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Este post está dedicado a Michael Moore, quien ha depositado 20.000 de los 283.000 $ impuestos por la fiscalía británica como financia para la libertad de Julian Assange, y quien siempre me ha hecho pensar en lugar de no hacerlo cuando realmente he tenido ambas opciones

Alberto Contador dans la montée Avenue de Cogn...

El ciclista Alberto Contador vestido con el maillot amarillo me hizo disfrutar sus victorias en el Tour, no solo en la vuelta sino en cada una de sus etapas

Tenemos un problema si después de todo lo que ha llovido realmente consideramos que los sistemas financiero y político actuales (tal y como se entienden desde el modelo liberal actual) son suficiente garantía de control sobre los abusos de poder de una minoría privilegiada que no rinde tributo moral a nadie. El establishment actual no funciona, es cíclicamente ruinoso, analíticamente imprevisible y extramadamente difícil de controlar. Tal vez no podamos evitar los dos primeros males de la oración anterior pero podemos ayudar a ejecutar de una forma más eficiente y responsable el tercero. La tendencia a demonizar nuevos comportamientos sociales que rompen con el sistema de clases y basan su funcionamiento en asumir y repartir responsabilidades entre todos, es cada vez mayor y me preocupa. Muchos de los argumentos esgrimidos por los detractores del poder distribuido se basan en la incapacidad de la masa social para controlarse por sí misma. La autogestión, el aprendizaje colaborativo, las redes sociales y la comunicación instantánea suponen nuevos problemas y abren nuevos caminos a explorar que deberemos regular pero sobre todo comportan enormes ventajas para la ciudadanía. Ésta aprenderá a participar de las decisiones que la afectan o regresará obligada por la plutocracia a un estado de castas en el que solo sea lícito sobrevivir y no vivir. La  falta de participación social en la mayor parte de países occidentales, salvo raras y repentinas revoluciones admirables, me ha hecho recapacitar sobre la oportunidad perdida de un mundo artiicialmente avanzado. Tardaremos más o menos pero nuestro tiempo, ahora escaso (escribo este post tras una larga jornada de trabajo) cada vez será menos valioso cuanto más rápido queramos consumirlo. Un cambio de ritmo disruptivo, inesperado e inteligentemente orquestado, suele dar la victoria a los corredores de fondo y los ciclistas a los que siempre he admirado por su afán de superación y resistencia a largo plazo. Se me quedaban cortos los grandes logros de atletas que corrían los 100 metros, su estrategia aunque robusta y bien medida en apenas decenas de segundos solo daba resultados fugaces que me resultaban dificilmente disfrutables.

En medio de una crisis del deporte español ante los escándalos de Alberto Contador y Marta Domínguez sobre los que ninguno salvo la justicia debemos pronunciarnos, me ha dado por pensar. Pensar que si algunos han logrado alguna vez como Marion Jones ganar grandes medallas gracias a pequeñas trampas,  la miel de su éxito ha sido despreciada a la larga por cada uno de ellos o por sus propios seguidores. Está claro que podemos ir más rápido hasta desfallecer en una lucha inhumana contra nuestras naturaleza, pero nada hay en todo ello que sea sostenible, nada hay en ello que me haga ver a una civilización avanzada más respetable que algunos animales que se pelean entre sí hasta la muerte. Siempre hemos ido rápido y tendido a primar el tiempo de respuesta; ¿Qué tal si ahora valoramos y premiamos las respuestas?. Wikileaks es una respuesta a una pregunta incesantemente repetida: ¿Sois capaces de aguantar más o aún

Openleaks.org es la iniciativa que Daniel Domscheit-Berg, co-impulsor de wikileaks lanzará el lunes para terror de los aterrados

Podemos entender el fenómeno wikileaks, openleaks,… como un paradigma pero también podemos entenderlo como un nuevo formato de sensacionalismo como me han señalado algunos amigos en otros foros. Personalmente creo que ambas opciones son reveladoras por encima del debate. En cualquiera de los dos casos la utilidad de la información es evidente para no repetir ni imitar errores del pasado. El hecho de que una organización ajena a las instituciones tenga capacidad de control sobre las mismas instituciones que han dictado las leyes a cumplir, personalmente me parece algo democráticamente saludable y regenerador. Nuestro sistema es imperfecto, no debemos pretender otra cosa que evitar las injusticias, y aún más allá de lo que otros (incluso nuestras leyes) consideran injusticias, no debemos premiar a quienes firman constituciones y tratados con la misma mano con la que arremeten contra el sistema que en la ignorancia de esta doble moral les ha encumbrado. Los gobernantes no controlan, los gobernantes gobiernan. Es nuestra tarea como sociedad civil controlarles hasta la última de las consecuencias razonables. Me preguntan en otro foro quién decide cuando el ejercicio de poder es «lícito» o «ilícito». Lo decides tú y lo decidimos cada uno de nosotros, así debería ser y si no lo es, hay que cambiarlo. De tu nómina mensual y de tu esfuerzo se deduce la cuota que pagas a la sociedad para que siga existiendo y se construya. Pagamos un importe tanto o mucho más elevado por pertenecer a este colectivo (la sociedad) de lo que pagas o pagamos por ser socios de otros colectivos mucho menores (empresas) y a los que sí exigimos reportes y responsabilidades constantes hasta -créanme- lo insoportable. Si para esto último exiges la mayor de las transparencias, ¿qué no habrás de exigir para un colectivo por el que seguramente pagues más y en el que tus propios hijos crecerán?. Actitudes como la expuesta en la iniciativa AIR2010 intentan solventar esta brecha entre nuestra disposición para asumir responsabilidades inmediatas (cortoplacistas) y nuestra falta de motivación para asumir responsabilidades sostenibles para todos. El social confirming intenta que las empresas respondan del retorno de inversión que la sociedad por medio de ciudadanos y recursos invierte en ellas. En cierto sentido las bajas que se han producido en PayPal por la presión ejercida contra Wikileaks han sido un ejemplo de social confirming. Es un concepto que Manolo Recio, consejero de empleo de la Junta de Andalucia, explica muy bien en este video.

Por otro lado todos tenemos secretos inconfesables que son la esencia de nuestra propia vida y aportan a nuestra naturaleza el atractivo que en la mayor parte de ocasiones está ausente. Yo digo que cada uno de nosotros debemos preservarlos como un patrimonio de la humanidad individual e intransferible, conservarlos al menos hasta que no nos avergüencen y si nunca nos entra la vergüenza que otros hagan lo posible para que nos pongamos rojos de vez en cuando. No es algo insoportable, ha sido la base de la mayor parte de civilizaciones pero nunca hemos tenido la oportunidad de que sea tan decisivo como en el presente. Que nuestro miedo por expresar nuestros temores y opiniones equivocadas -ese miedo que es la base de las sociedades libres- no nos reste la capacidad de respirar de vez en cuando. Que este hecho no reduzca un ápice la importancia de no perder la fe en las posibilidades del conjunto de la sociedad y no solo de sus instituciones. Sobre todo porque quiero convencerte de que tú –aunque no saques pliegos a concurso público ni me multes por infracciones tan grandes como posts– eres una institución muy respetable. Uno a uno somos respetables pero 1+1+1+… aún más respetables.

Vivimos en un halo de seguridad impuesto que virtualmente nos garantiza que todo es estable y nada nos resultará excesivamente perjudicial salvo que nuestra capacidad de sacrificio sea mayor que nuestro decoro. El sentido de Estado no debe estar en nuestros presidentes del gobierno, jefes de Estado o primeros ministros; no hay rey ni sangre que soporte tal peso sobre sus espaldas. Sin el sentido de Estado que subyace en cada acción que realizamos desde que nos levantamos de la cama hasta que volvemos a ella (quién la pillara ahora), nada tendría sentido. El sentido de Estado, la identidad y pertenencia a un grupo y a unos intereses aún mayores que los propios es lo que nos ha hecho llegar hasta donde estamos. El lema de wikileaks es «Keep us strong»: Haznos (a todos nosotros) más fuertes. No idealicemos a Julian Assange pero sepamos extraer lecciones de su esfuerzo. Dos fuerzas tiran de la misma cuerda: la primera intenta delegar con control y eficacia, la segunda delega porque simplemente está cansada. ¿Qué lado de la cuerda creéis que se impondrá?

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