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«La santidad está en los buenos actos, en el valor de proteger a aquellos que no pueden protegerse. Y la bondad, el deseo de Dios, está en tu mente y en tu corazón  Es lo que decidas hacer día a día lo que te hará un buen hombre o no«

Kingdom of Heaven (Scott,2005)

playa2«Yo solo busco que me tiemblen las piernas…«

Amelie (Pereza, 2009)

 

Ya volví del mar para cuidarme y traigo este mensaje. Esta es mi segunda noche en tierra y hace ya más de dos años que no me echo de menos. Estoy tranquilo, sentado, es verano y puede que sea tarde. En la terraza el aire me atraviesa. Varios accidentes geográficos me tocan. Está al fondo esa colina, a mi derecha el campo seco donde pasta resoplando cada noche aquel caballo, a mi izquierda una cremallera recta de coches y camiones. Sobre las cinco canta en alto un gallo. Por la noche hay ruido de perros y de grillos. A esta hora ensaya la orquesta de cencerros. Aquí me encuentro mucho. Me quedo sentado y me descalzo. Escribo durante no más de una hora y me recojo. Esto es lo más profesional que hoy yo se escribirte:

 

Que salga el sol y lo haga dentro.

Que te tiemblen las piernas.

Que alguien te haga vibrar.

Que despiertes a su lado.

Que te elija de regalo.

Que te mire hondo sin hablar y que te calle.

Si no te ocurre esto, busca que hoy te ocurra.

Levántate y anda.

Que nadie -ni siquiera tú- lo entienda.

Pero que ocurra, que hoy te ocurra.

Que la vida te regale lo que eres.

Que encuentres y te encuentren.

Que al poner la mesa hagan falta más de dos cubiertos.

Que al hacer la cama huela a otro.

Que al vivir algo intenso o bello le recuerdes.

Que tengas suficiente sitio para tu dolor.

Que sientas tras tu lucha diaria el descanso del guerrero.

Que tengas donde dormir sin ser tu casa.

Y que tu casa no sea un edificio.

Que llegar a casa sea estar con ellos.

Que te necesiten abrazar y que se muevan.

Que les necesites abrazar y que te muevas.

Que antes de dormir, te tumbes boca arriba respirando hondo

y cierres los ojos con las manos en el pecho y en tu mente se repita todo esto:

Soy el responsable de mi alma.

Yo no elijo mi destino pero elijo qué hacer con él.

Nadie salvo yo decidirá cómo será mi día.

Esta es la vida que tengo y estas las personas que quiero y que me quieren.

Elijo quererlas y permanecer con ellas.

Tengo fe en lo que soy y lo que somos.

Tenía que pasar que nos quisiéramos.

Estoy aquí a su lado y ese es nuestro sentido.

El resto es TODO LO DEMÁS.

Esta es la paz que buscan las personas y nosotros la tenemos.

Se quedarme solo pero elijo ser contigo.

Todo esto te deseo y también me lo deseo.

«Pequeña sonrisa de Amelie, me tienes calado.«

Amelie (Pereza, 2009)

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