Este post está dedicado a Michael Moore, quien ha depositado 20.000 de los 283.000 $ impuestos por la fiscalía británica como financia para la libertad de Julian Assange, y quien siempre me ha hecho pensar en lugar de no hacerlo cuando realmente he tenido ambas opciones
El ciclista Alberto Contador vestido con el maillot amarillo me hizo disfrutar sus victorias en el Tour, no solo en la vuelta sino en cada una de sus etapas
Tenemos un problema si después de todo lo que ha llovido realmente consideramos que los sistemas financiero y político actuales (tal y como se entienden desde el modelo liberal actual) son suficiente garantía de control sobre los abusos de poder de una minoría privilegiada que no rinde tributo moral a nadie. El establishment actual no funciona, es cíclicamente ruinoso, analíticamente imprevisible y extramadamente difícil de controlar. Tal vez no podamos evitar los dos primeros males de la oración anterior pero podemos ayudar a ejecutar de una forma más eficiente y responsable el tercero. La tendencia a demonizar nuevos comportamientos sociales que rompen con el sistema de clases y basan su funcionamiento en asumir y repartir responsabilidades entre todos, es cada vez mayor y me preocupa. Muchos de los argumentos esgrimidos por los detractores del poder distribuido se basan en la incapacidad de la masa social para controlarse por sí misma. La autogestión, el aprendizaje colaborativo, las redes sociales y la comunicación instantánea suponen nuevos problemas y abren nuevos caminos a explorar que deberemos regular pero sobre todo comportan enormes ventajas para la ciudadanía. Ésta aprenderá a participar de las decisiones que la afectan o regresará obligada por la plutocracia a un estado de castas en el que solo sea lícito sobrevivir y no vivir. La falta de participación social en la mayor parte de países occidentales, salvo raras y repentinas revoluciones admirables, me ha hecho recapacitar sobre la oportunidad perdida de un mundo artiicialmente avanzado. Tardaremos más o menos pero nuestro tiempo, ahora escaso (escribo este post tras una larga jornada de trabajo) cada vez será menos valioso cuanto más rápido queramos consumirlo. Un cambio de ritmo disruptivo, inesperado e inteligentemente orquestado, suele dar la victoria a los corredores de fondo y los ciclistas a los que siempre he admirado por su afán de superación y resistencia a largo plazo. Se me quedaban cortos los grandes logros de atletas que corrían los 100 metros, su estrategia aunque robusta y bien medida en apenas decenas de segundos solo daba resultados fugaces que me resultaban dificilmente disfrutables.
En medio de una crisis del deporte español ante los escándalos de Alberto Contador y Marta Domínguez sobre los que ninguno salvo la justicia debemos pronunciarnos, me ha dado por pensar. Pensar que si algunos han logrado alguna vez como Marion Jones ganar grandes medallas gracias a pequeñas trampas, la miel de su éxito ha sido despreciada a la larga por cada uno de ellos o por sus propios seguidores. Está claro que podemos ir más rápido hasta desfallecer en una lucha inhumana contra nuestras naturaleza, pero nada hay en todo ello que sea sostenible, nada hay en ello que me haga ver a una civilización avanzada más respetable que algunos animales que se pelean entre sí hasta la muerte. Siempre hemos ido rápido y tendido a primar el tiempo de respuesta; ¿Qué tal si ahora valoramos y premiamos las respuestas?. Wikileaks es una respuesta a una pregunta incesantemente repetida: ¿Sois capaces de aguantar más o aún
Openleaks.org es la iniciativa que Daniel Domscheit-Berg, co-impulsor de wikileaks lanzará el lunes para terror de los aterrados
Podemos entender el fenómeno wikileaks, openleaks,… como un paradigma pero también podemos entenderlo como un nuevo formato de sensacionalismo como me han señalado algunos amigos en otros foros. Personalmente creo que ambas opciones son reveladoras por encima del debate. En cualquiera de los dos casos la utilidad de la información es evidente para no repetir ni imitar errores del pasado. El hecho de que una organización ajena a las instituciones tenga capacidad de control sobre las mismas instituciones que han dictado las leyes a cumplir, personalmente me parece algo democráticamente saludable y regenerador. Nuestro sistema es imperfecto, no debemos pretender otra cosa que evitar las injusticias, y aún más allá de lo que otros (incluso nuestras leyes) consideran injusticias, no debemos premiar a quienes firman constituciones y tratados con la misma mano con la que arremeten contra el sistema que en la ignorancia de esta doble moral les ha encumbrado. Los gobernantes no controlan, los gobernantes gobiernan. Es nuestra tarea como sociedad civil controlarles hasta la última de las consecuencias razonables. Me preguntan en otro foro quién decide cuando el ejercicio de poder es «lícito» o «ilícito». Lo decides tú y lo decidimos cada uno de nosotros, así debería ser y si no lo es, hay que cambiarlo. De tu nómina mensual y de tu esfuerzo se deduce la cuota que pagas a la sociedad para que siga existiendo y se construya. Pagamos un importe tanto o mucho más elevado por pertenecer a este colectivo (la sociedad) de lo que pagas o pagamos por ser socios de otros colectivos mucho menores (empresas) y a los que sí exigimos reportes y responsabilidades constantes hasta -créanme- lo insoportable. Si para esto último exiges la mayor de las transparencias, ¿qué no habrás de exigir para un colectivo por el que seguramente pagues más y en el que tus propios hijos crecerán?. Actitudes como la expuesta en la iniciativa AIR2010 intentan solventar esta brecha entre nuestra disposición para asumir responsabilidades inmediatas (cortoplacistas) y nuestra falta de motivación para asumir responsabilidades sostenibles para todos. El social confirming intenta que las empresas respondan del retorno de inversión que la sociedad por medio de ciudadanos y recursos invierte en ellas. En cierto sentido las bajas que se han producido en PayPal por la presión ejercida contra Wikileaks han sido un ejemplo de social confirming. Es un concepto que Manolo Recio, consejero de empleo de la Junta de Andalucia, explica muy bien en este video.
Por otro lado todos tenemos secretos inconfesables que son la esencia de nuestra propia vida y aportan a nuestra naturaleza el atractivo que en la mayor parte de ocasiones está ausente. Yo digo que cada uno de nosotros debemos preservarlos como un patrimonio de la humanidad individual e intransferible, conservarlos al menos hasta que no nos avergüencen y si nunca nos entra la vergüenza que otros hagan lo posible para que nos pongamos rojos de vez en cuando. No es algo insoportable, ha sido la base de la mayor parte de civilizaciones pero nunca hemos tenido la oportunidad de que sea tan decisivo como en el presente. Que nuestro miedo por expresar nuestros temores y opiniones equivocadas -ese miedo que es la base de las sociedades libres- no nos reste la capacidad de respirar de vez en cuando. Que este hecho no reduzca un ápice la importancia de no perder la fe en las posibilidades del conjunto de la sociedad y no solo de sus instituciones. Sobre todo porque quiero convencerte de que tú –aunque no saques pliegos a concurso público ni me multes por infracciones tan grandes como posts– eres una institución muy respetable. Uno a uno somos respetables pero 1+1+1+… aún más respetables.
Vivimos en un halo de seguridad impuesto que virtualmente nos garantiza que todo es estable y nada nos resultará excesivamente perjudicial salvo que nuestra capacidad de sacrificio sea mayor que nuestro decoro. El sentido de Estado no debe estar en nuestros presidentes del gobierno, jefes de Estado o primeros ministros; no hay rey ni sangre que soporte tal peso sobre sus espaldas. Sin el sentido de Estado que subyace en cada acción que realizamos desde que nos levantamos de la cama hasta que volvemos a ella (quién la pillara ahora), nada tendría sentido. El sentido de Estado, la identidad y pertenencia a un grupo y a unos intereses aún mayores que los propios es lo que nos ha hecho llegar hasta donde estamos. El lema de wikileaks es «Keep us strong»: Haznos (a todos nosotros) más fuertes. No idealicemos a Julian Assange pero sepamos extraer lecciones de su esfuerzo. Dos fuerzas tiran de la misma cuerda: la primera intenta delegar con control y eficacia, la segunda delega porque simplemente está cansada. ¿Qué lado de la cuerda creéis que se impondrá?
No te impongas objetivos poco razonables. No está en juego solo el pan que comes sino tu felicidad y la continuidad del suelo en el que pisas.
Hay algo sorprendente y digno de reflexión en el hecho de que cada vez estemos más conectados y dependamos cada vez de menos intermediarios.
Intermediario en la sociedad 1.0 es toda aquella persona u organización de personas que ayudaban a conectar a un nodo con otros nodos potenciales por medio de lo que denomino estrategias de delegación. Para ejercer nuestro papel de autores de ideas, contenidos, opiniones, voces… dentro de una comunidad (cualquiera que fuera su tamaño) estábamos acostumbrados a delegar en otros la evaluación y selección de lo que se consideraba importante o digno de mención. Desde libros y películas de cine hasta líderes de opinión y de gobierno o corrientes de pensamiento. Todo ello ha sido movido tradicionalmente por grupos de presión políticos, empresariales o sectarios que han fomentado de una manera u otra un clima de generación autoinducida de minorías étnicas, sociales o ideológicas. Nos habíamos habituado a un estado analítico de hipnosis donde no eramos responsables directos de nuestras ideas o decisiones imbuidos en mentes maleables al abrigo de marcas, símbolos o misteriosas y abstractas plutocracias. No es que todo esto haya cambiado, es simplemente que la eliminación paulatina de intermediarios tradicionales y una mejora en la conexión entre los nodos facilita un mejor control de las fuerzas e instituciones que son tan necesarias. Y este control ya no lo ejerce un organismo ajeno, sino nosotros mismos. En la sociedad red pasamos de delegar a participar y tener voz en aquello que nos afecta, desde una compra de un jugador de fútbol por el club del que somos seguidores hasta una crisis inducida por otros que colapsa y cierra el espacio aéreo en el cual todos nos movemos. Tenemos voz.
El intermediario en la sociedad 2.0 pasa a ser facilitador si desea sobrevivir. Deja de controlar para favorecer, deja de abusar de su condición para beneficiarnos por su condición, abandona el discurso de la abstracción de poder por el de la identificación de oportunidades beneficiosas para una amplia red de población (nodos). Hace todo esto porque asume que su papel aunque fundamental ya no es prioritario porque lo realmente importante es que existan esos nodos o fuentes de conocimiento capaces de interactuar. La sinergia genera la energía, es el motor verdadero pero no hay sinergia sin una identidad de nodo. Tú eres un nodo, lees este post y te ocupas de informarte, de estar conectado con tu realidad inmediata. Otros te facilitan esa labor, te otorgan la responsabilidad de estar en red, de ser un animal social. Pero ni te coartan ni te limitan porque un facilitador que conoce su ventaja, que está posicionado, sabe que imponer limitaciones es parte de una cultura en agonía que ha generado grandes quiebras y milagros a partes desiguales, siempre basados en una inestabilidad tutelada cuyos valores decidian otros. Y esta situación ha tocado techo, ya no es tan importante lo que escondemos como lo que demostramos ser (meritocracia), ya importa menos el manejo adecuado y diligente de un doble discurso (diplomacia) como la coherencia de nuestro mensaje y actitud con respecto a nuestro entorno. Esto último es lo que nos da capacidad para crecer junto a los otros y no por encima de los otros.
En la revolución TU.0 la clave eres tú y la medida en que ejerzas tu papel (padre, hijo, autor, lector, usuario, consumidor, empleado, empleador,…) en cada uno de los estratos que te condicionan. El éxito de la sociedad red es mantener la transferencia fluida de conocimiento lejos de intereses comerciales ajenos a los intereses personales. Las organizaciones exitosas del futuro (y del presente) serán y son aquellas capaces de captar necesidades de forma instantanea y transformar su estructura y patrones de conducta y trabajo para satisfacer la necesidad de uno solo de esos nodos: Tú. Sumado a otros, el poder asociativo del conocimiento que eres capaz de transmitir es el valor más productivo jamás soñado por ninguna civilización. Esta actitud red es extrapolable a ecosistemas inmediatos. Del mismo que sirve para generar valor a gran escala, en tu familia o en tu grupo de trabajo, en tus amigos tanto como en la escuela y en la calle, nos hace fuertes y lo que es más importante: nos convierte en una especie sostenible. En la sociedad 1.0 lo importante es el YO, en la sociedad 2.0 lo importante eres TÚ y en esa nueva sociedad TU.0 tu valor radica en la influencia, difusión y calidad de tus ideas. Recuerda que no hay un hombre igual a otro y que la democracia es la ilusión sostenida que nos permite vivir con dignidad, pero no idealices ni pongas esperanzas en la humanidad porque a cada paso y en cada cambio la esperanza verdadera de los hombres hoy, ahora eres TÚ y tu capacidad para cambiar una suma infinita y contagiosa de las pequeñas cosas. En el espacio común e imperturbable de tu pecho, latiendo ideas como una mente insomne está esa última esperanza. Porque más allá de las fronteras interpuestas por los otros, de tu puesto de trabajo y tu oficina, de tu realidad que atenaza y disminuye, está una patria común que fortaleces llamada «entendimiento». Porque como bien dice el poema del viejo Jorge Luis, «Nadie es la patria, pero todos lo somos». Que entonces «arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso» que es la idea de una red de personas respetables que respetan.
Obra de Marcel Duchamp con la que intenté demostrar la influencia del observador sobre su entorno y la realidad observada
El pasado Miércoles se llevó a cabo dentro de la casa el Taller «Comunidades y redes: viejas formas de hacer las cosas que son novedad» gracias al apoyo de algunos compañeros. En dicho taller se debatió acerca de nuevos modelos de trabajo y gestión de equipos dentro de organizaciones basadas en conocimiento. Al taller asistieron grandes tuiteros y miembros de los equipos de Innovación y Tecnología y tras el mismo se propuso continuar replicando iniciativas de debate y formatos de intercambio de conocimiento similares que ayuden a favorecer la cultura red salvando fronteras naturales, geográficas, jerárquicas y departamentales. Considero que la propuesta y el impulso que se está llevando a cabo será pionero en nuestro país y demostrará -no sin esfuerzo- la capacidad y utilidad de lo que se podría denominar comunicación total. El hecho de que yo postee esta experiencia es símbolo inequívoco de que se pretende abrir la empresa a la sociedad y entender el conjunto de profesionales que trabajamos en ella no como un oráculo de conocimiento secreto, sino como un espacio en el que caben nuevas contribuciones e ideas para mejorar en continuo aprendizaje. La primera de las cosas que quise destacar es que en la organización encontramos prácticas que debemos superar y que en cierto modo son consecuencia de la cultura 1.0 pero que dichas prácticas conviven con iniciativas y políticas que me han sorprendido gratamente. No tenemos por qué ocultar ni esconder nada de lo que hacemos porque estamos convencidos de ello. Si visitas este post para conocer información y no aportar ni dar nada, tal vez no seas digno de este blog ni de la nueva cultura que viene y es ya imparable, tal vez no puedas adaptarte a un intercambio fluido de conocimiento y debas revisar tus prioridades. 😉
Entre otras cosas hablamos de los conceptos e implicaciones de comunidad, creatividad, motivación y empresa digital extendida. Quise destacar muchos de los pilares que me han servido para estructurar mi forma de ser y de pensar tras estudiar el funcionamiento y filosofía de las comunidades de software libre, las organizaciones sin ánimo de lucro y las organizaciones históricas basadas en el concepto de sostenibilidad. Mi exposición inicial pretendía superar y lanzar ideas y casos de éxito que nos ayuden a superar el actual modelo productivo cortoplacista y el prejuicio de competitividad inherente a la filosofía de mercado industrial.
Mis conclusiones, que comparto de forma transparente con la blogosfera, son las siguientes:
Espíritu de empresas basadas en conocimiento: Necesitamos hackers (estratégicos, culturales, tecnológicos, sociales,…) en nuestros grupos, organizaciones y equipos de trabajo. El concepto de hacker está bien definido en el documento quasi-fundacional How to become a hacker, de Eric Raymond
Comunidad creativa vs Equipo productivo: por encima del individualismo, necesitamos recuperar el concepto de COMUNIDAD y fomentar las relaciones directas más allá de la jerarquía. Esta cultura existe en la casa y tal vez pueda aplicarse para facilitar una comunicación transparente interdepartamental, basada en red y no sujeta a unidades de negocio…
Ideas: El carácter diferencial de las organizaciones será directamente proporcional a su capacidad y tiempo de respuesta a la hora de captar, canalizar, fidelizar, dar forma y concretar ideas y experiencias de personas u otras organizaciones o comunidades: VALOR RELACIONAL. Éxito en función de cambiar asap por asae: «tan pronto como sea posible» por «tan pronto como exista«. Importante el concepto de realtime que comentó Dioni.
Dada la densa exposición y la cantidad de ideas enunciadas (quería aprovechar la oportunidad) el Taller
Nota: La presentación del Taller está disponible integramente en el apartado de Archivos de Vorpalina de este blog. Puedes hacer uso de ella citando la fuente. Si lees este blog asiduamente, algunas ideas te resultarán familiares 😉
Indicador de la evolución de la confianza política en el gobierno y en la oposición
Dentro de las iniciativas de focalización constructiva que se están llevando dentro de la casa, además de fomentar la innovación internamente se está haciendo especial esfuerzo en proyectarse hacia la sociedad, en aportar valor para mejorar nuestra situación. La estrategia se basa en valores 2.0 orientados al beneficio y la interacción entre los diferentes actores del entorno en el que se desenvuelve la actividad de la compañía. Entre estas iniciativas, y en medio del revuelo mediático causado (más de 3800 entradas en Google, gran difusión en las redes y repercusión en los medios convencionales), hoy quiero hablaros de la Declaración Transforma España (#transformaespaña) presentada al Rey hace una semana. Podemos estar o no de acuerdo con el documento pero el hecho de que el debate para transformar la sociedad en la que vivimos era necesario, es indudable. Creo que este documento ha causado un gran revuelo porque ha realizado especial énfasis en tres conceptos básicos para la España del futuro:
Ciudadano: El eje del cambio sobre el que articular un modelo más justo, sostenible y equitativo. Los desengañados no nos sirven para esto, necesitamos voluntad de cambio y compromiso para avanzar. Acudimos a un alejamiento cada vez mayor entre las necesidades reales de la sociedad civil y las decisiones que toman los representantes de esas multitudes inteligentes cada vez más formadas, preparadas y decididas a participar en la toma de decisiones que afectan a su realidad diaria en los puntos más básicos (estrategia social, trabajo, posicionamiento en el entorno). Este distanciamiento se puede apreciar a poco que se tome el pulso social y se consulten algunos parámetros que aporta el informe pero sobre todo en el gráfico que acompaña a estas líneas y que se refiere a la confianza en la imprescindible pero enormemente mejorable clase política española. Solo un 1% de los ciudadanos considera que la justicia trata igual a un político que a un ciudadano; solo un 0,9% considera que nuestra justicia funciona correctamente. Aunque se están estableciendo proyectos ambiciosos de modernización de la justicia (yo personalmente he participado en algunos y doy fe del ímprobo esfuerzo), debemos apoyar y financiar moral y económicamente este impulso. Los sindicatos deben mejorar su papel de intermediarios a favor de un papel de representantes reales de los problemas del trabajo. No basta con generalizar ni establecer puentes con el mundo empresarial (que personalmente –no es opinión del informe- considero que en España está fatalmente representado), sino que deben establecer puentes con los trabajadores evitando burocracia, prejuicios ideológicos y complejos. Estructuras deshumanizadas y despersonalizadas incapaces de actuar de acuerdo a un comportamiento social sostenible están viviendo su último estertor. La función política es imprescindible para el buen gobierno pero se está desacreditando en medio de una confusión constante en la definición de sus propias competencias. Cada vez más serán más diferenciales y aportaran mucho más valor aquellas organizaciones alejadas del cainismo y la confrontación y plegadas a orientar y mejorar de forma efectiva la calidad de vida del ciudadano. Solo un 25,4% de ciudadanos considera que los políticos deben votar de acuerdo a disciplina de partido y un 39,5% de personas opina que los representantes deberían ser elegidos directamente por los ciudadanos. Un paso más hacia la madurez necesaria para establecer una democracia participativa…
Cultura: Debemos superar la cultura cortoplacista y eliminar la dicotomía valor-coste por la que invertir en valor requiere un riesgo mucho más elevado que invertir en perpetuar la continuidad de las estructuras y modelos productivos industriales. Parece como si en lugar de catalizar el talento, de colaborar en un objetivo común y compartido y de eliminar las castas sociales, viviéramos una doble velocidad en la que las instituciones y la sociedad civil caminan por sendas diferentes en lugar de converger. Debemos ser autónomos. Esto no significa aislarnos sino ser por ejemplo energéticamente autosuficientes en la medida de nuestras posibilidades. No todo vale y esto hay que repetirlo cuantas veces sea necesario. Combatir la economía sumergida y valorar a la pequeña y mediana empresa y al emprendedor ha sido fundamental para el desarrollo de cualquier región a lo largo de la Historia de la Humanidad. Cuesta mucho hacer negocios en España, hay más impedimentos que facilidades. Cambiemos esto. Entre 2006 y 2010 España ha perdido en el índice Easy of doing business del Banco Mundial hasta ocupar la 62 de 184 países. Analizar, colaborar y facilitar: esa debe ser nuestra cultura.
Inteligencia colectiva: Hablamos de cambiar la mentalidad empresarial a través de una cultura social en la que se interactúe con los actores, expertos y challengers de nuestro ecosistema para transformar todo el conocimiento y el talento en valor. Hablamos de encauzar y fomentar la cultura de la innovación no como un fin sino como un medio, de no establecer fronteras sino herramientas de captación de ideas y valor productivo. Se trata de olvidar la rancia imagen corporativa que intenta prevalecer por encima de la ley para favorecer una imagen de marca en las organizaciones y grupos de talento que explore y fomente la transparencia, el trabajo colaborativo más allá de las jerarquías necesarias. Abolir las etiquetas es trabajo duro, el documento nos propone la eficiencia personal, la mejora de nuestras habilidades y el destierro del individualismo frente a la competitividad voraz e insostenible. Fomentar la marca-país España es trabajar entre todos para fortalecer nuestras instituciones, la modernización en las empresas y sobre todo la economía del conocimiento.
Singularidad: Spain is different por Spain is unique. No es un cambio de frase, es un cambio de mentalidad. España tiene un espíritu de superación que pocos pueblos a lo largo de la historia han sabido mantener tan vivo. Hemos sufrido grandes catástrofes sociales y hemos salido airosos de momentos difíciles en nuestra historia. Somos la consecuencia y suma de múltiples culturas que nos han dado riqueza y han conformado nuestro modo de ser y actitud ante la vida. Debemos avanzar “sin anclarnos en la autarquía” de nuestro propio juego o de nuestros complejos y fortalezas porque todo el mundo los tiene pero muy pocos los saben explotar de forma eficaz. Tampoco nos sirven para este juego los desengañados, necesitamos entusiastas, motivados, personas reconocidas y mimadas, mejor tratadas aquí que en ningún sitio (no necesariamente a nivel de sueldo pero sí a nivel de apoyo y respaldo social).
Los 16 grandes retos del país propuestos por la Declaración Transforma España
Esta declaración no es política, es un llamamiento al cambio social. Habla de personas, de ti y de mí, de lo que podemos lograr si aunamos esfuerzos y es aplicable al resto de países. No obstante es especialmente encomiable el esfuerzo por proponer un cambio para recuperar los valores de convivencia, respeto y sociedad que poco a poco hemos ido deteriorando con el tiempo. Ha habido críticas demoledoras en contra de la iniciativa alertando del peligro de presión del un lobby empresarial sobre la autonomía democrática del estado, pidiendo explicaciones por la recepción del jefe de estado a representantes de la sociedad civil y criticando la falta de concreción de la declaración. Déjenme que les diga algo: nadie habia hecho un llamamiento semejante a las instituciones para no volver la espalda a la crudeza de la situación, nadie nunca antes ha planteado aprender de los errores de nuestro sistema político para construir una mejor y más cernao, nadie había reunido en un esfuerzo ímprobo a tantas voces poderosas junto a tantas voces ignoradas en favor de un objetivo social que nos beneficie a todos. Humanizar nuestro modelo y lograr un ecosistema sostenible, estas son las propuestas de los coordinadores de esta iniciativa: Marc Alba y David García. Un cambio de escenario no para la supervivencia competitiva sino para la convivencia colectiva en nuestra sociedad y nuestro tiempo, en nuestro social&realtime. Como siempre, repito, nada de esto es novedoso pero todo es completamente revolucionario.
Consulta el documento aquí. Difúndelo si estás de acuerdo con él y critícalo si te parece una pantomima. En todo caso, PARTICIPA.
Giuseppe Bonfiglio y Rosina Galli interpretan las Danzas polovtsianas de Alexandr Borodín (1890) concluidas por Nikolai Rimsky-Korsakov y Alexander Glazunov (1915) y basadas en la epoyeya "El canto del príncipe Ígor" escrito por un autor anónimo en el s.XII
De nuevo vuelvo a hablaros de las inquietantes relaciones que se establecen entre personas que cohabitan un mismo espacio para generar nuevos entornos. Gracias a Alejandro Ambrad (@ambradchalela) que ha promovido una charla sobre la Estrategia de Océano Azul dentro de la casa, he recordado mi lectura de este libro hace ahora varios meses. No he podido seguir la charla en directo pero ha sido adecuadamente blogueada en realtime. Empecé la lectura del libro tras la recomendación de David Sánchez (@capitancluster), Director de Difusión y Comunicación de CENATIC, ese respetado oráculo público y semi-independiente divulgador de las bondades del software libre en España. Pues bien, he recuperado una frase del inicio del libro que me gustó especialmente y que quiero recordar porque refleja la base de la pauta social que se ha promovido en las organizaciones sujetas al libre mercado o al denominado océano rojo: «confronting an opponent, fighting over a given piece of land that is both limited and constant«. Creo que este concepto de confrontación es fundamental para entender porque los autores comparan la estrategia empresarial con los sistemas de organización militares y enuncian ese espacio por descubrir que es el «new market space uncontested» del que hablan W. Chan Kim y Renée Mauborgne.
Si fuéramos capaces de entender la limitación que supone luchar confrontándose y luchar confrontándose y además hacerlo por un mísero trozo de tierra (proyecto, categoría, puesto, dinero, objetivo material) creo que tendríamos bastante camino recorrido y podríamos relajarnos para salir de la miseria ética entre todos. Nuestro miedo al fracaso es un lastre atroz que creo que nos está minando. Esto me hace pensar en la obra maestra que ahora mismo estoy leyendo. «El canto del príncipe Ígor» escrito anónimamente en el siglo XII es la mayor epopeya rusa jamás escrita y curiosamente relata el fracaso del mayor de los príncipes rusos contra las huestes bárbaras polovtsianas que invadían continuamente la estepa desde los dominios túrquicos del este. El hecho de que muchos críticos consideren esta obra como el nacimiento de la gran literatura rusa parece paradójico a juzgar por el resto de sagas de caballería. En ninguna de las sagas europeas conocidas (en el resto de continentes también se podría extrapolar el fenómeno de la caballería) se ha dado el caso de que el eje fundamental de la acción poética y épica sea el fracaso, la derrota en la batalla del personaje central. Mientras Yaroslavna, la esposa del fiel «guerrero consumido» llora a su amado y el lector se estremece, parece advertir del peligro de la batalla. Sí, lo hace, pero como siempre en nuestra historia ese lamento llega justo a tiempo: cuando es absolutamente tarde y su marido nutre el océano rojo de cuerpos muertos sobre el campo de batalla. Sobre la analogía con la historia de los hombres podríamos relatar infinitas interpretaciones pero sin duda para esta entrada son más efectivas las analogías con el océano rojo.
Tal vez si Ígor no hubiera atacado de forma preventiva el espacio «limitado y constante» (en palabras de Chan Kim y Mauborgne) por el que competía con los polovtsianos, toda su población no hubiera perecido. A principios del segundo milenio ruso después de Cristo parece complicado proponer a los bárbaros del este (que consideraban a su vez bárbaro al propio príncipe) establecer un entorno de convivencia común en el que ambas poblaciones se hubieran beneficiado gracias al aprendizaje, el intercambio igualitario y el respeto cultural. Tal vez y siendo fieles al clima bélico constante que las sociedades feudales repartían por toda eurasia, no hubiera sido lo más sensato pero sin duda hubiera sido algo innovador. Lo que es meridianamente claro es que el príncipe Ígor Sviatoslávich y el resto de príncipes rusos que lo acompañaron en su llamada a la unidad contra el infiel, murieron sumidos en un océano rojo territorial que no distaba absolutamente nada de una guerra tribal subsahariana o de una disputa entre dos machos de cualquier especie de animal. Si ustedes me apuran, los macacos de la especie Macaca assamensis que habitan en Tailandia son capaces de establecer relaciones de amistad por motivaciones políticas según ha publicado recientemente Oliver Schülke en la revista Current Biology. La relación en este tipo de interacción se basa en el aseo mutuo y el reconocimiento al resto de machos de cada uno de los machos es directamente proporcional al número de crías que defienden. Esto quiere decir que la defensa de la familia se produce por vía de las políticas activas y constatadas de amistad. De hecho por lo que nos cuenta el doctor Schülke cuanto más relaciones sociales entabla un macho mayor es su estatus social.
Teniendo en cuenta que esta especie lleva decenas de miles de años en nuestro planeta parece que respetuosamente debemos aprender de otras especies. Tratar bien y conocer a las personas es innovar, involucrarte con tu naturaleza y mimetizarte con tu entorno propio es también innovar. Me imagino en mitad de la estepa en la región del Bajo Don en 1185 intentando hablar con el joven príncipe en un eslavo ruso realmente lamentable, diciéndole con certeza de macaco que en las relaciones humanas existen verdaderos y eternos océanos azules siempre por explorar en cada una de los millones de personas, hablándole de organizaciones abiertas y ejércitos de personas en red aprendiendo y descubriendo el mundo siempre nuevo y completamente diverso. Él de seguro me respondería que no se lo tuviera en cuenta, que había intentado alinear a las castas y familias de príncipes de la anciana Ru con el propósito de la diferenciación y el bajo coste en vidas de las incursiones polovtsianas. Y mirando el cuadro que acompaña a estas líneas y que compara ambas estrategias, ¿quién se atrevería a llevarle la contraria a un hombre armado de argumentos y de huestes rusas a caballo?. Tal vez yo, todo depende de con qué pie me haya levantado en ese día 😉
Enlaces relacionados:
El canto del príncipe Ígor, trad. intr. de San Vicente, Ricardo. Notas de Navtanóvich, Liudmila, KRK Ediciones, 2008
Cubierta del Anuario ThinkEPI 2010: Análisis de tendencias en información y documentación
La cubierta que veis junto a estas líneas resguarda contra el tímido empuje de la vieja disciplina un estudio apasionante sobre formatos, dispositivos, mercados emergentes y consolidados, preservación digital, software libre, cloud computing, bibliotecas, gestión de contenidos y documental, repositorios digitales, archivística, accesibilidad, comunicación científica, redes sociales, web 2.0, métricas de información, usabilidad, minería de datos, fuentes de información en nuestra disciplina, y en general resúmenes acerca de los debates a ideas planteadas en los foros profesionales (congresos, listas de distribución, redes) y muy focalizado en los nuevos retos y oportunidades. No había podido empezar a leerlo hasta hace una semana por cuestión de tiempo pero tengo que reconocer que me ha gustado mucho encontrar esta colección de inquietudes y conocimiento en colegas de profesión con dilatada experiencia.
Si yo fuera CIO o CTO de una empresa, como bien he dicho esta mañana en twitter (los de EPI nos dicen que ha crecido un 1382% esta red en el último año), no dejaría de leer este número del anuario para explorar tendencias y conocer el mercado de las tecnologías de información. 363 páginas repletas de todo aquello que me gusta pero que en muy pocas ocasiones se reune bien estructurado y adecuadamente presentado. En este 4º anuario editado por el grupo de investigación ThinkEPI participan alrededor de 30 profesionales de la información que algunos ya conocemos a través de la revista El Profesional de la Información que ya ha conseguido ocupar un estante de mi biblioteca profesional particular. Os animo a leerlo y gracias de nuevo a Javier Guallar @jguallar) y a Tomás Baiget (@baiget).