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No te impongas objetivos poco razonables. No está en juego solo el pan que comes sino tu felicidad y la continuidad del suelo en el que pisas.

Hay algo sorprendente y digno de reflexión en el hecho de que cada vez estemos más conectados y dependamos cada vez de menos intermediarios.

Intermediario en la sociedad 1.0 es toda aquella persona u organización de personas que ayudaban a conectar a un nodo con otros nodos potenciales por medio de lo que denomino estrategias de delegación. Para ejercer nuestro papel de autores de ideas, contenidos, opiniones, voces… dentro de una comunidad (cualquiera que fuera su tamaño) estábamos acostumbrados a delegar en otros la evaluación y selección de lo que se consideraba importante o digno de mención. Desde libros y películas de cine hasta líderes de opinión y de gobierno o corrientes de pensamiento. Todo ello ha sido movido tradicionalmente por grupos de presión políticos, empresariales o sectarios que han fomentado de una manera u otra un clima de generación autoinducida de minorías étnicas, sociales o ideológicas. Nos habíamos habituado a un estado analítico de hipnosis donde no eramos responsables directos de nuestras ideas o decisiones imbuidos en mentes maleables al abrigo de marcas, símbolos o misteriosas y abstractas plutocracias. No es que todo esto haya cambiado, es simplemente que la eliminación paulatina de intermediarios tradicionales y una mejora en la conexión entre los nodos facilita un mejor control de las fuerzas e instituciones que son tan necesarias. Y este control ya no lo ejerce un organismo ajeno, sino nosotros mismos. En la sociedad red pasamos de delegar a participar y tener voz en aquello que nos afecta, desde una compra de un jugador de fútbol por el club del que somos seguidores hasta una crisis inducida por otros que colapsa y cierra el espacio aéreo en el cual todos nos movemos. Tenemos voz.

El intermediario en la sociedad 2.0 pasa a ser facilitador si desea sobrevivir. Deja de controlar para favorecer, deja de abusar de su condición para beneficiarnos por su condición, abandona el discurso de la abstracción de poder por el de la identificación de oportunidades beneficiosas para una amplia red de población (nodos). Hace todo esto porque asume que su papel aunque fundamental ya no es prioritario porque lo realmente importante es que existan esos nodos o fuentes de conocimiento capaces de interactuar. La sinergia genera la energía, es el motor verdadero pero no hay sinergia sin una identidad de nodo. Tú eres un nodo, lees este post y te ocupas de informarte, de estar conectado con tu realidad inmediata. Otros te facilitan esa labor, te otorgan la responsabilidad de estar en red, de ser un animal social. Pero ni te coartan ni te limitan porque un facilitador que conoce su ventaja, que está posicionado, sabe que imponer limitaciones es parte de una cultura en agonía que ha generado grandes quiebras y milagros a partes desiguales, siempre basados en una inestabilidad tutelada cuyos valores decidian otros. Y esta situación ha tocado techo, ya no es tan importante lo que escondemos como lo que demostramos ser (meritocracia), ya importa menos el manejo adecuado y diligente de un doble discurso (diplomacia) como la coherencia de nuestro mensaje y actitud con respecto a nuestro entorno. Esto último es lo que nos da capacidad para crecer junto a los otros y no por encima de los otros.

En la revolución TU.0 la clave eres tú y la medida en que ejerzas tu papel (padre, hijo, autor, lector, usuario, consumidor, empleado, empleador,…) en cada uno de los estratos que te condicionan. El éxito de la sociedad red es mantener la transferencia fluida de conocimiento lejos de intereses comerciales ajenos a los intereses personales. Las organizaciones exitosas del futuro (y del presente) serán y son aquellas capaces de captar necesidades de forma instantanea y transformar su estructura y patrones de conducta y trabajo para satisfacer la necesidad de uno solo de esos nodos: Tú. Sumado a otros, el poder asociativo del conocimiento que eres capaz de transmitir es el valor más productivo jamás soñado por ninguna civilización. Esta actitud red es extrapolable a ecosistemas inmediatos. Del mismo que sirve para generar valor a gran escala, en tu familia o en tu grupo de trabajo, en tus amigos tanto como en la escuela y en la calle, nos hace fuertes y lo que es más importante: nos convierte en una especie sostenible. En la sociedad 1.0 lo importante es el YO, en la sociedad 2.0 lo importante eres TÚ y en esa nueva sociedad TU.0 tu valor radica en la influencia, difusión y calidad de tus ideas. Recuerda que no hay un hombre igual a otro y que la democracia es la ilusión sostenida que nos permite vivir con dignidad, pero no idealices ni pongas esperanzas en la humanidad porque a cada paso y en cada cambio la esperanza verdadera de los hombres hoy, ahora eres TÚ y tu capacidad para cambiar una suma infinita y contagiosa de las pequeñas cosas. En el espacio común e imperturbable de tu pecho, latiendo ideas como una mente insomne está esa última esperanza. Porque más allá de las fronteras interpuestas por los otros, de tu puesto de trabajo y tu oficina, de tu realidad que atenaza y disminuye, está una patria común que fortaleces llamada «entendimiento». Porque como bien dice el poema del viejo Jorge Luis, «Nadie es la patria, pero todos lo somos». Que entonces «arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso» que es la idea de una red de personas respetables que respetan.

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