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La alternativa ágil

Mi compañero Xavier Albaladejo, miembro del Agile Competence Center de everis,  ha realizado un seminario titulado “Gestión ágil de proyectos y trabajo en equipo” es codirector del Postgrado en Métodos Ágiles de La Salle Campus Barcelona y referencia y Presidente en agile España, además mantiene su web personal proyectosagiles y responsable además del Postgrado en Métodos Ágiles de LaSalle. Él ha liderado una propuesta de metodología ágil para gestión de proyectos dentro de mi casa y continuamente reinventa y adapta su discurso. Posee ese espíritu de mejora continua que asegura la calidad de cualquier trabajo y se aleja bastante de la forma de hacer las cosas en el mundo fábrica de los fastfood projects. Esta sesión se celebró el 22 de septiembre 2011. Os recomiendo encarecidamente que le escuchéis. Inspirador e innovador. 😉

 

En el video podemos escuchar y ver algunas de las realidades diarias con las que muchos nos encontramos en los proyectos: Proyectos mastodónticos con fases marcadas que cuando terminan no se corresponden con la realidad inicial, proyectos que han costado una millonada y concluyen sin cubrir las necesidades del cliente ni las expectativas del integrador, proyectos en los que se vende tiempo y no calidad de producto ni servicio, relaciones encajonadas y roles de piedra que no permeabilizan conocimiento. Estas son algunas realidades de las que habla la presentación del seminario de Xavier (disponible en slideshare, y que fue hot topic de LinkedIn):

Realmente durante un proyecto tradicional…
El cliente solo ha estado viendo papel

“La mitad de lo que hacemos en desarrollo no sirve para nada. Con lo que hay alguien que se está dedicando el dinero y el tiempo para nada.”

“Análisis funcional que ha durado un año…”

“Firma este análisis con tu sangre porque es lo que vamos a hacer y nada más…”

Durante el proyecto…
“¿Dónde se ha ido el tiempo? ¿Quién lo paga?”
“El equipo se pasa la pelota”

Al finalizar el proyecto…
“¿Seguro que el usuario final recibe lo que espera?”

taxi chat

Como decíamos hace unos días, el valor de las cosas puede ser intrínseco o extrínseco. Esto es tan determinante como tu capacidad de comprender y ponerte en la piel de los demás. La perspectiva es la consecuencia de tener buena empatía. El reconocimiento, aprovechamiento y fomento del valor,  también son claves para emprender el día a día y entiendo que cualquier negocio. 🙂

Conversación con un taxista el otro día:

YO: – La verdad es que comprar un coche es la peor inversión que puede hacer una persona. Nada más salir por la puerta del concesionario pierde un 50% de valor, es un gasto de mantenimiento continuo y su vida útil es tremendamente corta

TAXISTA: -¿Y usted me dice todo eso y se dedica a implantar tecnología? En casa me tengo que actualizar el ordenador cada dos días y hay un sistema que hemos implantado hace dos años que ahora parece que no sirve en la cooperativa.

YO: – jajajajaja Perdone, pero es que tiene razón en parte. Lo que genera valor no es la tecnología, que tiene un nivel de obsolescencia de los más elevados, lo que genera valor realmente es lo que se consigue aplicando esa tecnología: conocimiento, ahorro de costes, negocios derivados,…

TAXISTA: – Igual que yo. Mi coche no vale nada ahora mismo pero si no existiera no podría usted ir rápidamente y cómodo. Mi instrumento no vale nada, no le ofrezco mi coche, le ofrezco llevarle en él a su destino y en el menor tiempo.

YO: – Realmente sí, es exactamente igual. El valor de mi empresa no es el producto sino el servicio. Nosotros instalamos y acompañamos a los clientes para que cubran su necesidad. La gente que lo está pasando mal ahora es la que se dedica a los productos, de hecho cada vez más fabricantes se dedican también a prestar servicios en tecnología. La competencia en producto es tangible y es muy alta, en servicio a menudo es intangible a corto plazo porque se trata de vender conocimiento, actitud, método. También es alta la competencia pero las posibilidades son amplias.

TAXISTA: – Igual que yo. En mi cooperativa somos 41 taxistas, tenemos una buena flota pero no vendemos los coches, vendemos el servicio: cercanía, rapidez, calidad, compromiso. Si se le queda un móvil en el coche, yo se que es suyo y se lo llevo a la oficina; si no tiene dinero le cobraré el próximo día porque se que le voy a ver o le puedo cobrar con datáfono que todos le tenemos incorporado. Sabemos a dónde va antes de montarse y una centralita llama por GPS al coche mejor localizado para que tarde menos en llegar. En cinco minutos le vamos a buscar, en 20 está en su destino. Si no cumplimos, nos quitáis el contrato. Si cumplimos, seguimos contentos todos.

YO: – Sí, en definitiva es exactamente igual. Pare allí, déjeme el volante y móntese detrás si quiere.

TAXISTA: – jajajaja No, déjelo, acabo de empezar.

YO: Me parece lo mejor, no tengo ni idea de llevar un coche

TAXISTA: jajajaja Ni yo de ir a reuniones ni de tecnología

YO: … pero le comprendo, ¿eh?

TAXISTA: Ya, ya, yo a usted también…

FORTH. Mapa de innovación

FORTH. Mapa de innovación

Como ya hablamos hace unos meses, FORTH es un método de innovación inspirado en la orientación a cliente enfocado en la creación de novedosos mini-casos de negocio para productos, servicios y modelos de negocio innovadores. Hoy comparto con vosotros su Mapa de innovación cuyos detalles están disponibles de forma interactiva en la propia web de FORTH

El trueque y la co-cultura

Angeliki Ioanniti, una modista que tiene un negocio en Volos, participa de la red de trueque de la ciudad. Foto: New York TimesT

Un titular de hoy de La Nación que ha compartido Eliseo en mi comunidad , dice lo siguiente: Agobiados, los griegos empiezan a dejar el euro y recurren al trueque: En medio de la crisis, se extienden en todo el país las monedas y formas de intercambio alternativas Resulta interesante cómo en periodos de crisis se agudiza el ingenio y también resulta paradójico como los sentimientos más abyectos pero también los más constructivos -como este- salen a la luz.

Surgen culturas de convivencia y colaboración que son dignas de estudio, algo así como una co-cultura de vida que se traslada al comercio, la vivienda y en general a toda forma de relación social. Yo creo en esto porque lo he visto desde niño pero siempre en economías locales o laboratorios sociales. Desconozco la opinión de los economistas pero sobre todo de los sociólogos del lugar:

    1. El movimiento okupa cuya filosofía e ideario de vida no comparto en absoluto pero cuyo modelo de comportamiento social respeto tiene un modelo de intercambio de valor entre los miembros de su comunidad que me parece ejemplar y que está basado en un p2p absoluto, esto es, tienes valor si aportas valor. Un amigo al que admiro y que recientemente ha superado un proceso de desintoxicación, vivió dentro del movimiento durante años y a menudo íbamos a verle. Aparte de beber cerveza como posesos experimentamos este tipo de intercambios de productos, servicios y conocimiento en talleres aleatorios. También había intercambios de droga y aunque mi amigo viajó por toda España y atesora una vida apasionante dormía casi siempre en la calle, sobre todo porque siempre hay una cara B en la vida. Años más tarde, pude ver un desarrollo mucho más inclusivo de algunas de estas ideas en el movimiento que detallo en el siguiente punto.
    2. Movimiento asambleario derivado del #15M He colaborado con este movimiento en la medida de mis posibilidades aportando conocimiento e ideas para mejorar y sobre todo compartiendo. En este movimiento veo una oportunidad de retomar el espíritu democrático que creo que se ha violado y cuyos valores esenciales -formulados en el centro de la misma Grecia que ahora proclamamos muerte- son fundacionales del civismo occidental. En tomalaplaza podéis ver avances de este movimiento asambleario de barrios y algunas exigencias acordadas. Aparte de estos detalles y de haber intentado junto con otros levantar una web con un sistema de votación para los barrios, me quedo con el dulce sabor de que la gente que acampaba en el centro de mi pueblo (Plazo Sol-ución en Madrid) compartía ideas y recursos (baterías de móviles, electricidad, agua, comida, vivienda,…) bajo un marco social incontrolable por el sistema financiero. Algo que logró demostrar en mi opinión la capacidad que tenemos para alejarnos de los lobbies, la partitocracia y la plutocracia. Durante semanas pude ver una comunidad muy heterogénea de la que he hablado durante este tiempo. Reflexión ante los escépticos y desengañados y ante los que dicen que relacionamente el #15m no es paradigma de nada: Cuando alguien reinventa su propia realidad, merece ser al menos escuchado. La lentitud, amigo, es un placer.
    3. Otros movimientos alternativos y sobre todo el movimiento de cultura libre también practican/practicamos este tipo de intercambio. Ejemplo de ello es http://latabacalera.net/ un centro que conozco y en el que para disfrutar de comida, música, lectura, teatro no hay ningún intercambio de dinero. El intercambio de valor se basa en la riqueza de las relaciones. Las personas que están allí no son ricas ni conducen grandes coches pero creo que también intentan ser felices, y que a veces incluso lo consiguen.
    4. En Zaragoza tengo un amigo que procura favorecer y vivir del trueque. Sus dos hijas, su mujer y él son felices, comen sano (mucho más que yo) y tiene una alta calidad de vida pero no aspiran nunca a ser trenders en lo último. No son hippies, son inteligentes. Siempre nos comenta que los juguetes de sus hijos no son los últimos pero que se lo pasan pipa. Me dice “no es el juguete, es la actitud“. Desde hace años mantiene una relación de confianza con sus vecinos y montan mercadillos y días de intercambio. Fabrica sus yoguros, planta sus hortalizas y tiene unos tomates que ya quisiera yo en mis ensaladas. Todo ello lo intercambia por cosas que para él son de interés. El sábado pasado me comentó una amiga que la vida en Idaho es similar y que todo el mundo allí cultiva lo que come y que convive el libre mercado con el intercambio sin problemas.
    5. Reinventar el valor del dinero o acuñar dinero propio. (Este caso social ha sido incluido en el post el día 05/10/2011 tras una recomendación en Google+ de @zoeoros) En el artículo De vuelta al trueque de Luis Padua se comenta otra alternativa de trueque que se está dando en muchos lugares: “Desde hace siete años, 19,000 estadounidenses que viven en un pequeño poblado de Massachusetts dejaron de utilizar el dólar como moneda de intercambio. En un intento por apoyar a los negocios locales, los habitantes del condado de Berkshire crearon su propia moneda, los llamados “berkshares”. La idea es que los habitantes de la zona reinviertan el dinero en negocios de la misma comunidad, porque sólo allí se aceptan los berkshares. Dichos negocios les compran a los campesinos y fabricantes locales, que a su vez gastan su dinero en los mismos negocios locales. El “gancho” es que quien paga con berkshares obtiene un descuento del 5% en todos los lugares donde la moneda es aceptada. En otras palabras, el berkshare resulta ligeramente más valioso que el dólar, y quien tiene berkshares, técnicamente “es más rico”.”
    6. Cohousing. (Este caso social ha sido incluido en el post el día 05/10/2011 tras la lectura del post ¿Qué es el cohousing? en el Blog Salmón) Inspirado en el modo de vida de Utopía de Tomás Moro, de la ciudad compartida de Owen, del Falansterio de Fourier, el Familisterio de Godin, los kibutz israelíes tan de modo en los 60 y con una evolución y actualización respetables el cohousing es un modelo de vivienda compartida desarrollado sobre todo en Estados Unidos y Canadá con origen en Dinamarca. Según nos cuenta Antton Elosegi el cohousing se rige por estos seis principios que desarrollan aún más el concepto de Cooperativa que tenemos en España.
      • El proceso debe ser participativoLos “covivientes” participan desde el principio en el diseño del conjunto y son responsables como colectivo de las decisiones finales
      • El diseño de cada vivienda y del conjunto busca facilitar unas estrechas relaciones de vecindad, donde sean posibles la comunicación y la ayuda mutua.
      • Existen unos servicios comunes (cocina, comedor, lavandería, tendedero, sala de estar, TV, biblioteca, taller, gimnasio…) que complementan y suplementan los de la vivienda privada.
      • La gestión está en manos de los propios residentes.
      • La  estructura social no es jerárquica. Las decisiones se adoptan democráticamente tras discusión y a poder ser por consenso.
      • Separación de economías. Cada cual mantiene su independencia económica, participando en la medida pactada en los gastos comunes.

      Para saber más sobre este movimiento Elosegi nos recomienda consultar: HousekideakProfuturo ValladolidEcoaldeasEutopia,CohousingKollektivhusEldercohousing.

    7. Co-working. (actualizado 05/10/2011 a propuesta de un buen amigo 😉 Ante el actual inflación de conocimiento surgen modelos de trabajo alternativos basados en compartir recursos y en ampliar la red de contactos profesionales para detectar oportunidades compartidas. La filosofía básica del co-working consiste en favorecer el intercambio de conocimiento y experiencia formando equipos de exploración de mercado multidisciplinares a menudo mucho más ricos y heterogéneos que los que conocemos en la estructura fábrica tradicional . Utopic_us es uno de estos espacios de trabajo pero hay muchos. Alquilan puestos de trabajo, favorecen eventos para compartir experiencia, visión e ideas y son un ecosistema permeable que economiza gastos y a la vez amplifica capacidades. Basicamente se trata de aplicar la filosofía de cooperativa y cohousing al ámbito laboral. Como bien señala la entrada en wikipedia, el co-working no es equiparable a las incubadoras de empresas o centros de negocio tradicionales puesto que siguen un modelo de innovación cerrado y a menudo solo comparten intereses comerciales y ninguna implicación ni atención a la comunidad.
    8. La mayor parte de culturas tribales (me acuerdo de Marvin Harris ahora) no conocen el concepto “dinero” y sobreviven gracias al respeto por el valor del otro. De hecho lo que mató esas culturas no fue la religión de los conquistadores sino el hecho de comprobar que a cambio de metal podían obtener valor sin más valor que el fiduciario. Antiguamente las monedas eran mercancía con valor intrínseco asociado al peso del metal, pero hoy son ya puramente fiduciarias. Entre las culturas que no entendían el dinero y comerciaban con trueque se encontraban los antiguos indios nativos americanos como comentaba este finde en el blog. Ellos lograron convivir con comerciantes cambiando armas por caballos o similares hasta que su valor, el valor de su cultura, que era real fue aplastado por el fiduciario de los nuevos inquilinos
    9. Algo parecido ocurre en el FLOSS donde se producen intercambios de código y sistemas de meritocracia muy parecidos a la gamificación y el funware que defiende nuestro amigo Eliseo. En la mitología del FLOSS la gente deApache siempre dice que imitaron los modelos sociales de los indios apaches. Hoy en día si tecleas “apache” en google no aparecerá otra cosa que tenga que ver con este servidor hasta la segunda o tercera página de resultados. Así es la Historia. La Fundación Apache y su comunidad han logrado es el servidor web utilizado por 85% del mercado aunque ya empieza a oler que los que simpatizamos con ellos siempre les utilicemos de caso de éxito (LAMP)

Cartel promocional de la película documental Fast food nation, de Richard Linklater (2006)

Con el trueque, una práctica histórica en España durante siglos, la economía de escala deja de tener sentido ya que el intercambio de valor no es de 1..n sino de 1..1 Sobre la saturación de información y de dinero el catedrático de antropología de Harvard Andrew Oitke publicó hace unos años un libro en el que hablaba de la Obesidad Mental como el mayor problema de la sociedad moderna. Este problema es generado por el exceso de conocimiento y la cultura del fastfood-ismo intelectual donde lo rápido e inmediato sustituye a lo sostenible y duradero. Esto podría ser aplicable al mercado financiero donde la sobresaturación de oferta y demanda estresa nuestro día a día. Aquello de lo que hablaba la película Fast food nation de Richar Linklater en 2006 puede que sea un símbolo del funcionamiento interno y poco saludable de las estructuras. Ante este funcionamiento que genera colapsos y crisis, surgen formas ancestrales de relación e intercambio de valor que superan esa obesidad mental y evitan que todas las arterias (personas) del cuerpo (sociedad) acaben reventando. Entre las joyas del libro de Oitke, algunas:

 Hace apenas algunas décadas, la Humanidad tomó conciencia de los peligros del exceso de gordura física por una alimentación sin reglas. Estamos ahora en el momento de notar que nuestros abusos en el campo de la información y conocimiento están creando problemas tanto o más serios que esos. nuestra sociedad está más abarrotada de preconceptos que de proteínas, más intoxicada de lugares comunes que de hidratos de carbono. (…)

El conocimiento de las personas aumentó, pero lleno de banalidades. Todos saben que Kennedy fue asesinado, pero no saben quién fue Kennedy. Todos dicen que la Capilla Sixtina tiene techo, pero nadie siquiera sospecha para qué sirve. Todos creen que Saddam es malo y Mandela es bueno, pero ni desconfían por qué.

No sorprende que, en medio de la prosperidad y abundancia, las grandes realizaciones del espíritu humano estén en decadencia. La família es discutida, la tradición olvidada, la religión abandonada, la cultura se banalizó, el folklore entró en caída libre, el arte es fútil, paradójico o enfermo .

No se trata de una decadencia, una «edad de las tinieblas» o el fin de la civilización, como tantos pregonan. Es solo una cuestión de obesidad. El hombre moderno está adiposo en el raciocínio, gustos y sentimientos.

Como podréis imaginar discrepo enormemente con algunos juicios del profesor Oitke pero deberíamos actuar contra este tipo de obesidad mental que producimos y premiamos. Este fin de semana me han invitado a acudir a una charla sobre este libro pero no se si podré ir. Si queréis detalles, puedo pedirlos.

Por otro lado trabajo en formular un modelo de open-consulting capaz de coger lo mejor de cada casa y ser fiel al espíritu abierto y disruptivo que necesitan nuestras organizaciones.

Pregunta: ¿El trueque mata la mercadotecnia o la mejora? Solo preguntaba… 🙂

Faetón, Europa y el puchero

Tan solo una reflexión leyendo el artículo De nuevo un círculo vicioso de Carmen Alcaide en el diario El País, que ha compartido con mi comunidad un amigo y que quiero comentar antes de comer:

La caída de Faetón, Pedro Pablo Rubens, 1636

Faetón. No me deja de sorprender y enervar la capacidad de los estamentos dirigentes (gobierno, oposición, clase política, aparato de Estado)  para aislarse de la realidad y enrocarse en sí mismos. Emplean las mismas soluciones que han dado resultados nefastos una y otra vez con la insana pretensión de que milagrosamente den resultados diferentes. Me sorprende y no dejo de denunciar esta obstinación en cuanto puedo y sobre todo aunque no me lo permitan. La fórmula España no funciona todo lo inesperadamente bien que debiera, fruto de esto la marca España no es positiva por mucho que conservemos la “españolidad” de algunas empresas que se han demostrado excepcionalmente eficientes pero que son grandes caballos para un carro sin un auriga firme. Es indudable que nuestra herramienta de regulación colectiva debe seguir siendo el Estado de Derecho pero no nos hemos ocupado de educarnos para poder reinventarlo. Como consecuencia disponemos de un enorme e ingobernable sistema burocrático que nos impide crear empresas de forma ágil, abanderar proyectos con fácil financiación y lo más preocupante: nos impide educar el talento (la capacidad única de cada persona para aportar valor a nuestra marca). Toda la gente que conozco que se ha esforzado y tiene nuevas fórmulas de entender la vida, se va de este país. Estoy cansado de ver una fuga de talento continuada que dilapida el gasto educativo. Asumámoslo: Nuestro Estado no sabe invertir. Aplica modelos de inversión privada de corto plazo y con un elevado coste social y económico que es imposible de recuperar. Si nuestro Estado fuera un empleado, le habrían despedido de cualquier empresa. Nuestro Estado no hubiera pasado ningún proceso de selección y haría décadas que se le habría acabado el paro. Nuestro Estado habría muerto de hambre o vivido a base de limosnas externas por una falta de convicción y emprendimiento imperdonables. Podemos deambular eternamente presumiendo con nuestros amigos de una capacidad que no es real. Sin embargo cuando alguien nos deja subir al carro y nos observa, no somos capaces de gobernarlo sin convertir la tierra fértil en desierto ni quemar con nuestra falta de equilibrio una gran cantidad de talento y oportunidades por el camino. Somos como ese hijo de Febo Apolo, el dios sol, que presumió ante los suyos pero que no acaba nunca de estar preparado para ser responsable del futuro. A Faetón, por muchas proezas que hiciera, se le representa siempre cayendo. Su existencia ha sido recordaba por eso y no por todo lo demás. En nuestras propias manos está el reinventar este presente.

Europa. Aún así no dramaticemos y dejemos de buscar fórmulas perfectas. No existen. Olvidáos. Probemos ensayo-error, actuemos cueste lo que cueste pero con recetas coherentes, recetas que desdeñen el corto plazo y recetas que unifiquen y sean integradoras. Lo necesitamos para ayer. Me apena tener tan clara la fórmula del éxito y verla tan lejana. En perspectiva somos un país de “clase alta” como se solía decir de una familia burguesa en los años del boom inmobiliario. Comparativamente tenemos una calidad y esperanza de vida elevada con respecto a una gran cantidad de países y regiones. Mi primera solución -no os ríais, jodíos- se llama Europa. En estos momentos Europa no existe, es una gran entelequia, como un SecondLife político y conceptual que pesa más que ayuda. La construcción de Europa es el ejemplo más claro de como no hacer las cosas. Primero nos unimos por la pasta y luego ya veremos si queremos algo en común más allá de una nación financiera. No funciona. Aún compartiendo un pasado histórico común de guerra y hambre no hemos sido capaces de hallar la identidad. Enfrentados ya en una mesa con decenas de platos, decidimos quitar de la mayor parte de platos para comer todos del puchero. Somos una mitología de la rectificación continua. Evocamos el comportamiento individualista y receloso de los dioses del Olimpo. Todos nos creemos grandes y compartimos territorio pero cada cual busca aventuras y batalla por su cuenta. Pese a todo ello, no existe ningún continente con tanta riqueza cultural, con tanta disparidad, modelos sociales y recursos tan dispares en ningún lugar del planeta. Incluso dentro de cada país, la diversidad se multiplica por pequeñas regiones. El europeo es por naturaleza regionalista. Que se aprieten los machos esos traders y brockers porque Europa entera me recuerda al principio de la nación griega cuando una gran cantidad de polis disgregadas con interpretaciones de la vida a menudo diferentes pero con un mismo pasado y espiritualidad común, comenzaron a caminar juntas para defenderse de los invasores. Hoy en día no existen invasores pero si coopetidores. No he escrito mal: coopetidores. Grandes territorios que superan su geografía para coopetir (colaborar+competir) por una posición y una estabilidad propia. El sistema político y financiero europeo entiende a cada una de sus regiones como un gasto y trata a todos ellos no como un recurso de riqueza sino como apuestas arriesgadas dificilmente justificables en la cuenta final de resultados. La Europa a la que aspiro supera antiguas barreras y se eleva sobre las disensiones, es libre y conectada, multiplica su talento extremadamente diverso y rico a través de la coopetición de sus regiones. La Europa a la que aspiro comparte algo más que una moneda y un territorio sin fronteras físicas, comparte talento y es una fuente eficaz de emprendimiento. La fórmula del cambio pasa por un modelo educativo fuerte que refuerze el valor del esfuerzo y la colaboración y promueva el mérito. Por mucho que castiguemos y penemos la corrupción y el fraude con medidas penales no conseguiremos nada sin un aparato educativo digno que acompañe la reeducación de las sociedades. Por mucho que pongamos parches al sistema financiero, no conseguiremos nada si no probamos nuevas fórmulas y renovamos continuamente (repito “continuamente”) los estamentos de poder y toma de decisiones.

España. Oh, mia patria si bella e perduta decía el canto de los esclavos en Nabucco. Mi segunda solución – callad esas risas, malditos- se llama España. El caso español actualmente es flagrantemente indigno. Estudiado como un modelo de éxito durante algún tiempo, es ahora el sinónimo del fracaso de una forma de entender la gobernanza. Lo que me hace pensar que ni entonces eramos tan buenos ni seguramente ahora seamos tan malos como pintan. Sin embargo ante una multitud de jóvenes sobradamente preparados (como rezaba el famoso anuncio hace más de una década) tenemos gobernantes que se han educado en un espíritu que ha sido útil durante una época de nuestra historia pero que se niegan a pasar el testigo generacional. Durante varias décadas han gobernado los mismos una y otra vez arrastrando bicefalias, rivalidades ideológicas que ya se han superado en el mundo empresarial, incompetencias explícitas que renacen con vocación de eternizarse. YA NO NECESITAMOS EL FRAMEWORK TRANSICIÓN. Hemos aprendido y reconocemos que fue una época fantástica pero ahora necesitamos reinventar el mundo y que os apartéis para aconsejarnos. Os escucharemos pero no gobernaréis. Nuestro panorama político a corto plazo es algo más que desolador. Una persona que ha perdido dos veces las elecciones generales de una nación, se presenta una tercera; y el partido gobernante presenta como “alternativa renovada” a una gloria de gobiernos anteriores. Ninguno de los dos comprende el mundo porque nacieron y vivieron en otro, ninguna acepta perder y ninguno ha sido elegido democráticamente para ocupar su puesto de presidenciable. Como esta situación, muchas otras. Solo quiero hacer un apunte: la grandeza de un dirigente no consiste en aferrarse al poder sino en saber abandonarlo cuando ya no puede brillar con luz propia más allá de su entorno.

Este piso se llama España y sigue estando de alquiler pero ahora necesita nuevos inquilinos en todos los estratos. Ahora tenemos una nueva realidad, el escenario ha cambiado y la gente que nos dirige se niega a adaptarse. Y lo que es más incomprensible: no les castigamos por ello sino que les seguimos encumbrando. Ese coro de esclavos hebreos de Nabucco que recordábamos hace unos días no cantaba por su desgracia sino que lo hacía reivindicando su futuro. Lo hizo ante Il Cavaliere para protestar y su voz debe ser un ejemplo emulable por el resto. Me levanto cada día luchando por un futuro más digno para mis hijos. Lo que me afecta hoy a mí, todo lo que estamos perdiendo, las enormes manifestaciones de estos meses solicitando que no acaben con una educación pública de calidad ni con un sistema sanitario envidiado por el resto del mundo, las voces que claman por una transparencia en los organismos de control financiero, todo ello será heredado por mis hijos y posiblemente el legado. La modernidad no consiste en perder todos los valores y actitudes que han hecho de la humanidad una especie fascinante: respeto a los mayores, civismo, solidaridad, innovación, conocimiento abierto,… La modernidad consiste en nuevas fórmulas que reinventen la visión de estos valores. Solo eso. Algo se convierte en una genialidad cuando nunca deja de ser actual por mucho que pasen los años y los siglos. Le pasó a Verdi con este Nabucco pero también a William y a Miguel, a mis amigos Sócrates y Esquilo, a Thomas Jefferson (que era un político que hoy ni siquiera soñaríamos tener) y también a Henry Ford (que hoy lloraría al ver en qué se ha convertido su legado). En la España de hoy no tenemos la capacidad de ser geniales teniendo sin embargo todos los ingredientes para serlo. Hemos perdido, como señala Carmen en su artículo, eso que tanta falta nos sigue haciendo para incorporarnos y seguir: una estructura moral digna y coherente. Porque eso es lo primero y luego, sin duda, viene por sí solo lo demás.

El puchero. Si tenemos que comer todos de un puchero, que este sea abierto y libre y que todos puedan contribuir y vivir de ese puchero. Mi tercera solución es un macroecosistema que reuna esos principios de los que siempre hemos hablado aquí: emprendimiento, innovación, creatividad, libertad, eficiencia. Nuestra clase creativa es deficitaria no porque no seamos capaces de generarla sino porque no la cuidamos y se escapa, no porque no de beneficios, sino porque no le damos la oportunidad de generarlos. Necesitamos un entorno abierto que sea capaz de inundarse y captar ideas, un espacio libre de barreras que no nos haga temer nuestro futuro sino construirlo. Pero de eso como digo hablamos siempre, así que de momento os dejo descansar 😉

Nosotros los indios

Portada de Neither Wolf Nor Dog, de Kent Nerburn, un testimonio de la cultura india

Portada de Neither Wolf Nor Dog, de Kent Nerburn, un testimonio de la cultura india

Existe un libro de Kent Nerburn del que solo he podido leer algunos extractos que hoy voy a compartir con vosotros. El libro se titula Neither Wolf nor Dog. On Forgotten Roads with an Indian Elder y está editado por Kent Nerburn New World Library en 1994 aunque existen reediciones en 2002 por lo que he podido ver. Se trata de un clásico de la cultura americana que dudo que esté traducido al castellano. Es un estudio de la cultura nativa americana de los dakotas. Los dakotas pertenecían a la Gran Nación Sioux y vivían en amplias extensiones de naturaleza en Minnesota. Cuidaban y convivían con la naturaleza entendiendola como a una madre. El indio dakota Dan cuyos testimonios recoge este libro, habla sobre la diferencia entre tierra y pobreza, sobre el patrimonio del mundo que heredan los hombres, sobre la necesidad de silencio y reflexión y sobre los valores indios. Toda una lección de honestidad sobre la relación con la naturaleza en parte basada en principios win-win de los que ya hemos hablado el blog. Siempre he admirado a los indios norteamericanos. Desde hace décadas hemos superado antiguos prejuicios que ignoraban la cultura indoamericana nativa y que entendían a los pueblos indios como salvajes subdesarrollados. En contra de esta oscura concepción de hombres con plumas que había fomentado el historicismo militar más rancio , la sabiduría dakota incluía el respeto a la comunidad, el valor de la familia y una impresionante capacidad de adaptación al cambio que les confería su carácter nómada y estacional. Gran parte de la filosofía de vida apache ha supuesto por ejemplo el inicio de una comunidad de software libre precisamente llamada Apache. El modelo de convivencia y de gobierno apache ha sido en parte evocado en estos nuevos patrones de relaciones personales basadas en la autonomía, el voto y el reconocimiento a los mayores (aquellos que atesoran experiencia vital y conocimiento).  A continuación comparto algunas pequeñas perlas incluidas en el libro de Nerburn que deberían hacernos reflexionar acerca del nivel de civilización y desarrollo ético de nuestras sociedades actuales

Nota: Sobre el concepto de civilización reflexioné en alto hace tiempo en Civilizado

SOBRE CÓMO PERDIMOS NUESTRA TIERRA

Déjame decirte cómo perdimos la tierra. No era nuestra tierra, como si nos perteneciera. Era la tierra donde cazábamos o donde nuestros ancestros estaban sepultados. Era la tierra que el Creador nos había dado. Era la tierra donde sucedían nuestras historias sagradas. Había lugares sagrados en ella. Nuestras ceremonias se realizaban aquí. Conocíamos a los animales. Ellos nos conocían a nosotros. Presenciamos el paso de las estaciones en esta tierra. Estaba viva, como nuestros abuelos. Éramos parte de ella. La tierra era parte de nosotros. Nosotros ni siquiera sabíamos lo que era ser propietarios de la tierra. Es como decir que eres propietario de tu abuela. Para nosotros, la tierra estaba viva. Mover una piedra significaba cambiarla. Matar a un animal era quitarle algo a ella. Tenía que haber respeto.

Nosotros no vimos respeto en esa gente. Ellos cortaban los árboles y dejaban a los animales en donde les disparaban. Hacían ruidos fuertes. Parecían salvajes. Su paso era pesado y hacían mucho ruido. Y luego esa gente nueva comenzó a pedirnos la tierra. Querían darnos dinero por la tierra. Nuestra gente no aceptó eso. Entonces esa gente dijo que ya no pertenecíamos aquí. Que había un jefe en Washington, una ciudad muy lejana, y que la tierra era de él, y que él había dicho que esa gente podía vivir aquí y nosotros no.

Pensamos que estaban desquiciados. Esas personas cabalgaban por la tierra y colocaban una bandera, y luego decían que todo, desde donde habían empezado hasta donde ponían la bandera, les pertenecía. Eso es como si alguien disparara una flecha al cielo y dijera que todo el cielo hasta donde llegara la flecha le pertenecía. Nosotros pensamos que esa gente estaba loca. Ellos hablaban de propiedad. Nosotros hablábamos de la tierra.

Tu gente vino de Europa porque querían tener propiedades. Ellos habían trabajado para otras personas que les habían quitado sus propiedades y las cosas que cultivaban. Nunca habían tenido nada porque no tenían propiedades. Eso era lo que más deseaban tener.

Todos ellos pensaban que quien tuviera un pedazo de papel diciendo que era dueño de la tierra podría controlar todo lo que sucediera en ella. La gente vino aquí para conseguir propiedades. Nosotros no sabíamos esto. Ni siquiera sabíamos lo que significaba. Nosotros simplemente le pertenecíamos a la tierra. Ellos querían adueñarse de ella.

Su religión no vino de la tierra. Podían llevarla a todos lados con ustedes. Su religión estaba en una copa y un pedazo de pan que podían llevarse en una caja. Sus sacerdotes podían hacer sagrado cualquier lugar. Y no podían entender que lo que era sagrado para nosotros era el lugar donde estábamos, porque ahí era donde sucedían las cosas sagradas y donde los espíritus nos hablaban.

Tu gente no sabía nada acerca de lo sagrado de la tierra. Ustedes estaban matando a todos los animales. El búfalo había desaparecido. Las aves habían desaparecido. Ustedes no nos permitían cazar. Nos daban mantas y whiskey que enloquecía a nuestra gente. Nos pusieron en pequeños corrales de tierra que eran como pequeñas islas en su gran mar.

Lo peor es que ustedes ni siquiera nos escucharon nunca. Ustedes vinieron a nuestra tierra y nos la quitaron, y ni siquiera nos escucharon cuando les tratamos de explicar. Hicieron promesas y rompieron cada una de ellas. Nos mataron sin quitarnos la vida. Nos mataron al convertir nuestra tierra en pedazos de papel y sacos de harina y mantas, diciéndonos que eso era suficiente. Ustedes nos quitaron los lugares donde los espíritus nos hablaban y nos dieron sacos de harina.

Para nosotros la tierra estaba viva. Ella nos hablaba. Nosotros la llamábamos nuestra madre. Si ella estaba enojada con nosotros, no nos daba alimentos. Si nosotros no compartíamos con los demás, ella nos enviaba inviernos duros o plagas de insectos. Teníamos que hacer cosas buenas por ella y vivir de la manera que ella consideraba apropiada. Ella era la madre de todo lo que habitaba en ella, así que todos eran nuestros hermanos. Los osos, los árboles, las plantas, el búfalo. Todos eran nuestros hermanos y hermanas. Si no los tratábamos bien, nuestra madre se enojaba. Si los tratábamos con respeto y honor, ella se sentía orgullosa.

Para tu gente la tierra no estaba viva. Era algo así como un escenario donde podían construir cosas y hacer que sucedieran cosas. Veían al lodo y los árboles y el agua como cosas importantes, pero no como hermanos y hermanas. Esas cosas existían sólo para ayudar a los humanos a vivir.

Ustedes tomaron la tierra y la convirtieron en propiedades. Ahora nuestra madre está en silencio. Pero nosotros aún intentamos escuchar su voz.

SOBRE LA LIBERTAD Y EL HONOR

Lo más importante para la gente blanca es la libertad. Lo más importante para los indios es el honor.

El mundo blanco pone todo el poder arriba. Cuando alguien llega a la cumbre, tiene el poder de quitarte tu libertad. En sus iglesias hay alguien a la cabeza. En sus escuelas también. En su gobierno. En sus negocios. Siempre hay alguien en la cumbre, y esa persona tiene el derecho de decir si eres bueno o malo. Les perteneces. Con razón los americanos siempre se preocupan por su libertad. ¡Tienen tan poca! Si no la protegen, alguien se las quitará.

Cuando ustedes llegaron entre nosotros, no podían entender nuestras maneras. Querían encontrar a la persona de arriba. Querían encontrar las cercas que nos limitaban. Su mundo estaba hecho de jaulas y pensaban que el nuestro también lo estaba.

Todo parecía una jaula. Sus ropas los entallaban como jaulas. Sus casas parecían jaulas. Colocaban cercas en sus patios y parecían jaulas. Todo era una jaula. Ustedes convirtieron la tierra en una jaula. Pequeños cuadros. Y luego formaron un gobierno para proteger esas jaulas. Y el gobierno era sólo jaulas. La única libertad que tenían era dentro de su propia jaula. ¡Y luego se preguntaban por qué no eran felices y por qué no se sentían libres!

Nosotros nunca pensamos así. Todos éramos libres. No hacíamos jaulas de las leyes ni de la tierra. Nosotros creíamos en el honor. Para nosotros, el hombre blanco parecía un ciego caminando: sabía que estaba en el camino equivocado cuando se tropezaba con la orilla de una de sus jaulas. Nuestra guía estaba adentro, y no afuera. Era el honor. Era más importante para nosotros saber lo que estaba bien, que saber lo que estaba mal.

Observábamos a los animales y veíamos lo que era apropiado. Veíamos cómo cada animal tenía sabiduría, y tratábamos de aprender esa sabiduría. Observábamos cómo se llevaban entre ellos y cómo criaban a sus pequeños. No buscábamos lo que estaba mal. En lugar de eso, siempre nos esforzábamos por hacer lo que estaba bien. Y esa búsqueda era lo que nos mantenía en el buen camino, no las reglas ni las cercas. Queríamos honor para nosotros mismos y para nuestras familias.

La libertad sólo es importante cuando otros están tratando de encadenarte. Nosotros no teníamos cadenas, así que no necesitábamos libertad. Siempre habíamos tenido nuestra libertad, así que ustedes no tenían nada de valor para darnos. Lo único que podían hacer era quitárnosla y luego regresárnosla en forma de jaulas.

Ustedes nos quitaron nuestro honor y nos dieron su libertad. E incluso ustedes mismos saben que eso no es libertad en absoluto. Es simplemente la libertad de vivir dentro de sus propias jaulas cerradas

SOBRE LA IMPORTANCIA DEL SILENCIO

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras. 

Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir.

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”. Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante.

De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.

Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces.