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Ilustración sobre la Sociedad Red. Ruíz de Querol

Ilustración sobre la Sociedad Red. Ruíz de Querol. En ella se muestra los tres enfoques: Globalización económica para renovar la economía industrial (fallido tal y como se ha orientado hasta ahora), Proyecto de futuro para los ilustrados TIC (se abre paso y se asienta en la sociedad), y licuefacción centrada en lo inmediato (modelo en mi opinión a extinguir)

Hoy les diré por qué todo está cambiando y cómo 😉 Nunca antes en la historia de la Humanidad el conocimiento y la información habían estado tan distribuidos como ahora. El acceso universal a la información en red debe ser una prioridad para nosotros. Un sistema (estado, nación, país, comunidad, persona) conectado es mucho más libre que un sistema aislado. Partamos de esa base.

Hoy se ha declarado en suspensión de pagos Metro Goldwyn Mayer, todo un símbolo de una época basada en las grandes superproducciones y la generación infinita de ídolos inaccesibles. Las grandes corporaciones (cajas de ahorros, grandes marcas privativas, firmas multinacionales) se repliegan sobre sí mismas absorviendo a monstruos que se hunden mucho más rápido que ellos. Se agarran -no lo saben- a ramas que forman parte de una misma caída estrepitosa. Los grandes lobbys culturales (SGAE), mediáticos (holdings empresariales de antiguos magnates) y políticos (partidos) no se adaptan al cambio y sucumben en su ideología familiar y limitida. Incluso las grandes empresas tecnológicas que crecen y decrecen con los tecnoritmos de la moda son incapacidades de realizar predicciones certeras. El sistema financiero no es seguro y no está controlado, de hecho nadie lo va a hacer por nosotros si nosotros (uno a uno) no lo regulamos. Lo abstracto cada vez es más concreto, lo obscuro es cada vez más insultante. Los nuevos motores de los que muchos recelan desde su sillón son los siguientes: Transparencia (no mentir o reconocer los errores), innovación (es decir aprender de los errores y mejorar de forma ágil)  y sostenibilidad (conservar lo conseguido e incentivar la autocrítica constructiva para el cambio). Ergo la industria y las organizaciones, tal y como las hemos conocido, están cambiando.

Hoy Manuel Castells ha defendido el libro «Comunicación y poder» en Citilab. ¿Por qué?. Porque hemos dado un paso hacia adelante y esa sociedad de la información que se gestaba, ahora lo es del conocimiento y sabe controlar a sus políticos mediante fórmulas innovadoras, dificilmente censurables, inalcanzables para ese establishment industrial agonizante. Ahora lo que cuenta – y esto es histórico porque nunca antes se había dado- es un nuevo concepto llamado «persona», esa unidad autónoma individual capaz de interactuar y generar riqueza por sí sola con los medios que ya están a su alcance (internet). Cómo él mismo explica «creemos en la democracia pero ya no en políticos», «pasamos de la comunicación de masas vertical a la horizontal o autocomunicación de masas». Se crean 10 blogs cada segundo, en breve 4.900 millones de móviles mientras la balanza trabaja duro por contrapesar ese mismo segundo triplicado en el que muere un niño de hambre en el planeta. Lanza el concepto de «comunidades insurgentes instantáneas», habla de Wikileaks; de Aznar y la Guerra de Irak; de los 700.000.000 $ de recaudación de Obama, un 60% a través de internet por transmitir un mensaje de esperanza a los desengañados cuya confianza hoy  vuelve a perder (y reconoce haber defraudado: ¡Ya quisieramos un político así en mi tierra!). Habla de apertura de un espacio público, tal vez de algo mucho más elaborado que el ágora de Atenas, un lugar donde todos tenemos voz y se nos escucha por respeto merecido (meritocracia) y no por favoritismos o prejuicios ideológicos excluyentes, o al menos cada vez más por lo primero y cada vez menos por lo segundo. Participación y no representación. Responsabilidad propia y no delegación ajena. Para colaborar necesitamos reconocer que nuestra vida actual no es sostenible; necesitamos aprender de nuestras emociones (no negarlas ni controlarlas ni aislarlas); necesitamos educar en la imaginación e incentivar a los que imaginan y crean. La máquina de ignotos engranajes soportada por burocracia impersonal ya no nos sirve porque suena mucho, nos chirría. Ahora que conocemos, ahora que leemos, ahora que entendemos, cualquier monstruo de hierro nos parece algo remoto; de momento lo soportamos pero no por mucho tiempo. Ergo las personas y la sociedad -y de qué modo- también estamos cambiando.

Hablamos de entender el lenguaje y de explotarlo de forma inteligente sin que nos coma (web semántica), de preocuparnos por el mensaje y no tanto por la forma que lo ha venido conteniendo. Muhammad Yunus nos dice: «Si curamos a 1 persona, podemos curar a 6000.000.000. Simplemente es cuestión de hacer lo mismo 6000.000.000 de veces». Y realmente, si derribamos cortapisas y aranceles, es tan sencillo como eso.

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