. Ahora los que tenemos que sobrevivir somos nosotros porque muchos de estos sistemas se hunden a un ritmo acelerado. Necesitamos a gente que nos lleve de la mano en un viaje de regreso al sentido último de las cosas, a la lógica inmediata. El trabajo de los que formamos Thinkalina es aplicar nuestra experiencia, conocimientos y visión a esta labor.

El método científico según el Oxford English Diccionary es “un método o procedimiento que ha caracterizado a la ciencia natural desde el siglo XVII, que consiste en la observación sistemática, medición y experimentación, y la formulación, análisis y modificación de las hipótesis” Estos métodos han de ser reproducibles por cualquier persona en cualquier lugar y además debe ser refutable a partir de la experiencia. Con lo que… ¿somos o no somos científicos y fiables? Lo que desde luego no somos es originales, eso hay que reconocerlo 😉

LA IDEA y EL AGRAVIO COMPARATIVO

Durante lo últimos 3.000 años el progreso de nuestra civilización ha ido acompañado, entre otras cosas, de los grandes avances científicos de la época. Desde el punto de vista lógico en cada tiempo de la historia era absurdo pensar que 1 persona pudiera tener más razón que el resto de millones de personas. Pero así ocurrió en la mayoría de los casos. En nuestro tiempo el agravio comparativo crece a un ritmo exponencial y recientes premios Nobel han demostrado que 1 persona tiene muchas veces más razón y lucidez que las 5.999.999.999 personas restantes. También la historia de los grandes descubrimientos geográficos de nuestro planeta ha sido posible gracias a que una o varias personas se empeñaron en demostrar que el resto del mundo estaba equivocado. Esta capacidad para generar nexos entre mundos desconocidos se ve ahora reflejada en una escala aún mayor debido a los recientes descubrimientos sobre nuestro universo. Porque la razón -en contra de lo que muchos se atreven a admitir- no es una cuestión de probabilidad ni de estadística, sino de conocimiento, afán de superación, esfuerzo y dedicación. El método científico al que tanto idolatramos bebe de emociones y sentimientos a menudo inexplicables.

 

LA OBSERVACIÓN, EL RETO y EL PRODUCTO

Ante la mirada atónica de sus contemporáneos, hace muy poco -apenas 150 años- una persona se empeñó en demostrar que era posible que un hombre en San Francisco pudiera mantener una conversación en tiempo real con otro en Nueva York. Su obstinación dio lugar al teléfono.

El hecho de que un soldado chino quisiera orientarse harto de perder tiempo con señales arbitrarias, dio lugar hace ahora 4.500 años a la brújula.

Un hombre en el año 1450 pensó que sería mucho más rápido y sencillo crear libros si existieran plantillas y moldes adaptables para ello. Gracias a la imprenta, las grandes masas sociales europeas se cultivaron y alcanzaron la libertad siglos después mediante el acceso universal al conocimiento.

Hace apenas 100 años, la empresa española El Casco -que todavía sigue existiendo- producía y exportaba revólveres. Tras la crisis de 1929 la empresa se reconvirtió lanzando un producto innovador que denominaron “grapadora”. El diseño reflotó la empresa y ese mismo modelo se sigue vendiendo en papelerías de todo el mundo.

Si alguien me preguntara qué invento ha sido más revolucionario en los últimos cien años, creo que no tendría duda. En 1956 un oficial español del Ejército del Aire pensó que las porteras de su edificio se desgastaban las rodillas fregando el suelo. Poniendo el mocho al final de un largo palo, inventó la fregona y posteriormente el cubo de la fregona. Ambos alcanzaron su pulto álgido con la llegada del consumo masivo de plástico. En vida, Manuel Jalón llegó a vender 3.000.000 de fregonas al año a más de 30 países diferentes. La higiene doméstica y la calidad de vida de millones de personas mejoró notablemente.

Antes que Copérnico muchos otros pensaron que el centro de nuestro sistema planetario era el sol y no la tierra. Todos ellos ardieron en la hoguera, fueron lapidados, ahorcados o perseguidos. Lo importante no era saberlo sino hacer que otros lo entendieran sin que resultara insultante para una cultura teocéntrica. Hoy en día esta visión de nuestra humilde posición en el universo ha redefinido y/o completado todas las creencias hasta la fecha.

Hace tan solo 40 años se inventó el primer esbozo de red que conectaba computadoras en diferentes localizaciones. Fue una prueba militar que buscaba la ventaja competitiva contra el enemigo. Hoy más de 1.400.000.000 de personas se comunican, trabajan y se relacionan a través de internet entre otras cosas eliminando las barreras ideológicas y culturales que en su día alumbraron el concepto de “enemigo”.

LA INSPIRACIÓN

A menudo cuando una persona como las anteriores proyecta estas características de conocimiento, superación, esfuerzo y dedicación sobre los otros,  éstas amplían por sí mismas el espectro cuantitativo, las dimensiones o la perspectiva de la gente. Porque el trabajo bien hecho desde el respeto y la constancia es la más inspiradora píldora para cualquier enfermo de confort.

LA ACTITUD CRÍTICA

Por eso el primer paso para crear algo -para inventarlo- es cuestionar lo que ya existe. Desde pequeño siempre admiré ese elevado grado de obstinación justificada que muchos precursores adoptaban ante todo un mundo de certezas en su época. Esos que fueron quemados, ahorcados, perseguidos o eliminados de los libros dan fe de que la lucha contra el demonio del confort se ha cobrado no pocas vidas hasta nuestros días. Por eso recuerdo ahora con una gran sonrisa aquel día en que el socio director de una gran empresa con la que trabajé me dijo que yo no iba a cambiar a 15.000 empleados que trabajaban en la misma dirección y que habían obtenido resultados exitosos hasta la fecha. Simplemente le dije ¿Por qué no? 

por qué Jesucristo era español

por qué Jesucristo era español

jesus

Estos son los argumentos en clave de sentido del humor que creo que avalan la nacionalidad española del mayor líder espiritual de Occidente:

RAZÓN 1: Para sobrevivir hacía milagros

RAZÓN 2: Su reino no era de este mundo y su rey tampoco

RAZÓN 3: Le crucificaron cuando alcanzó el éxito

RAZÓN 4: Solo reconocieron su valor una vez muerto

RAZÓN 5: Sus políticos intentaron acabar con él desde su nacimiento

RAZÓN 6: Recibió regalos no tributados de gran valor por parte de tres altas personalidades anónimas ya desde su nacimiento

RAZÓN 7: Fue seleccionador con un equipo de 12 jugadores mundialmente reconocidos

RAZÓN 8: Por problemas de competencias entre autonomía y estado, tuvo que pasar por 3 juzgados para conseguir una sentencia y finalmente ésta fue desfavorable

RAZÓN 9: Su país estaba intervenido por fuerzas extranjeras aunque sus dirigentes lo negaban

RAZÓN 10: Predicaba cosas buenas y nuevas y su país le repudió

RAZÓN 11: Era joven y sabía que no viviría bien o mucho. Tras independizarse volvió a casa de su madre

RAZÓN 12: Justo antes de morir no se le ocurrió otra cosa que hacer un botellón en casa con los suyos

RAZÓN 13: Cambió de trabajo y profesión varias veces a lo largo de su vida. Fue carpintero, pescador de almas, pastor de hombres e incluso cordero para ganarse la vida pero en su época ni Dios tenía futuro

RAZÓN 14: Participó en acampadas en las que dijo que el mundo era de los pobres, los hambrientos y de los que tienen sed de justicia. Fueron disueltas por las autoridades y él perseguido desde entonces

RAZÓN 15: En el trabajo hablaba siempre en arameo y no reconocía la autoridad de sus jefes

RAZÓN 16: Se comía un pez y contaba veinte. Lo mismo con los panes. Con las mujeres, no hay constancia ni de eso.

RAZÓN 17: Su familia tuvo que mudarse a otra región para ganarse la vida

RAZÓN 18: Hablaba 3 idiomas, era un hombre que se había hecho a sí mismo a partir de una vida humilde, tenía un nivel alto de empatía y mucha experiencia liderando equipos. Cuando a su pueblo le dieron a elegir entre él y un delincuente, su pueblo votó al delincuente. Sin dudarlo

RAZÓN 19: Un business angel le ofreció gobernar el mundo entero. Él rechazaba siempre a este tipo de inversores.

RAZÓN 20: El comienzo de su vida fue humilde, consiguió malvivir entre los suyos pero su jubilación fue un auténtico Calvario

alzaré mi voz hacia el pasado…

Lewis_Tappan

“Hablo de mis antepasados. Alzaré mi voz hacia el pasado, hasta el comienzo de los tiempos y les suplicaré que vengan a ayudarme en el juicio. Llegaré hasta ellos y haré que entren en mi. Tendrán que venir porque en este momento soy la única razón por la que han existido.”

Cinque, esclavo africano durante la preparación del juicio sobre el amotinamiento del barco Amistad ante el Tribunal Supremo de EEUU

En algunas lenguas africanas no existe traducción para los verbos condicionales de modo que resulta inconcebible cualquier otro escenario diferente a hacer algo o no hacerlo. En la mayoría de lenguas indoeuropeas y latinas existen interminables matices verbales para expresar que algo puede ser condicional. Además de estos vericuetos lingüísticos existen culturas, estructuras y actitudes especializadas en burocratizar y desdibujar mensajes. Y sin embargo este ejército de indeterminación no puede postergar nunca la fe en los principios esenciales que a lo largo de la historia nos han hecho ser autores de las mayores proezas y de los desastres más lamentables. En una de mis películas favoritas, el film Amistad (Spielberg, 1997) que recrea uno de los juicios más famosos en la historia estadounidense, podemos encontrar amplias razones para creer en la libertad como la base de nuestra razón de vida. Más aún ahora cuando oscuros intereses financieros cuestionan que el conjunto de una ciudadanía libre sea capaz de asumir el gobierno de sus asuntos propios.

Desde la determinación inicial del empresario y abolicionista Lewis Tappan pasando por la defensa de Roger Baldwin hasta el alegato final del ex-presidente Adams ante el Tribunal Supremo, el juicio de los Estados Unidos contra el barco español Amistad es un ejemplo de cómo talentos a menudo divergentes son capaces en equipos adaptables de generar un valor indescriptible. Contra los intereses de todo un reino de España, de dos capitanes de marina americanos y de dos capitanes cubanos, más de 30 supuestos esclavos africanos fueron puestos en libertad sin cargos gracias a la labor unívoca de la experiencia (un ex-presidente), la motivación (un filántropo que creía en la libertad como derecho inalienable), la realidad (un esclavo erigido como representante de su pueblo) y la ambición honesta (un joven abogado con necesidad de ganar un juicio).

Este es íntegro el alegato final del ex-presidente John Quincy Adams -interpretado por Anthony Hopkins- ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Este alegato duró en la realidad más de un día de juicio con no pocos legalismos que se omiten en el relato de 1997:

“Señorías,
es para mí un gran consuelo constatar que mi colega el Señor Baldwin ha defendido el caso tan eficaz y detalladamente que apenas me resta nada que decir.
Sin embargo, ¿por qué estamos aquí? ¿Cómo es posible que una simple cuestión de propiedad se haya ennoblecido tanto como para ser argumentada ante el Tribunal Supremo de los EEUU de América? ¿Tememos que los tribunales inferiores que fallaron a nuestro favor no averiguaron la verdad? ¿Es eso? ¿O es que nuestro miedo voraz a la guerra civil nos ha hecho cargar de simbolismo a una cosa que nada tiene que ver con ella? Ese miedo nos impede ver la verdad aunque se alce ante nosotros alta y orgullosa como una montaña.
La verdad… A la verdad se la ha alejado de este caso como a una esclava… Azotada por los tribunales… Vejada y humillada… Y no por la gran sapienca legal de la acusación, debo añadir, sino por el largo y poderoso brazo del jefe del Estado. No es una simple cuestión de propiedad. Es el caso más importante que se ha presentado ante este tribunal. Porque a lo que en realidad concierne es a la naturaleza misma del hombre.
Estas son las transcripciones de las cartas cruzadas entre el Secretario de Estado, John Fortside, y la Reina de España, Isabel II. Les ruego que las consulten como parte de sus deliberaciones. No me referiré a ellas ahora pero sí a una curiosa frase que se repite con frecuencia. La reina una y otra vez se refiere a la incompetencia de nuestros tribunales, que podrían ser más de su agrado. ¿Un tribunal que se pronunciara contra los acusados? Creo que no. Y este es el detalle importante: Lo que quiere Su Majestad es un tribunal que se comporte como los suyos. Tribunales con los que esa niña de 11 años juega en su mágico reino llamado España. Un tribunal que haga lo que se le ordene. Un tribunal juguete, como una muñeca. Un tribunal del que seguro que nuestro propio Presidente, Martin Van Buren, se sentiría orgulloso.
Esta es una publicación de la oficina presidencial. Se titula… Revista de la presidencia. Seguro que todos la leen. Al menos seguro que el presidente espera que todos la lean. Es un número reciente. Incluye un artículo que está escrito por una aguda mente del Sur… ¿No será mi antiguo vicepresidente John Calhoun? Podría ser. Dice que: “Nunca ha existido una sociedad civilizada en la que una parte de ella no haya medrado a costa del trabajo de otro. Podemos retroceder lo que sea… hasta la antiguedad o los tiempos de la Biblia. La historia nos lo confirma: En el Edén donde sólo se crearon dos seres incluyo allí uno estuvo subordinado al otro. La esclavitud siempre nos ha acompañado y no es ni pecaminosa ni inmoral. Más aún. Igual que la guerra y el antagonismo son naturales en el hombre, lo es la esclavitud, tan natural como inevitable.”
Caballeros, debo decir, que difiero de las agudas mentes del Sur, y de nuestro presidente quien comparte sus opiniones y afirmo por el contrario que el estado natural del hombre, y sé que se trata de una idea polémica, es la libertad. La libertad. Prueba de ello es hasta donde puede llegar un hombre, una mujer o un niño para recuperarla. ¡Romperán todas sus cadenas! ¡Diezmarán a sus enemigos! Lo harán una vez y otra y otra contra todo evento, todos los prejuicios, para regresar a su hogar.
Cinque, ¿quiere levantarse por favor? Así le verán todos. Este hombre es negro, eso es evidente pero, ¿podemos ver con la misma facilidad algo que es igualmente cierto? ¿Que él es el único héroe que hay en esta sala? Si él fuera blanco no estaría de pie ante este tribunal defendiendo su vida. Si fuera un blanco esclavizado por los ingleses no podría estar de pie bajo el peso de tantas medallas con las que se le habría recompensado. Se escribirían canciones sobre él. Los grandes autores escribirían libros sobre su vida. Su historia se narraría y narraría en nuestras clases. Nuestros hijos, porque nos ocuparíamos de ello, conocerían su nombre tanto como el de Patrick Henry.
Si el Sur tiene razón, ¿qué podemos hacer con ese documento tan embarazoso, la Declaración de Independencia? ¿Qué hacer con esas pretensiones? Todos los hombres son iguales, derechos inalienables, vida, libertad… y así sucesivamente. ¿Qué hacemos con todo esto? Haré una modesta sugerencia: Romperlo.
La otra noche estuve hablando con mi amigo Cinque. Vino a mi casa y estuvimos en mi invernadero. Me explicó que entre los miembros del pueblo Mende, al que pertenece, cuando un Mende se encuentra en una situación extremadamente desesperada, invoca a sus antepasados. Tradición… Un Mende sabe que si puede convocar a los espíritus de sus antepasados es porque nunca le han abandonado y que la sabiduría y la fuerza que ellos concibieron e inspiraron, vendrán en su ayuda. James Madison, Alexander Hamilton, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, George Washington, John Adams… Hace mucho que nos resistimos a pediros ayuda, quizá porque temíamos que al hacerlo estábamos reconociendo que nuestra individualidad, que tanto veneramos, no es enteramente nuestra. Quizá porque temíamos que podría interpretarse como debilidad. Pero hemos comprendido al fin que no es así. Ahora entendemos -se nos ha hecho entender y abrazamos ese entendimiento- que en realidad somos quienes éramos.
Necesitamos vuestra fuerza y sabiduría para vencer nuestros temores, nuestros prejuicios. Dadnos valor para hacer lo que es justo. Y si eso implica la Guerra Civil, ¡adelante con ella! Y cuando eso ocurra, que sea por fin la última batalla de la Revolución Americana.
He terminado.”

Varias lecciones aprendidas de este caso y de la capacidad de superación y análisis de la realidad en perspectiva. No las compartiré esta vez. Solo daré las pinceladas de cualquier posible éxito:

Asume tu responsabilidad: Crea un equipo cuyo límite sea el cielo. Tócalo. Define cada nube habitable por los otros. Haz que respire libertad sin que te ahogue. Crea nexos de unión entre esas nubes. Haz que cada hombre en la Tierra sueñe con tocarlas. Encuentra al final de cada túnel esa nueva definición para la palabra HOGAR. Vive y haz que vivan. Porque un hombre hecho a sí mismo es siempre un hacedor de otros. Porque, tal y como decía Emily Dickinson:

“No sabemos cuán altos somos / hasta que nos alzamos; / y entonces, si estamos listos para crecer / nuestra estatura toca los cielos. / El heroísmo que recitamos / sería una cosa cotidiana / si no se nos doblaran las rodillas / por el miedo a ser reyes”

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“We never know how high we are / till we are called to rise; / and then, if we are true to plan, / our statures touch the skies / The Heroism we recite / would be a daily thing, / did not ourselves the Cubits warp / for fear to be a King –”

 

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how to solve a problem

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problemsolved


I want to share with you some customized sentences of a great christian article of Tunde Afe in the fleeting and deceased blog Daily motivation for you written more than 3 years ago.:

You need to know every problem has a solution that must be discovered by you. Every problem has an expiry date. No problem is permanent. Every mountain has a peak, and every pain has its height.

Seek help from those who have solved similar problems.

Your gifts and talents are there to solve problems for you. A Jewish proverb says “A man’s gift makes room for him”. That is to say, a man’s gift clears obstacles for him.

Refuse to give up. Until you are valiant in praise, you can’t be valiant in battle.

Dear reader, it is not what happens to you in life that matters. It is what you do with what happens to you that determines your placement in life.

Rise up and do something great with your life. There is need for you to look at yourself in the face and confront yourself. I know you can confront other people, but if you will make progress, you must be able to confront yourself.

What are you going to do starting from today to improve yourself? The change must start from you. Change yourself and every other thing around will start to change. It’s a great day for you.

NOTE: The sentence “Until you are valiant in praise, you can’t be valiant in battle” is usually used by nigerian bishop Oyedepo in his speeches. I translate the sentence like “you have to believe for create” and this is the main claim of one of my clients nowadays 😉

En qué consiste la genialidad

En qué consiste la genialidad

roky

Rocky Erickson, forajido salvaje o genio psicodélico de la banda 13 Floor Elevators

No se es valiente sino se tiene miedo
Bounce (Don Roos, 2000)

Tal y como compartía con el equipo de #clubdelapasión creo que la vida solo ocurre una vez en la vida. Y entender esto en sí mismo creo que es una genialidad.

También creo que hay dos tipos de idiotas: los que lo son y los que simulan serlo. Si lo eres, es realmente complicado dejar de serlo; si no lo eres, eliges cuando parecerlo. Distinguir la incapacidad de poder ser otra cosa y la voluntad de serlo, nos evitaría grandes problemas en nuestras familias, con amigos, en el trabajo e incluso -más bien sobre todo- en nuestros representantes políticos electos. Paradójicamente la misma regla es válida para los genios.

Diría que el promedio de genios en mi entorno es excesivamente bajo pero tal vez lo diga porque soy idiota y porque defiendo el derecho a ser idiota. Lo hago porque creo que los idiotas son muy necesarios y por ciertos prejuicios hinduistas de no se qué equilibrios en el universo. Por cada 300 auténticos idiotas que he conocido, tal vez haya conocido a más del doble de personas verdaderamente dignas. Yo defino la dignidad de una persona en función de tres parámetros:

  • la honestidad, que no es más que una honradez completamente razonable. Esta cualidad -no tengo duda- hace destacar a la persona, la ennoblece y tiñe cada uno de sus actos de una dignidad pareja al héroe. No nos sobre gente honesta.
  • la coherencia, que no es más que el hábito de una honestidad propia. De acuerdo a mi parecer, esta es la antesala del reconocimiento. Genera mérito por sí misma y facilita la realización personal que para algunos es la última de nuestras aspiraciones.
  • la bondad inteligente, que no es más que la elección de ser bueno siempre que uno tenga la opción de no serlo. En este sentido hay también idiotas extremadamente buenos pero no lo eligen e igualmente podrían ser malos por completo. No es este el matiz del que ahora hablo. Elegir ser bueno es serlo siempre, podría decirse así.

Digna o indigna, cualquier persona para mí es respetable. La persona, no sus juicios. Por lo tanto no se trata de ser lo uno o lo otro: de ser perfecto o un adefesio; de ser una proeza de la evolución del simio o un simio. Se trata de establecer un marco de comportamiento y de valores que impida la proliferación de idiotas, favorezca la detección de genios y promueva una vida digna para el común de los mortales entre ambos.  En la mayor parte de equipos y organizaciones no existe un equilibrio parecido, ni un marco de desarrollo de valor capaz de sumar esfuerzos. En nuestros entornos de trabajo prima una cultura espartana en la que de acuerdo a unos preceptos definidos en el pasado, se decide quien vale y quien no para perpetuar esa creencia. Una ilógica congregación de éforos (ahora los llaman CEOs o ejecutivos) decide cuando hacer la guerra a partir de una idea y cuando no; de hecho penalizan la existencia de ellas. Porque no tenemos empresas, tenemos religiones. Y no hace falta falta que recuerde que si las religiones “verdaderas” han sido la mejor excusa de conflictos armados en los últimos 4000 años, las empresas “verdaderas” han sido los mejores argumentos de la actual cuyos peajes económicos han sustituido a las bombas en la destrucción de derechos y personas.

He sufrido el peso idiota del sello corporativo durante años. El problema es que soy, como la mayor parte de personas de las últimas generaciones del siglo XX, un nómada laboral sin estabilidad alguna. Antes a mi padre le decían en su empresa qué tenía que creer y qué no, qué hacer en según qué caso y que callar en según que otro. Mi padre pasó periodos de casi veinte años en empresas, a él le daba tiempo a olvidar que en otros trabajos las cosas tal vez se hacían de otra forma y hasta tal vez funcionasen mejor. A mí no me da tiempo. El máximo periodo en que he trabajado en una compañía por tiempo continuado ha sido de tan solo 4 años. Y creedme, soy eficiente y productivo, me tengo por mucho más inteligente, capacitado y hábil que algunos presidentes de mis antiguas compañías. A algunos incluso se lo he hecho saber sin respuestas agradables en este sentido. Incluso algunos headhunters (cazadores de cabezas: es literal tanto la traducción como la actividad que desempeñan) me tienen por alguien valioso de momento. Pero no me da tiempo a olvidarme de las cosas. Siempre se que es posible hacerlas de otra forma. Porque lo he vivido, porque lo he hecho de otra forma antes o he visto o se que otros lo han hecho diferente y también vale. Y claro está que al proponer mejoras es cuando… comienzo a sentirme incómodo para aquellos que me aprecian. La historia se ha repetido una y otra vez. Y creo que se debe a dos razones:

  • En las organizaciones en las que he trabajado no había líderes sino pastores (valgo el término para las dos acepciones ganadera y religiosa)
  • Es complicado pretender que alguien acepte algo sin que crea en ello o le reporte algún beneficio saludable. Aunque tal y como me obligaban siempre lo acabara ejecutando (valga el término para los dos acepciones homicida y hacedora) Pero eso es enfermedad pura de la que encontré vacuna hace unos meses. Se llama SALTA.

De modo que, si soy sincero con vosotros, lo único que me preocupa ahora tras vivir una extensa experiencia de torpeza estratégica y de falta de visión impuesta, es que aquellos equipos en los que trabajo sean entornos de desarrollo equilibrados a pesar incluso de sus organizaciones. Cada vez me importa menos la estrategia y trabajo más la cultura. Porque la estrategia quiebra e intimida, la cultura cala e involucra. Lo bueno de todo esto es que cuando se generan resultados creando microreductos de cultura lógica en el imperio del absurdo de mercado, no hay organización que no se sume al cambio. Sin excepción. La genialidad consiste en hacerlo siempre desde abajo. Durante años he trabajado en consultoría comprendiendo el rechazo de los equipos en cliente. Una vez escuché en un pasillo “ahí vienen los listos“. Y aunque en aquel momento era cierto -mi equipo era muy listo a pesar de mí- el tono crítico me pareció totalmente razonable. En cuanto damos la espalda a nuestro equipo de confianza y le confiamos su trabajo a otros, es normal que generemos rechazo para el cambio.

Personalmente siempre he intentado co-crear (no solo trabajar para personas sino con ellas). Lo que los grandes sabiondillos de la innovación llaman ahora co-crear se lleva haciendo en terapia psiquiátrica desde hace décadas y ha sido estrategia de grandes reyes desde Alejandro Magno (que era uno más entre su pueblo y no digamos en su ejército) hasta las filosofías de vida samurai, indígena y griega. Los mismos valores que renacen hoy contra un estilo de vida improductivo fueron generados en esas culturas y países con los que ahora nos cebamos.  Yo he co-creado con mis equipos a pesar de mis becerros. Los becerros son aquellos individuos con los que me he cruzado y que son ídolos indiscutibles. Hay muchos tipos de iconos animales en mi vida laboral. He tenido toros que han hecho las cosas por cojones, ciervos a los que les han salido cuernos, buitres que esperaban mi cadáver, etc… Me hubiera gustado tener más jefes-insecto. Son mucho más inteligentes aunque no lo parezcan y generalmente piensan más en el equipo que en sí mismos. Rara avis en nuestro desierto de negocios. Pero a veces hay oasis. Yo los creo y os aviso de ellos a veces porque todos necesitamos beber agua además de caminar sobre la arena.

En una era en la que el acceso a la información se ha descentralizado y ya no existen secretos ni monasterios para genios, todos podemos elegir ser un genio en algo. Tengo amigos en Finlandia y en Chile que planean agencias de viaje para superhéroes. Cuando hablo de personas respetables, esto es a lo que me refiero.