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No sin antes haber leído la genial obra de sir William de finales del siglo XVI, os recomiendo que veáis la película «El Mercader de Venecia» de Michael Radford como una representación maestra del personaje de Shylock por parte de Al Pacino. La pieza de teatro es colosal, reinventa conceptos y dirige al espectador a lo largo de la trama hacia una reflexión voraz del comportamiento en sociedad y el sentido de la ley. Como casi todas las piezas de sir William, el mensaje es actual y los personajes bien pudieran ser conocidos de nuestra vida contemporánea. La lectura del sentido de la Ley y la justicia es brutal. Cada personaje recibe su peso de justicia en las mismas proporciones en que lo ha dado y el personaje demiurgo de la bella Porcia capitaliza el desenlace y la trama a su alrededor. Todos -desde Shylock hasta Antonio- son protagonistas y todos son alcanzados en grado similar en parte por las redes de la Ley, en parte por cada una de las leyes humanas: la moral, la social, la de la vida.En esta puesta en escena por los canales de la ciudad fantástica, podemos contemplar desde una posición privilegiada el espejo de la condición humana. Como siempre con y por sir William, de nuevo una vez más. En un ejercicio de audacia cronológica, uno de nuestros atormentados predilectos, Mauricy Gottlieb, muerto a la edad de 23 años, imaginó en lienzo el alma de Al Pacino en 1876. La prueba está bajo estas líneas.

Cuadro titulado "Shylock y Jessica". Maurycy Gottlieb.

Shylock y Jessica. Maurycy Gottlieb.

Esta representación en cine que cuida los purismos y estilos de la época en que la obra fue escrita, ha tenido numerosos precedentes. Sobre el componente de inclusión social y la evolución de la obra a lo largo de estos cuatro siglos, podeís visitar el post relacionado del Catoblepas.

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