Para mí es complicado elegir un capítulo de entre los muchos que me han acompañado durante años. He convivido, crecido y soñado con cada uno de ellos y he anochecido demasiadas veces en Cicely, Alaska (en verdad Roslyn, Washington) como para poder tomar una decisión en este sentido. Todos me parecen geniales. Nunca agradeceré lo suficiente a Joshua Brand y John Falsey la creación de esta serie. Hoy os regalo el final del número 18 de la temporada 4, toda una declaración de actitud ante la vida. No durmáis: soñad.
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Las últimas palabras de Goethe: ¡Más luz!
Desde que salimos del primitivo barro ese ha sido nuestro grito: ¡Más luz!
Luz del sol, de antorcha, de vela, de neón, incandescentes, luces que erradican la oscuridad de nuestras cavernas, que iluminan nuestras carreteras, los interiores de nuestras neveras.
Grandes luces para los juegos nocturnos del campo de batalla, pequeñas bombillas para esos libros que leemos debajo de las sábanas cuando deberíamos de estar dormidos.
La luz es algo más que watios y velas, la luz es una metáfora: Tu palabra, es una lámpara bajo mis pies.
¡Ira! ¡ira contra la muerte de la luz! Guía, brillante luz a través de la oscuridad circundante, guíame tú para seguir. La noche es oscura y estoy lejos de casa, guíame tú para seguir.
¡Despierta y brilla porque tu luz está aquí!
La luz es conocimiento. La luz es vida. La luz es luz.