Web del evento organizado por el Mind an Life Institute
Por si no habéis podido ver hoy el episodio, el reportaje Educar para fabricar ciudadanos emitido hoy en el programa REDES ha sido especialmente interesante. Media hora de tiempo para intentar demostrar lo importante que es educar y cómo podemos hacerlo en una sociedad basada en el conocimiento. El reportaje ha sido consecuencia de la visita del equipo de Punset a las jornadas Educating World Citizens for the XXIst century, celebrado en Washington. Tengo la suerte de estar rodeado de amigos y conocidos que trabajan en el sector educativo. Puedo decir que afortunadamente los profesores con que cuentan las escuelas públicas de España están por lo general muy preparados para afrontar estos nuevos retos y practican muy a menudo el aprendizaje continuo que en estas jornadas ha sido uno de los puntos destacados. El objetivo de estas jornadas era fomentar y comentar experiencias en la educación para una mente, un corazón y un cerebro saludables tal y como reza la propia web. No es el único evento que el Mind and Life Institute ha organizado para tratar la problemática educativa en nuestra sociedad. Las conferencias Altruism and Compassion in Economics Systems se celebraron en Abril en la ciudad de Zurich y trataron sobre la capacidad de despersonalización del mundo contemporáneo y cómo podemos fomentar nuevos valores para una vida mejor y más realizada. Os recomiendo que visualicéis alguno de los videos que han salido de las conferencias y las entrevistas que Eduard Punset ha realizado a cada uno de los participantes.
Tienes tu dinero en un banco, pero hay algo más importante que nunca nos hemos preguntado dónde puede gestionarse y dónde puede adquirir mayor valor. ¿Dónde tienes tu conocimiento?. Hiroshi Takasa te propone un banco, el Sophia Bank, donde se capitaliza el conocimiento, se incuban nuevos sistemas sociales de relación, y se transmiten nuevos valores para el cambio. Él nos comenta: «El capitalismo tradicional se enfrenta a un gran muro»: el dinero se intercambia y al cambiar de manos pierde su valor; pero el conocimiento al transmitirse no se pierde sino que se regenera y adquiere su auténtico sentido. ¿Cómo afronta nuestra sociedad este paradigma?. Muy mal, desde luego claramente mal. La empresa tradicional es incapaz de absorver el impacto del cambio. Gary Hamel declaraba en Harvard que somos innovadores, apasionados, versátiles pero que hasta ahora hemos trabajado en organizaciones que no lo eran, que asumían los cambios como crisis y que eran incapaces de capitalizar el valor de nuestro conocimiento e ideas.
Como ejemplo de nuevos modelos de gestión exitosos empezaré por Igalia, empresa gallega que desarrolla software opensource puntero en el mercado internacional y que maneja una estructura de trabajo asamblearia y plana mediante un modelo cooperativo autogestionado e independiente donde todos los empleados a partir del tercer año acceden a la igualdad salarial con el resto de compañeros; se priman las nuevas ideas y se apuesta por la formación a alto nivel de todos los empleados con la opción de asociarse mediante normas definidas y claras. Existen horarios flexibles y se prima la satisfacción personal de los empleados como motor de éxito. En palabras de Juanjo Sánchez, uno de sus empleados históricos, el secreto es la formación continua y la puesta por la innovación tecnológica. Otros ejemplos que comenta Gary Hamel son Whole Foods Market, una empresa de 3500 empleados que funciona gracias a grupos de trabajo de cinco empleados con autonomía total para la gestión, y Gore, los creadores de Gore-Tex, que con 7.500 empleados no posee estructura jerárquica y es líder en el mercado de la manufactura deportiva de alto nivel. En este video, Takasa nos explica por qué hablar de conocimiento antes que de dinero; primar el modelo de pensamiento sobre el modelo de fuerza que hemos empleado hasta ahora.
El poder de la inteligencia colectiva, la influencia de la tecnología en la innovación, la reconfiguración de los actores del cambio, el negocio sostenible, los modelos de negocio mixto y el futuro de la economía son algunos de los temas del nuevo número de verano de la MIT Sloan Mangement Review, cuya distribución en papel y suscripción online por el momento están limitadas a EEUU. En todo caso podéis adquirir un número de la última edición de forma gratuita como prueba y gracias a una promoción que sigue vigente por el momento. Interesante publicación que no he podido seguir más que por internet y en formatos de texto limitados; de modo que cuando me llegue el número de prueba os comentaré la experiencia y la calidad de los artículos.
Modelo de Open Innovation extraído de openinnovation.eu donde se recoge la figura de Henry Chesbrough
En la línea de la anterior entrada sobre el trabajo y la labor de las Escuelas de Negocio, hoy me toca hablar de la Haas School of Business de California. Es complicado no rozar de cerca ninguno de estos centros de poder en investigación cuando uno habla de investigadores de EEUU. No cabe duda de que el sistema de apoyo a la investigación en cada uno de los estados es admirable y el éxito de ese país en términos industriales, tecnológicos y económicos es debido en gran medida a su capacidad de captar, asimilar y cuidar la investigación y la innovación. Se trata como sabemos de un modelo evinentemente privado donde el fomento de la competencia entre centros de investigación se erige como dinamizador del I+D+i. Quizá uno de los más reputados pensadores de la Innovación tal y como se entiende en los entornos tecnológicos actuales, sea el Dr. Henry Chesbrough, que ha escrito no pocos artículos de interés sobre el concepto que él mismo acuñó: Open Innovation. La Universidad de Berkeley ha recogido todas las publicaciones de Chesbrough en este ámbito. Desde hace un tiempo, El COI (Center for Open Innovation) es centro pionero en el tratamiento de la innovación y los modelos de negocio derivados. Diferentes proyectos y grupos de investigación dentro del COI acometen la labor de investigar y recopilar experiencias para realizar análisis de interés en cada uno de los ámbitos de la industria. En mi opinión, el concepto clave que aporta Chesbrough en cada una de sus intervenciones, es el de los modelos de negocio que actúan como conductores a modo de membrana semipermeable a través de la cual se pueen generar a lo alrgo del proceso nuevos modelos de negocio, y nuevas oportunidades. Alrededor de este concepto extraigo algunos de aquellos con los que no puedo estar más de acuerdo: Hoy en día el talento está en movimiento (no es propiedad de nadie ni se fideliza a través de medios tradicionales); se han desdibujado las competencias tan divididas en innovación entre universidad y empresa; los grandes avances y las grandes ideas se paren mayoritariamente desde abajo (como siempre) pero además deslocalizada y multidisciplinarmente; y por último algo que siempre le decimos a nuestros hijos pero que nunca hemos aplicado y hoy más que nunca es extremadamente productivo: comparte todo lo que puedas para aprender aquello que realmente te será útil. Un blog que consulto sobre Innovación y que me ha hecho descubrir nuevas ideas y noticias sobre este tema es Innovation Fatigue, nacido a partir del libro Conquering innovation fatigue escrito por Jeff Lindsay, Cheryl Perkins y Mukunf Karanjikar.
Sobre la potencia de negocio derivada de una adecuada captación y gestión de las ideas, el ejemplo claro es Atizo, una iniciativa que ha sido capaz de atesorar grandes y pequeñas ideas para resolver la necesidad de clientes mediante tagging y conceptualización. Por último, recomiendo la visita a Induct, iniciativa web para la Empresa 2.0 que pretenda aplicar el concepto de Open Innovation y que cuenta con el entusiasmo de Chesbrough. Ambas propuestas cuantan con capital intelectual y económico mayoritariamente suizo y nórdico.
El gran foro mundial del Open Innovation es anual y se denomina CoDev, aunque existen iniciativas alemanas como el ISPIM, el Innovation In Mind sueco, no necesariamente sobre Open Innovation sino sobre innovación. No falta tampoco la Initiative for Open Innovation financiada por la fundación Bill y Melinda Gates y carente por completo de contenido interesente.
No entrando aún en el fomento de la élite y las castas sociales que muchas de las escuelas de negocio practican -incluida ésta de la que voy a hablar-, quisiera dar a conocer la BRITE Conference, evento anual organizado desde hace poco tiempo por la Columbia Business School. Esta escuela de negocio cuyo máster más económico asciende a 125.040 dólares USA y es solo accesible a través de esponsorización y becas, ha focalizado su esfuerzo en el fenómeno crowdsourcing aplicado a la innovación y al cambio social, y en la idea de Desarrollo Sostenible generando grupos de estudio e interés como Green Business Club enfocado a dinamizar las prácticas sostenibles dentro de la institución; el Social Enterprise Club centrado en el estudio de los fenómenos Red y que potencia la relación y comunicación entre distintos perfiles investigadores con los mismos intereses; y por último el International Development Club que se dedica a «crear oportunidades para el desarrollo en comunidades emergentes» como reza en su propia web. La mayor parte de estos pequeños grupos no pertenecen a la red de Centros de Investigación de la CBS pero sirven para financiar e interconectar a los estudiantes y actores de la Escuela de Negocios. Sin embargo hay algo realmente innovador en la apuesta de la Columbia Business School por el fomento de valores como la sostenibilidad en sus estudios, que me hace creer que sea posible utilizar estos silos de conocimiento -en la mayor parte de casos, sectarios- para divulgar un nuevo modelo de comportamiento social. Las escuelas de negocio no han sido hasta ahora otra cosa que centros de poder donde se forma a los futuros líderes -término del que recelo entendido tal y como se entiende en estos círculos- que perpetúan el paradigma social y económico de nuestro tiempo. Sin embargo a través de estos cambios y tímidas incursiones en los fenómenos sociales, tal vez podamos cambiar la dinámica de las escuelas donde los ricos y poderosos -o los que quieren serlo- acceden a la información y técnicas para gobernar el mundo. La BRITE Conference, dedicada a la revisión y exposición de nuevos modelos de innovación, es un ejemplo de esta apuesta por el crowdsourcing orientado a negocio pero no el único. El 8 de Octubre de este año tendrá lugar en Nueva York la Social Enterprise Conference 2010, evento especialmente interesante para todos aquellos que deseen conocer los nuevos modelos sostenibles de negocio y la influencia y capacidad motriz de la multitud (el crowd) sobre la economía. La conferencia está organizada por la Columbia Business School y cada uno de los grupos de interés dependientes que hemos enunciado.
Como vemos, el contenido es interesante aunque el envoltorio no parece consecuente. Cada año el Finantial Times publica un ranking de las primeras escuelas de negocio a nivel internacional; de esos núcleos que completan la formación de los graduados universitarios con aquellos conocimientos de primera mano que los exitosos ejecutivos de las mayores empresas imparten desde su púlpito de incuestionable prestigio. Entre los selectos miembros de esta lista encontramos la London Business School, Amsterdam Business School, ESADE, Instituto de Empresa, IESE y muchas otras escuelas asociadas a universidades americanas como Standford, Harvard o la propia Columbia de la que hemos hablado en esta entrada. Resulta interesante recorrer este directorio y ver cómo el Finantial Times mide el éxito de los estudiantes que han pasado por cada una de estas escuelas. Parece que los alumnos que pasan por la Columbia Business School aumentan su salario un 121% logrando una media anual retributiva de 160.000 dólares USA. El directorio ofrece la posibilidad de que usted mismo pueda comparar el posicionamiento de las diferentes escuelas de negocio y así ver una relación diferencial de capacidades. Personalmente recelo de este listado y todas estas clasificaciones me dan pánico. Cifrar el éxito de un centro de formación (ya sea guardería, escuela, instituto, academia, universidad,…) en el salario que obtienen los estudiantes me parece ridículo y un tanto sospechoso como parámetro de análisis. Tal vez deberíamos abordar el éxito de una escuela en su capacidad de generar actores para el cambio, personas que puedan mejorar nuestro entorno, facilitadores de buenas prácticas que contribuyan activamente con su actitud y actuación en cada una de sus profesiones a un mundo sostenible y equilibrado. Estos indicadores sin duda son difíciles de medir, pero a menudo lo más complejo resulta luego lo más gratificante y el esfuerzo sería enormemente constructivo. Se trata de qué valores transmitimos a nuestros niños (entendiendo por niños a los futuros leones de manada) y en qué medida primamos o entendemos como éxito determinados parámetros.(1)
Digo que me parece sospechoso porque el dinero llama al dinero y en círculos endogámicos donde el que tiene dinero es el que ha cumplido una serie de etapas y el que cumple una serie de etapas es el que tiene dinero, no parece existir posibilidad de otra interacción fuera del círculo. Digo que me parece ridículo porque sin duda es ilógico que un percebeiro gallego mida el éxito de su día de pesca tan solo por la cantidad de moluscos que sea capaz de atesorar en ese día, sin atender a ningún otro aspecto como el estado en el que haya quedado la costa en la que ha pescado esos percebes o la capacidad de reproducción de los mismos para conservar la especie en un futuro más que inmediato y por tanto conservar su fuente de alimento. Aún siendo tan egoistas como para fijarnos solo en nuestros propios intereses (retribución salarial, trabajo estable, casa infinitamente grande, coche deslumbrante) sería de idiotas no ver más allá de los cinco días siguientes. Si nuestro percebeiro quisiera pescar la mayor cantidad de percebes posibles, nada mejor que un bulldozer para arrasar la costa y obtener entre la flora y fauna muerta tantos ejemplares como quisiera. Sin embargo no es ese el objetivo, no se trata de perpetuar un paradigma insostenible, no hablamos de pan para hoy y hambre para mañana o de cambiar los estamentos sociales de la edad media por las clases económicas de la edad moderna; se trata de sobrevivir y sobre todo de aprender a convivir con el resto de nuestra realidad sin abstraernos de ella. Si la sinergia resultante del esfuerzo de un brocker en Wall Street al revalorizar un valor supone consecuentemente el despido de 20.000 trabajadores en China cuyo único sustento sea ese trabajo; sin duda algo no va bien. Y no va bien aunque ese brocker gane 160.000 dólares USA y el CEO de la empresa en alza que ha revalorizado su agencia de inversión gane el doble y la escuela de negocios donde ambos estudiaron ascienda a la posición 6 en lugar de la posición 7 en el siguiente directorio de un periódico. No se trata de más sino de mejor.
Nuestra felicidad no puede ser una isla al margen de la realidad que nos rodea de forma inmediata o a miles de kilómetros de nosotros; menos aún en una sociedad intercomunicada donde la fuerza debe residir en la capacidad de control, anticipación y participación que la multitud formada y con conocimiento tenga sobre el individuo o individuos que actúan en su nombre. No seamos plutócratas porque hoy más que nunca podemos cambiar y mejorar. Ya hemos visto que el sistema no funciona, hemos visto que la casa quedó en ruinas. Podemos seguir viviendo en ella a la espera de que no llueva de nuevo o reforzar sus cimientos y rehacerla para poder vivir con dignidad. Tenemos los medios, lo que ahora se cuestiona es si tenemos suficiente voluntad. Aprovechar este impulso para algo constructivo es una elección personal que entiendo imprescindible. Esto no significa no atender a nuestros propios intereses, sino casar éstos con la realidad del mundo en que vivimos. Ganar mucho dinero no es malo, pero ganarlo gracias a que otros no ganen practicamente nada, es algo lamentable; si no somos capaces de distinguir este matiz, tal vez la oportunidad del cambio pasé por delante de nosotros sin que podamos disfrutarla.
(1) Nota: Puede parecer paradójico que alguien dedicado exclusivamente al software libre no obtenga las mismas ganancias que netas que alguien que se dedique exclusivamente al software privativo, pero no obstante los modelos de negocio que genera resultan igualmente productivos e incluso más solidarios socialmente.
Aparte de tu esqueleto de Homo Sapiens, extraordinariamente parecido al de un simio, ¿Realmente qué te diferencia de ellos?
Del mismo modo que Émile Borel en 1913 planteó su teorema asegurando que «un mono pulsando teclas al azar sobre un teclado durante un periodo de tiempo infinito casi seguramente podrá escribir finalmente cualquier libro que se halle en la Biblioteca Nacional Francesa«, podríamos decir que en esta vida todo es probable y que lo realmente complejo es determinar en qué medida esa probabilidad puede traducirse en hechos. El Teorema de los infinitos monos es en esencia puramente vorpalina y se basa en la Ley Cero-Uno de Kolmogórov de tal modo que no siendo imposible la probabilidad de que un mono pueda redactar la obra «Hamlet» de Shakespeare, es obligatoriamente posible que pueda hacerlo. El teorema está adaptado como protocolo por S. Christey y viene a demostrar cualquier de nosotros, con suficiente tiempo, con adecuados medios y con la sola aplicación de las leyes fundamentales de la probalidad, puede estar capacitado para realizar cualquier tipo de obra o trabajo. Extrapolando el teorema a un escenario humano en el que el discernimiento, la capacidad de procesar información y la comprensión son más elevados, como en el caso humano, podríamos decir que cualquiera de nosotros con suficiente constancia y tenacidad puede conseguir logros sorprendentes con una adecuada combinación de factores, ninguno de los cuales tiene que ver con nuestra inteligencia, valores, conocimiento o calidad como personas. El ejemplo inmediato es cualquier líder ineficiente que podamos encontrarnos en nuestro entorno inmediato o en el telediario. Este hecho parecería algo desalentador si no fuera porque la inteligencia, los valores, el conocimiento y la calidad de una persona son potenciadores naturales para la cosecución de cualquier objetivo que se plantee.
A lo largo de la historia de la humanidad y en nuestra vida diaria podemos ver frecuentemente cómo el hecho de saber que existe una probabilidad de que algo suceda o pueda ocurrir, afecta y condiciona pero no determina nuestro comportamiento. No es algo científico y es una muestra de que el comportamiento humano se rige mayoritamente por condicionantes y sensaciones ajenos a la naturaleza de la ciencia. No somos azarosos pero debemos aprender a convivir con la probabilidad, es una realidad insana. La tecnología se entiende como un sistema de emulación de conocimientos absolutos que son aplicados sobre situaciones relativas. Quiero decir que ante la imposibilidad de tener una conciencia total para ejercer un acto de la forma más correcta posible, los seres humanos hemos construido aplicaciones que mecanizan y nos ayudan en la ejecución y en la toma de decisiones. Que Borel hace ahora 97 años demostrase que incluso un mono puede deleitarnos con las mismas figuras, juegos y delicias con que Shakespeare nos deslumbró, viene a significar, a mi modo de entender, que no debemos distanciarnos tanto de la lógica y el conocimiento para solo centrarnos en la técnica puesto que con ella todo es posible, incluso aquello que parezca más descabellado. La pregunta es ¿a qué precio?. Ahora que he apostillado contro los probabilistas, diré unas palabras también para los relativistas. «Todo es relativo», cierto, incluso a mí me parece relativo que todo sea relativo. A los infinitistas, otra tribu que porlifera en nuestros días y que siembra el desconcierto doquiera que aparece y se reproduce, aparte de encomendárles la lectura de Esopo, les emplazo a la lectura de esta entrada de Neoteo que habla del hotel Infinito de David Hilbert, genial figura metafórica aplicable al neoliberalismo económico.