“Las desgracias más temidas son, de ordinario, las que no llegan jamás”. James Russell Lowell, poeta romántico (1819-1891).
A mi mujer le encantan los minerales. De ella he aprendido a valorar todo tipo de minerales más allá de los que todos conocemos. También he aprendido una lección que hoy quiero compartir con vosotros y que me hace pensar que con actitud crítica y constructiva, incluso de los minerales petrificados, elementos que son totalmente inanimados, se puede aprender algo.
Seamos realistas: no sabemos equivocarnos. La mayor parte de nuestros traumas individuales y corporativos provienen de no saber asumir que nos equivocamos. Somos falibles. Todos. Nadie en su sano juicio hoy en día repetiría esa famosa frase trágica que dice: “Soy la persona que más admiro porque soy la persona que me ha enseñado a equivocarme”. Porque admiramos a otros, a otros que además supuestamente nunca se equivocan. De hecho queremos contratar a gente que no se equivoca con equipos que no se equivocan. El error no forma parte de los balances de resultados, no existen casos de fracaso. Pero hay algo aún más artificial e inhumano.
Por defecto, las organizaciones actuales no dejan trabajar a sus empleados. Es a posteriori cuando una organización (esa entelequia necesaria) se plantea si un trabajador puede o no puede tener facilidades para cumplir con su objetivo o aún tiene que ganárselas. Es como si cada día alimentáramos un terreno minado a través del cual deben discurrir nuestros ejércitos pensando que aquellos que lleguen vivos serás los mejores. Esta afirmación que parece irreverente es extensible a la gran parte de ámbitos de la sociedad. También por defecto, las familias no dejan desarrollarse a sus hijos, las escuelas no dejan desarrollarse a sus alumnosy los partidos políticos no favorecen el disenso. Hemos sido educados para obedecer y en la mayor parte de casos para superar la adversidad. Manejamos ideas prefijadas con una resistencia a la influencia externa que ha sido admirable pero que debemos superar. En la escala de dureza geológica de Rosiwal los valores y las figuras de referencia que manejamos en la familia, en la escuela y en las organizaciones equivalen a diamantes altamente valiosos y admirables. Aún siendo extremadamente bellos e intocables y habiéndose formado tras siglos de sudor y sangre, los protegemos de la abrasión del cambio como un tesoro inmutable. Hemos generado castas de valores y arquetipos modélicos de personas que sobreviven con heroicidad al envite de los cambios. Sin embargo ha llegado la hora de que asumamos que no todos los valores y por descontado ninguna persona tiene dureza 10. Más bien al contrario nuestra sociedad, como ocurre en el mundo de los minerales, está sustentada sobre elementos que conviven y cuya dureza y permeabilidad es variable. El valor de cada mineral y cada persona es incalculable, más aún cuando son capaces de conectarse y lograr sistemas de una enorme belleza y complejidad.
Por otro lado, a menudo aquello que más valoramos coincide con aquello que es más escaso o difícil de conseguir. Parece como si la naturaleza por sus propios medios se encargara de esconder la belleza para garantizar que solo unos pocos pueden acceder a ella. Curiosa percepción de la naturaleza la de nuestra especie que tiende a valorar aquello que le resulta inalcanzable. En esta suerte de búsqueda continua de lo más elevado, hemos encumbrado la figura del líder y la idea de organización. Somos parte de las marcas, hemos ideado estructuras con departamentos estanco a los que llegar tras un duro camino de sacrificios rituales. Antes matábamos vacas o vírgenes vestales, ahora sacrificamos nuestras propias vidas en el viaje. No sabemos vivir sin ganar. Hace ahora dos meses que decidí sacrificar la perfección, no aspirar a ser el mejor o ese modelo que todos tenemos en mente. Creo como sabéis que es necesario un trabajo continuo tanto personal como colectivo para reformular algunas piedras angulares de nuestro sistema y modelo de vida. Esta nueva concepción de nuestra realidad debe abarcar no solo a unos pocos privilegiados.
En everis comenzamos a darnos cuenta de que por ese mismo terreno minado también perdíamos a personas como mínimo igual de valiosas que las que llegaban al final. Por eso hemos cambiado el final y por eso queremos reescribir todo el terreno. Comenzamos a cuajar un modelo de carreras que es ambicioso porque personaliza, porque habla en colectivo de lo que somos pero también comienza a preguntarte lo que quieres ser. Nos queda mucho terreno por reescribir pero al menos lo estamos intentando. Es mucho más de lo que pueden decir más del 99% de organizaciones actuales. Hasta hace unas décadas el accidente geográfico más parecido a una organización era una montaña. Cada día vivíamos nuestro propio capítulo deAl filo de lo imposible, ese famoso programa de Televisión Española que narra las peripecias de escaladores de Annapurnas, buceadores de océanos pacíficos y aventureros innatos de lo desconocido. Solo llegaban los que estaban dispuestos a aguantar la respiración, aquellos que superaban las inclemencias de la naturaleza compitiendo contra el resto de equipos. Cualquier error o paso en falso suponía la más terrible muerte. Admirábamos a los que sabían no equivocarse y ascender. Había campamentos base que daban estabilidad y una única cima para todos pero todo era hielo, nieve y roca. Ahora el accidente geográfico más parecido a una organización de hoy es el bosque. El bosque no tiene cimas porque cada uno define cuál es su propia cima. El bosque tiene variedad, es heterogéneo y rico, es variable, nos invita a equivocarnos y aprender. Aquí la gravedad y la inercia juegan a favor. Y aunque en la naturaleza es cierto que el pez grande se come al chico, pero por cada caso en que esto ocurre, cien más nos demuestran que las especies colaboran. En algún momento de nuestro viaje deberemos pararnos y superar la montaña para programar día a día en ese nuevo bosque nuestro propio capítulo de Al filo de lo posible. Porque es posible, porque todos –sin excepción- somos piedras preciosas de esta realidad desconocida. Y no hay mayor aventura que explorar aquello que jamás nadie ha imaginado.
“Ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización.” Bertrand Russell
Tu e-volución es mi r-evolución
El gran Russell dijo esto hace más de 60 años y sin saberlo hablaba del mismo concepto deexcedente cognitivo que utiliza hoy Clay Shirky para ilustrar el poder de las mentes motivadas y conectadas. Especialistas de nicho, granjas de ideas, círculos de confianza y prosumidoresde producto tienen algo en común: la mejora abierta. Ya no es un claim para accionistas, en este nuevo mundo en versión BETA continua tu mensaje se proyecta sobre un público difuso.Del mismo modo que una piedra cala y se hunde en el entorno líquido del lago generando ondas que no puedes controlar, los modelos predictivos a largo plazo y los planes de trabajo cerrados dejan de tener sentido. Queremos empaparnos, necesitamos más que nunca estructuras permeables con nuevos modelos de relaciones profesionales adaptados. No justifiques la estructura a la que perteneces si no es capaz de aprovechar conocimiento, cámbiala, conéctala a un mundo conectado.
Y tu papel, como decía, es básico para disfrutar este momento seas quien seas, hagas lo que hagas. Hablo de wikirevoluciones diarias tal y como Castells las entiende y del poder de la conexión de ideas. No lo digo, lo demuestro. Los empleados de Toyota revolucionaron los sistemas de gestión mundiales centrándose en los procesos y no en el producto, y hacían simplemente coches. Los empleados de Gore-Tex hace 40 años idearon un tejido impermeable, transpirable y que repelía el viento, y hacían simplemente prendas de vestir. Una gran comunidad de profesionales de la programación de software dispersa por todo el planeta, revolucionó y contribuyó a democratizar aún más el uso de dispositivos tecnológicos mediante la autogestión y la co-creación. Crearon el movimiento de software libre que he tenido la oportunidad de conocer en profundidad. Décadas después gracias a su esfuerzo el proyecto Ushahidi ha permitido desarrollar sistemas abiertos de participación que están mejorando nuestra realidad inmediata. Ellos también hacían simplemente aplicaciones y sistemas o creyeron en algún momento que no habían nacido para eso. Como tú, todos ellos eran creativos. Humildemente idearon nuevas fórmulas de entender su entorno porque la mayor parte estaban cansados de él. Podían quedarse protestando o podían cambiar el mundo. Todos tenemos esa opción.
A mí no me basta con heredar el mundo, yo también quiero crearlo. Considero que cada uno de nosotros debería asumir su parte de responsabilidad y su palanca. Analízate, conócete. Creo que mi fortaleza está en dos rasgos que espero no perder: mi pasión constante y mi falta de miedo al fracaso. Por cada una de estas dos fortalezas tengo cien debilidades, sin embargo en unas y en otras se basan mis oportunidades. Busca las tuyas y deja que otros las encuentren. Las organizaciones de hoy son aquellas que saben atomizar el talento, rascar hasta encontrar el oro co-disfrutando con sus colaboradores de la experiencia de buscarlo.
Grandes estructuras con realidades lineales y programáticas viven la revolución de la inteligencia colectiva a caballo entre el largo plazo de sus planes económicos y el corto plazo de sus objetivos inmediatos. Hace un par de años desde Ágora Talentia se proclamaba que “la lucha contra el talento ha terminado. El talento ha vencido” En parte ha vencido pero aún debemos aprender a saber canalizarlo. Tim Berners-Lee, el creador de la Red y del concepto de hipertexto, defendió hace poco su propuesta de las 5 estrellas del Linked Data para evaluar la calidad de los datos compartidos en la Red. Yo hoy quiero atreverme a hacer un paralelismo entre el estadio evolutivo de los datos que formulaba Berners-Lee y el estadio evolutivo de las mentes conectadas / abiertas que debería evaluar cualquier organización o equipo de trabajo. En definitiva ¿Qué debo hacer para ser una mente conectada y abierta?:
LINKED OPEN DATA
LINKED OPEN MIND
★
Pon tus datos en la web (en cualquier formato)
Pon tus ideas en el mundo (en cualquier formato y entorno)
★★
Haz que estén disponibles en forma estructurada (ej. excel en vez de una imagen con la tabla)
Haz que estén disponibles de forma estructurada (formula el discurso sobre tu idea)
★★★
Utiliza formatos no-propietarios (ej. csv en vez de excel)
Utiliza modelos abiertos de debate y contribución (orienta tu idea)
★★★★
Utiliza URLs para identificar cosas de forma que cualquiera pueda enlazar tus contenidos
Fomenta la conectividad y la hiperidea (cultiva el disenso para mejorar)
★★★★★
Enlaza tus datos con datos de otros para proporcionar un contexto
Conecta tus ideas con las de otros para proporcionar un contexto
NOTA: Sir Ken Robinson y Benjamin Zander advierten que estigmatizar el error durante el proceso de generación de valor perjudica gravemente la salud.
“La grandeza no consiste en recibir honores sino en merecerlos“. Aristóteles.
Decía un vasco a quién respeto mucho desde niño que hay cierta avaricia intelectual en el hecho de saber algo y no querer transmitirlo. La gran defensa del talento conectado que se está librando desde diferentes foros sociales parece que tiene como máxima evitar esta avaricia y promover espacios laterales, entornos de pensamiento creativo. A mí personalmente me inquietan las fórmulas que empleemos para pasar de la fábrica a la realidad líquida que viene y en la que todos estaremos realmente conectados. No me preocupan quienes aún no se convencen de que esta nueva realidad asociativa ha superado ese estadio de evolución industrial donde generalizar daba dinero. Tendrán que aceptar que necesitamos Entornos Personales de Aprendizaje (PLEs) en las escuelas y en las empresas, para nuestros hijos, pero también para nuestros compañeros de trabajo. Entre las primeras tareas a cumplir debemos redefinir lo que hemos llamado ÉXITOy construir de forma artesanal y abierta los espacios de creación de valor. Creo que no es necesario que argumente que los espacios actuales ya no sirven. Es necesario abandonar el concepto de FÁBRICA y visualizar un nuevo entorno abierto en el que la marca ya no es tan importante y donde la potencialidad relacional supera a la transaccional, una red de puntos de encuentro donde se cuide la co-creatividad y se trabaje a partir del crédito personal. Este crédito ya no es dinero, es algo más complejo y se llamaCONOCIMIENTO.
Tal vez hayas llegado hasta este párrafo y pienses que nada de lo que he dicho tiene sentido para ti, que vuelves a leer otro nuevo discurso dirigido a un público en la nube. Acudes cada mañana a tu trabajo como si de una cita se tratara y caes rendido a la noche tras largas horas de aburrimiento desmedido y un esfuerzo titánico por no matar a un jefe que aún no ha tenido el valor de cambiar el látigo por la meritocracia. Tu vida son los fines de semana y crees –estás convencido- que lo que haces no es nada creativo. Formas parte de una gran cadena de montaje que fabrica coches, calzado o aplicaciones informáticas. Tu labor – te convences- no es importante, de hecho en ocasiones piensas que no has nacido para esto. Detente ahora frente a la pantalla y lee esto: ESTÁS EQUIVOCADO. Hagas lo que hagas. Seas quien seas. Porque eres fundamental y puedes demostrarlo, porque la fuerza de la Humanidad está en la semejanza y en la diversidad, pero también en que eres únic@. Nadie te puede sustituir con éxito. En la medida en que sepamos verte, en la medida en que quieras darte a conocer y equivocarte, ningún esfuerzo habrá sido vano.
Bienvenido al nuevo mundo en versión BETA continua. Lo que todavía quieres ocultar es inmensamente menos valioso que lo que puedes aprender. Lo que eres o aquello hacia lo que te proyectas puede ser fuente de inspiración para lo que otros son o quieren ser. Crees haberlo aprendido todo o tenerlo todo que aprender pero en este nuevo espacio todos deberíamos ser humildes. No necesitamos referentes sino facilitadores que conecten inquietudes e intereses. Co-labora y disfruta del momento porque el tiempo pasa para todos pero ahora es solamente tuyo.
En everis nos dedicamos a ofrecer conocimiento, somos una empresa intensiva de conocimiento. De hecho nuestro valor depende de la capacidad de captación, mantenimiento, previsión y provisión de ideas que tengamos.
Nuestro éxito radica en que ese motor de ideas continuo que son las personas no pierda fuerza ni ilusiones.
No somos un negocio puro, damos servicio a otros que son negocio por sí solos para facilitarles su trabajo. Las consultoras no somos la esencia de la economía de un país pero tejemos e hilamos fino para que la red de relaciones y mercados sea densa, resistente y mantenga cierta coherencia. Asesoramos, acompañamos, facilitamos. Lo hacíamos en la era de la Sociedad de la Información y lo haremos en la era de la Sociedad de la Comunicación, donde cada nodo y cada contacto nos abrirá a todos una puerta al mundo conectado. Las posibilidades son infinitas, nuestro trabajo no es que todas sean factibles sino que nuestros clientes puedan acceder a ellas con garantía.
Parte de nuestro trabajo es implantar soluciones tecnológicas que faciliten el cumplimiento de los objetivos de los diferentes negocios. En este sentido, personalmente creo que el negocio del mercado de soluciones a medio plazo está, entre otras cosas, en facilitar y no tanto en controlar, en conectar conocimiento y no tanto en diversificarlo hasta perder la perspectiva. Seguimos necesitando especialistas, pero ahora necesitamos que estén conectados, que por sí solos generen valor y que fruto de la relación con otros especialistas, puedan surgir nuevos entornos y ecosistemas de trabajo. El otro día fui a la pastelería a comprar una tarta para el cumpleaños de un amigo y, aún a riesgo de pareceros extremadamente raro, me dio por pensar lo siguiente:
El centro real y efectivo de la economía es cada uno de los trabajadores que madruga para sacar adelante su pieza de la tarta. Eso y no los grandes aparatos ni sistemas financieros, construyen los grandes conceptos de nuestra sociedad: honestidad, bondad, justicia, esfuerzo,… Sin embargo no hay tarta sin que cada trozo se mantenga unido y comparta una conciencia común que todos podamos disfrutar.
La constitución de esa tarta es la receta de cocina que ha sido necesaria para prepararla, sin ella nada sería posible, ni los trozos ni la tarta. Por separado cada trozo de tarta es exquisito, pero su beneficio es solo inmediato; por el contrario, en conjunto la tarta es deliciosa y su beneficio tiene una orientación a largo plazo que más personas podemos disfrutar. Si cada trozo de la tarta está en una nevera de una casa diferente, será realmente costoso que consigamos tener idea de cómo es la tarta y no digamos ya de disfrutarla. Una a una tendremos que ir puerta por puerta preguntando si existe un trozo de la tarta que queremos encontrar. Hasta ahora no estaba mal, era lo que todos hacíamos e incluso en ocasiones encontrábamos trozos de tarta que nos gustaban más que la que buscábamos, sin embargo en la mayor parte de ocasiones nadie nos habría la puerta ni aunque tuviera un trozo en su nevera.
Con la aparición de la Red, una especie de comunidad de vecinos global, cada vez era más fácil llamar a las puertas, pero seguía siendo complicado que nos las abrieran. Una vez la Red se estabilizó, la posibilidad de que nos abran la puerta y pasemos a la cocina para comprobar si hay o no un trozo aumentó. Ahora llega el momento en el que la Red nos permitirá encontrar con mayor facilidad dónde está cada trozo de la tarta (encontrabilidad) e incluso qué trozos de tarta nos pueden interesar (semántica) porque los haya hecho el mismo pastelero, tengan los mismos ingredientes o le gusten a otra persona a la que también ese trozo le gustaba (metadatos y tagging social). Ahora es también el momento en el que todas las puertas por defecto se puedan abrir (opendata), evitando abusos de glotones que no quieren compartir y favoreciendo la transparencia de la localización de las tartas a los consumidores de las mismas. Esto va a favorecer la salud de los glotones (porque bajará su nivel de colesterol y el riesgo de infarto o crisis momentánea) y a los que quieran acceder (porque aportarán valor añadido a la información a la que accedan). Se diversificará sobremanera el mercado de las tartas de aquí a unos años, lo que no resta para que en everis perdamos a favor de la producción de tartas, la magia incuestionable de los artesanos pasteleros.
¿Qué tal si al intentar reunir el conocimiento en la preparación de tartas cada cocinero no hiciera la guerra en su cocina sino que hubiera una inteligencia colectiva (blogosfera, socialmedia, cultura red)? Seguro que disfrutaríamos de más sabores y educaríamos nuestro paladar hasta ser expertos catadores de tartas. Para esto necesitaríamos soluciones ágiles, facilidades para la comunicación entre cocineros y entre los cocineros y los comedores de tarta, que garantizasen su calidad y la satisfacción de todos. Sinceramente creo que cada vez más iremos a la convergencia y convivencia de soluciones, dejaremos de focalizarnos en la competencia para ver qué podemos ganar en común todos los cocineros y qué pueden satisfacer mejor todos nuestros clientes. Cambia la actitud y cambian las reglas del mercado, en definitiva se distribuye la responsabilidad de que una tarta “esté realmente buena” (meritocracia) , de que nuestra salud no se vea afectada (autorregulación), y de que podamos mejorarla a partir de nuevas ideas (innovación abierta).
Pues bien, al igual que puede ocurrir este fenómeno con algo tan frívolo como una tarta, en nuestra sociedad y en el mercado de nuestras necesidades, hemos comprendido al fin que el valor relacional y potencial de las ideas, de los proyectos, de nuestros trabajos. En el mercado tecnológico ya están apareciendo pequeños intentos de soluciones encaminadas a mejorar la comunicación desde hace un par de años. De momento son negocios que basan su valor en las relaciones entre los actores del mercado (consumidores, proveedores, intermediarios) pero cada vez más irán más encaminados a facilitar y ser abiertos de forma controlada y efectiva. Hasta ahora las Tecnologías de la Información y la Comunicación han sido mucho más de la información, ahora toca la era de la comunicación. Es necesario un cambio de cultura, pero amigos, A NADIE LE AMARGA UN DULCE…
«Ningún árbol es fuerte sin continuos vientos, pues con ellos se fortifican sus raíces” Séneca, gran pensador romano del siglo I d.C., a propósito de mi obstinación por la #culturared.
Hoy es un mal día para dejar de innovar. Precisamente hoy para mí es un mal día porque me acabo de chocar contra un molino en pleno ejercicio de #caballeriared. He salido de una reunión en cliente con la cabeza como un bombo, repleto de rabia y frustración por no saber convencerle sobre las bondades del trabajo en equipo, de la colaboración y de la captación y mantenimiento de talento. Precisamente hoy, cuando más hundido me siento y mi moral está más baja, mi convicción y mi fe en la innovación como motor del cambio cultural es mayor. Hablo de #culturared y para los que os preguntéis qué es esto, se trata de una revolución cultural necesaria que comienza a calar hondo y que trasciende el pensamiento único. El mundo 1.0 donde la sociedad clasista y el método autocrático de gestión dieron lugar a grandes corporaciones y mercados, está herido de bala y por metódica que sea cualquier operación que intente extirpar la bala sin dañar ningún órgano del sistema, es ya completamente inútil intentar salvarlo. Lo es porque esa bala lleva años alojada en el sistema y se ha extendido de forma silenciosa y ágil en cada rama, y en al menos un nodo de cada grupo de trabajo o realidad. Recibe muy diversos nombres de acuerdo al momento y el entorno en el que está alojada. Entre estos nombres: colaboración, transparencia, conectividad, inteligencia colectiva, comportamiento social. Cada uno de estos conceptos radica en una misma reflexión nacida de tejidos asociativos y comunitarios que tienen amplio reflejo en la naturaleza, en nuestra historia pasada y reciente y en la propia esencia del universo en el que respiramos. La reflexión es la siguiente: Necesitamos jerarquía pero no vivir en ella.
Esas multitudes inteligentes (#smartmobs) de las que hablaba Howard Rheingold, están ahora más formadas, más preparadas y más dispuestas a cambiar el mundo que en cualquier otro momento. Esas multitudes conocen y se conectan. En la web de Science-Metrix podrás ver elScientific Journals Ontology Explorer, una ontología dinámica del conocimiento conectado, algo fabuloso que ilustra sobre la importancia que tiene conectar conocimiento.
Sobre el cadáver de la cultura de trabajo industrial, basada exclusivamente en la productividad infinita, los objetivos inmediatos y la deshumanización de la cadena de valor, podemos apilarnos para despiezarlo y montar entre todos un banquete. Sin embargo parece más constructivo generar entre todos y desde ahora mismo una nueva cultura cuyos pilares sean el esfuerzo, el trabajo en común, el acceso y la participación de todos en las decisiones que les afectan y condicionan. Esto para un mundo que ha vivido el culto al individualismo y ve caer uno detrás de otro los sistemas que ha creado, es sin duda pura #innovación. En este impulso real que está cobrando fuerza, la tecnología y los modelos de negocio sostenibles a largo plazo resultan claves. Ya no se trata de encontrar pequeños diamantes que den la riqueza por un corto periodo a la persona que los descubra, sino de hallar grandes diamantes que, para iluminar cada palmo de tierra en el que trabajamos, no necesiten hacer diez veces más sangre a corto plazo.
Peter Senge es uno de los expertos mundiales en aprendizaje organizacional. Es ingeniero y director del Center for Organizational Learning delMIT Sloan School of Management, analiza además desde hace años el comportamiento social y las dinámicas de sistemas complejos en el New England Complex Systems Institute (NECSI) de Cambridge,junto a otros grandes cracks que han estudiado, ampliado y aplicado la Teoría de Sistemas al ámbito de la ecología, los negocios y la topología de redes. Si pudieras leer algo de lo que ha escrito Senge durante los últimos 20 años, verías que le importa poco el conformismo y ve en la creatividad y en la proactividad abierta las claves del nuevo modelo de realidad. Esta realidad –siguiendo las palabras del mismo Senge- será sistémica, permeable, capaz de captar ideas y de cuidarlas, de analizar transversal y no jerárquicamente el valor que se genera. En la cultura red necesitamos conectarnos y dejar que otros se conecten. Es necesaria por ejemplo una identidad y reputación digitales que hablen de quiénes somos y el lugar que queremos ocupar en el sistema. Nuestra felicidad no tiene formatos, pero sin duda el formato web nos ha dado más opciones para encontrar esta nueva realidad, tal vez –como algunos ya señalan- demasiadas. Por eso cada vez más el éxito de una organización no estará en los ejecutivos más preparados y experimentados sino en una base y cultura de trabajo más respetuosa y consecuente. En una ecuación sencilla y plástica, el valor será directamente proporcional a nuestra capacidad de sentirnos identificados con los valores REALES de la empresa. En esta nueva cultura no tener trabajo seguirá siendo una desventura tal vez menos probable al no depender tanto de factores externos sino del esfuerzo y el mérito propios. Sin embargo la verdadera desgracia será no saber trabajar bajo la nueva perspectiva. En el caos aparente de la red, nos hallamos en un estadio actual en el que predominan lo que Barabási denomina Redes libre de escala: redes de conocimiento y trabajo compuestas de nodos y enlaces pero extraordinariamente dispares y con hubs enormemente más conectados que otros. Pues bien, lo importante no es que todo el mundo se conecte, sino que cuaje en tu realidad inmediata esta cultura. Esto se logra trascendiendo las barreras 1.0 con las que convivimos: levántate de tu sitio y vete a conocer a gente de otro departamento, habla con alguien que no conozcas, conoce a alguien que no quiera conocerte. La red, como bien dice Manuel Gross, tiene vida propia: tómala y contagia.
A ti, lector, sin conocerte –como bien señalaba Paz Garde hace unos días- pienso que tu sistema puede amoldarse a esta estructura de nodos dependientes: pareja, familia, hijos, trabajo, estudios, amigos, relaciones sociales, ocio; que además de todo esto, si te gusta el mambo y tu tiempo es productivo, actuarás en el mundo 2.0, tendrás varios empleos, varias relaciones sentimentales simultaneas, varias identidades secretas o incluso estarás implicado en alguna o varias actividades solidarias. Cualquier cambio en uno de estos nodos afecta a los demás irremediablemente porque, como nuestro organismo, todo en la vida permanece conectado y vivo. Del mismo modo que cuando nos vamos a operar de la vista nos exigen que nuestras dioptrías sean estables, en la #culturared para cambiar cualquier sistema de forma efectiva, éste necesita estar maduro o ser estable. Innovar es el camino. Polinizar. En el siglo XXI finalmente empezamos a aceptar que no tenemos tiempo, capacidad ni energía de forma individual para pensar por todo el mundo en cualquier parte del planeta. Porque como bien decía Freud: “Si todos los individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno solo piensa por todos ellos”. Necesitamos fomentar el pensamiento crítico, tener nuestros propios corresponsales del conocimiento, encontrar el término medio entre creatividad y productividad totales. Estamos más faltos de facilitadores que de líderes porque estos últimos ya han cubierto su turno a lo largo de la historia. En nuestro caso, los trabajadores de everis deben ser la marca everis y no un ente abstracto y distante.
Si lees este post sigue el consejo de Albert Einstein: “Intenta no volverte una persona de éxito sino ser una persona de valor”. Y si has llegado hasta aquí, por favor, conéctame contigo…
El pasado jueves comí con Pedro Pablo Ramos, directivo de Tea Cegos y experto en formación de líderes, directivos y mandos. Quería hablar desde hace tiempo y me obsequió con una invitación justo antes de la experiencia #vorparoom del jueves. Una persona sensacional y una conversación maravillosa sobre los nuevos modelos en red que ambos abogamos por implantar en las organizaciones. Como os imagináis, tenemos algo más que intereses e inquietudes comunes. Él tiene sobrada experiencia en el estudio de organizaciones con nuevos modelos organizativos y además es uno de los referentes en España en el ámbito de redes aplicadas a la empresa gracias a su magnifico libro Modelo organizativo en red. En el #vorparoom nos premió con un check-in sensacional que incluía mímica, participación del público y un video con una historia real sorprendente que me prometió contar.
Aquí os dejo una brillante exposición de Pedro sobre los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, una gran teoría impulsada por Stephen Covey. La conferencia la realizó en el marco del Financial Congress de Bilbao (organizado por Aitor del Valle) un evento que reune a las primeras cabezas pensantes del mundo financiero a nivel internacional. En este evento habló sobre invertir y liderarse a uno mismo, sobre gestionar cosas y liderar personas, sobre cómo poner la ilusión en las personas para lograr objetivos, sobre dejar de preocuparse tanto en competir (habla del caso de los pilotos de formula 1 que perdieron el campeonato por su absurda rivalidad) y sobre algunos valores que creo que serán fundamentales en la redacción de mi próximo libro para definir qué es un facilitador en los nuevos modelos organizativos. «Vivimos más en los departamentos que en cuidar algo que nos ilusione…» gran reflexión.
Como le comentaba a Pedro, he dejado de hablar de empresas para comenzar a hablar de colectivos. La conferencia no tiene precio. La he visto hoy y me ha encantado. Disfrutadla