Supongo que la necesidad y la carestía cada vez me hacen ser más coherente. Por tanto entended que haber articulado esta explicación a la crisis no es un mérito sino una simple consecuencia de comer pasta todos los días pero no tener pasta en la cartera esos mismos días. No es algo que me preocupe y de hecho me preocupa no estar preocupado pero es cierto que soy mucho más feliz ahora que cuando vendía humo en mi traje de dos piezas. El otro día, en el supermercado de mi barrio lo vi claro:
En un mundo en el que pagamos el pan de molde, la fruta, el alquiler, la zona azul del parking, los impuestos, la salud y el colegio de nuestros hijos con dinero, la solución a la crisis siempre SIEMPRE ¡SIEMPRE! tiene que tener en cuenta el dinero. Cualquier artefacto ideológico que no tenga en cuenta el dinero, sencillamente no es útil para salir de aquí. No queremos una solución a corto plazo porque ya sabemos a lo que nos ha llevado. Pero necesitamos una solución coherente que desde luego ningún político puede aspirar a plantar desde su atril. Si esa propuesta que diseñemos no tiene en cuenta la realidad diaria, si todo cuanto genera es un clima de cambio aparente, no matará el dolor aunque lo remita unos minutos.
Toda fórmula debería trabajar con el concepto de ilusión (no de ilusiones) y debería recoger tanto lo que utilizamos para intercambiar y reconocer el valor (dinero, salario emocional, beneficios personales, realización,…) como aquellas herramientas que nos han ayudado a mantener esta ficción de dueños de la Tierra (las ideas). Pues bien, bajo esta base de mínimos, e intentando superar humildemente a burócratas y pasilleros, esta es mi lectura a día de hoy:
¿Qué es la crisis? 1a DIMENSIÓN
PREMISA 1: Es cuando la gente que dice que cree en ti es exactamente igual a la gente que no te paga o no te va a pagar. Esto produce una frustración encadenada a varios niveles: se gestiona el impago, no se valora realmente el mérito, decae la calidad prestada, se reduce la competitividad. No se trata de que ya nadie crea en ti, es que creer en alguien adquiere otro sentido mucho menos valioso que pagar a alguien por lo que se justifican las bajas expectativas y el mérito es cada vez es más asequible. La conformidad se nivela y se produce un equilibrio entre voluntades y resultados a medio plazo. Sin duda esto prima cualquier propuesta de mínimos sobre cualquier gran reto de máximos. A su vez esto genera un bucle de inmediato plazo que a la larga genera una inercia insalvable. Como consecuencia de todo este proceso, la búsqueda de la seguridad personal inmediata provoca una inseguridad sistémica inmediata.
PREMISA 2: Consiste en que la premisa 1 adquiere una dimensión relacional de forma que la gente que cree en tí tiene a otros que dicen que creen en esa gente de la misma forma. Esto provoca una combinación de inseguridades e intangibles que se traducen en una pérdida de valor continuo en cada relación de fe profesional. En este punto, en cada relación de forma casi automática se produce este ejercicio personal inconsciente: Yo tengo que creer que tu crees en mi sabiendo que posiblemente no me pagues ni aquellos que creen en ti te paguen de forma inmediata. Este ejercicio genera inestabilidad y precariza la toma de decisiones. Sin una decisión, cualquier idea pierde su sentido final (hacer) por lo que los ideólogos -completamente desocupados- comienzan a abstraerse cada vez más de la realidad en entornos endogámicos. Este es el momento en el que el dinero afecta a las ideas. A su vez estos entornos masturbatorios de ideas cada vez menos reales promueven visiones cada vez menos reales por lo que se reduce el nivel de expectativas sobre las ideas. Es en este paso donde uno puede generar paradójicamente el mayor valor con los mínimos recursos o acciones. Por este motivo la transformación en crisis deja de ser potestad de los poderosos y se identifica con los generadores de valor real: los hacedores. Sin embargo -de nuevo paradójicamente- la incomunicación entre gente con dinero y gente con ideas no promueve hacedores por lo que se produce una disociación por el cambio: los pensadores trabajan en sus entornos endogámicos y los adinerados trabajan en los suyos.
PREMISA 3: Consiste en que la premisa 2 adquiere una dimensión exponencial ya que cuando finalmente se llega a quien tiene que gestionar la entrada de capital y la salida de crédito, éste solo gestiona la entrada de capital. Esto se debe, en mi opinión, a que el liberalismo de mercado no es un sistema capitalista sino creditista.
¿Dónde está la crisis? 2a DIMENSIÓN
No está en Grecia, no está en España, no está en Alemania. Se trata de un lugar mental que es gestionado sobre una base incremental de miedo y en el que la gente que tiene dinero no puede tener ideas y la gente que tiene ideas no puede tener dinero como consecuencia de un estado continuo de incomunicación efectiva entre ambos, de forma que la ninguno de los dos se puede convertir en gente que haga algo, tanto por solucionar el problema como por producir o generar bienestar o riqueza.
El problema por tanto es triple:
- Los que tienen nuevas ideas no pueden implementarlas
- Los que tienen dinero no pueden comprar ideas
- No existe un diálogo sostenible entre el dinero y las ideas
¿Cómo salir de ese lugar llamado CRISIS?
Yo tengo una propuesta pero la salida la construimos entre todos. La salida, aunque cueste entenderlo, no está nunca al final en este caso sino siempre en el medio, entre ambos perfiles. Se trata de generar espacios de diálogo efectivo que creen y habiliten hacedores de cambio. El resultado de un trabajo exitoso en esta dirección y sentido es que finalmente las personas que tienen ideas podrán tener más facilidades para ser las personas que tengan dinero. Al menos para poder vivir.
Es el momento de que las grandes ideas junto con el suficiente dinero puedan crear grandes actos transformadores. Es momento de hacer, de aprender haciendo, de experimentar. Todos sabemos hablar pero pocos sabemos hacer. Por eso que tal vez necesitemos logopedas para desaprender a hablar y artesanos para aprender a hacer.
NOTA: Todo este razonamiento deductivo se ha hecho sobre la base del sistema de mercado de las sociedades inmersas en el paradigma industrial. No es aplicable a otros paradigmas o sistemas que desconozco o estoy formulando junto a otros para mejorar estos bucles generadores de enfermedad social 🙂
Nota para rancios: Dejar de pensar para empezar a hacer, nunca fue una opción. Son tareas simultáneas