“SOCIEDAD 2. f. Agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida.“
DRAE, 2014
HISTORIA DEL MODELO MÁS EFECTIVO DE RELACIONES
En este artículo quiero exponer las bases revolucionarias y efectivas de un tipo concreto de relaciones de convivencia que lleva miles de años causando increíbles resultados. En las comunidades más complejas, ha dado lugar a los grandes avances éticos y técnicos de la humanidad; y en aquellas sociedades con bajo nivel de tecnificación, ha supuesto la base de la supervivencia. En las familias este tipo de relaciones ha actuado como pegamento entre generaciones; y en las parejas ha aportado continuidad y satisfacción durante siglos. En las organizaciones y tejidos asociativos de trabajo ha dado de comer y permitido dormir bajo techo a innumerables genealogías sucesivas de artesanos, trabajadores, obreros y empleados. Existe -lector- algo muy anterior a los profesionales, las universidades y las cadenas de trabajo, algo que precede a la industrialización, el método científico, la ilustración e incluso al renacimiento.
He llamado a este tipo de relaciones SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO. Es necesario entender que el término sociedad que aquí aplica corresponde a la segunda acepción del diccionario que encabeza este artículo.
A modo de resumen, estas son las 3 características esenciales de las SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO:
- Tienen un carácter primario e innato. Van en nosotros, forman parte de lo que podemos ser. No podemos renunciar a este tipo de relaciones porque toda persona de forma innata aprende por sí misma y también de los demás. Somos animales sociales. Esto implica que nacemos aprendiendo y es parte de nuestro crecimiento seguir haciéndolo hasta el último día de la vida. Creo que ir en contra de esta naturaleza tan primaria, básica e inherente a lo que somos, ha sido uno de los mayores errores de la humanidad durante siglos. Y como ser humano, responsable de mis predecesores, de mis sucesores y de mí, pido hoy perdón por ello.
- Son la forma más fiable y efectiva de asociación por intereses. Son relaciones basadas en uno de los pilares fundacionales de la humanidad de las personas: la capacidad de ejercer aprendizaje. Son relaciones de convivencia basadas en la tercera vía de la comunicación, la más exitosa de todas: el interés. Están fundadas no en la afirmación de la dependencia (visión del NIÑO), tampoco en el cultivo de la independencia (visión del PADRE) sino en la extraordinaria madurez de la interdependencia (visión del ADULTO). Se trata además de un tipo de relaciones que cualquier persona en el ejercicio de sus completas facultades es capaz de practicar.
- Representan el mayor y más extendido logro de la especie humana. Porque implican trascender la propia realidad de cada uno para intentar comprender la propia realidad el otro en la construcción de una realidad común a todas y cada una de las partes. Este tipo de relaciones nos permiten a la vez aceptarnos a nosotros mismos y poder aceptar a otros. Nos habilitan para adaptarnos y adoptarnos en torno a regularidades ambientales cambiantes. Desde el niño que aprende a disfrutar su naturaleza experimentando junto a otros hasta los intrincados detalles cotidianos de una relación de pareja; desde la forma en la que nos relacionamos con nuestro círculo de amigos hasta el ejercicio de nuestras profesiones… todo es aprendizaje mutuo. No hemos logrado nada como especie que sea más universal, beneficioso y sofisticado que el aprendizaje mutuo. Desde que hace más de dos millones de años nuestros antepasados decidieran vivir en grupos más o menos estables, el resto de las innovaciones posteriores han sido menores porque simplemente han perpetuado esta. Todo lo que hacemos tiene que ver con aprender y con aprender mutuamente.
Por todo ello, sin duda el modelo más efectivo de relaciones de convivencia entre personas son las SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO, espacios donde nos exponemos a dar y recibir en clave de aprendizaje, momentos en los que nos permitimos ser nosotros y dejar ser a otros. Esto ocurre y seguirá ocurriendo siempre -pocas certezas tengo en mi vida como esta- en todos los círculos de relación humana. Ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en el círculo natural de crecimiento (nuestra familia), en el círculo inmediato de confianza (nuestra pareja), en el círculo extendido de convivencia (nuestros amigos), en el círculo al que seguimos acudiendo a cazar o a recolectar (nuestro trabajo) y también en el círculo social de pertenencia (nuestra comunidad).
Por muchos modelos productivos que queramos inventar, por muy creativos o innovadores que queramos ser o parecer, nada hay más útil que recuperar, fomentar y cuidar las SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO. Sin ellas, sin esa base, ningún cambio o progreso es posible. De algún modo solo pongo por escrito algo que siempre SIEMPRE me ha funcionado en mi vida. Lo hago una y otra vez. Lo he hecho tanto y he practicado tantas veces que a veces surge de mí por sí solo aunque reconozco que la mayor parte del tiempo se me olvida. Se que esto me ocurre porque la inconsciencia es necesaria, porque de otro modo el mundo sería algo inaguantable, porque no podemos mantener el foco siempre. De modo que no me martirizo ni castigo cuando siento que lo pierdo. Forma parte de volver a tenerlo, de valorarlo, de saber que existe.
Pero en esos momentos en los que quiero ser realmente efectivo, cuidarme y sentirme pleno mantengo mi atención en realizar cualquier cosa en clave de aprendizaje. Puede ser leer o tomar una cerveza junto a otros, puede ser correr o facilitar una sesión, puede ser dar un curso o cenar relajado en la terraza, puede ser hacer el amor o practicar la guerra, puede ser escribir un artículo o llorar, caminar rápido o lento, viajar o permanecer sentado. En cualquier momento, yo elijo relajarme y dedico toda mi energía a aprender de mí mismo y de los otros. Nunca en un orden diferente. He aprendido de sonrisas pero también de puñetazos, he aprendido lugares llenos solo de palabras y de bosques enteros de sonidos, he aprendido del sufrimiento intenso de la pena y también del gozo pleno de la satisfacción. Jamás hubiera podido hacerlo si no hubiera entendido todo en clave de aceptación y aprendizaje:
Aceptación para no renegar de lo que es y Aprendizaje para apostar por lo que soy.
Intento atender unas necesidades básicas que construyen lo que llamo SOCIEDAD DE MUTUO APRENDIZAJE. Han existido siempre con otros nombres y nuestras abuelas y abuelos las vivieron. Se trata de contratos saludables entre personas que quieren compartir un mismo objetivo, simplemente eso. Ese objetivo puede ser sacar adelante una empresa, formar un equipo de alta madurez o disfrutar de una relación sincera o un proyecto de vida junto a otro.
Estas son las necesidades básicas que cubre una SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO y cómo llegar a ellas:
AMOR ( POR LO QUE YA SOY, ERES Y SOMOS )
El amor es el más grande aprendizaje que jamás deja de vivir una persona en cualquier SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO. Dice David Luengo que “la sustancia de la persona es el amor. Él es la sabia que recorre las venas de nuestro ser personal vivificándolo todo, sanándolo, dejando una paz tan profunda que ya nada la puede eliminar.”
El amor por uno mismo engrandece siempre a otros; y el amor por otros le engrandece siempre a uno mismo. Para amarse a uno mismo y a otros se necesita ser muy valiente. Encuentro a personas a las que no les cuesta firmar a priori todo tipo de contratos pero que solo quieren firmar a posteriori el único que verdaderamente dignifica. Hablo del contrato de amor. Creo que existen tres condiciones de cualquier contrato de amor que considero altamente saludables para la construcción de una SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO. Hablaré en singular para que el mensaje sea así más concreto y comprensible. Porque todo contrato de amor en una SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO lo es entre todas y cada una de las partes e implica las siguientes condiciones:
- Que yo me quiera y quiera a la otra persona
- Que la otra persona me quiera y que me permita quererla
- Que la otra persona se quiera y que se permita quererme
Existen sin embargo -y siempre han existido- corrientes de relaciones paralelas al AMOR. Ninguna de ellas genera convivencia. Quizás la más nociva en nuestro tiempo es la que yo, desde hace unos meses, llamo pseudoamor. Está ampliamente extendida entre todas aquellas personas que se encuentran en continuas etapas de transición sin terminar de llegar a ninguna parte. El pseudoamor es hoy en día uno de los más dañinos escudos de defensa. Nos separa como personas para tratarnos exclusivamente como cuerpos. Puede resultar divertido en el inmediato plazo, pero es completamente irreal y dramático en el largo. Nadie -repito, nadie- puede suspender sus emociones y relacionarse con otras personas como si él o ella tampoco las tuvieran. Este escenario es una completa irrealidad, nos cosifica y nos aleja del AMOR. Veo a diario pseudoamor en las organizaciones, en los equipos y también en las personas. Y dice muy poco de nosotros como especie aunque en algunos momentos nos parece estrictamente necesario. El pseudoamor, en su raíz más primaria, y más allá de su piel de buenrollismo, es un falso amor, un mero ensayo sin sentido, una ficción de amor a la que solo aspiran los/las cobardes. Está fundado en el miedo a la soledad, en la falta de autoestima y en una inmadurez relacional latente. Aquí quiero hacer un alto en el camino…
Se que no soy el propietario de la palabra AMOR. Se que a lo largo de la historia muchos han querido serlo. Tolero lo que otros entiendan por amor pero creo profundamente y he vivido que existe algo mágico e inigualable entre dos seres que es el resultado de:
- Confiar en la otra persona. Aceptarla, respetarla y saber que ella te acepta y te respeta
- Comprometerte a construir algo en común. Salir de tí para pensar en el NOSOTROS
- Esforzarte cada día por hacer las dos cosas anteriores. Convertir tu compromiso y esfuerzo en hábito diario
- Renunciar a algo. Decidir (pensar/decir/hacer) no perdernos en el TODO para permitirnos disfrutar de ese ALGO
- Creer en la caricia. Ese gesto humano que representa el anclaje de lo que somos y queremos ser
Mi fe en el increíble poder de estas cinco cosas es lo que me hace sentir desde lo más profundo que no puede haber AMOR si no existe confianza, compromiso, esfuerzo, renuncia y caricia.
De algún modo, probablemente somos incapaces de ser completamente fieles al AMOR tanto como incapaces de ser completamente fieles al pseudoamor. Esto ocurre porque no en todos los momentos de la vida uno es consciente de cómo construir esa SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO emocionalmente saludable. Lo útil sin duda es comprender qué es lo uno y qué es lo otro, dónde se encuentran nuestras necesidades y donde me encuentro en cada instante de mi vida. Aportaremos de este modo perspectiva a cualquier posible duda o exceso de certeza.
LIBERTAD ( DE SER y ESTAR )
Toda SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO está íntimamente ligada al sentimiento de libertad. Hay muchas definiciones del derecho a la libertad en grupos pero todas comparten la necesidad humana de ser libres. La mayoría de ellas hablan de la libertad de ser. La práctica de la libertad, entendida socialmente, es un mecanismo de autorregulación humana. Porque la libertad es también un aprendizaje mutuo y genera puntos de encuentro y continuidad más allá de los conflictos. Un ser libre es un ser consciente, dotado de identidad propia y decisión
Respecto a la libertad de estar, en ingeniería de software libre hace décadas los hackers hablaban de 4 libertades (4 Rs)
- Libertad para volver a utilizar,
- Libertad para redistribuir,
- Libertad para revisar, y
- Libertad para remezclar.
Es necesario recordar que como bien dijo el gran Jam Amos Comenius en 1650, “los ejemplos preceden a las reglas. Que el desarrollo natural consiste en actuar primero y reflexionar después sobre las circunstancias de la acción.”. El viejo ya señalaba entonces que los tres principios de todo aprendizaje estaban íntimamente ligados a la libertad de…
1) Proceder por partes
2) Examinar cada parte uno mismo sin someterse a la autoridad (autopsia)
3) Actuar por los principios propios (autopraxis).
En diferentes encuentros de aprendizaje basados en modelos de participación, he podido experimentar como los viejos principios de Comenius y las 4 libertades se pueden respetar. En nuestra práctica profesional, los facilitadores de la iniciativa procuran de hecho primar la experimentación más allá de las reglas precisamente para poder establecerlas. Es este tipo de libertad de estar la que favorece el aprendizaje mutuo.
Por otro lado se presenta contraria a toda SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO la apropiación o imposición parcial o total de ideas o discursos. En escenarios donde habita la comprensión y la actitud de compartir, no parece coherente la restricción formal o apriorítica. Los miembros de una SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO desean encontrarse en libertad, descubrirse en los otros a través de la colaboración real y práctica. En las últimas décadas prácticas basadas en la experimentación del aprendizaje y el trabajo en libertad se han aglutinado bajo la etiqueta de MOVIMIENTO DE CULTURA ABIERTA.
ABUNDANCIA COMPARTIDA
La escasez suele ser escasez propia y la abundancia suele ser abundancia compartida. Algo de esto tiene que ver con el sentimiento de pobreza o de riqueza, hace poco escribimos sobre ello. Una vez hemos conquistado nuestras necesidades primarias y gran parte de las secundarias, a menudo tiene que ver también con un tipo de cultura y actitud. La mayoría de personas nos comportamos como si cada vez necesitáramos más cosas, muy pocos se atreven a comportarse como si no necesitasen prácticamente nada. En la CARTA DE NAVEGACIÓN de la iniciativa, que es el mapa de valores al que acudimos cuando tenemos alguna duda sobre algo, en el ecuador del mapa podemos ver escrito lo siguiente: “Casi todo lo que necesitas está en tí, el resto suele estar muy cerca”. Este tipo de aceptación redunda en la generación natural de SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO ya que parte de la base de que no necesitamos covencer sino compartir para aprender. En esta lógica común alejada de la lucha de clases y la rivalidad, encontramos el remanso de paz y confianza necesarios para aprender y trabajar. De nuevo esto es aplicable a parejas, equipos y organizaciones en igual medida.
La economía y la lógica de la abundancia son dos aproximaciones a estos nuevos paradigmas de relación generadores de SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO que os invito a conocer. Por otro lado la cultura de abundancia es generadora de humildad, evita la acumulación en favor de la distribución de riqueza compartida, favorece la igualdad en detrimento de la desigualdad, y la cooperación saludable en detrimento de la competencia voraz.
HERRAMIENTAS PARA CREAR SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO
Toda SOCIEDAD DE APRENDIZAJE MUTUO por tanto está fundada en 3 contratos mutuos:
- AMOR. Por lo que ya eres, el resto de personas es y todos nosotros somos. Herramientas útiles para cumplir este contrato: La aceptación, La empatía, El sentimiento sistémico (la visión en perspectiva integradora), y El posicionamiento continuo en clave de aprendizaje
- LIBERTAD. De ser y estar en lo que haces de forma abierta y transparente. Herramientas útiles para cumplir este contrato: La exposición personal, La sinceridad emocional y el hecho de no dar nada por supuesto.
- ABUNDANCIA. Actitud de compartir y cooperar, superando la reactividad y la defensa. Herramientas útiles para cumplir este contrato: La visión del otro como complemento y no como rival, La priorización de la construcción común sobre las partes, El diálogo sobre un objetivo mutuo.
Con cada uno de estos tres contratos, podemos cultivar relaciones de convivencia fértiles y saludables a nivel cognitivo y emocional en cualquier esfera de la vida. Incluyo familia, organización, pareja y círculos ampliados.
Son SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO una conversación constructiva, una relación saludable con otra persona, un equipo de trabajo eficaz, una familia respetuosa, y algunos de los tipos de organización de los que ya hemos hablado aquí con anterioridad: La empresa atenta, La empresa afectiva, La empresa humana, La empresa justa.
Las SOCIEDADES DE APRENDIZAJE MUTUO no necesariamente están asociadas a estructuras físicas sino también a situaciones. Se trata de un tipo de relaciones de convivencia efectiva en las que se comparte una visión común sobre el CÓMO poder llegar a ALGO. Su poder radica en la mutua aceptación de los tres contratos anteriormente expuestos.
Lo revolucionario de este planteamiento, que se ha venido dando durante miles de años, es que considero que el ser humano no es capaz de crear relaciones fructíferas, beneficiosas y duraderas sin alguno de los tres contratos que hoy he compartido.
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NOTA: He evitado en este artículo cualquier referencia académica o conceptual a los términos sociedad, aprendizaje y mutuo. Intento compartir algo eminentemente práctico para que el lector encuentre una aplicación inmediata. Como se que estos tres términos, sobre todo los dos primeros, despiertan desde hace ya tres siglos los instintos más primarios del debate, remito al lector al apartado de comentarios si desea iniciar alguna conversación en este sentido.
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