Creo que la forma más inteligente de expresión es el humor. Una serie de acciones en formato flashmob dentro de sucursales de bancos han inundado la red durante los últimos meses. No me quiero pronunciar sobre la ideología o intención del fenómeno pero quiero analizar desde un punto de vista técnico el éxito del mismo. No encuentro un ejemplo mejor de diseño de experiencias sin apenas recursos que la iniciativa flo6x8 que reivindica un mayor control sobre la actividad de las principales entidades bancarias en España. Muchos otros colectivos se dedican a hacerlo pero éste lo hace de forma muy inteligente y con una capacidad de identificación (el primer paso en el diseño de experiencias) que es admirable. Porque ejecutan sus acciones mediante el arte regional propio de cada lugar en el que actúan (reivindican en fandango en andalucia, en rumba en Catalunya,…), en las propias oficinas bancarias de poblaciones locales (lo que le confiere un carácter realista al acercarse a la población objeto de estos abusos) y además de hacerlo físicamente lo proyectan en medios digitales, principalmente en cuentas que son la propia cuenta youtube de flo6x8 sino otras que han viralizado el video como propio hasta hacerlo casi incontrolable por las autoridades. Lo que realmente me encanta de este fenómeno es que son capaces de entender que para cambiar, influir o modificar una realidad hay que actuar como siempre decimos glocalmente (pensando en global pero actuando muy en local). Pero sin duda lo mejor de la iniciativa es que si uno consulta la web del colectivo flo6x8 no encontrará ni una palabra de la intención de sus acciones, solamente las propias acciones. De forma que la comprensión o interpretación de las mismas se deja al arbitrio y entendimiento del espectador. Aún así los medios de comunicación masiva tradicionales se han visto obligados a hacerse eco de la noticia hace unos meses dada su difusión y popularidad en la red. Mi interpretación personal es que simplemente aplican el humor y el arte a una reivindicación para mejorar nuestro sistema que ya es un clamor casi universal en mi país.
Por otro lado desde el punto de vista jurídico, existen muchos debates alrededor de esta experiencia ya que quiebra cualquier explotación de derechos de grabación regulado por la ley de propiedad intelectual dentro locales privados pero a su vez se nutre de grabaciones móviles de usuarios del propio banco que se sienten identificados con la demanda. La cantidad de vericuetos legales sobre esto es inmensa pero lo extraordinario es que el ritmo de difusión ha superado a la retórica y la burocracia legal dado su nivel de difusión. Es, en mi opinión, un caso patente de otra victoria ganada por la creatividad sobre la burocracia 😉
Os cuelgo un video cuyo estribillo dice «me busqué dos currillos pá la hipoteca. Ay Bankia, Bankia, pa tí seis pulmones, pa mí ni una branquia». Sin duda el éxito del humor y la gracia de una región contra un fenómeno global. ¿O no?
Hace más de un año escribía por aquí un artículo titulado cambiar el mundo que hablaba sobre Shirky la teoría que tantas veces me viene a la cabeza. Pero ¿qué demonios es cambiar el mundo? Hoy quiero compartir con vosotros una píldora de vida sobre esto, algo que cada día tengo más claro y que alguna vez he comentado. Es a propósito de un entrañable trabajo de Andrea Blaugrund que he visto hace poco.
En el hilarante documental The Other F Word (Blaugrund, 2011) se analiza la vida actual de algunos miembros de aquellas bandas del movimiento punk-rock que hace 20 años modificaron las vidas de muchos adolescentes y que siguen aún hoy haciéndolo.
La pregunta a la que responde este documental es:
¿Qué pasa cuando la generación de los mayores radicales anti-sistema (los punkies) se convierte en el primer bastión del sistema (los padres)?
A lo largo del film se entrevista a diferentes protagonista de la historia del punk-rock que siguen ganándose la vida en bandas pero que ahora deben mantener una familia, una hipoteca y una estabilidad. Miembros de ya legendarias bandas como Red Hot Chili Peppers, Pennywise o Rise Against nos muestran que ocurre cuando la otra cara de la palabra que empieza por F (FUCK) es FATHER.
Casi al final de la peli, después de que Tim Mcllrath toque un acústico de Swing Life Away en una habitación de hotel, se ve cómo Jim Lindberg, que abandonó recientemente Pennywise tras 19 años como cantante, juega con sus hijas en la playa. Cuenta que dejó el grupo porque quería pasar más tiempo con su familia pero lo cuenta de este modo:
«Yo sentía que había un mundo mejor por ahí, que con un poco de unidad y cooperación todos podríamos hacer de este, un lugar mejor. Y es muy idealista, es la manera de ver el mundo para una persona muy joven Pero creo que cuando envejeces te pones un poco realista. Pero lo que yo quiero tener, lo que yo quiero mantener es el sentimiento de que podemos hacer un cambio. Tal vez la forma en la que cambiemos el mundo sea educando mejor a nuestros hijos y estar más atentos a esos hijos. Y bueno, tal vez sea así como cambiamos el mundo. En lugar de escribir una canción de punk rock, tal vez solo sea ser mejores padres. Quiero estar aquí con mis hijas, quiero estar cuando ellas quieren que esté aquí. Y creo que eso es la cosa más punk de todas»
En todos los sentidos creo que Jim está liderando la mayor revolución de su vida: su revolución. En un mundo donde nos atareamos cambiando el sistema, nos olvidamos de cambiarnos a nosotros y a la gente que tenemos cerca (equipos, familias, amigos) No se a vosotros pero a mí me basta con que vuestros hijos sean grandes personas y con que vosotros trabajéis por ello. El subtitulo del documental es parte de la lección aprendida: «Sometimes a little anarchy can be a life changing experience». No puedo estar más de acuerdo. Creo de hecho, familia, que todo es necesario. Las grandes luchas pero también tiene que ver con ser el cambio que quieres ver en el mundo. Pase lo que pase 🙂
Hace poco el Rey de mi país, por primera vez en la historia de su reinado, pedía disculpas públicamente a la ciudadanía a la que representa. Sus palabras textuales fueron «Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir» No me detendré en el hecho sino en la noticia. La disculpa se produjo porque mientras la tasa de paro, la supuesta desconfianza exterior, la recesión y la crisis sistémica seguían -como siguen- devorando España, el mandatario se encontraba cazando elefantes en Botswana. Me parece especialmente útil para este artículo el hecho de que decidiera matar a este tipo de animales. Lo que yo propongo ahora es que además de no pedir disculpas, siga matando elefantes él y cualquier mandatario español pero que lo hagan dentro de nuestro territorio. Sin duda creo que será una receta insuperable para salir de la crisis, generar confianza entre la población y liderar la economía mundial. Tal cual lo oyen. Me explico…
LA PROPUESTA SERIA
Existe un gran número de organizaciones y sistemas en España cuya esencia, anatomía, comportamiento y existencia se corresponden totalmente con las de este enorme animal. Más allá de la tipología de empresas que define David L. Birch en su libro The Job Generation Process (MIT, 1.979) existen muchas empresas que actúan, se identifican y se comportan como los elefantes. Y no se trata solo de cotizar en Bolsa o de multinacionales. Defiendo que hay un gen condicionante de la empresa elefante. Las he sufrido durante años y doy fe de este hecho. En la siguiente descripción podrán identificar claramente el fenotipo y el genotipo de la empresa elefante e intentaré establecer algunas razones para acabar con la vida de estos seres/sistemas:
El elefante blanco pesa alrededor de unas 8000 kilos lo que le convierte en el ser terrestre más grande de su tiempo. Es innegable que toda empresa elefante se erige siempre como la más grande de su sector. Controlan sectores y segmentos de mercado, regulan precios y ostentan la propiedad sobre servicios con los que otras no pueden competir. Aún así en España existen 3 millones de empresas de las cuales más del 99% son PYMES que generan el 90% del empleo y el 62% del PIB. Es completamente lógico pensar que necesitamos grandes compañías pero no parece razonable pensar que tan solo incentivemos el desarrollo del 10% del empleo nacional.
De estos 8000 kilos de peso, tan solo unos 5 kilos corresponden al cerebro, que a pesar de ello tiene una enorme magnitud en comparación con el resto de especies. Esta proporción de cerebro dedicada a pensar modelos, procesos y servicios es muy semejante a la que se puede hallar en una empresa elefante. Al igual que en los elefantes, en las empresas elefantes la tarea de pensar es tan solo un instrumento para perpetuar la existencia del sistema o la estructura (cuerpo) a menudo en detrimento del valor de su oferta. Este cerebro está centralizado en una zona de la estructura que ordena al resto de regiones del sistema que obedecen. Algo que sin duda no es operativo y que a la larga provoca, como en el elefante, grandes problemas de equilibrio, maniobravilidad y capacidad de respuesta.
Es un animal muy longevo ya que suele vivir alrededor de 60 años aunque se encuentran casos en la actualidad que sobrepasan esa cifra hasta los 80 años. Las empresas elefante son longevas y resulta imposible muchas veces hallar una explicación para esta característica concreta salvo el hecho de que su propia estructura es imponente y cuentan con el reconocimiento de su manada y del resto de las especies. En muchos casos incluso tras una quiebra flagrante, la manada de empresas y sistemas elefante (públicas y privadas) ayuda a levantarse a la empresa elefante y seguir con su camino solo por el hecho de que siempre ha estado en la manada. Se da el curioso caso de que la mayor parte de empresas elefante actuales no cuentan con más de 20 años de media aunque hay una larga fila de ancianos venerados. El respeto al esfuerzo y trabajo de las ancianas empresas elefante es loable pero una sociedad completa no está representada en un geriátrico social.
De hecho su aspecto continuamente arrugado les confiere un aire de ancianidad cuyos pliegues en la piel les permiten conservar la humedad a pesar de que tienen una enorme necesidad de meterse en el barro continuamente. Las empresas elefante presumen por defecto de ser innovadoras, estar siempre frescas y mantenerse jóvenes pese a todo lo anterior. Necesitan casi siempre una capa de barro innovador que las refresque ante el sol justiciero del mercado en el que desarrollan su actividad. Lo que en los elefantes se llama «barro» en las empresas elefante hasta el momento se ha llama «People», «Responsabilidad Social Sostenible» o «Innovación». Pero era barro, créanme.
Su periodo de gestación es el más largo de todas las especies. Se necesitan 22 meses de embarazo para parir al mayor bebé de todas las especies terrestres, uno que pesará de media 120 kilos. No existe ninguna gran empresa que no haya sido una pequeña gran empresa en sus inicios. Era una empresa que solía nacer bien alimentada, ya crecida, con pocos recursos y a menudo torpe en sus primeros movimientos pero se movía. La insistencia y el aprendizaje la hicieron crecer hasta ser esa empresa elefante adulta que ahora es. Porque también existen empresas elefante jóvenes, doy fe. De hecho una empresa elefante en cierto sentido -aunque tuviera 3 empleados- siempre fue una empresa elefante, no importa el tamaño. Por eso ahora también puede dejar de serlo, no importa el tamaño 😉
Son consecuencia evolutiva de la extinción absoluta de los mamuts, bichos éstos que aún eran más grandes y que también coronaban el reino animal terrestre. Antes de las empresas elefante actuales del posfordismo existían las empresas industriales del siglo XIX. Hacían lo mismo pero menos rápido. Esa historia de extinción las hizo reponerse hasta ser empresas elefante a menudo formadas por tigres de bengala como comentábamos hace unos meses.
El órgano rector del elefante es su cerebro. Allí se tiene que atacar si se quiere confundir al animal. Resulta sin embargo muy complejo llegar a su corazón, protegido frontalmente por una larga trompa y lateralmente por una gran capa de grasa y huesos. En las empresas elefante existe corazón pero está notoria y voluntariamente escondido. Es para la gran mayoría de personas, inaccesible. Hay todo un ritual de paredes mentales y físicas que impiden el acceso y una gran colección de flechas que redireccionan tu camino hacia el cerebro. Las empresas elefante nunca oyeron hablar de dos tipos de hemisferios aunque conservan su capacidad binaria (ganancia/pérdida) que continuamente les atora y les consume.
Esta larga trompa es el único instrumento práctico y ágil de sustento que tiene el animal. Con ella se nutre, alcanza objetos y establece relaciones afectivas con el resto de su manada. El valor que puede aportar a su mercado, a su entorno inmediato (empleados) y a su sociedad, una empresa elefante está completamente instrumentalizado. Está definido por tan solo una vía de obtención de resultados que ciega una y otra vez cualquier alternativa de entrada o generación de beneficios para el sistema. Solo existe una forma de hacer las cosas a la que suelen llamar «identidad corporativa». Como la trompa de nuestros elefantes, la identidad corporativa aplasta, diluye y absorbe. Eso es todo. No parece un camino sano.
Le gusta estar en manadas. El elefante es un animal que no suele tratar con nadie que esté fuera de su manada. De hecho tiene un respeto legendario por los antepasados de su manada a los que se ha demostrado reiteradas veces que venera. La manada de empresas elefante a la que todo el mundo mira en España se llama IBEX35. No necesariamente es una buena manada, de hecho recientemente se ha demostrado que tiene muchos fallos. Pero es «la manada». Cualquier aproximación a ella es mirada con recelo, cualquier pertenencia a ella con veneración y siempre habrá senderos de paso que solo la manada pueda transitar. Si algo falla para la manada, alguien vendrá a reclamar su estatus. Si algo va bien en una empresa elefante, la manada completa asumirá todas las medallas. 35 empresas no son representativas de 3 millones de empresas españolas. Hagan lo que hagan. Sean lo que sean.
Aunque su lenguaje es a menudo incomprensible por el resto, se comunica y establece su sistema de orientación y de distancias gracias a un grave sonido periódico que se denomina «barrito». El lenguaje de las empresas elefante es completamente incomprensible para el resto de empresas del planeta. Manejan códigos que perpetúan su posición, procedimientos y costumbres, gestos y comportamientos que resultan pesados, lentos y tediosos para cualquiera que se acerque. No hay espacio para crear nuevas formas de comunicarse. Se trata de la incomunicación social como baluarte para empobrecer la comunicación interna.
El elefante siempre pisa sobre suelo mullido y confortable. Su propia genética fruto de la evolución ha hecho que los carpos, metacarpos y falanges que forman los dedos de su pezuña se alcen sobre una almohadilla acolchada de grasa que le permite caminar con gran confort y presteza en cualquier situación. De hecho en esta transición evolutiva, el elefante es el único animal que desarrolló un sexto dedo pero esta ventaja competitiva dejó de serlo cuando alcanzó el confort. Es curioso comprobar como las empresas elefante aún habiendo tenido en su pasado restos de una innovación esporádica sobre sus estructuras y modelos de negocio que favorecía la competitividad, generaron de forma endogámica subterfugios que permitieron primar la estructura sobre el valor diferencial. En el caso de las empresas elefante uno ve con frecuencia como la toma de riesgos es mucho más que moderada y cómo el propio sistema ha acolchado la motricidad de los integrantes para que controlar de forma adecuada cada zona de confort. No es saludable ni mental ni orgánicamente.
Para la regulación de la temperatura interior posee grandes pabellones auditivos cuya capilaridad le permite enfriar la sangre a su antojo. Resulta curioso que el mismo instrumento que le sirve para escuchar su realidad inmediata le permita mantenerse frío en momentos de máximo calor. Escuchar el mercado y planificar a largo plazo son los grandes instrumentos de las empresas elefante. Les permiten mantener una constante imagen de imperturbabilidad que les hace casi indeferentes ante cualquier crisis o variación exterior. El mundo se convierte en algo ajeno y la humanidad es tan solo una trampa en el camino hacia los objetivos. Los grandes pabellones auditivos de las empresas elefante son también los sistema de escucha, rastreo, control y seguimiento de sus empleados. Herramientas que enfrían su imagen hasta temperaturas gélidas.
Para la defensa personal el animal posee largos colmillos cuyo material, el marfil, es uno de los más valorados en la actualidad. Los colmillos de un elefante se suelen pagar a precios desorbitados y existe gran tráfico de influencias en estos intercambios comerciales. Un elefante siempre puede ejercer su ataque ante una situación de inseguridad. Las empresas elefante son terriblemente incisivas como los colmillos de nuestro protagonista. Los colmillos de estas empresas son ejecutivos con un típico perfil modelo absurdamente canalla que les revaloriza en el mercado. Son cotizados y solicitados por la manada y su valor asciende también a precios supraterrenales.
Los elefantes necesitan comer mucho, comer indiscriminadamente para sobrevivir. Un 60% son hierbas pero la elección de alimentos de un elefante será determinada en parte por lo que crece en el lugar, por lo que aprendió de sus antecesores, y por lo que descubre al probar nuevos alimentos. Seleccionan sobre todo sus comidas teniendo en cuenta el tiempo que se tarda en consumir cada bocado. Comer hierba es tan solo la manera más rápida y fácil de abastecer su estómago. Para que una empresa elefante se mantenga viva parece que tiene que cegarse por la inercia del corto plazo. Consumir y vender rápido parece ser más importante que consumir y vender variado y sano y repartiendo los beneficios no solo a su aparato digestivo (ejecutivo) sino al resto del sistema. Las empresas elefante son empresívoras, le dan a todo pero están condicionadas por el territorio en el que se mueven, por hasta donde otras manadas les permiten comer, por lo que hasta ahora les han dejado comer y defenderán que deben seguir comiendo. Por desgracia en España la capacidad de probar nuevos alimentos por parte de las empresas elefante es realmente pobre y vacía de intención. Aún así muchos cultivamos nuevas hierbas e intentamos hacer que paste la manada. Ese es nuestro trabajo.
El elefante es a menudo una deidad en según qué culturas, círculos de creencia y religiones. Esto ha generado una legión de acólitos y mitos alrededor de la figura del elefante allá donde existe. En España existe un olimpo de empresas elefante. Tal cual lo oyen. Se las venera pase lo que pase hasta que alguien en la manada decide dejar de venerarlas. Sobre sus dirigentes se crean mitos y leyendas dentro y fuera de la empresa que son comparables a los viajes de Gulliver pero sin viajes. Estas leyendas cambian de acuerdo al país emisor de estas leyendas.
CONCLUSIONES
Por todas estas razones creo que deberíamos generar un coto de caza privado para empresas elefante de 504.645 km2 dentro de España. Esta superficie equivale a todo el territorio nacional. Tengo que aclarar que en los cotos de caza no solo se mata animales sino que también se crían en cautividad relativa. En nuestro caso significaría la existencia de empresas elefante pero reguladas, cuya movilidad estuviera limitada a mínimos principios de nobleza.Como es obvio no seré yo quién defienda la caza indiscriminada de la gran empresa de la que me desvinculé hace unos meses hastiado y mustio. Pero desde luego creo que una caza controlada, Majestad, gobernantes y gallitos varios, no vendría nada mal para sanear nuestro cortijo 😉
Más allá de esto, y muy paradójicamente 😉 la película El hombre elefante (Lynch, 1980) es una de mis películas de culto. Cosas de la vida…
– Señor Gandhi, ¿qué opina de la civilización occidental?
– Creo que sería una maravillosa idea
(Extracto de una entrevista a bapu)
Una persona nunca quiere lo que necesita sino lo que está convencida que necesita. Es algo que me ha costado comprender pero finalmente he tenido que asumirlo. Nuestra sociedad antiguamente estaba fundada sobre el estado de bienestar. Pero en algún momento desdibujado de nuestra historia perdimos la partida. Nuestra sociedad actual está prioritariamente basada en el consumo. Es sin duda el paso previo para el siguiente paso: una sociedad exclusivamente basada en el consumo. Necesitamos generar consumo y consumir consumo cuanto antes y por un tiempo limitado. Lo creemos sinceramente, estamos CONVENCIDOS de que lo necesitamos. Así nació esa tendencia ya muy extendida de creer ciegamente y justificar el carácter auto-regulatorio del criterio economicista.
Las personas que apoyan esta perspectiva nos gobiernan en nuestros trabajos, rigen nuestros congresos y toman decisiones por nosotros sin necesidad de otra justificación más que la generación de dinero a cambio de dinero por dinero. Lo hacen realmente convencidos de que el imperio absoluto del dinero favorece la riqueza de una sociedad. En el mundo moderno obtener beneficios económicos -cuanto más inmediatos mejor- parece ser el único fin respetable para generar un discurso razonable. Todo lo demás parece una utopía incluyendo la cultura del esfuerzo por la que nuestros padres y abuelos lucharon durante décadas. Hoy en día hacer algo muy bien necesariamente ya no significa triunfar, ni siquiera ser reconocido. A menudo, de hecho, es ser un gran pringado. Las escuelas de negocio y universidades en las que estudiamos nos educan en esta fe. Afirman sonriendo que lo más importante ya no es el contenido o la calidad (en los que nadie ya se fija), «eso ya no funciona», sino la venta, la comercialización, la «llegada». Presumen altivas de ser un mero caramelo dentro del envoltorio de grandes conglomerados de mercado. Disfrazan con nuevas ciencias la mercancía que fabrican.
Aún siendo este criterio economicista el origen que ha desencadenado una de las mayores crisis morales y sociales de la historia, parece que todo el mundo perdona los «pequeños pecaditos» de la industria y el mercado si con ello sobrevive un día más. Esta cultura caníbal se nutre de las entrañas ajenas hasta que no puede evitar nutrirse de las propias. Es como ese enfermo mental que sufre una inercia incontenible por acabar consigo mismo. Esta cultura no castiga sino que favorece la deslealtad y el comportamiento deshonesto. Lo decía Richard Florida en su maravilloso libro La clase creativa (2010): directivos caprichosos que no premian el esfuerzo sino la agresividad, la eliminación del criterio propio y el sacrificio personal absoluto han transformado nuestra cultura del trabajo y ocio. Les hemos dejado hacerlo.
El dinero, las monedas que reposan -lector- sobre tu mesa o la nómina que te llega a final de mes a casa, tiene un carácter fiduciario. El sistema financiero, también. Eso significa que su valor está exclusivamente basado en la fe o confianza que una sociedad deposite sobre ellos. Cuando esa confianza es cegadora, el resultado es una crisis social y humana que puede ser coronada después por una crisis financiera o un conflicto armado. Lo que ahora estamos viviendo es de manual básico de conflictología y lo pude aprender a comienzos de la década pasada cuando colaboré con el Centro de Investigación para la Paz en mi país.
Es indudable que tenemos que pensar en el dinero para poder vivir pero lo que también es indudable es que no tenemos que hacerlo como modelo de vida coercitivo que limite nuestro desarrollo o mediante continuos abusos de las libertades civiles, los derechos humanos, nuestra convivencia ciudadana o el bienestar público y privado. El fin NUNCA justifica los medios. Argumentaré algunos ejemplos:
Cartel promocional de El cuarto poder (2011)
INFORMACIÓN: Recientemente Concha Mateos, profesora de periodismo de la URJC, defendía en el documental El cuarto poder (2011) que nuestro derecho a la información -que deben salvaguardar los medios de comunicación- debería estar basado en un modelo de salud informativa (noticias contrastadas, rigurosas en sus fuentes, plurales). Hasta ahora conocíamos esto como código deontológico, ese pequeño acuerdo de mínimos a menudo tácito entre profesionales de un mismo sector, que nos hacía distinguir la nobleza de lo inmundo. Esto, en nuestro actual mundo precario, no tiene cabida. Porque supuestamente no da dinero a corto plazo, eso es todo. Ella decía que al igual que consumimos alimentos que están regulados como saludables, también deberíamos producir información saludable. Por contra, según algunos profesionales entrevistados en el documental, el 80% de la información que nos ofrecen los medios de comunicación generalistas es lamentable por ser mero escaparate de discursos obvios, anecdóticos, sentimentalistas o caricaturescos. El problema último tiene que ver como casi siempre con la falta de calidad social de los contratos profesionales. Un periodista sin una estabilidad legal o contractual no puede hacer preguntas, solo puede cumplir órdenes. Y aquí es donde el criterio economicista cierra el blindado círculo vicioso de lo absurdo. Una persona tiene libertad de expresión en nuestra sociedad si tiene dinero para tenerla y solo puede difundir una opinión si ésta fortalece la construcción de una realidad concreta que sostenga el carácter autónomo del criterio economicista. De modo que esto favorece la manipulación informativa, la conversión de los derechos en privilegios y la pérdida continua de una ética del bienestar. En el caso concreto de la información lo que el criterio economicista consigue es pervertir el derecho a la información, divulgar la cultura del heroísmo económico como única salvación y destruir la propia industria de contenidos por la que aparentemente vela. Noam Chomsky habla de los medios de comunicación como empresas del convencimiento. ¿Es esto lo que necesitamos?
Las dos enfermedades graves que provoca el economicismo en la comunicación son la sustitución progresiva de la información por propaganda y la pérdida del derecho a la información.
Cartel promocional de Chasing Madoff (2011)
FINANZAS: Ni siquiera el criterio economicista -que se basa en la fe ciega en el dinero como fin y como medio- puede dejar de ser un veneno para su propia causa: conseguir más dinero. Incluso aquí esta perspectiva sesgada puede quebrar todo un sistema financiero global. El caso de Bernard Madoff es un ejemplo de cómo pensar solo en conseguir o generar dinero con el fin de ganar aún más dinero no es sostenible. En el documental Chasing Madoff (2011) en el que Harry Markopolos detalla cómo pasó 9 años de su vida investigando este fraude financiero, observamos la enorme diferencia -ahora una línea débil apenas discernible- entre una persona honesta que tiene debilidades y fallos pero que trabaja por mejorarlos y una persona deshonesta que trabaja por explotar estas debilidades hasta que se ve devorado por si mismo. 150 años de condena íntegra, el suicidio de uno de sus principales valedores y un hijo que se pegó un tiro a los dos años de condena, son el peaje final y el peso en la conciencia para el largo viaje millonario de Madoff que arruinó, estafó y robó grandes fortunas pero también a miles de pequeños ciudadanos.
Pero el documental no me gusta porque relate la terrible estafa piramidal de Bernie, sino porque habla de que lo que empobrece una sociedad no son este tipo de personas sino un amordazamiento colectivo del sistema que no solo es incapaz de prevenir la trampa sino que la blinda. De hecho todos nosotros hablamos ya de la prima de riesgo y de muchos índices y términos financieros asumiendo su peso como propio. Nos encanta hablar de ellos y algunos hasta queremos tener una opinión formada sobre ello. Lo importante no es ya la educación de nuestros hijos, nuestra salud, nuestros derechos, lo importante es que la prima de riesgo baje. Estamos expectantes cada mañana esperando la buena nueva del gobernador o el calificador de turno. Parecemos decir mientras cenamos «A ver qué dicen hoy que valgo» ¿Es esto lo que necesitamos?
Sobre este incomprensible fenómeno de cesión y desnaturalización de nuestro valor, recomiendo ver el divertido cortometraje Hablando en plata que concursó recientemente en el Notodofilm Festival.
Las enfermedades que provoca el economicismo en las finanzas son la sustitución progresiva de dinero real por valores indeterminados y la explotación abusiva a escala global de cada esfuerzo personal
Cartel promocional de Love Meat Tender
ALIMENTACIÓN: Eres lo que comes. Esto me decía mi abuela Pepa mientras me servía unas ricas lentejas cuando era pequeño y nunca se me olvidará. Pero se me ha olvidado, se nos ha olvidado. La regulación sobre las empresas alimenticias está también tocada por la enfermedad economicista. Fabricar alimentos baratos pesa más en la balanza que fabricar alimentos saludables. Es el precio de la fe ciega en el dinero. Se investiga con transgénicos para ahorrar dinero en el proceso de fabricación y seguir creciendo en el balance de resultados, no en la calidad del producto. Se generar supuestas dietas respetuosas con la salud, como las exclusivamente vegetarianas, con el ánimo de que incautos consumidores se convenzan de una vida saludable. Hace unos meses vi en casa de mi amiga Ane el documental belga LoveMEATender (2011) y es realmente esclarecedor para averiguar hasta donde el criterio economicista es capaz de llegar. Hasta nuestro plato. Manu Coeman expone en este genial trabajo de investigación cómo el desmesurado consumo de carne que se ha generado hace que la carne sea tratada como cualquier otro producto de consumo con producción masiva en el mercado.
La ganadería tradicional dio paso a la intensiva y ésta a la industrial desde la escala local a la global. El sector ganadero que antes contribuía a la diversidad biológica, que alimentaba a grandes familias numerosas y que generaba empleo ahora es algo nocivo para el medio ambiente, destruye empleo y enturbia la salud de nuestros hijos. Progreso. Para ahorrar dinero o ganar aún más se abarata el sistema alimenticio de los animales que posteriormente afecta a nuestra salud y se experimenta con el consumidor para ver hasta dónde se puede abaratar. Para abastecer el consumo es necesario matar a 60 mil millones de animales para alimentar a 6000 millones de personas. Si la cifra les parece disparatada piensen además que no todos los millones de personas tienen acceso a carne. ¿Es esto lo que necesitamos?
La enfermedad que provoca el economicismo sobre la alimentación es la precarización progresiva de la cadena alimenticia
Cartel promocional de The shock doctrine (2010)
EMPLEO: ¿Por qué no generamos empleo? Sabemos que es lo que ahora nos preocupa. Yo creo que tengo una respuesta. Porque solo pensamos en generar empleo sea como sea, a cualquier precio y con cualquier condición. Pensamos «Mejor esto que no tener absolutamente nada» Pero ¿por qué hemos llegado a no tener empleo para conformarnos con solo algo?. Tiene que ver con la tremenda gestión del miedo que comentábamos en el apartado de INFORMACIÓN. La cultura economicista está basada en la generación de miedo e inseguridad y bebe de las teorías de la Universidad Chicago. Un estudio muy riguroso sobre las consecuencias políticas y sociales de estas teorías lo podéis encontrar en The shock doctrine libro y documental inspirado en las investigaciones de Naomi Klein. El problema del empleo es que trabajar ya no tiene una finalidad social de posicionar a una persona en relación a su comunidad (sociedad, familia, profesión) sino que el empleo es un mero instrumento del sistema. Mi amigo bloguero Alberto Dotras habló de ello hace poco. Esta creciente despersonalización que ya trató hace ya casi 20 años Jeremy Rifkin en su libro El fin del trabajo (1996) tiene que ver con varios fenómenos, entre los cuales -yo defiendo- se encuentra el criterio economicista de la productividad total. Lo anotaba Rifkin hace años: La llegada de la automatización a los espacios de trabajo en EEUU supuso hace ya medio siglo el aumento de bienes de consumo pero también el desempleo de los llamados «trabajadores de cuello azul», afroamericanos pobres y a las manufactureras. Actualmente afecta a todos los sectores de la economía de todos los mercados y a cualquier grupo de trabajadores. En esta era del posfordismo, vivimos sistemas empresariales y sufrimos directivos que ya no sirven porque el objeto de gestión ha cambiado, los intereses y el modelo de vida de las personas de sus equipos han cambiado. Tras tortuosos procesos de selección infames, vivimos trabajos de estrés con largos horarios que no nos permiten a nuestras familias o disfrutar de tiempo libre. ¿Es esto lo que necesitamos?
Ya no se trata de gestionar procesos o productos sino de liderar personas y equipos que en su mayor parte desean mayor independencia y autonomía. Una producción racionalizada -que ahora no explotamos en la mayor parte de industrias pese a su moderada antigüedad- combina las ventajas e inconvenientes de la producción artesanal (que estamos matando) y la producción en masa. Este legado que comenzó en Japón hace años se ha venido completando y mejorando durante los últimos años desde los modelos JIT hasta los LEAN en automovilismo y manufactura pasando por todas las metodologías ágiles de generación de software, tenemos un amplio catálogo de modelos de producción racionalizada. Esto contribuiría a equilibrar la balanza y completar el criterio economicista del empleo (basado en el corto plazo y una limitada visión del problema) con un criterio de bienestar, consumo y eficiencia saludables. Rifkin proponía un matrimonio entre Tercer Sector y Sector Público para balancear el duelo por la pérdida del trabajador masivo. Yo creo que se trata simplemente de que aquello que produzcamos no solo alimente el estómago y la necesidad de otros sino que nos alimente a nosotros. El surgimiento de una nueva economía social centrada en figuras como el knowmad, el emprendedor en equipo o el hacktivista ocupa mucho de mi tiempo actualmente. Sin los frutos esperados, con no pocos esfuerzos y mucho sufrimiento, pero personalmente apuesto por esta nueva vía. La propuesta de Scott Belsky sobre la nueva figura de los RADICALES LIBRES (menos trabajo de papeles, menos esperar, más acción) va en esta línea y simpatizo mucho con la idea.
La enfermedad que provoca el economicismo sobre el empleo es la pérdida de nuestra identidad personal y social como individuos. Pero podemos recuperarlas
Por último añadir que creo que la suma de malos gestores sin visión y políticos incapacitados no fabricará las vacunas contra todos estos males. Cada día creo que se trata más de un esfuerzo colectivo y que la palabra EQUIPO recobra de nuevo un aliento renovado de esperanza en esta decadente realidad. Porque los equipos son algo concreto, inmediato, que podemos construir en nuestros entornos inmediatos. No es necesario emprender ningún proyecto, se trata tan solo de una cuestión de naturalidad y de nobleza.
Equípate pero no de armas para sobrevivir sino de equipos para vivir 😉
«La simetría es el mayor de todos los males» Autoría desconocida
Por qué diseñar algo y hacerlo equivale a reinventarlo
EL DESIGN THINKING Y EL MÉTODO CIENTÍFICO
Creo sinceramente que lo que gran parte de gurús y acólitos de Tim Brown han dado en llamar DESIGN THINKING encaminado a la resolución de problemas, no es más que una vaga aplicación del método científico al mundo de los negocios. Algunos de mis amigos me matarán por ello pero no ha existido invento en la historia de los hombres que no cubra todas las etapas de este llamado Pensamiento Diseño: DEFINIR, INVESTIGAR, IDEAR, PROTOTIPAR, REVISAR, IMPLEMENTAR y APRENDER. Cualquier producto de los que ahora mismo tienes en la mesa ha sido sacado al mercado bajo estas premisas más o menos lógicas. Sin embargo la innovación -es mi opinión- es precisamente esa: constatar y cuidar este proceso. Hasta la fecha el mundo de los negocios ha sido completamente ilógico y ha estado sujeto a una continua deshumanización del empleado y el usuario. Muchos hemos vivido en nuestros trabajos burocracias absurdas que implicaban pérdidas continuas de dinero sin ningún motivo aparente o explicación. Todo en sacrificio y en pro de la supervivencia del sistema. Ahora los que tenemos que sobrevivir somos nosotros porque muchos de estos sistemas se hunden a un ritmo acelerado. Necesitamos a gente que nos lleve de la mano en un viaje de regreso al sentido último de las cosas, a la lógica inmediata. El trabajo de los que formamos Thinkalina es aplicar nuestra experiencia, conocimientos y visión a esta labor.
El método científico según el Oxford English Diccionary es «un método o procedimiento que ha caracterizado a la ciencia natural desde el siglo XVII, que consiste en la observación sistemática, medición y experimentación, y la formulación, análisis y modificación de las hipótesis» Estos métodos han de ser reproducibles por cualquier persona en cualquier lugar y además debe ser refutable a partir de la experiencia. Con lo que… ¿somos o no somos científicos y fiables? Lo que desde luego no somos es originales, eso hay que reconocerlo 😉
LA IDEA y EL AGRAVIO COMPARATIVO
Durante lo últimos 3.000 años el progreso de nuestra civilización ha ido acompañado, entre otras cosas, de los grandes avances científicos de la época. Desde el punto de vista lógico en cada tiempo de la historia era absurdo pensar que 1 persona pudiera tener más razón que el resto de millones de personas. Pero así ocurrió en la mayoría de los casos. En nuestro tiempo el agravio comparativo crece a un ritmo exponencial y recientes premios Nobel han demostrado que 1 persona tiene muchas veces más razón y lucidez que las 5.999.999.999 personas restantes. También la historia de los grandes descubrimientos geográficos de nuestro planeta ha sido posible gracias a que una o varias personas se empeñaron en demostrar que el resto del mundo estaba equivocado. Esta capacidad para generar nexos entre mundos desconocidos se ve ahora reflejada en una escala aún mayor debido a los recientes descubrimientos sobre nuestro universo. Porque la razón -en contra de lo que muchos se atreven a admitir- no es una cuestión de probabilidad ni de estadística, sino de conocimiento, afán de superación, esfuerzo y dedicación. El método científico al que tanto idolatramos bebe de emociones y sentimientos a menudo inexplicables.
LA OBSERVACIÓN, EL RETO y EL PRODUCTO
Ante la mirada atónica de sus contemporáneos, hace muy poco -apenas 150 años- una persona se empeñó en demostrar que era posible que un hombre en San Francisco pudiera mantener una conversación en tiempo real con otro en Nueva York. Su obstinación dio lugar al teléfono.
El hecho de que un soldado chino quisiera orientarse harto de perder tiempo con señales arbitrarias, dio lugar hace ahora 4.500 años a la brújula.
Un hombre en el año 1450 pensó que sería mucho más rápido y sencillo crear libros si existieran plantillas y moldes adaptables para ello. Gracias a la imprenta, las grandes masas sociales europeas se cultivaron y alcanzaron la libertad siglos después mediante el acceso universal al conocimiento.
Hace apenas 100 años, la empresa española El Casco -que todavía sigue existiendo- producía y exportaba revólveres. Tras la crisis de 1929 la empresa se reconvirtió lanzando un producto innovador que denominaron «grapadora». El diseño reflotó la empresa y ese mismo modelo se sigue vendiendo en papelerías de todo el mundo.
Si alguien me preguntara qué invento ha sido más revolucionario en los últimos cien años, creo que no tendría duda. En 1956 un oficial español del Ejército del Aire pensó que las porteras de su edificio se desgastaban las rodillas fregando el suelo. Poniendo el mocho al final de un largo palo, inventó la fregona y posteriormente el cubo de la fregona. Ambos alcanzaron su pulto álgido con la llegada del consumo masivo de plástico. En vida, Manuel Jalón llegó a vender 3.000.000 de fregonas al año a más de 30 países diferentes. La higiene doméstica y la calidad de vida de millones de personas mejoró notablemente.
Antes que Copérnico muchos otros pensaron que el centro de nuestro sistema planetario era el sol y no la tierra. Todos ellos ardieron en la hoguera, fueron lapidados, ahorcados o perseguidos. Lo importante no era saberlo sino hacer que otros lo entendieran sin que resultara insultante para una cultura teocéntrica. Hoy en día esta visión de nuestra humilde posición en el universo ha redefinido y/o completado todas las creencias hasta la fecha.
Hace tan solo 40 años se inventó el primer esbozo de red que conectaba computadoras en diferentes localizaciones. Fue una prueba militar que buscaba la ventaja competitiva contra el enemigo. Hoy más de 1.400.000.000 de personas se comunican, trabajan y se relacionan a través de internet entre otras cosas eliminando las barreras ideológicas y culturales que en su día alumbraron el concepto de «enemigo».
LA INSPIRACIÓN
A menudo cuando una persona como las anteriores proyecta estas características de conocimiento, superación, esfuerzo y dedicación sobre los otros, éstas amplían por sí mismas el espectro cuantitativo, las dimensiones o la perspectiva de la gente. Porque el trabajo bien hecho desde el respeto y la constancia es la más inspiradora píldora para cualquier enfermo de confort.
LA ACTITUD CRÍTICA
Por eso el primer paso para crear algo -para inventarlo- es cuestionar lo que ya existe. Desde pequeño siempre admiré ese elevado grado de obstinación justificada que muchos precursores adoptaban ante todo un mundo de certezas en su época. Esos que fueron quemados, ahorcados, perseguidos o eliminados de los libros dan fe de que la lucha contra el demonio del confort se ha cobrado no pocas vidas hasta nuestros días. Por eso recuerdo ahora con una gran sonrisa aquel día en que el socio director de una gran empresa con la que trabajé me dijo que yo no iba a cambiar a 15.000 empleados que trabajaban en la misma dirección y que habían obtenido resultados exitosos hasta la fecha. Simplemente le dije ¿Por qué no?
Estos son los argumentos en clave de sentido del humor que creo que avalan la nacionalidad española del mayor líder espiritual de Occidente:
RAZÓN 1: Para sobrevivir hacía milagros
RAZÓN 2: Su reino no era de este mundo y su rey tampoco
RAZÓN 3: Le crucificaron cuando alcanzó el éxito
RAZÓN 4: Solo reconocieron su valor una vez muerto
RAZÓN 5: Sus políticos intentaron acabar con él desde su nacimiento
RAZÓN 6: Recibió regalos no tributados de gran valor por parte de tres altas personalidades anónimas ya desde su nacimiento
RAZÓN 7: Fue seleccionador con un equipo de 12 jugadores mundialmente reconocidos
RAZÓN 8: Por problemas de competencias entre autonomía y estado, tuvo que pasar por 3 juzgados para conseguir una sentencia y finalmente ésta fue desfavorable
RAZÓN 9: Su país estaba intervenido por fuerzas extranjeras aunque sus dirigentes lo negaban
RAZÓN 10: Predicaba cosas buenas y nuevas y su país le repudió
RAZÓN 11: Era joven y sabía que no viviría bien o mucho. Tras independizarse volvió a casa de su madre
RAZÓN 12: Justo antes de morir no se le ocurrió otra cosa que hacer un botellón en casa con los suyos
RAZÓN 13: Cambió de trabajo y profesión varias veces a lo largo de su vida. Fue carpintero, pescador de almas, pastor de hombres e incluso cordero para ganarse la vida pero en su época ni Dios tenía futuro
RAZÓN 14: Participó en acampadas en las que dijo que el mundo era de los pobres, los hambrientos y de los que tienen sed de justicia. Fueron disueltas por las autoridades y él perseguido desde entonces
RAZÓN 15: En el trabajo hablaba siempre en arameo y no reconocía la autoridad de sus jefes
RAZÓN 16: Se comía un pez y contaba veinte. Lo mismo con los panes. Con las mujeres, no hay constancia ni de eso.
RAZÓN 17: Su familia tuvo que mudarse a otra región para ganarse la vida
RAZÓN 18: Hablaba 3 idiomas, era un hombre que se había hecho a sí mismo a partir de una vida humilde, tenía un nivel alto de empatía y mucha experiencia liderando equipos. Cuando a su pueblo le dieron a elegir entre él y un delincuente, su pueblo votó al delincuente. Sin dudarlo
RAZÓN 19: Un business angel le ofreció gobernar el mundo entero. Él rechazaba siempre a este tipo de inversores.
RAZÓN 20: El comienzo de su vida fue humilde, consiguió malvivir entre los suyos pero su jubilación fue un auténtico Calvario