He de reconocerlo. A veces tengo la vertiginosa certeza de que hemos perdido completamente el norte solo por el hecho de no dejar de buscarlo. Hoy expondré un sencillo razonamiento para ejemplificar el nivel de idiotez al que cada día somos -me incluyo- capaces de llegar. Interiorizarlo hará mucho por ese sentimiento de humildad que muchas nuevas corrientes tienen olvidado.
En el mundo de las organizaciones creo que es necesario hacer una sencilla reflexión. Sobre todo en un momento en el que no dejo de ver equipos y personas que desean nacer de nuevo y se plantean el sentido de las cosas.
Sinceramente, no nos vendría nada mal que muchas de las personas que en la actualidad trabajan en nuestras empresas recapacitarán acerca de algo tan sencillo de comprender como lo siguiente:
Responde a esta pregunta:
¿INVERTIRÍAS EN UN PROYECTO CON LAS SIGUIENTES CARACTERÍSTICAS?
- Un proyecto heredado que su impulsor no ha decidido emprender por sí mismo.
- Retorno de inversión no garantizado desde el origen
- Impuntualidad crónica en cada uno de los hitos del proyecto
- Falta de objetivos definidos
- Ausencia de roadmap concreto
- Inconsistencia de discurso
- Falta de control sobre todas las actividades del proyecto
- Indeterminación de responsabilidades por tareas
- Incapacidad para fijar un plan de comunicación efectivo
- Ausencia de cadena de mando y motivación intrínseca
- Falta de misión, visión y valores
- Desconocimiento de la propia persona acerca del mercado, los procesos y el entorno
- Elevado número de competidores en la misma situación y condiciones
- Constante ausencia de posibles clientes que compren el proyecto salvo el impulsor del mismo
- Incapacidad de la propia persona responsable del proyecto para controlar su naming y branding
- Mayoría de decisiones acerca del proyecto dependientes de factores ajenos al impulsor
- Falta absoluta de seguridad en todas las fases del proyecto
- Errores garantizados desde el inicio
- Entorno profesional inadecuado para el desarrollo de negocio
Hasta aquí -entre nosotros- nada de lo expuesto parecería realmente serio para cualquier ejecutivo medio. Quiero decir que ningún manager educado en cualquiera de las actuales escuelas de negocios y grandes edificios del management, apostaría por un proyecto de tipo similar al que acabo de describir.
Este el proyecto que acabas de descartar:
VIVIR
Algunas veces pido a las personas que acompaño que se imaginen que su organización, su equipo o su proyecto es una persona con una edad determinada y unas necesidades asociadas a esa edad. Sea un recién nacido, un adolescente o un anciano, todas las organizaciones son -así lo creo- organismos vivos. No me centraré en la complejidad o sencillez de estos organismos sino en que para mí es evidente que todos están vivos.
Salvo raras excepciones una vida es un proyecto de largo recorrido. Por lo general todo el mundo nace para durar un tiempo. Por lo general la fecha de caducidad de una vida nunca está clara. Una persona suele ser un organismo completamente inteligente que se va deteriorando con el paso del tiempo. Me refiero tanto a la persona como a su inteligencia. Al término de este tiempo, cuya duración exacta es ineludiblemente una incógnita, la persona -al menos tal y como la hemos conocido- desaparece.
Aunque el lector conoce que existen numerosas interpretaciones alrededor de los hechos que acabo de exponer, acordemos que la más extendida es la siguiente lectura lineal de los acontecimientos:
- PRIMER HITO: Una persona se incorpora a la vida no se sabe exactamente cuándo. Es decir, nadie puede saber con precisión cuando viene. A este hito se le denomina “nacer”
- SEGUNDO HITO: Una persona se mantiene en la vida durante no se sabe exactamente cuanto tiempo. Es decir, nadie puede saber cuándo se va. A este hito se le denomina “vivir”
- TERCER HITO: Una persona deja la vida en no se sabe exactamente qué momento. Es decir, por lo general nadie puede tener la certeza concreta de cuándo abandonará. la vida ni él ni las personas que le rodean. A este hito se le denomina “morir”
Por hacer un breve repaso de la jugada este sería el proceso: NACER >>> VIVIR >>> MORIR
En otras palabras, el proyecto VIVIR no pasaría ni por asomo de la primera ronda de financiación, de los primeros dos minutos ante un comité de expertos, del primer vistazo en una mesa de contratación ni de la primera media hora de cualquier auditoría. VIVIR en términos de gestión, no parece nada serio.
Si tú fueras el jefe de proyecto del proyecto VIVIR, sería un tremendo marronazo. Y sin embargo, amigo/a, ya lo eres.
Si formaras parte de ese comité de inversores, probablemente no invertirías en el proyecto. Y sin embargo, amigo/a, ya lo haces.
ALGUNAS IMPLICACIONES DERIVADAS
Si eres de los que no hubiera invertido en el proyecto, lee esto e intenta extrapolarlo a tu negocio y vida profesional. Hazlo por mí, por tí y por todos tus compañeros tal y como lo hacías jugando al escondite inglés:
- La vida no se hizo para comprenderla por completo sino para vivirla por completo. Tu organización -que es algo mucho menos importante que la vida- tampoco se hizo para comprenderla por completo sino para vivirla por completo.
- Vivir no parece a priori algo muy serio pero es lo único fundamental para todo lo demás. Tu organización, tu equipo o tu proyecto -que son algo mucho menos importante que la vida- puede que no te parezcan algo serio o respetable pero son lo que son y todo lo que tienes. Nadie dejaría de vivir por pensar que la vida no es algo serio.
- Las personas nacen, viven y mueren sin necesidad de tener un enorme plan prestablecido en el infinito curso de la historia. Si te obsesionas con el control de una realidad mucho mayor que tú o con la previsión de un futuro que no existe, solo puedes obtener locura o frustración. Aplica esto a tu trabajo.
- Lo único que puede salvarte de la locura se llama aceptación. Es un proceso consciente que implica respeto por la vida. La tuya y la de los grupos, personas y entornos en los que te desarrollas.
- Si quieres ir lejos, aprende a ir lento. Los cambios en cada hito de la vida no suelen ser repentinos por naturaleza. En el siglo V a.C lo más parecido al Doctor House era un hombre llamado Hipócrates. Él decía que los cambios rápidos no eran buen síntoma. Más de 2500 años después, nadie ha podido refutar la siguiente afirmación médica: “Los cambios que se verifican en todo el cuerpo pasando rápidamente del calor al frío o mudando súbitamente de color, denotan que la enfermedad ha de ser larga.” Ningún atleta profesional que compita con toda su capacidad en una carrera de 100 metros lisos podría aguantar a ese ritmo más de 20 metros más.
- Todo es empezar. Cualquier corredor de fondo sabe que es más sencillo pasar de correr una media maratón a una maratón que pasar de no correr nada a correr una media maratón.
- Lo más importante son los cierres. Por mucho que hayas tenido una existencia respetable y placentera, una enorme mancha al final de la misma puede desteñir el manto completo de una vida.
- El entusiasta inconstante no sirve de mucho. Si uno solo se centra en nacer pero luego se olvida de vivir puede que la muerte llegue todavía más temprano. He visto casos similares en organizaciones.
- La vida es siempre suficiente. Uno puede estar insatisfecho con la forma en que a él o ella se le presenta la vida pero sería completamente ridículo estar insatisfecho con la vida. La vida simplemente es. En una organización esta es exactamente la diferencia entre lo que forma parte de nuestro área de responsabilidad y lo que no.
- No lo entendemos pero la vida es por sí misma perfecta. El ser humano es un animal conceptual, necesita tangibilizar y comprender. Tanto que a veces inventa e idea para poder hacerlo. Esta es nuestra tremenda condena pero también nuestra belleza.
Estas son unas sencillas instrucciones para nacer de nuevo. El solo hecho de entenderlas creo sinceramente que representa un nuevo nacimiento.
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Magistral reflexión, como siempre David!. Me quedo con el tema de la aceptación… Otro gallo me cantaría si fuera capaz de aceptar lo que la vida me trae, o como dice Joan Garriga en su último libro, si aprendiera a ganar sin perderme a mí mismo, y a perder ganándome a mí mismo. Pero bueno, por lo menos no tiro la toalla, y sigo caminando. Un abrazo!
Eres un ejemplo de cambio y te atreves a vivir con ello, Borja. A mí, al menos, hoy me basta como eres 🙂 Gracias por visitar esta que es tu casa, compañero.
Reflexiones para realizar cada mañana de la vida 😉
Gracias David
Excelente reflexión y útil para el mundo laboral y personal
Cada vez que me asomo a uno de tus artículos suelo hacerlo con esa reverencia, con esa etiqueta de ritual japonés que se merecen las cosas que sabes que te moverán algo por dentro y terminarás siendo otro después de leerlo…
Copio el texto, lo paso a word y lo disfruto offline subrayándolo, remarcándolo y poniendo en rojo negrita esas frases y conceptos “meteoritos” que al impactar crean otro mundo distinto al anterior…
Acabo de darme cuenta que hoy todo el artículo lo he subrayado en rojo negrita y que la frase “Este es el proyecto que acabas de descartar: VIVIR” todavía me tiene K.O!!!
David, de nuevo mil GRACIAS por todo tu trabajo, intención y cariño detrás de cada artículo.
Pedro, qué bueno es saber que lo que escribo te resulta práctico. A menudo solo el hecho de llegar a una única persona de este modo, es suficiente para que el escritor confirme que parte de la mayoría de todas. Creo en lo que hago cada día y te doy hoy mil gracias por compartir conmigo y con la red esta pulsión.
Un saludo y siempre gracias por estar al otro lado.